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Capítulo Cuatro

Giorno vendió en una joyería su botín. No pudo evitar notar como el dueño de la joyería tomó todo, menos el reloj que le había quitado al líder de los punks. Sin duda, era el artículo más valioso que le habían mostrado. El joyero no disimuló el miedo incluso de tocarlo. Aun así, eso no le molesto a Giorno, le gustó mucho el diseño de ese "tictac", y sencillamente había decidido usarlo. Por otro lado, al ser joyería robada, sólo obtuvo menos de una tercera parte de su valor real, pero era suficiente para comprar un traje, unos zapatos y pagar un estilista.

Cuando estuvo completamente listo, se paró frente a un espejo completo, vestía un traje gris, una camisa de seda negra y una elegante corbata roja. Ahora sí se sentía como un hombre de verdad.

Cuando entró a ese prestigioso local de ropa fina, el dueño lo amenazó con llamar a la policía. Giorno tuvo que decir que lo habían robado, y mostrar su dinero. Inventó una historia donde unos amables ciudadanos le había regalado esos harapos, mientras lograba comprar ropa nueva. El dueño no se lo creyó, su pelo estaba hecho un desastre. Sin embargo, tenía dinero, si pagaba lo atenderían, era lo que le había dicho el dueño del local. Giorno entendió que en este mundo la gente no era tan inocente como en el otro. Y si quería engañar a alguien tendría que ser más concienzudo e inteligente a partir de ahora.

Caminó fuera de la tienda, con intención de ir directamente a su trabajo mientras recordaba su antigua vida en el otro mundo.

Giorno estaba fascinado con la belleza de la naturaleza, árboles hacía donde se quisiera ver. Un camino pavimentado con piedras que en la noche se iluminaban como por arte de magia, riachuelos de aguas cristalinas repletos de peces. Este mundo sería un paraíso de no ser por sus bandidos, demonios y demás monstruos que intentan devorarlo cada instante de su nueva vida.

Su evolución había sido bastante inesperada, pasó de ser una especie de medusa voladora, a un duende, pensó, mientras empuñaba una oxidada y casi rota espada temblando contra unos bandidos humanos.

Bola de Ácido, le gritó ¡Giorno!, lo que desencadenó un movimiento automático de ataque contra el bandido, pero no les causo daño, los bandidos se rieron a carcajadas, parecían vikingos, usaban pieles y tenían largas barbas, en su espalda portaban enormes hachas de guerra.

El bandido al que atacó Giorno lo golpeó en el estómago con tanta fuerza que, su ahora cuerpo de duende, lo sintió en sus costillas, que se rompieron y perforaron sus propios órganos, fue un golpe contundente, se suponía que él tenía habilidades que lo protegían de este tipo de ataques, pero el daño había sido colosal, acompañado de vómito con sangre y un terrible dolor que atravesó su cuerpo, por poco pierde el conocimiento, de no haber usado "curación" y su habilidad pasiva de regeneración nivel 12, casi al mismo tiempo, en que fue golpeado, el daño de seguro habría sido mucho peor.

Tuvo que usar curación varias veces más para poder desaparecer el dolor, aun cuando su habilidad "temple" también estaba por el nivel 12, gracias a sus habilidades sus costillas regresaron a su lugar totalmente curadas, pero al usar tanto poder mágico lo agotó de inmediato.

-Jajajajaja- se reían los bandidos- ¿qué no sabes nada? "Bola de Ácido" no puede perforar una armadura de esta calidad, además solo es eficaz contra los no muertos para derretirlos. El bandido tomó su enorme hacha y se dispuso a blandir contra el joven duende, pero un lobo salió de la nada mordiendo la yugular del bandido, quien con su enorme mano se lo arrancó del cuello aplastando la cabeza del animal, la sorpresa fue colectiva cuando el lobo explotó en la mano del bandido asesinándolo instantáneamente.

El cuerpo cayó al suelo sin la mitad de arriba, aprovechando la confusión una figura rápida y ágil, con una capa; que se mezclaba con el verde de la hierba, dueña de un par de piernas prestas y fulminantes salió de la maleza con una velocidad y sigilo igualmente altos, arremetiendo contra uno de los hombres, que aún confundido con la explosión, no tuvo tiempo de sacar su hacha cuando la silueta le clavó una daga en el cuello y con un rápido movimiento le arrancó la cabeza.

- Tú, el pequeño duende, cúbrete esto se pondrá feo, dijo, la misteriosa silueta con una voz femenina que no parecía tener más de 15 años, Giorno se dio cuenta que era una joven Elfa, llevaba una capa verde, pantalones cortos, unas extrañas botas hasta el tobillo y una pequeña armadura con escamas verdes que se ajustaba a su delgado cuerpo. Los bárbaros tienen muchísima vitalidad y se regeneran demasiado rápido, no será fácil matarlos, le explicó precipitadamente.

- ¡Si!... dijo, aterrado Giorno, mientras gateaba desesperadamente detrás de un árbol

La pequeña Elfa, evadió el ataque de uno de los bárbaros, pero otro de ellos dio un grito y la arrojó contra un árbol, al parecer eso le había causado mucho daño, aprovechándose otro arremetió contra ella atacándola con su enorme hacha, pero un grupo de lobos se abalanzó contra él, mordiéndole por todas partes.

Técnica de sangre, lobos vampíricos: los lobos drenaron la sangre del bárbaro hasta literalmente dejarlo seco, lo que más llamó la atención de Giorno fue que a medida que los lobos succionaban a su presa, ella parecía recuperarse en solo unos instantes de todo el daño recibido. Una vez el bárbaro dio su último respiro, los lobos se dividieron en tres grupos, para atacar a los 3 que quedaban, el que usaba gritos de guerra parecía ser el líder y era el más fuerte: asesinó a los lobos con facilidad. Mientras los otros dos cayeron ante las fauces de las bestias.

-¡dobaglhich oh naal ok zin, "(gran dragón de tormenta escucha mi llamado)" furodah varin wah dein! "(¡te entrego mi existencia para que aplastes a mis enemigos con tu poderoso hálito!)"- la chica abrió sus ojos con sorpresa, esa era una invocación de nivel 60, realmente tenía mala suerte, odiaba tener que pelear contras personas que sobrepasaron el nivel 50, era un desperdicio matar potenciales alimentos para su señor. El cielo se nublo en un instante y una enorme bestia emergió de la nube oscura con un gran grito que obligó al pequeño duende a taparse los oídos. Luego, de su boca un terrible rayo atacó a la chica quien se volvió niebla, reapareciendo en el aire, al lado del dragón.

- ¡Cómo diablos...! - exclamó asombrado Giorno, al ver reaparecer a la chica a esa altura, la chica empezó a hacer su propio encantamiento.

-Entonces aullaré, cada luna nueva, hasta que la manada me haya aceptado, daré la carne de mis presas a los hijos de la manada y ellos me pagarán con su cuidado, despierta en medio de la noche, que tus fauces devoren mis enemigos y tus dientes aplasten sus sueños, aplasta a quienes osen desafiarte, oh gran dios de los lobos blancos ¡DEVORA ESA MALDITA LAGARTIJA FENRIR! De la mano de la chica emergió un enorme lobo blanco que se abalanzó sobre el dragón mordiendo su cuello y arrancándole la cabeza en un instante, precipitándose ambos al suelo, cuando cayeron ambos a tierra todo templó, mientras el lobo celebraba con un aullido victorioso y con su pata aplastaba la cabeza del dragón. Giorno volteó a mirar al bárbaro que había invocado el dragón, este se desplomó muerto, igual que su invocación.

- Eso pasa, dijo la Elfa, quien descendía como una pluma de las alturas, cuando realizas una invocación ligada sin precaución... El gigantesco lobo blanco corrió hacia la chica, quien abrió la palma de su mano y este entro en ella, como si fuera absorbido por un agujero negro, supongo que tú eres el duende reencarnado del que todos hablan, un gusto conocerte puedes llamarme Ariana.

-¿Duende reencarnado...? dijo Giorno, mirando la cara de la joven Elfa, quien le sonreía extendiéndole la mano. La misma mano de la que, tan solo hacía un instante, un lobo gigantesco salió y luego regresó.

-Así es, le respondió la chica Elfa, tal parece que esta es la primera vez que un reencarnado se manifiesta en una criatura tan débil. Realmente has despertado mi curiosidad. Las posibilidades son muy interesantes, claro, mientras no mueras.

La chica hizo una pausa, mirándolo, y luego agregó:

-No sé, si sea buena idea decirte esto, pero igual que tú, también fui arrastrada a este mundo. Eso fue hace tanto tiempo, que ya olvidé por completo cómo es el otro mundo del que vengo.

Giorno se sorprendió, ¿acaso ella era como él? De ser así, valía la pena estar junto a ella el mayor tiempo posible.

-Y ya que llevo más tiempo que tú, en este mundo, la chica se agachó hasta su altura y acaricio su fea cabeza de duende como si él fuera una mascota, seré tu maestra, te enseñaré a luchar y algo de magia y tu primera lección será… se puso de pie y con aire de superioridad le dijo: siempre ataca al líder primero, si no lo haces podría invocar un dragón de esos o algo peor tal y como me pasó a mí.

La Elfa ayudó a Giorno a incorporarse, y luego limpio su daga en la ropa del que había sido el líder de esos bárbaros, para luego proceder a saquearlo.

- ¿Qué esperas? - lo regañó la Elfa, al ver que él solo se quedaba mirándola, ¡quítale todo lo que tenga de valor!, los muertos no lo necesitan.