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CAPITULO 85: BAJO EL TECHO DE MI ENEMIGO

La mujer con suma paciencia y con voz tajante, advierte que ella es leal al señor CHONT-SU, le recuerda a KEKI que está siendo vigilada.

Si bien, todos en el castillo, desean el bien del señor CHONT-SU, puede estar segura de que nadie en absoluto le dará auxilio si no está autorizado por el mismo señor.

Por más que desee irse por ahora, le garantiza que terminará entendiendo que el amor que su señor le tiene es más de lo que puede merecer en esta vida.

La ama, la ha amado todos estos siglos.

Es una alegría para todo EL CIELO que, por fín la encontrara.

KEKI no asimila todas las palabras de la señora.

Su mente es un caos.

Más indefensa se siente al ver que OKE está tan distante de ella.

Una desconocida en este momento.

La mujer le pide que abandone toda esperanza, su vida pasada acabó, así de simple.

La mujer avanza y con una seña a OKE, ella se va a acomodar los 3 vestidos en un enorme sillón de madera.

La mujer se disculpa por no acomodarlos en el armario, con voz enfática,

le recuerda a KEKI que es por causa de que ella lo quebró.

KEKI la mira con desesperación.

KEKI siente el impulso de correr hacia la puerta, si logra huír... no, no podría irse sin OKE.

Ella debe encontrar una manera de sacarla de ese trance.

La señora avisa a KEKI que el vestido para ella ya fue elegido.

Usará el rojo, ese es el que eligió su señor CHONT-SU, también decidió que lo acompañará a cenar, la cena se servirá en una hora.

Tiene el tiempo justo para darse un baño y arreglarse como es debido.

La voz de la mujer causa malestar en KEKI.

Cuando esté lista, tocará la puerta principal de la habitación...

En tono serio, advierte que, a su señor CHONT-SU, no le gusta que merodeen por el castillo y menos por los lugares no permitidos, habrá un sirviente esperando afuera de sus aposentos.

Hecho esto, la mujer la mujer se va, seguida de OKE.

Cierran la puerta con llave desde fuera.

KEKI se queda tensa, mirando hacia la puerta.

En KEKI nace un sentimiento que desconocía... se siente acorralada... esto no es nuevo, es sólo que... esta vez, se siente indefensa.

No sabe lo que sucede.

No puede concentrarse en pensar cómo sacar a OKE del trance.

Tiene tantas ideas en su cabeza, TOIRE, INKU, OKE, ESU y los demás... ¿Quiénes vinieron?

¿Habrá venido WAPURO?

Sería lo mejor que pudiera pasar.

No es que sea principiante, es sólo que, la recordar la sencillez en que CHONT-SU la sometió hasta hora, le aterra un poco... después de todo, es humana... Este hombre...

¿Quién es realmente?

KEKI recuerda las palabras de TOIRE... en alguna ocasión le dijo: te seguiré hasta el fín del mundo...

KEKI siente algo de calma en su corazón.

Sabe que sus amigos...

En especial TOIRE... su esposo ahora... no descansará hasta llegar a ella.

Tampoco entiende ¿por qué CHONT-SU está tan obsesionado con ella?

Sólo hay una manera de saber... sacando información del mismo CHONT-SU.

Se escucha un ruido en la puerta.

OKE ha regresado a ayudarle a vestirse.

Al ver que KEKI sigue en el mismo lugar.

OKE le pide ayudar, es tarde y es un delito grave tardarse.

Mientras, en el enorme baño, la ayuda a tallar su cabello en la tina.

KEKI le hace comentarios sobre su vida en el castillo.

Incluso de cuando encontraron a ESU.

O de cuando estuvo celosa de INKU a causa de ESU.

KEKI acaricia las manos de OKE, se levanta a abrazarla, sin importar si moja el traje de sirvienta de OKE, a ella tampoco parece importarle.

KEKI no nota algún cambio en OKE.

KEKI llora de impotencia, debe ser paciente...

Si hubiese intentado huir en aquél momento, tal vez la hubieran hecho pagar a OKE por su fuga.

Además, los amigos no se abandonan.

Debe haber un modo de recuperarla.

KEKI se pide paciencia a sí misma.

OKE se retira de KEKI.

Le pide apurarse.

OKE ha traído el vestido rojo, es un hermoso vestido con olanes, tela de terciopelo y encaje.

El vestido es demasiado hermoso, es lo que piensa KEKI.

Lo que le hace sentir incómoda es que, se esté arreglando para un hombre desconocido que... le hizo sentir... algo que quizá no debió sentir.

Fue algo incorrecto, pero, de algún modo, no puede decir que no le hizo sentir bien.

Esto está mal.

Es una mujer casada.

Independientemente de eso... Ama a su esposo.

Le da un poco de miedo, la cercanía de CHONT-SU.

FIN DE CAPITULO 85