Decenas de miles de años de prosperidad habían permitido que el Clan Zhang creciese a una escala aún mayor que la de las capitales de los Imperios Conferidos. A pesar de que la Formación Dominante del Cielo con Espíritu Dual había sido construida contra la montaña y cubría una vasta área, sólo protegía la entrada a la ciudad.
Sin embargo, no se debía subestimar la fuerza de la formación. Solo bajo su protección, el Clan Zhang pudo permanecer en pie durante tantos años, superando múltiples crisis sin que nadie lograse sacudir su núcleo.
Por lo tanto, todos pensaban que mientras la formación erigida por el viejo ancestral se mantuviera, la ciudad sería inquebrantable. Pero, ¿quién iba a saber que un mero compañero en el reino del Gran Dominio sería capaz de hacerlo a punto de desmoronarse con un simple pisotón de sus pies?
—¡Basta! —gritó Zhang Wuchen agitado.
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