Aila dejó de mirar la espalda de Gabriel mientras él aún se enfrentaba a la ventana; su mirada se desvió lentamente hacia la mesa de café enfrente de ella mientras procesaba todo lo que el vampiro les había contado. El pasado del trío era una tragedia tan violenta; se preguntaba cómo los hermanos eran tan calmados cuando se enfrentaron antes. Pero Aila sabía, después de pasar tiempo con ambos, que ninguno era estúpido y todo lo que hacían era calculado.
Sin embargo, se imaginaba más reacción por parte de Casio. Después de oír acerca de su pasado y de su conversación anterior, sabía que esa era la primera vez que los hermanos se veían desde que Gabriel encerró a Casio en la tumba. Él mencionó cómo había observado a Gabriel a lo largo de los años, así que quizás esa noche la había esperado durante mucho tiempo con un efecto dramático que la lanzaba justo en medio de todo.
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