Realmente heredaste mis genes

—Abuelo, no hay necesidad de esto. Mi resistencia es excelente. Al menos deberías confiar en tus propios genes —dijo Lu Qiang firmemente mientras miraba directamente a los ojos del anciano.

Todo el mundo estaba acostumbrado a las audaces palabras del anciano Lu, pero lo que más les sorprendió fueron las palabras que escucharon de Lu Qiang. Él nunca hablaba tanto y eso, de manera tan descarada como su abuelo.

El anciano Lu sonrió cuando escuchó esas palabras y dijo:

—Solo quería asegurarme de que cuando un gato salvaje cruce tu camino en el futuro, no derrames tu café.

—No te preocupes abuelo, sé cómo domesticar un gato salvaje y no desperdiciaré mi café —aseguró Lu Qiang.

—¿¡Gatos salvajes! ¿Son lo suficientemente buenos? —Su abuelo replicó de forma burlona.

—Solo hay que domesticarlos adecuadamente y hacerlos civilizados.

—¡Jaja! Realmente heredaste mis genes —Esta conversación alegró al anciano Lu.

Nadie habló excepto estos dos. Era como si los demás fueran invisibles. Sus miradas viajaban de un extremo de la mesa al otro mientras escuchaban declaraciones impactantes siendo lanzadas por ambas partes, dejándolos atónitos.

Zhao Shuang suspiró y dijo:

—¡Basta, los dos! La comida se está enfriando. Dejen de hablar y concéntrense en su desayuno —Las palabras de Zhao Shuang eran como el decreto de una reina, por lo que todos comieron obedientemente.

De repente, escucharon pasos acercándose hacia ellos desde la sala de estar. Todos miraron en dirección del sonido. Una pequeña figura finalmente entró en el comedor y corrió a abrazar a Lu Qiang con fuerza.

—¡Hermano mayor!

El niño exclamó mientras miraba a Lu Qiang con una brillante sonrisa y ojos centelleantes como las brillantes estrellas en el cielo nocturno, mostrando su inexplicable felicidad.

—¡Lu Lijun! ¿Dónde has estado desde esta mañana? —Lu Qiang preguntó mientras acariciaba las mejillas de su hermano con una mano. Estaba feliz de ver a esta pequeña ardilla.

Lu Lijun era el segundo hijo de Lu Jinhai y el hermano menor de Lu Qiang. Era el miembro más joven y amado de la familia ya que tenía solo once años.

Para Lu Qiang, solo había tres tipos de personas en su vida.

Primero: Lu Lijun.

Segundo: los miembros de la familia, y tercero—los demás.

Lu Lijun era la persona más importante en su vida. Todos sabían cuánto amaba a Lu Lijun. Su voz educada y suave, el calor en sus ojos y la forma en que manejaba a Lu Lijun eran suficientes para demostrarlo.

—Estaba con el hermano Lu Feng. Estábamos dando comida a los peces en el estanque del jardín —dijo con una sonrisa en su rostro. De repente, su expresión cambió y preguntó con una expresión triste:

— ¿Por qué no viniste a mi cumpleaños? Te esperé.

—¡Lo sé! Y realmente lamento no haber podido llegar a tu cumpleaños —Lu Qiang lo abrazó con delicadeza, lo sentó en la silla junto a él y dijo:

— Desayuna primero, luego te mostraré algo.

—¿Qué es, hermano mayor? —preguntó con curiosidad mientras la tristeza en su rostro desaparecía.

—¡Eso es una sorpresa! —Lu Qiang dijo, guiñándole un ojo a su hermano mientras comenzaba a llenar su plato de comida.

—¿Sorpresa! ¿Mi regalo de cumpleaños? —Lu Lijun preguntó, rebosante de emoción.

—Mmm... —Lu Qiang asintió—. Ahora termina tu desayuno primero —dijo firmemente.

Lu Lijun comenzó a devorar su desayuno lo más rápido que pudo, llenando su boca sin dejar espacio libre. Se veía adorable con la boca llena como una ardilla.

—Despacio. De lo contrario, te dará indigestión —diciendo, Lu Qiang le dio unas palmaditas en la cabeza a Lu Lijun con admiración.

El comportamiento de Lu Qiang era muy diferente cuando se trataba de Lu Lijun. Cualquiera podía ver las diversas dimensiones de su personalidad cuando estaba con Lu Lijun, como el amoroso y cuidadoso Lu Qiang, el enfadado Lu Qiang, el feliz Lu Qiang, el preocupado Lu Qiang, el molesto Lu Qiang, el hablador Lu Qiang, el infantil Lu Qiang, y muchos más. Lu Lijun podía sacar todas estas personalidades de su helado hermano mayor.

Lu Qiang trataba a Lu Lijun más como a su hijo que como a su hermano menor, y él era quien tomaba todas las decisiones con respecto a Lu Lijun. Lu Qiang siempre cumplía sus demandas, lo que fuera, y siempre quería lo mejor para su hermano. A todos les preocupaba que su amor pudiera malcriar a Lu Lijun, pero Lu Qiang aún era cuidadoso, ya que quería que su hermanito se convirtiera en una buena persona y le hacía entender lo que estaba bien y lo que estaba mal.

Para Lu Lijun, él también amaba a Lu Qiang más que a nadie. Incluso sus padres eran secundarios a su hermano mayor ya que todo su mundo giraba en torno a Lu Qiang.

—¡Qué hermosa vista contemplar! —Todos escucharon la voz que venía de la puerta mientras observaban el afecto entre los dos hermanos. Ese era Lu Feng, que llegó al comedor para desayunar.

—Cuando escuchaste que Lu Qiang había regresado, te olvidaste de este hermano y corriste a su encuentro, dejándome allí solo. Eso no es justo —Lu Feng dijo mientras se acercaba a Lu Lijun.

Lu Feng era el primo de Lu Qiang y el hijo del segundo hijo del anciano Lu, Lu Chen. Otro hombre alto y guapo de la familia.

Lu Lijun miró hacia arriba y parpadeó con ojos de conejito inocente. Como tenía la boca llena, no pudo decir una palabra.

Lu Feng miró su rostro redondo y sonrió:

— Lo dejaré pasar esta vez —y se sentó a su lado en la silla.

Lu Qiang continuó prestando atención a Lu Lijun, pidiéndole que comiera despacio y que comiera menos. El anciano Lu vio esto y se irritó.

—Deja que coma todo lo que quiera, Lu Qiang. No le regañes demasiado. Después de todo, en un futuro cercano, él será el que me dé bisnietos cuando hayas terminado de vaciar tu taza de café —Le dijo.