Con el giró del picaporte la puerta se abrió frente a nosotras, mostrándonos las escaleras que llevaban al sótano. Todo el camino de las escaleras hacía abajo se encontraba en penumbras.
Me llené de valentía, apreté un poco la mano de Brin, para de cierta manera sentir que estaba junto a mí y que todo estaría bien.
Comenzamos a descender por los escalones y con cada paso la madera crujía bajo nuestros pies. Las ansías por llegar al final me corroían todo el cuerpo haciéndome sentir nerviosa pero asustada a la vez.
Llegamos al final de las escaleras y comencé a buscar con la mano en la pared el encendedor de la luz. Después de recorrer un poco la pared di al fin con el encendedor presionándolo para que la luz al fin prendiera, pero en vez de la ansiada luz solo hubo un parpadeo constate. Ya que al parecer la lámpara se encontraba fundida.
Con cada parpadeo se iluminaba la habitación por fracciones de segundo para al instante siguiente volver quedar a oscuras y así volverse a repetir este ciclo. Haciendo que me asustara y me preocupara más porque la Sombra podría aparecer en cualquier momento.
—Mali, debemos de hacer esto rápido. Este lugar no me da muy buena espina—hablo Brin a mi lado mirando alrededor como si buscará algo o a alguien.
—No te preocupes que lo haremos rápido y verás que todo saldrá bien—dije aunque yo estaba más asustada que ella.
«Brin las lámparas deben de estar en alguno de los estantes busquémoslas y salgamos de aquí» terminando de decir esto nos acercamos cada una a los estantes para ir buscando en cada uno de ellos aprovechando cada vez que la luz se encendía para ver mucho mejor, hasta que di con las lámparas
—! Brin están aquí—grite para que se acercará al estante donde yo estaba.
—Qué bueno que ya las encontramos, estaba comenzando a perder la esperanza de que estuvieran aquí—hablo a mi lado Brin dejando ver una leve sonrisa en su rostro que disipó un poco su preocupación.
—Debemos comenzar a llevarlas arriba, las iremos subiendo de cuatro en cuatro hasta llevar las necesarias para alumbrar la mayor parte de la sala de estar—le dije para después comenzar a subir las lámparas.
Tomamos las lámparas y subimos las escaleras. Todo parecía estar bien y no había señales aún de la sombra. Llegamos a la sala de estar y fuimos colocando las primeras lámparas, para después irnos a por más.
Nos encontramos dando ya el tercer viaje de la sala al sótano.
—Creo que con las que tomemos ahora serán suficientes—le dije a Brin mientras nos acercábamos a la estantería.
—Yo creo que sí Malí, no me puedo creer todo allá salí...—Brin no pudo terminar la frase.
Los cristales de las lámparas y de todos los diferentes frascos que habían el estante estallaron de la nada, haciendo que del susto cayéramos al suelo.
Mientras caí me cubrí el rostro con las manos para evitar el impacto de los diferentes cristales que salieron proyectados hacia nuestra dirección producto de la inesperada explosión.
Sentía come me ardían algunas partes de mi brazo y hombros, lo cual supuse que era debido a las cortadas que los cristales habían podido causar. Pero el ardor y el dolor no impidieron que me levantara en busca de mi amiga.
Ya de pie algo aturdida comencé a buscar a Brin a mí al rededor. Hasta que en uno de los parpadeos de la luz la vi tirada en una parte del suelo con varios cristales a su alrededor.
Eso que tiene encima es... sangre! Fue lo único que pude procesar para después correr hacia su lado.
Cuando llegue junto a ella y la vi mejor un nudo se me hizo en la garganta y comencé a temblar. Esto no me podía estar pasando otra vez, no a ella.
Una esquirla de cristal la había alcanzado y se encontraba enterrada en lateral izquierdo de su cuello.
—Brin, por favor dime algo—le dije en un susurro mientras la movía un poco.
«Brin por favor tú no, a ti no te puede pasar esto, recuerda que me prometiste que saldríamos juntas de esto. ¿O es que acaso ya no piensas cumplir tú palabra?» le dije y las lágrimas volvían a recorrer mis mejillas a rienda suelta por tercera ocasión hoy.
—Mali—dijo ella y su vos era un susurró. Ya no era nada comparado con su timbre alegre.
Tosió un poco y un algo de sangre salió de su boca y rodo por su mejilla. Respiro pesadamente y volvió a hablar.
«Mali prométeme—hizo una pausa para volver a toser una vez más y algo más de sangre volvió a salir de su boca—que saldrás de está y te salvarás, prométemelo!»volvió a decir mientras que me miraba fijo a los ojos y las lágrimas salían de sus hermosos ojos azules, que ya no brillaban como antes.
—Te lo prometo Brin, saldré de esta y tú también lo harás, lo harás por Mike y Fred. Ellos no querrían que te rindas tan fácil. Vas hacerlo amiga porque tú eres lo último que me queda—mi voz se quebró con en la última palabra y no podía parar de llorar.
—Mali solo recuerda una cosa—paro unos segundos para respirar un poco—Te quiero mucho—eso fue lo último que dijo para después cerrar lentamente sus ojos y en ese instante me di cuenta de que ella, ya había muerto.
Pero justo antes de eso le había hecho una promesa que pensaba cumplir. Saldré viva de esta y eso te lo prometo Brin...
Nuevo capítulo lleno de emociones y cosas que no pensamos que pasarían. Sin dudas la muerte de Brin fue la más difícil de escribir para mí, pero después de mucho tiempo retrasandola logré hacerlo.
Brin te echaremos mucho de menos ❤️✨.
Ya solo nos faltan dos capítulos más para el final de la historia y ver como acabarán las cosas para Malia, ya que Shadow Man a un no ha terminado su juego...
|Daynier M