Desde ese día en adelante, Rain y sus esposas se turnaban para enseñar a sus hijos. Rain pensó que ya era hora de enseñarle a Sealyn un montón de palabras, pero Seara huyó tan rápido como pudo cuando lo escuchó de Rain. Ella no quería que Sealyn estuviera bajo la guía de Rain hasta que pudiera valerse por sí misma y caminar sin apoyo.
—Un niño tiene que ser un niño... no podemos determinar su camino en la vida de esta manera —dijo Seara.
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