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4-{Encanto}

La pizarra estaba llena de fórmulas. Daphne apuntaba y calculaba rápidamente todo. Física y Química no era una materia tan desagradable, pero eso de calcular le cansaba un poco.

-sin la fórmula, es difícil aprobar el examen - Anunció el profesor mientras seguía apuntando otra más en la pizarra llena.

Faltaban pocos minutos para acabar la clase y el profesor decidió pasar lista. Con esa voz gruesa, firme y recta. Todos debían contestar un : "presente, pofesor"

-Daphne Deligiannis Niniadis - el profesor habló fuerte.

-presente, profesor

♥♥♥

- ¿¡Por qué no vienen ya, las malditas vacaciones de verano!?

-tampoco falta tanto, faltan 3 meses - Jason rió al ver a su amigo amargado.

-¿Y te parece poco? - rodó Max los ojos molesto al ver a Jason reír. Los demás estaban piropeando a niñas jovencitas de secundaria.

-fiu, fiu. Nena estás como el pastel de chocolate que prepara mi madre - uno de los más perversos del grupo de chicos, ya andaba molestando. - ya, callate Ryan - Jason empujó a su amigo juguetón. Y las horas de recreo se basa siempre en eso.

Desde lejos se veía Daphne, caminando despacio con el móvil en la mano.

Los chicos se dieron cuenta de como Jason se perdía en esa belleza sin prestar atención a nada más...

-¡¡Jason está enamorado!!- chillaron todos sus amigos, captando la atención de la gente.

-no - negó el chico. -solamente me gusta, nada más - los alocados chicos empezaron a reír.

-Jason, eso no te lo crees ni tú, anda ve a por ella - habló Max al ver como Daphne entraba en el edificio.

-¡dale fuerte contra la taquilla, si hace falta! - Ryan le divertía ver a Jason molesto.

Daphne guardó el móvil en la mochila, caminó por el despejado y silencioso pasillo hasta llegar a su taquilla.

Su piel se erizó y el corazón empezó a bombear cada vez más rápido sin control. Jason estaba agarrándola de la cintura.

-hola- susurró. Ese aroma delicioso que tenía su cabello ¿Que era lo que se echaba? Olía deliciosamente bien. Ese olor a rosas era placentero de inhalar.

¿Y en su delicado y fino cuello?

¿Como que siempre olía a mora?

Se quedó quieto detrás de ella inhalando esos deliciosos aromas.

-Jason... - Daphne Frunció los labios nerviosa. Él la giro de tal forma que no quede nada de espacio entre ellos. Sus respiraciones pesadas estaban cerca de nuevo, Jason acarició su rosada mejilla mientras cerraba sus ojos.

Su dulce presencia sin duda era la mayor debilidad de él.

Jason tenía esa sensación de beber agua, tenía sed de esos labios. Los labios de Daphne eran agua y él, el humano que necesita hidratarse.

¿Como esos labios podían enloquecer tanto?

Se sumergieron en un delicioso beso de nuevo. Moviendo lentamente esos labios dulces. Que enriquecedor era sentir el sabor a fresa de sus labios. Ese dulce gemido de nuevo lo excitó. Sus mejillas seguían calientes y lo más posible es que seguramente estaban rosadas. Disfrutaba, acariciando su mejilla, suave como el pétalo de una flor.

De pronto, un ruido quebró el hermoso momento. Ambos se separaron al instante sintiendo la adrenalina. Eran voces , voces se escuchaban al final del pasillo.

-¿Que vas hacer hoy? - Jason preguntó con voz pesada, estaba nervioso.

-esta tarde, Daphne tiene clases de piano y después más cosas importantes que hacer - esa voz autoritaria femenina, familiar inconfundible para Daphne estaba presente ahí.

-¿papá, mamá? - miró sorprendida a sus padres.

-hola, cariño. Hoy hemos tenido entrevista con tu profesora- La elegante y fina mujer con cabello hacia un lado ondulado, recta y con esa clase de vestimenta de alta costura, respondió a su hija con una agradable sonrisa.

Jason resopló, era mejor que se marchara de ahí.

-Daphne, yo...Mejor me voy, adiós- se despidió frío, seco.

-¿Que hacías con ese muchacho? - frío, serio y seco sonaba el padre de Daphne. -solamente estabamos hablando papá- ella respondió.

-por dios hija ¿Como puedes venir de esta manera a la preparatoria? Debes destacar, ponerte formal, enseñar tu verdadera belleza - la madre de Daphne (Denisa) habló al ver a su hija con esa bonita, larga melena, suelta. Sacó un cepillo de su pronunciado bolso. Peinó a su hija, haciendo una bonita coleta alta, acompañado de ese bonito lazo blanco.

Salieron del edificio, para ir al patio. Denisa platicaba algo muy a gusto con la profesora y Daphne al lado, mirando desde lejos a Jason con su club.

Alexander identificó rápidamente al hijo de uno de sus grandes amigos. Se acercó a él y lo saludó.

-hola, Dylan ¿Cómo estás,muchacho?

-muy bien, señor ¿Que le trae por aquí? - El joven de gafas preguntó. -estaba hablando con la profesora, tenía entrevista - respondió.

-por cierto, tú y Daphne vais juntos a la misma clase ¿cierto? - Alexander preguntó interesado. -sí, así es - Dylan respondió.

-¿Y que me dices del tal Jason? Ese chico no me agrada, veo que tiene un cierto interés en mi hija y no me agrada - Alexander fue directo. - Todo el mundo, conoce a Jason, sus padres son empresarios, eso es lo único que sé- Dylan respondió.

-muchacho, voy a ser directo, encargate de que Jason no se acerque mucho a mi hija ¿de acuerdo? - habló con una autoridad impresionante.

Dylan observó a Alexander ¿Por qué será que vigila tanto a su hija?

-así será - Dylan sonrió.

-¿quieres venir, hoy a comer a casa? Yo me encargaré de decírselo a tu padre - invitó Alexander al joven estudiante.

-claro señor .

-hasta luego

♥♥♥

La clase pasó rápidamente, para Daphne. Ya todos los alumnos estaban saliendo del instituto como locos, por fin eran las 15:00. Ella y algunos más seguían guardando sus cosas y preparase para marchar del aula.

Al cabo de unos instantes, alguien saludó a Daphne.

-hola Dylan ¿que tal? - ella saludó con una amplia sonrisa. -bien- contestó el muchacho - tu padre me ha invitado a comer - dijo. La sonrisa de Daphne se congeló transformándose en una mueca de horror.

Juntos salieron del aula. Jason, miró a Dylan hablando plácidamente con Daphne mientras que ella, lo único que hacía era asentir fingiendo prestar atención.

¿Por qué ese chico hablaba y se acercaba a ella ?

Nunca había visto a ese pequeño encanto de persona con un chico, que no fuera él. Más bien eso le daba rabia.

El pulso comenzó a acelerarse, debía controlarse. Solamente estaban hablando, nada más.

Además su pequeña Daphne, no parecía muy cómoda conversando con él.

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