—El grito resonó fuerte, rápidamente se cubrió la boca. Los vampiros se sobresaltaron y se voltearon.
—¿A quién tenemos aquí? ¿Otro hombre lobo? —El líder de ellos sonrió con malicia.
—Qué suerte tenemos hoy Drácula, imagina tener a dos mujeres lobas a nuestra disposición.
—Drácula sonrió, sus ojos se posaron en el chal que ella intentaba desatar con tanto esfuerzo, entrecerró los ojos, una profunda arruga cruzó su rostro.
—¿Ese chal contiene semillas? ¡Definitivamente quiere usar eso contra nosotros! —Uno de ellos corrió hacia ella y le arrebató el chal de la mano.
—Lo lanzó lejos de ellos lo más que pudo.
—Nyx entró en pánico, —Por favor, déjanos ir, solo vinimos aquí a buscar nuestra cena. No queremos hacer daño, —su voz ya estaba ahogada.
—Drácula sonrió con malicia, —Nosotros tampoco queremos hacer daño, —inclinó la cabeza—. Vamos, átala.
—Dora agitó la cabeza violentamente, —¡No, déjala en paz, está embarazada, lastimarás a su bebé! —gritó.
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