Los ojos brillantes de Ning Xi miraron a Lu Tingxiao.
—¡Tan milagroso! Gran Jefe, me doy cuenta de que desde que le conozco a usted y a Tesorito, mi suerte ha empezado a ser positiva, y no importa lo que haga, ¡todo va bien! ¡Ustedes dos deben ser mis estrellas de la suerte! ¡Una pequeña estrella de la suerte y una gran estrella de la suerte!
Lu Tingxiao no pudo evitar reírse. —¿De veras?
¡Cheng Feng estaba llorando! ¡La jefa estuvo increíble! ¡El jefe se estaba riendo!
Como Gong Shangze no tenía dónde alojarse en Imperial, Lu Tingxiao acompañó a Ning Xi en busca de un hotel cerca del Hotel Regal Riveria para que se estableciera.
Ning Xi se paró en la puerta y saludó con la mano: —¡Shangze, ahora me voy! Descansa bien esta noche, mañana iré a buscarte. Te llevaré a comprar ropa nueva, bolsos, teléfonos, y cuanto te falte, ya veremos...
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com