Echó un vistazo al espejo retrovisor para confirmar que la transformación estaba completa.
El poderoso y rico joven había desaparecido, y Su Jiyai había vuelto a su estado habitual.
Su corazón aún latía acelerado por la adrenalina, pero una sonrisa satisfecha jugueteaba en sus labios.
Lo había logrado—1.4 mil millones en su bolsillo, la deuda de Hua lista para ser saldada, y todo sin ser atrapada.
Su Jiyai soltó una risita suave, un alivio la invadía. Había salido ilesa, y ahora era el momento de terminar el trabajo.
—Vamos a saldar esa deuda —dijo—. Sistema, dime su ubicación y yo entregaré el dinero.
[Sí anfitrión. Calculando... Destino: 345 Avenida Pino. Un complejo de apartamentos decadente.]
Su Jiyai dirigió la autocaravana hacia la dirección, con las luces de la calle parpadeando sobre ella.
La ciudad a su alrededor pasaba de los deslumbrantes casinos a los sucios callejones, y pronto se encontró frente al deteriorado complejo de apartamentos.
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