Esto…¡no debería ser posible!
¡Ella ya lo había presentado como un amigo nuevo!
Mmm, olvídalo, en vez de adivinar, ¡debería probarlo!
Ning Xi pensó en ello, y luego preguntó: —Gran Jefe, adivine cómo nos conocimos Shangze y yo.
Mientras Ning Xi hablaba, aprovechó la oportunidad para mirar en secreto la expresión de Lu Tingxiao. Mmm… estaba… realmente…¡celoso!
Cuando vio a Lu Tingxiao tan malhumorado que no pudo disimularlo más, Ning Xi enterró su cara en sus manos y no pudo evitar reírse.
En su corazón, Lu Tingxiao siempre había sido alto, poderoso y dominante, con un sentido de madurez y estabilidad. El hecho de que estuviera celoso de un mendigo era algo que ella nunca había pensado que pasaría.
Está bien, está bien, también fue culpa suya que olvidara que después de limpiarse, Gong Shangze era bastante guapo y probablemente sería un imán para las mujeres.
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