Esperanza miraba fijamente la brillante luna sobre su cabeza. Faltaban solo unas horas para que la noche acabara, cuando sintió un movimiento de alguien que dormía sobre su regazo.
Estaban en el claro, rodeados por los cazadores que se turnaban para vigilar la noche. Decidieron quedarse aquí hasta que saliera el sol, y con la ayuda de Lydia, León y Abby, lanzaron algunos hechizos en una pequeña área dentro de este bosque para protección. Después de todo, las tres personas necesitaban descansar y Kace estaba totalmente exhausto y perdió el conocimiento debido a la batalla ejercida anteriormente.
—Esperanza... —la voz de Kace era ronca y seca cuando la llamó.
Esperanza bajó la cabeza y se encontró con los ojos azules de Kace; el licántropo hacía todo lo posible por mantener los ojos abiertos, pero parecía que le requería mucho esfuerzo.
Pasando los dedos por su cabello rizado, Esperanza dijo suavemente:
—Necesitas descansar.
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