—El Sr. Weaver los tomó —lloró de dolor el Sr. Weaver.
—¿Hace cuánto que los tomó? —los ojos de William Cole se contrajeron ligeramente.
—Ha sido... a lo sumo quince minutos. Solo logramos atraparlos después de que se escondieron en el baño de damas durante bastante rato —explicó el Sr. Weaver.
—¿Por qué el Sr. Weaver los capturó? —la expresión de William se volvió de hielo.
—Los puse en el coche del Sr. Weaver en cuanto los atrapé. No sé exactamente por qué quería capturarlos, solo estaba siguiendo órdenes —explicó el Sr. Weaver temerosamente.
—¿Cómo puedo encontrar al Sr. Weaver? —preguntó William, planteando su última pregunta. Estaba convencido de que este hombre no era más que un súbdito insignificante, con acceso a muy poca información.
—No sé... —respondió el Sr. Weaver con una sonrisa amarga.
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