El tesoro del Emperador Marcial

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Cuando Lu Ming vio a Lu Yuntian de nuevo, estaban en un salón lateral extremadamente bien oculto en la Sala Estrella General.

En este momento, Lu Yuntian ya había cambiado a un nuevo conjunto de túnicas. Se había afeitado la barba y peinado el cabello cuidadosamente. Sus cejas como espadas se extendían hasta sus sienes, haciéndolo lucir extraordinariamente apuesto.

Cuando Lu Yuntian era joven, ya era un hombre guapo raramente visto. Sin embargo, había una cicatriz horrenda en la parte superior de su nariz que se extendía hasta sus labios, arruinando su belleza.

Sin embargo, Lu Yuntian no le daba la menor importancia. Solamente miraba a Lu Ming atónito y lo examinaba cuidadosamente.

—Ming 'er, finalmente has crecido. Incluso te has convertido en un genio cuyo nombre estremece al mundo. Como era de esperarse de mi hijo, ¡jajaja!

Después de un largo rato, Lu Yuntian rió a carcajadas. Estaba muy satisfecho.