Dueño

Ian, después de superar las dos primeras pruebas con éxito, se adentró en la cámara final para enfrentar la tercera y última prueba. La gran puerta de piedra se abrió lentamente, revelando una vasta sala iluminada por una luz etérea. El suelo estaba cubierto de runas antiguas que vibraban con un poder palpable. En el centro de la sala, un altar sostenía un pergamino antiguo rodeado de una aura mística.

La voz incorpórea que había planteado las pruebas anteriores resonó en la sala:

—"Para convertirte en el dueño de este lugar, debes enfrentar la prueba final. Esta es una prueba de poder y control. Debes demostrar tu capacidad para mantener la calma bajo presión y utilizar tus habilidades de manera efectiva."

Ian avanzó hacia el altar, y al tocarlo, una serie de runas en el suelo se iluminaron, activando la prueba final. De las sombras emergieron guardianes espirituales de aspecto espectral. Eran figuras encapuchadas con armaduras brillantes, cada una portando armas y bastones que canalizaban energía mágica.

Ian convocó a Tarek y a los esclavos de almas que había capturado, incluidos el líder de las aves y otros espíritus. Los magos y guerreros goblins también se prepararon para la batalla. Ian sabía que enfrentarse a estos guardianes sería una tarea difícil.

Los guardianes espirituales avanzaron con una velocidad sobrenatural, cada uno moviéndose con una gracia etérea mientras mantenían sus armas listas. Ian y su grupo estaban listos para la batalla. Tarek, con su poder místico y el cristal de fuego, preparó un ataque devastador, mientras que Ian organizaba a sus tropas.

Los guerreros goblins se posicionaron al frente, sus armas brillando con una luz mágica, mientras los magos goblins comenzaron a conjurar hechizos defensivos y ofensivos. El mono y el lobo se colocaron en flancos opuestos, listos para enfrentar a los guardianes más ágiles.

La batalla comenzó con una explosión de energía mágica. Los guardianes cargaron hacia adelante, sus armas resplandecían con una energía oscura que parecía absorber la luz a su alrededor. Los guerreros goblins se lanzaron al combate, sus espadas y hachas cortando el aire con destreza, enfrentando a los guardianes con ferocidad.

Ian se movía con agilidad, esquivando los ataques y contrarrestando con golpes precisos. La habilidad del mono y el lobo en el combate cuerpo a cuerpo proporcionó una ventaja crucial, manteniendo a los guardianes ocupados. Mientras tanto, los magos goblins lanzaban hechizos devastadores que explotaban en ráfagas de energía y fuego, debilitando a los guardianes y creando distracciones.

Tarek, desde una posición elevada, canalizaba el poder del cristal de fuego. Llamas infernales surgieron de su mano, impactando a los guardianes con una intensidad abrasadora. Cada hechizo parecía consumir la energía de los guardianes, dejándolos más vulnerables.

Uno de los guardianes, un espectro con un bastón de energía oscura, avanzó hacia Ian, intentando someterlo con un ataque de energía concentrada. Ian, con un movimiento rápido, desvió el ataque y contraatacó con una explosión de energía pura, impactando al guardián y obligándolo a retroceder. El guerrero goblin que estaba junto a él aprovechó la oportunidad, hundiendo su espada en el costado del guardián debilitado.

El líder del grupo de guardianes, una figura más imponente y poderosa, comenzó a canalizar una energía concentrada que formó una barrera protectora a su alrededor. Ian, reconociendo la amenaza, ordenó a sus subordinados que se concentraran en el líder. Los magos goblins conjuraron un hechizo de debilitación, mientras el mono y el lobo lo atacaban desde diferentes ángulos, tratando de romper su defensa.

La batalla se intensificó a medida que el líder de los guardianes lanzaba ataques devastadores, utilizando su energía oscura para crear ráfagas de poder que sacudían la sala. Ian, usando su habilidad para controlar las almas, convocó al líder de las aves y a otros espíritus para que ayudaran en la lucha. Los espíritus crearon una distracción crucial, permitiendo que Ian y sus aliados se coordinaran para un ataque final.

Finalmente, con un esfuerzo conjunto, los guardianes cayeron uno a uno. El líder de los guardianes, debilitado por los ataques combinados de los goblins, el mono, el lobo y los hechizos de Tarek, fue derrotado por un último golpe devastador de Ian. La energía del líder se disipó, y la sala quedó en silencio.

Con la victoria asegurada, el altar comenzó a brillar intensamente, y una voz resonó en la sala:

—"Has demostrado tu poder y control. Ahora, la cámara es tuya. Usa el conocimiento y el poder aquí guardados con sabiduría para las futuras generaciones."

El cristal gigante en el altar se iluminó, revelando un complejo de técnicas de cultivo antiguas. Ian y su grupo se acercaron al cristal, listos para descubrir los secretos que contenía y utilizar su poder para avanzar en su misión.

Al abrir el cristal gigante, Ian se quedó asombrado por el vasto conocimiento que se desplegó ante él. El cristal contenía una increíble cantidad de técnicas de cultivo antiguas, cada una detallada y refinada para distintos niveles de desarrollo. Ian examinó las técnicas con detenimiento, reconociendo el potencial que tenían para cambiar el equilibrio de poder en el mundo.

Las técnicas se dividían en las siguientes categorías:

1. Entrenamiento de Ki: Esta técnica básica permitía a los cultivadores aprender a controlar y aumentar su energía vital, el Ki. Era fundamental para desarrollar una base sólida en el cultivo.

2. Establecimiento de Fundación: Enfocada en fortalecer el cuerpo y la mente, esta etapa permitía a los cultivadores establecer una base sólida para el desarrollo futuro.

3. Núcleo Dorado: Una técnica avanzada que ayudaba a los cultivadores a formar un núcleo dorado dentro de su cuerpo, aumentando significativamente su poder y resistencia.

4. Formación de Alma: Permitía a los cultivadores formar y fortalecer su alma, mejorando su capacidad para manipular la energía y realizar técnicas más complejas.

5. Transcendencia: Esta etapa ayudaba a los cultivadores a trascender los límites físicos y mentales, alcanzando niveles superiores de poder.

6. Ascensión: Enfocada en elevar el cultivador a un nivel más alto de existencia, permitiéndole controlar fuerzas más allá de la comprensión ordinaria.

7. Dominio del Espíritu: Ofrecía a los cultivadores la capacidad de controlar y manipular espíritus y energías externas con gran precisión.

8. Control del Espacio: Permitía a los cultivadores alterar y manipular el espacio a su alrededor, otorgando habilidades excepcionales en combate y exploración.

9. Creación de Esencia: La técnica más avanzada, permitía a los cultivadores crear y controlar su propia esencia, dominando la realidad a un nivel fundamental.

Ian entendió que esta era una oportunidad única para transformar no solo su poder, sino también el destino del mundo. Si lograba implementar estas técnicas en la Tierra, podría elevar a la humanidad a niveles inimaginables de poder. Sin embargo, también reconoció que necesitaría tener un control firme para evitar traiciones y asegurar el éxito de su plan.

Decidió que su primer paso sería encontrar una manera de que los humanos en la Tierra trabajaran para él, utilizando los recursos obtenidos del infierno y el conocimiento de las técnicas de cultivo. Planeaba enviar a sus nuevos súbditos al infierno para obtener núcleos y tesoros, a cambio de lo cual recibirían pociones y métodos de cultivo avanzados.

Pero para asegurar la lealtad y la efectividad de este plan, Ian necesitaría modificar el cristal con la ayuda del sistema para evitar posibles traiciones y garantizar que sus esfuerzos no se desperdiciaran. Esto requeriría un tiempo considerable y la acumulación de más fuerza, así que comenzó a trazar un plan a largo plazo.

Con una mezcla de emoción y cautela, Ian se preparó para el desafío que tenía por delante. Sabía que, con el conocimiento y los recursos que ahora poseía, el futuro del mundo podría estar en sus manos. Pero también era consciente de la responsabilidad y el riesgo que conllevaba su poder. El camino por delante estaría lleno de desafíos, pero estaba decidido a aprovechar al máximo la oportunidad que se le había presentado.