"Nuestros respetos a la tía abuela". Bajo el coro de saludos del grupo de hombres, Jun Wu Xie se mantuvo inmóvil desde su lugar, y la mirada de Qu Xin Rui cayó sobre el joven.
El par de ojos de aspecto diabólico se deslizaron sobre la figura de Jun Xie que estaba de pie de forma llamativa delante, y los ojos de Qu Xin Rui se entrecerraron ligeramente, sus labios se curvaron en una leve sonrisa.
Ella había enviado gente a investigar los antecedentes de Jun Xie antes de esto y había visto un retrato del joven. Pensó que la figura del retrato podía ser vista como un aspecto delicadamente atractivo y Qu Xin Rui estaba bastante decepcionado. Pero cuando vio a Jun Xie en carne y hueso, se sorprendió gratamente.
El rostro que aún no mostraba una madurez completa no era exactamente sobresaliente, pero en ese rostro no demasiado excepcional, ¡tenía un par de ojos que capturaban su alma!
Como las heladas aguas de los lagos invernales, escalofriantes y profundas.
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