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Designio Divino.

Apenas pudiendo abrir sus ojos, Ramón se encontraba en un lugar que por así decirlo, estaba fuera de este mundo rodeado de irreconocibles figuras humanoides que bajo su punto de vista parecían pérdidas, buscando algo, hasta que sin previo aviso una voz que era reconfortante a la vez que inspiraba miedo y respeto.

- Creaciones mías no teman, pues sus ataduras mortales han sido cortadas y se les ha entregado una oportunidad, la oportunidad de ir más allá de la humanidad que les he impuesto y a su vez de conseguir un favor mío. -

Aquellas extrañas figuras comenzaron a lucir agitadas deformando su apariencia como si estas estuvieran atemorizadas algunas otras permanecían no inmutarse, Ramón por su parte no entendía nada de lo que estaba ocurriendo.

La voz continuó con su discurso.

- Ese favor, es un deseo, sin embargo solo el vencedor es el que conseguirá tal recompensa, y junto a mí reinará sobre el plano terrenal como nuevo vigilante de esta tierra.-

Ignorando aquella voz Ramón se concentró en recordar como fue que llegó a ese lugar.

"Estaba en camino a casa después del trabajo, era el cumpleaños de mi madre, subí a un microbús y después. No, no puede ser, no es verdad, en cualquier momento despertaré, estaré en casa preparándome para otro nuevo día."

Pensó mientras por sus vagos decidió revisar su cuerpo, desilusionado se dio cuenta de que esto no era obra de una pesadilla, sino de una cruel verdad, las marcas ya cicatrizadas de lo que parecían cortes en sus brazos y en su pecho, por fin dándose cuenta de su situación, el ya había muerto, y seguramente todos aquellos extraños seres habían corrido con su misma suerte.

Sin embargo sus pensamientos se detuvieron cuando aquella voz manifestándose más allá del sonido, llegando a su mente impidiéndole pensar, quedando en blanco como si aquella entidad hubiera notado su falta de atención y sin detenerse a repetir su discurso continuó con este.

- Serán enviados a otra tierra, donde probarán su valía, su resolución y aún más importante mostrarme si son dignos de ganarse mi favor, sin embargo no irán desprotegidos ya que les otorgaré un importante don, el don del entendimiento, y si es que aún no comprenden de lo que les hablo pronto lo harán, y si esto no fuese suficiente les espera en el otro mundo una muestra de mi aprecio hacia ustedes, mis " Tesoros Divinos " objetos de gran poder que los ayudarán en su camino. Ahora que el conocimiento es suyo doy por iniciada esta contienda, que gane el mejor. -

Sin que a Ramón le diera tiempo para hacer o decir algo, su conciencia se desvaneció dejándolo inconsciente, pensando en todo lo que acababa de suceder.

De repente y por puro instinto Ramón despertó aún sin poder creer todo lo que había presenciado, observando sus alrededores se dio cuenta de lo obvio, ya no estaba en casa, aun con la ropa con la que había muerto y notando cerca de la cama en la cual aún reposaba una ventana de madera y levantándose a su vez para poder observar el lugar en el que se hallaba, observando a través de ella un espeso bosque iluminado tenuemente por la luz matinal acompañado por el trinar de las aves que habitaban el, sin embargo algo lo alertó, entre unos arbustos algo parecía moverse, el hasta ahora bosque tan animado quedó en total silencio, aquella criatura por fin había hecho acto de presencia una bestia de pesadilla, cuerpo alargado y cubierto de escamas de un color verdoso, dientes que sobresalían de su mandíbula aún cerrada y cabeza con una forma más parecida a la de un mamífero que la de un reptil y un par de patas delanteras cortas que sostenían a la criatura sobre el suelo, con solo verlo su sangre se heló quedando totalmente paralizado no pudiendo hacer más que solo observar pasar a la aterradora bestia, pasó un rato hasta que por fin reaccionó, decidiéndose por fin a moverse decidió inspeccionar la casa, encontrando al lado de su cama la mochila con la cual iba a su trabajo, al salir de la habitación el la que se encontraba, de manera extraña la madera con la que estaba hecha parecía prácticamente nueva, continuando con la exploración decidió bajar por las escaleras, al observar por sus alrededores notó algo sobre una mesa en lo que parecía ser una pequeña cocina, un par de cuchillas decoradas y con unos peculiares mangos anillados y al lado de estas algo que parecía ser un arco hecho de metal ligero sin embargo este no parecía tener una cuerda para poder ser usado y mucho menos alguna flecha.

«Estas cosas parecen más decoraciones que armas de verdad.»

Pensó Ramón, después de todo que clase de cuchillo destinado a una función útil tendría este tipo de diseño tan peculiar, por otro lado, el arco solo era el cuerpo del mismo, y el metal no parecía tener función alguna, para el, este arco parecía ser bastante inútil, sin embargo de repente sintió un inexplicable impulso por tocar estos objetos siendo el primero las cuchillas, aun dudoso decidió tocarlas, para su sorpresa al momento de tenerlas en su manos la superficie de estas mas que sentirse como hojas de metal helado se sentían como el contacto con el cálido plumaje de un ave posándose sobre su mano, extrañado de esta sensación soltó con temor las cuchillas, para volverlas a levantar aun sorprendido y dudando de la veracidad de lo ocurrido, tomándolas de nuevo en sus manos ahora estando seguro de no haberlo imaginado, decidiendo dejarlas ahora con cuidado sobre la mesa de la que las había tomado, siendo ahora el turno arco, mientas acercaba su mano a comenzó a sentir calor proveniente del mismo pero diferente al de las cuchillas siendo mas parecido al calor del sol durante el verano cuando entra en contacto con la piel, perdido en sus pensamientos tratando de imaginar el por que, decidió investigar un poco más la casa en la que se encontraba, siendo extraño desde su punto de vista, por varias razones primero, la casa parecía haber sido hecha recientemente, la madera lucia bastante nueva, había poco polvo en la casa y sin embargo a juzgar por sus alrededores no había nadie habitándola, después de pensarlo y convencerse a si mismo decidió salir de la casa al fin y al cabo no había nada en la casa mas que el par de armas que había encontrado, tomando sus cosas y aprovechando la luz del día decidió ponerse en camino, aun sin rumbo fijo, pero sabiendo que quedarse aquí no garantizaba su seguridad.

Así empezando su camino por estas extrañas tierras, a su paso notaba como arboles y flores que nunca había visto llenaban el paisaje en cierta forma es como si estuviera en un cuento de hadas, claro, exceptuando la criatura que había visto recientemente pero con seguridad el notaria el peligro después de todo y en sus propias palabras.

"Ya he visto suficiente Discovery Chanel para saber como se comportan los animales"