—¿Cómo... cómo obtuviste esto? —Mar Azul se giró rápidamente, su mirada fija intensamente en la Rata Ladrona de Tesoros, su voz temblaba ligeramente.
—Con tantos tesoros aquí, ¿cómo podría recordar los detalles específicos de cómo se adquirió cada uno? —La Rata Ladrona de Tesoros miró en la dirección a la que Mar Azul señalaba y respondió con evidente impaciencia.
—¿Has hecho tu elección? ¿Qué artículo estás buscando intercambiar? —Sin dudarlo un momento, Mar Azul ya había decidido intercambiar por el pergamino de cambio de clase del Rey Mago del Mar.
—Hermano Adán, ¿podría solicitar el honor de intercambiar por este pergamino de cambio de clase hoy? —Mar Azul se giró con renuencia, sus ojos llenos de esperanza, hacia Adán.
—Conoces los esfuerzos que he hecho en busca de él. Si no lo aprovecho ahora, puede que nunca tenga otra oportunidad... Estoy dispuesto a pagar cualquier precio por este pergamino. —El ceño de Adán se frunció en pensamiento.
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