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Un favor especial (I)

Durante los siguientes días, voy entregando los brazaletes. Incluido el de Yu. Yi intenta usarlo con el qi de su hermana. Son gemelas. Aunque no es suficiente. No obstante, dice que el rechazo no es tan fuerte como con el mío. Ya le preguntaré a Ya Xiulan.

Wan también lo ha probado primero. No le ha convencido el resultado. Parece que no será útil para hacer píldoras. De hecho, Yan Xiulan ya había comentado que no los usaban para grabar runas.

El resto de brazaletes han funcionado sin problemas. Salvo una excepción. Uno de los clientes falló una página. Le echó la culpa al brazalete. Por suerte, había otros dos que también lo tenían. Todos se rieron de él por impaciente. Por haber intentado los más difíciles. Es un poco cascarrabias. Pero no es mal tipo. A regañadientes, intentó otra. Se fue medianamente satisfecho. Aunque enfadado por la primera página. No sé si con el brazalete o consigo mismo.

Como había previsto, han llegado más pedidos. En total, unos treinta. Incluso un par de la etapa dos me han encargado uno. Me han consultado algunos de mayor cultivación. Solo les he podido aconsejar que buscaran a alguien del suficiente nivel. Si iban juntos, tenían más posibilidades de que les hicieran un buen precio.

Yan Xiulan tiene buena relación con algunas joyeras de mayor nivel. Incluso la han protegido de algún pretendiente. Bueno, si alguien ha querido seducirla, lo más probable es que la hayan asustado. Siendo lo adorable que es, las joyeras amigas lo habrían echado. O al menos esa es la explicación que me dieron mis pervertidas. No estoy seguro de si es fiable.

Les preguntó a las otras joyeras, pero ninguna estaba especialmente interesada. Ya son solventes. Estaban centradas en otros estudios. Así que los que quieran brazaletes de alto nivel tendrán que arreglárselas solos.

El de Song acaba de llegar. Ahora, cada día me los trae ella personalmente. A mi cabaña. Creo que es cosa de mis pervertidas. Prefiero no saber qué le han dicho. No ha querido entrar. Estaba muy roja.

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Me paso por el mercado. Dejo a las gemelas comprando crepes. Esperando que los vayan acabando. El puesto de la herborista está cerca. Yi compra y lo deja en el anillo de Yu. Yu hace ver que da vueltas aburrida. Hasta llegar lo suficiente cerca de mí para dejarlos en el Almacén.

Es cierto que podrían esperar a comprarlos todos. Pero no quieren que "se enfríen". Ni siquiera los que compran para Guo Xua y Lin Tao. Las dos comen más de lo que esperaba. Ayer casi los acabaron. Casi todos del mismo tipo. ¿No se cansan?

Luego se van a dar una vuelta. Mientras yo espero que Gan Ren prepare algunas hierbas. ¿Ha engordado más? No parece posible. Pero diría que ha aumentado un poco. Me sorprende que no tenga problemas para moverse. Me preocupa un poco. Es un muy amable. Y confiable. Pero es algo muy personal como para preguntarle. Nuestra relación no es tan íntima.

Wan está encantada con ella. Decía que la llevara a la Residencia. No es tan fácil. No hay lealtad o sumisión en ella. Y sería arriesgado. Antes irían mis pervertidas, Pen, Fen Huan, Sai, Dandan, An, Ken, Ai y Shu. Incluso Meixiu y Jiao, con permiso de Da Ting. O Di Tao. O Yan Xiulan, si se dejara. Por no hablar de Guo Xua y Lin Tao. Mmm. La lista es más bien larga.

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Llamo a las chicas. Han estado hablando. Las gemelas han recogido otra carta.

Dejo a Song jugueteando con su brazalete. Se reía de mí y de Yu. Pero ahora es ella quien está absorta.

–Quieren que investiguemos qué pasa con nuestras primas y los recursos que enviaron. Qué pesados…– protesta Yi.

–Era lo que esperábamos– suspira Yu –. Mirad a Song… El otro día se reía de mí…

Song le saca la lengua. Y sigue jugando con el brazalete. Hace juego con sus ojos. Tiene un motivo floral. No pidió nada especial. Así que yo lo pedí verde. De la forma en que me ha mirado, creo que sospecha. Sonreía.

Ahora, las gemelas tendrán que hacer ver que investigan. Para disimular. Probablemente no haga falta. Solo por si tienen algún contacto en la secta que las pudiera exponer. Aunque se lo tomarán con calma.

–¿Vamos escribiendo la respuesta, o esperamos a acabar la investigación?– bromea Yi.

–¿Puedes ver el futuro?– pregunta Liang, tapándose la boca como asombrada.

–¡Claro! Déjame ver el tuyo. Mmmm– hace como que puede ver algo. Incluso suelta qi para parecer misteriosa–. Ya veo. Hoy te encontrarás con tu príncipe azul. Oh. ¿Tendrás sexo tan pronto? ¿Y mañana también? ¡No sabía que eras tan pervertida!

–Ja, ja. Adivina de pacotilla– ríe Song –. Yo lo hago mejor. Lo mismo que ha dicho, para todas.

Yi le saca la lengua. Liang me mira y me guiña un ojo. Yu ríe. Al menos, las gemelas se han olvidado por un rato de la carta y su familia. Cuando escriben sus padres, sonríen bastante más. Aunque con cierta tristeza. No les dicen que están mejor. Lo que significa que siguen igual o peor.

No quieren hablar de lo otro que dice la carta. Habla de sus dos prometidos. Ya nos lo habían explicado. Son dos hermanos de otra familia. No les caen especialmente mal. Pero tampoco quieren saber nada de ellos. Ya incluso antes de ser mías. El plan es dar largas mientras sea posible. Busca una oportunidad para romper el compromiso.

Son de una familia de menor reputación y poder. Ellas esperaban que si su cultivación subía, su familia anularía el compromiso. Ahora se temen que las usarán para otro que les dé más beneficios. Por ahora, el plan es retrasarlo. Si hace falta, están dispuestas a desaparecer.

Por otra parte, he alcanzado el primer paso de Puño Fantasma. Puedo alargar el bastón medio metro. Bueno, no lo alargo de verdad. Solo lo parece. Pero es sólido.

Todavía es un poco inestable. Pero suficiente para usarlo en batalla. O para que las chicas jueguen a golpear y cortarlo. Diciendo algo así como "cortar mi erección".

Song también lo ha practicado. Encontré una variación para la lanza. Y copié las diferencias. Lo que pasa es que no tiene tanto qi como yo para entrenar todo el tiempo. Así que va alternando con prácticas de menos qi. Lo que incluye jugar con Wei. Perseguir a Rayitas. Nadar con las salamandras. Dejar que Terror se meta entre sus pechos. Yo también quiero.

Bueno, eso creo que no lo hizo queriendo. Aunque estaba muy graciosa. No fui el único que se rio. Aunque Ma Lang fue la única que sufrió la venganza. Cuando Song cogió a Terror y la metió entre los de ella.

Las demás no tienen los pechos suficientemente grandes. O tuvieron la suerte de estar más lejos. A mí no me vio reír. Y disimulé cuando me preguntó. Aunque no fue suficiente. Me ató y violó.

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Los siguientes días, las gemelas están un tanto raras. Cariñosas. Con una extraña timidez. Este mediodía, estaban incluso nerviosas. No sé muy bien qué les pasa. Hasta se han puesto una pantalla para que no las viera. No es que no pueda sobrepasarla. Pero no lo haré si ellas no quieren.

–Trátalas con mucho cariño hoy– me exige Song, tras besarme. Llena de mí.

–Más te vale mimarlas– me amenaza Liang con un dulce sonrisa, aún abrazada a mí.

–Cuida bien de ellas– me pide Shi, tras una sesión de sexo un tanto salvaje.

No son las únicas. Wan insiste varias veces. Cuando acabo con todas, las llamo. Hoy me han pedido que las folle una a una. Y las gemelas al final. Se quedan esta noche conmigo.

Me miran las dos muy tímidas. Se muerden incluso el labio. Las dos iguales. Parece que quieren decirme algo. Y que no se atreven. Así que las cojo de la mano. Las atraigo. Las abrazo.

–¿Me vais a decir qué pasa?– les pido –Estáis empezando a preocuparme.

Es la verdad. No es normal en ellas. Suelen ser bastante más ruidosas.

–Yo… ¿Tú nos…?– no acaba la frase Yi.

Me mira con ojos verdes suplicantes. Yu también. Les sonrío.

–No hay nada que no haría por vosotras. Solo decidme qué queréis– les aseguro.

–Desvírganos– pide Yu, roja.

No sé qué decir. No es que sean vírgenes. No la entiendo.

–Quiere decir que nos recrees el… himen, y luego nos… lo hagas– aclara Yi, también roja.

–Sabéis lo que eso significa, ¿verdad?– me aseguro.

Las tendría que follar analmente. No lo he hecho nunca con ellas.

–Sí… Lo hemos limpiado…– responde Yu, muy roja.

–Sabemos que no es lo mismo. Pero… Queremos que tú lo hagas– susurra Yi, no atreviéndose a decirlo más alto.

Ya veo. Ahora lo entiendo todo. A ellas las violaron cuando eran vírgenes. Quieren que de alguna forma lo vuelva a hacer yo. Si ello las ayuda, estoy más que dispuesto.

–Será más que un honor– les aseguro.

Las beso a las dos. Larga y húmedamente. Acariciando con suavidad sus nalgas. Luego las miro. Parece que están un poco más relajadas. Una vez han dicho todo lo que tenían que decir. No debe de ser fácil para ellas. ¿Por quién empiezo?

–Yo primero– se ofrece Yu, muy bajito.

Yi se aparta. Se nos queda mirando a un lado de la cama. Yo beso a Yu. Con suavidad. Cogiendo ambas nalgas. Apretándolas. Añadiendo qi.

Su respiración se acelera. Se vuelve más agresiva con la lengua. Sus manos recorren tiernamente mi espalda.

Se deja caer en la cama. Yo ataco su clítoris y vagina con la lengua. Ella con sus manos en mi pelo.

–¡¡AAAAaahhhhh!! ¡Koooong! ¡¡¡HHHAAaaahhhhHHH!!!– gime.

Sigo hasta que se corre. Despacio. Sin prisa. Luego me levanto. Me mira jadeando. Asiente con la cabeza. Yo saco el lubricante. Lo caliento entre mis dedos. Ella me mira nerviosa. Me agacho. Para masajearle suavemente el pecho con qi. Jugando con sus pezones. Besándola.

Cuando vuelve a aumentar su excitación, llego con la otra mano a su ano. Se tensa mientras lo recorro por fuera con un dedo. Espero a que se relaje antes de empezar a penetrarla. Se vuelve a tensar. Sigo besándola. Jugando con su cuerpo. Con mucho mimo.

Al final, acabo metiendo tres dedos. Lubricando su ano. Añadiendo qi. Haciéndola correrse. Me incorporo.

Ella me mira. Su pecho subiendo y bajando. Hay algo de miedo en su mirada. Pero más deseo. Sobre todo, desde que se ha corrido por mis dedos en su ano.

Yi me mira. Un tanto roja. Entre excitada y preocupada.

Yu asiente otra vez cuando pongo mi miembro frente a su ano. Abre las piernas. Se las coge. Dejándome verlo claramente.

–Ah. Aaah. ¡Aaaaah! ¡¡AAaaaahhh!! ¡¡¡HAAAAAAAAAAAHHH!!! ¡¡Está dentro!! ¡¡¡AAAAAAAAHHhhhh!!!– gime cuando la penetro con bastante qi.

Es muy estrecha. Me muevo despacio. Me vuelvo a inclinar sobre ella. A jugar con sus modestos pechos. A acariciar su cuello. A besarla.

Salgo y entro de ella con suavidad. En movimiento y qi. Mientras voy reconstruyendo su himen. Tengo práctica. No es la primera vez. A Ning se lo he hecho cuatro veces. Dos a Rui. Una a Bronceada y Hai. Incluso a Rong. Aunque no sé si ni siquiera le importó.

La follo analmente despacio hasta que se corre dos veces más. La última, también la lleno de mí. Me sorprende que me rodee con sus piernas. Que no me deje ir. Me mira con deseo. Satisfecha.

–Házmelo más fuerte. Quiero sobrescribir todos los recuerdos. Quiero solo pensar en ti– me pide.

Me besa tras decirlo. Esta vez con más pasión. Con menos dulzura. Quizás incluso con desesperación.

Mi erección se recobra. Empiezo a moverme de nuevo. Más y más rápido. Hasta el límite que parece que puede aguantar. Que aún le resulta placentero.

También estrujo su pecho con más fuerza. Mi lengua invade su boca. Dominándola.

La hago casi perder el conocimiento del placer. De orgasmo tras orgasmo. Sin dejarla descansar. Empujo en ella sin compasión. Aunque en realidad, voy con cuidado de no hacerle daño.

Ella ha dejado de mirarme. Su cabeza ligeramente hacia atrás. Sus ojos cerrados. Su boca abierta gimiendo, cuando no la reclamo. Jadeando.

Tiene un fuerte y último orgasmo. En el que lleno su culo por segunda vez. En el que su cuerpo queda tiesa por unos segundos. Antes de caer sobre la cama. Agotada.

–Gracias– me susurra unos momentos después.

La beso suavemente. Ella se suelta. Diría que apenas puede mantener la consciencia. Pero se fuerza a tener los ojos abiertos. A mirar a su hermana.

–Yo quiero lo mismo– me pide Yi, no muy alto, tragando saliva.

La única diferencia es que se pone a cuatro patas. No la puedo besar tanto. Pero si jugar con sus pechos desde atrás. Con sus orejas. Con su cuello.

Al final, acaba bocabajo sobre la cama. Totalmente estirada. Incapaz ya de sostenerse con pies y manos. Siendo aplastada por mi cuerpo. Con mi miembro perforando su culo. Por segunda vez. Sujetando ambas muñecas. Llevándola al límite también. Apenas manteniendo la conciencia cuando se corre de nuevo. Cuando la lleno.

–Gracias– me susurra también.

Estira la mano para cogérsela a su hermana. Ambas se miren y sonríen. Cierran los ojos. Enseguida se quedan profundamente dormidas.

No sé muy bien cómo sentirme. Ha sido una experiencia dulce a ratos. Salvajes a otros. Siempre preocupado por ellas. Todavía lo estoy. Quisiera saber cómo se sienten. Si esto ha sido realmente bueno para ellas. Espero que sí.