—Incluso si eso es cierto, sería el caso porque tú me rescataste antes, así que no tienes que sentirte de esa manera —dijo Seadrei—. A menos que su fuerza demuestre ser demasiado alta, no pediré ayuda. Además, tus enemigos podrían aprovechar la oportunidad para atacar tu territorio, así que eleva tu guardia.
Seadrei parecía decidido en su decisión, y no parecía que fuera a sacrificar su reino para salvar su orgullo, así que Rain decidió aceptar sus palabras tal como las dijo. Además, se preguntaba qué podría hacer contra un ejército de dragones marinos... el fénix furioso no sería de ninguna utilidad bajo el agua, y sus amigos tampoco tenían experiencia allí...
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