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cap. 7

A la mañana siguiente, me obligué a salir fuera de la cama, y luego de una rápida pasada por el baño, que incluyó tratar de ocultar mis ojeras y echarme revitalizante capilar para cabello rizado. Me dirigí hacia la cocina para encontrar a mi madre ya en la mesa. Tenía una taza de té herbal entre sus manos, su pelo estaba revuelto, tenía un look somnoliento, el cual era una simpática forma de decir que ella parecía un puerco espín. Mirándome por arriba de su taza, me sonrió.

—Buenos días.

Me deslicé en la silla de enfrente y me serví mi cereal de maíz en un bol.

Mi madre había sacado las fresas y una botella de leche, las que añadí a mi cereal. Trataba de ser consistente con lo que comía, pero siempre me parecía más fácil cuando mi mamá estaba en casa, haciendo comidas que de seguro superarían lo que yo podría hacer en diez segundos.

— ¿Dormiste bien? —preguntó.

Asentí con la cabeza, recién había comido un poco de mi cereal.

—Me olvidé de preguntarte anoche —dijo mi madre—, ¿Al final le diste un tour por la cuidad a Scott?

—Cancelé —. Probablemente lo mejor sea dejarlo en eso. No estaba segura de cómo reaccionaría si se enterara de que lo seguí hasta el muelle, luego pasé la noche con él en un salón de pool en Springvale.

La nariz de mi madre se arrugo. — ¿Es... humo de cigarrillo lo que huelo? Oh Dios.

—Encendí unas velas en mi habitación esta mañana—, respondí, recordando que ni siquiera había tenido tiempo para ducharme. Estaba segura de que Z se quedo en mis ropas, mis sabanas, mi pelo.

Ella frunció el ceño.

—Definitivamente es humo de cigarrillo lo que huelo—. Su silla se deslizó hacia atrás, y comenzó a ponerse de pie, para poder ir a investigar.

Nada la detendría. Me froté mi ceja con nerviosismo.

—Lo cierto es que anoche fui a un salón de pool.

—¿Con Patch? —Hace algún tiempo habíamos dejado en claro una norma, con la cual yo absolutamente de ninguna manera, bajo ninguna circunstancia tengo permiso para salir con Patch mientras mi mamá estuviera lejos.

—Sí, él estuvo ahí.

—¿Y?

—No fui con Patch. Fui con Scott —por cómo reaccionó su cara, estuve lo bastante segura de que eso fue peor—. Pero antes de que te enfades —me precipite a decir—, sólo quiero decir que mi curiosidad me está matando. Me está costando bastante duro ignorar el hecho de que los Parnell están haciendo lo posible por mantener el pasado de Scott en la oscuridad. ¿Por qué cada vez que la Sra. Parnell abre su boca, Scott está a dos metros de ella mirándola como un halcón? ¿Qué puede tener él que ocultar que sea tan malo?

Estaba esperando que mi madre saltara en su puesto y me dijera que desde el minuto que volviera a casa luego de la escuela esta tarde, estaría castigada hasta el 4 de Julio, pero ella dijo—. También me he dado cuenta.

—Sólo soy yo, ¿o ella parece que le tiene miedo? —continúe, revelando que ella parecía estar más interesada en la discusión sobre Scott que mi castigo por pasar la noche en un salón de pool.

—¿Qué tipo de madre estaría asustada de su propio hijo? —mamá preguntó en alto.

—Creo que ella conoce su secreto. Ella sabe lo que él hizo, y él sabe que ella sabe. —Quizás el secreto de Scott sea tan simple como que él fuera Nefilim, pero no lo creo. Basada en su reacción de anoche cuando fue atacado por el Nefilim de polera roja, estaba comenzando a sospechar que él no sabía la realidad de lo que era, o de lo que era capaz de hacer. Él se habrá dado cuenta de su increíble fuerza o su habilidad para hablar en las mentes de las personas, pero probablemente no sabe cómo explicarlo. Pero Scott y su mamá están tratando de ocultar su herencia Nefilim, ¿Qué están tratando de esconder? ¿Qué ha hecho él en el pasado que necesita ser cubierto?

Treinta minutos después, entré a la clase de Química para encontrar a Marcie en nuestro escritorio, hablando por celular, ignorando por completo la señal en la pizarra que decía NO CELULARES, NO HAY EXCEPCIONES.

Cuando me vio, se volteó y cubrió su boca con una mano, claramente queriendo privacidad. Como si me importara. Para ese entonces ya estaba en nuestro, la única parte de la conversación que alcancé a escuchar fue un seductor...

—También te quiero.

Deslizó su celular dentro del bolsillo del frente de su mochila y me sonrió.

— Mi novio. Él no va a la escuela.

Inmediatamente tuve un momento de duda en mi interior, preguntándome si Patch era quien estaba en el otro lado de la línea, pero él me había jurado que lo que pasó anoche entre él y Marcie no tenía ningún significado. Podía entrar en un estado de celosa frenética, o podía creer en él.

Asentí por simpatía.

—Debe ser duro salir con alguien de afuera.

—Ha, ha. Ya sabes, estoy enviando un texto luego de clases a todos los que están invitados a mi fiesta anual de verano el jueves en la noche. Estás en la lista—, dijo casualmente —. Mi fiesta es la forma más segura de sabotear tu vida social... no te tienes que preocupar en sabotear algo que no tienes.

—¿Fiesta anual de verano? Nunca había escuchado sobre eso.

Ella sacó un estuche de maquillaje que tenía en el bolsillo trasero de sus jeans, y se en polvoreó la nariz.

—Eso es porque tú nunca habías sido invitada

Está bien, espera un minuto. ¿Por qué Marcie me estaba invitando? A pesar de que mi coeficiente intelectual era el doble que el de ella, ella debería haber notado el hielo entre nosotras. Eso, y que no tenemos ningún amigo en común. O intereses, para compartir.

—Wow, Marcie. Es genial de tu parte que me invitarás. Un tanto inesperado, pero sigue siendo genial. Definitivamente trataré de ir.

Marcie se inclino hacia mí.

—Te vi anoche.

Mi corazón comenzó a latir más rápido, pero mantuve el control de mi voz. Sin compromiso de responder.

—Sí, yo también te vi.

—Eso fue un poco... loco. —Dejó un momento la oración abierta, como si esperara que yo completará la frase.

—Supongo.

—¿Supones? ¿Habías visto el palo de billar? No había visto nunca a alguien hacer eso. Él lo arrojó a través de la mesa de pool. ¿Esas cosas no están hechas de pizarra?

—Estaba en la parte de atrás de la multitud. No pude ver mucho. Lo siento. —No estaba tratando de ser inservible propósito; esa era una discusión que yo no quería tener. ¿Y esa era la razón por la cual me estaba invitando a su fiesta? Para instalar una sensación de confianza y amistad a nuestra relación, entonces así yo le tendría que decir, en todo caso, ¿sabía lo que había sucedido la pasada noche?

—¿No viste nada? —repitió Marcie, una línea de duda cruzó por su frente.

—No. ¿Estudiaste para la prueba de hoy? Yo logré memorizar la mayor parte de la tabla periódica, pero la línea del fondo me sigue costando.

—¿Alguna vez te llevó Patch a jugar pool a ese lugar? ¿Alguna vez viste algo como eso?

La estaba ignorando, volteé y abrí mi cuaderno de notas.

—Escuché que tú y Patch han terminado —dijo ella, probando desde un nuevo ángulo.

Tragué un poco de aire, pero algo tarde, ya que mi cara ya se sentía caliente.

—¿Quién termino con quien? —preguntó Marcie.

—¿Tiene importancia?

Marcie frunció el ceño.

—¿Sabes qué? Si no vas a hablarme, puedes olvidarte de ir a mi fiesta.

—No iba a ir de todas formas.

Miró para otro lado.

—¿Estás enojada porque estaba con Patch anoche en el Z? Porque él no significa nada para mí. Sólo nos estábamos divirtiendo. No es nada serio.

—Enserio, realmente se miraba de ese modo, — dije, dejando claro el cinismo de la frase en mi tono de voz.

—No estés celosa, Nora. Patch y yo somos muy, muy buenos amigos. Pero en caso de que estés interesada, mi mamá conoce una terapista de relaciones muy buena. Hazme saber si necesitas una referencia. Déjame pensar un segundo, es bastante cara. Quiero decir, sé que tu mama tiene un trabajo y todo...

—Tengo una pregunta para ti, Marcie —mi voz sonó como un aviso, pero mis manos se estaban moviendo en mi regazo—. ¿Qué harías si tu mañana despiertas y descubres que tu padre ha sido asesinado? ¿Tú crees que el trabajo de medio tiempo de tu madre en JC Penney pagará las cuentas? Para la próxima vez, antes de que traigas mi situación familiar, ponte en mis zapatos por un minuto, un mini pequeño minuto.

Ella sostuvo mi mirada por un largo rato, pero su expresión fue tan inexpresiva que dudé el hacerla pensar dos veces. La única persona con la que Marcie podía sentir empatía era consigo misma.

Luego de clases, encontré a Vee en el estacionamiento. Ella estaba cruzando de forma desparramada por el capo del Neón, mangas sobre sus hombros.

—Necesitamos hablar—, dijo ella mientras me acercaba. Se apresuró a sentarse y dejar caer sus lentes de sol al nivel de la nariz para tener suficiente contacto visual. — Tú y Patch están en SplitsVille , ¿Lo están?

Subí sobre el capo a un lado de ella.

—¿Quién te dijo?

—Rixon. Por cierto, eso me dolió. Soy tu mejor amiga, y no debería enterarme de estas cosas por medio del amigo de un amigo. O por medio del amigo de un ex-novio —ella agregó, luego de pensarlo todo. Paso una mano por mi espalda y preguntó —¿Cómo lo estás manejando?

Especialmente no muy bien. Pero fue una de esas cosas que estaba intentando enterrar en el fondo de mi corazón, y no iba a poder mantenerla enterrada si hablo sobre ella. Recosté mi espalda contra el parabrisas, levanté mi cuaderno para tapar el sol.

—¿Sabes cuál es la peor parte?

—¿Qué yo estaba en lo que correcto todo el tiempo, y que debes estar sufriendo por oírme decir, "Te lo dije"?

—Que graciosa.

—No es un secreto que Patch es un problema. Él tiene puesto lo de chico-malo-en-busca-de-redención, pero lo raro es que la mayoría de los chicos malos no quieren redención. Ellos se sienten bien siendo malos. Ellos aman el poder que obtienen sembrando temor y pánico en los corazones de los demás en todos lugares.

—Eso fue... insignificante.

—Cuando quieras, bebe. Y que hay sobre...

—Vee.

Agitó sus brazos.

—Escúchame. Estoy guardando lo mejor para el final. Estoy pensando en que es tiempo que comiences a pensar en tus prioridades en cuanto a chicos. Lo que necesitamos encontrar es un Boy Scout quien nos haga valorar tener un buen hombre en nuestro lado. Mira a Rixon, por ejemplo.

La mire con una cara de Tienes que estar bromeando.

—Reconozco esa mirada —dijo Vee—, resulta que Rixon es un chico decente.

Nos miramos una a la otra por largos 3 minutos.

— Está bien, quizás un Boy Scout es mucho —dijo Vee—. Pero el punto es que puedes ser beneficiada con un chico bueno, un chico cuyo closet no sea solo negro. A todo esto, ¿Qué le sucede? ¿Patch cree que es un comando?

—Vi a Marcie y Patch juntos la pasada noche —. Lo dije en un solo respiro.

Listo, lo dije.

Vee pestañeo unas veces, digiriéndolo.

—¿Qué? — dijo, con la boca abierta.

Asentí. — Los vi. Ella tenía los brazos alrededor de él. Ellos estaban juntos en el salón de pool de Springvale.

—¿Tú los estabas siguiendo?

Quería decirle, Dame algo de crédito al menos, pero sólo armé una frase.

—Scott me invitó a jugar pool. Fui con él, y juntos entramos. —Le quería decir a Vee todo lo que había sucedido luego de aquel momento, pero como con Marcie, había cosas que no podía explicar. ¿Cómo podría decirle sobre el Nefilim con la polera roja? O ¿Cómo había él atravesado el taco de pool a través de la mesa?

Vee me miró de forma que esperaba una respuesta.

—Bien, como iba diciendo, cuando ves la luz, nunca quieres volver atrás.

Quizás Rixon sea bueno como amigo. Otro como Patch, eso es... —se interrumpió con torpeza.

—No necesito un novio, necesito un trabajo.

Vee hizo una gran mueca

—Más trabajo, ugh. Aún no le encuentro el encanto.

—Necesito un auto, y para tener uno, necesito dinero. Por ende un trabajo.

—Tenía una larga lista de razones para comprar el Volkswagen Cabriolet en mi mente: el auto era pequeño, y mucho más fácil de estacionar, y no gastaba tanta bencina —un bonus, considerando que no iba a tener mucho dinero para bencina luego de gasta más de mil dólares en el auto en sí. Y sabiendo que era ridículo el sentir una conexión con algo inanimado y práctico como un auto, estaba comenzando a verlo como una metáfora para cambiar mi vida. Libertad para ir donde quiera ir, donde sea. Libertad para estar fresca. Libre de Patch, y todas las memorias que compartimos que aún no me figuraba como dejarlas detrás de una puerta.

—El amigo de mi madre es uno de los managers nocturnos en Enzo's y ellos están buscando meseras —sugirió Vee.

—No sé nada sobre cómo ser mesera.

Vee encogió los hombros. —Haces café, lo viertes. Lo llevas hasta cada cliente. ¿Qué tan difícil puede ser eso?

45 minutos después, Vee y yo estábamos en la playa, caminando por el borde costero, enfocándonos en nuestra tarea y no mirando las vitrinas. Desde que ninguna de nosotros tiene un trabajo, y por consecuencia no tenemos dinero, estamos perdiendo nuestras habilidades al vitrinear en las tiendas.

Llegamos al final del camino y nuestras miradas se centraron en una pastelería.

Prácticamente escuché la boca de Vee babear la ventana al apoyar su cara contra el vidrio.

—Creo que hace más de una hora que no he comido —dijo—. Anillos glaseados, aquí vamos. —Ya se encontraba a 4 pasos de ahí, empujando las puertas.

—Creía que estabas intentando perder peso para la temporada de natación. Pensé que eras de huesos grandes y que querías que pasaran cosas con Rixon.

—Tú si sabes cómo bajarme el ánimo. En fin, ¿No creo que un anillo me afecte mucho?

Nunca había visto a Vee comerse sólo un anillo, pero prefiero mantener mi boca cerrada.

Ordenamos media docena de glaseados y nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, cuando vi a Scott al otro lado del vidrio. Él tenía su frente apoyada en el vidrio y estaba sonriendo. Él movió su dedo; diciéndome que saliera.

—Volveré enseguida —le dije a Vee.

Ella siguió mi mirada. —¿Ese no es "Scotty the Hottie"?

— Deja de llamarlo así. ¿Qué le paso a "Scotty the Potty"?

—Creció. ¿Sobre qué querrá hablarte? —Algo revelador paso por su mente. —Oh, no puedes. No tienes permitido jugar con él. Él es problemas. Vamos a encontrar un simpático Boy Scout, ¿Recuerdas?

Colgué mi bolso de mano en mis hombros.

—No estoy jugando con él. ¿Qué? —le dije en respuesta a la mirada que me estaba dando—. ¿Esperas que me quede sentada y lo ignore?

Ella levantó las manos.

—Sólo apúrate o tu anillo pasará estar en la lista de especies en extinción.

Afuera, rodeé la esquina y caminé hasta donde había visto por última vez a Scott. Él estaba recostado en el asiento trasero de una banca en la acera, con los dedos en los bolsillos.

—¿Sobreviviste a lo de anoche? — él preguntó.

—Sigo aquí, ¿No?

Él sonrió.

—¿Un poco más emocionada que antes?

No me acordaba que él había sido quien había estado atrapado en la mesa de pool con uno de los tacos atravesado a centímetros de su oreja.

—Lo siento por haberte dejado sola —dijo Scott—. Veo que pudiste encontrar la forma de volver a tu casa, ¿verdad?

— No te preocupes —dije con molestia, no tengo problemas en ocultar mi enojo—. Sólo aprendí a nunca más salir contigo.

—Hare que lo vuelvas a hacer. ¿Tienes tiempo para un rápido bocadillo?

—Apuntó su dedo hacia un restaurante para turistas abajo en el borde costero.

Alfeo's. Yo había estado ahí hace algunos años atrás con mi padre y recordaba que el menú era bastante caro. La única cosa que podía tener por menos de cinco dólares era agua. Coca-Cola si es que tenía suerte. Tomando en consideración los exorbitantes precios y la compañía —luego de todo, mi último recuerdo de Scott es de él tratando de burlase de mi blusa con su taco de billar— sólo quería ir a terminar mi anillo.

—No puedo. Estoy con Vee —le dije a Scott—. ¿Qué paso luego en el Z, anoche? Luego de que me fui.

—Obtuve mi dinero de vuelta. —Algo sobre cómo me respondió me dejó pensando sobre que eso no fue tan simple.

—Nuestro dinero —corregí.

—Tengo la mitad de tu dinero —dijo vagamente—. Lo desperdiciare esta noche.

Sí, claro. Tenía el presentimiento de que él había quemado todo el dinero, y algo más.

—¿Y el chico de polera roja? —pregunté.

—Se fue.

—Parecía ser bastante fuerte. ¿También te diste cuenta? Algo en el era… diferente.

Lo estaba poniendo a prueba, para saber cuánto podría saber, pero su único comentario fue...

—Sí, supongo. Mi madre me sigue diciendo que salga y haga nuevos amigos. Sin ofender, Grey, no eres uno de los chicos. Más tarde que nunca voy a tener que independizarme. Aw, no llores. Sólo recuerda los buenos momentos que hemos compartido juntos, y estoy seguro de que te sentirás mejor.

—¿Me arrastraste hasta aquí para romper nuestra amistad? ¿Tanta suerte tengo?

Scott se rio.

—Pensé que conocería a tu novio. ¿Tiene un nombre? Estoy pensando a creer que es tu amigo imaginario. Quiero decir, nunca los veo juntos.

— Nosotros terminamos.

Algo que dije le produjo hacer una sonrisa en su cara.

—Sí, eso fue lo que escuché, pero quería ver si tú lo decías.

—¿Escuchaste sobre mi y Patch?

—Una linda chica llamada Marcie me lo dijo. Me la encontré en la estación de gas, y ella se presentó e introdujo ante mí. Por si querías saber, ella dijo que eras una perdedora.

—¿Quieres un consejo? ¿Un genuino consejo de chico-a-chica? Olvida a Patch. Avanza. Busca a un chico que este en la misma página que tú.

Estudiando, jugando ajedrez, coleccionando y clasificación moscas muertas... y sinceramente piensa en teñirte el pelo.

—¿Perdón?

Scott tosió dentro de su puño, pero me di cuenta de que era para ocultar

una sonrisa con su mano.

—Seamos honestos, las pelirrojas son responsables.

Entrecerré mis ojos.

—No tengo el pelo pelirrojo.

Él tenía una sonrisa completa.

—Podría ser peor, podría ser naranjo. Una bruja naranja.

— ¿Eres tan idiota con todos? Por eso es que no tienes amigos.

—Solo un poco en el límite.

Puse mis lentes de sol en mi cabeza e hice contacto directo con sus ojos.

— Para que lo sepas, No juego ajedrez y no colecciono insectos.

—Pero estudias. Sé que lo haces. Conozco las de tu tipo. El distintivo de tu personalidad está definido por palabras. Obsesiva-molesta. Tu eres una más   de la lista de los caso de OCD

Sentí mi boca abrirse.

—Está bien, quizás estudio un poco. Pero no soy aburrida, no de esa aburrida.

—Al menos, espero que no.

— Obviamente tú no me conoces del todo.

— Correeectoo.

— Bien —dije a la defensiva—. ¿Qué cosa crees tú que nunca haría? Para de reírte. Es enserio. Nombra una cosa.

Scott se rascó su oreja.

—¿Alguna vez has ido a alguna batalla de bandas? Música fuerte, improvisada, multitud ruidosa, rebelde. Mucho sexo escandaloso en los baños.

Diez veces más adrenalina que en Z.

—No —dije con un poco de duda.

—Te recogeré el domingo en la noche. Lleva una identificación falsa.

Con sus cejas arqueadas y su mirada triunfante me brindó una sonrisa egocéntrica.

—Ningún problema —dije. Tratando de ocultar mi expresión de Oh-hum.

Técnicamente, me estaría comiendo mis propias palabras si saliera nuevamente con Scott, pero no iba a quedarme parada y dejar que me llamara aburrida. Y definitivamente no iba a dejar que me llamara pelirroja. —¿Qué debería usar?

—Lo más normalmente elegante que puedas. Casi me atragante.

—No sabía que eras tan grande en las bandas — dije, una vez que recupere el aliento.

—Toqué el bajo en una banda llamada Geezer en Porland. Estoy esperando ser visto por alguien local. El plan es esperar por la noche de talentosdel domingo.

—Suena divertido —mentí—. Cuenta conmigo. —Podría arrepentirme luego. Un rápido mensaje se encargaría de ello. Todo lo que me preocupa ahora es no permitir a Scott una obsesiva-molestia en mi cara.

Scott y yo nos separamos, y encontré a Vee esperando en nuestra mesa, con la mitad de mi anillo comido.

—No me digas que no te advertí — dijo al ver que mi mirada estaba posada en el anillo. — ¿Qué es lo que quería Scotty?

—Me invito a una batalla de bandas.

—Oh, dios.

—Por última vez, no estoy jugando con él.

—Lo que tú digas.

—¿Nora Grey?

Vee y yo miramos hacia arriba para encontrarnos con uno de los empleados de la pastelería parado en nuestra mesa. Su uniforme consistía en una polera polo de color lavanda, y una etiqueta del mismo color con el nombre que decía MADELINE. — Disculpen, ¿Eres tú, Nora Grey? —me preguntó por segunda vez.

— Sí— dije, tratando de pensar en cómo ella sabía mi nombre.

Ella estaba aferrando un sobre a su pecho, que ahora estaba entregándome.

—Esto es para ti.

—¿Qué es? —pregunté, aceptándolo.

Ella se encogió de hombres.

—Un chico se acercó y me pidió si te lo podía entregar.

—¿Qué chico? —preguntó Vee, paseando la mirada por la panadería.

—Él ya se fue. Dijo que era importante que Nora obtuviera el sobre. Pensé que quizás él sería tu novio. Una vez un chico trajo flores por encargo para su novia. Ella estaba en la meza de la esquina —Apuntó y sonrió—. Aun me acuerdo.

Deslicé mi dedo dentro y miré su interior. Había un pedazo de papel, junto con un largo anillo. Nada más.

Mire hacia Madeline, quien tenía restos de harina en la mejilla.

—¿Estás segura de que era para mí?

—El chico apunto hacia ti y dijo, 'Dáselo a Nora Grey'. Tú eres Nora Grey, ¿No es cierto?

Comencé a revisar el interior del sobre, pero Vee puso su mano encima de la mía.

—Sin ofender —le dijo a Madeline—, pero nos gustaría un poco de privacidad.

—¿De quién crees que pueda ser? Le pregunte a Vee, una vez que Madeline estaba lejos del alcance auditivo.

—No lo sé, pero se me puso la piel de gallina cuando ella te lo entregó.

A las palabras de Vee, escalofríos aparecieron en mi espalda.

—¿Crees que podría ser Scott?

—No lo sé. ¿Qué hay dentro del sobre?

Movió su silla de tal forma que quedo cerca de mí para una mirada más de cerca.

Saqué el anillo, lo inspeccionamos en silencio. A primera vista se podía saber que el anillo quedaría suelto en mis dedos. Definitivamente es un anillo de un hombre. Estaba hecho de acero, y la corona del anillo, donde supuestamente va la piedra, tenía un sello de una mano. La mano apretaba una lista. La corona del anillo era de carbón negro y aparentemente había sido quemado en algún punto.

—¿Qué demo...? Comenzó Vee.

Se detuvo cuando saque el papel. Garabateado con Sharpie negro había

una nota:

ESTE ANILLO PERTENCE A BLACK HAND.

ÉL MATO A TU PADRE.

A la mañana siguiente, me obligué a salir fuera de la cama, y luego de una rápida pasada por el baño, que incluyó tratar de ocultar mis ojeras y echarme revitalizante capilar para cabello rizado. Me dirigí hacia la cocina para encontrar a mi madre ya en la mesa. Tenía una taza de té herbal entre sus manos, su pelo estaba revuelto, tenía un look somnoliento, el cual era una simpática forma de decir que ella parecía un puerco espín. Mirándome por arriba de su taza, me sonrió.

—Buenos días.

Me deslicé en la silla de enfrente y me serví mi cereal de maíz en un bol.

Mi madre había sacado las fresas y una botella de leche, las que añadí a mi cereal. Trataba de ser consistente con lo que comía, pero siempre me parecía más fácil cuando mi mamá estaba en casa, haciendo comidas que de seguro superarían lo que yo podría hacer en diez segundos.

— ¿Dormiste bien? —preguntó.

Asentí con la cabeza, recién había comido un poco de mi cereal.

—Me olvidé de preguntarte anoche —dijo mi madre—, ¿Al final le diste un tour por la cuidad a Scott?

—Cancelé —. Probablemente lo mejor sea dejarlo en eso. No estaba segura de cómo reaccionaría si se enterara de que lo seguí hasta el muelle, luego pasé la noche con él en un salón de pool en Springvale.

La nariz de mi madre se arrugo. — ¿Es... humo de cigarrillo lo que huelo? Oh Dios.

—Encendí unas velas en mi habitación esta mañana—, respondí, recordando que ni siquiera había tenido tiempo para ducharme. Estaba segura de que Z se quedo en mis ropas, mis sabanas, mi pelo.

Ella frunció el ceño.

—Definitivamente es humo de cigarrillo lo que huelo—. Su silla se deslizó hacia atrás, y comenzó a ponerse de pie, para poder ir a investigar.

Nada la detendría. Me froté mi ceja con nerviosismo.

—Lo cierto es que anoche fui a un salón de pool.

—¿Con Patch? —Hace algún tiempo habíamos dejado en claro una norma, con la cual yo absolutamente de ninguna manera, bajo ninguna circunstancia tengo permiso para salir con Patch mientras mi mamá estuviera lejos.

—Sí, él estuvo ahí.

—¿Y?

—No fui con Patch. Fui con Scott —por cómo reaccionó su cara, estuve lo bastante segura de que eso fue peor—. Pero antes de que te enfades —me precipite a decir—, sólo quiero decir que mi curiosidad me está matando. Me está costando bastante duro ignorar el hecho de que los Parnell están haciendo lo posible por mantener el pasado de Scott en la oscuridad. ¿Por qué cada vez que la Sra. Parnell abre su boca, Scott está a dos metros de ella mirándola como un halcón? ¿Qué puede tener él que ocultar que sea tan malo?

Estaba esperando que mi madre saltara en su puesto y me dijera que desde el minuto que volviera a casa luego de la escuela esta tarde, estaría castigada hasta el 4 de Julio, pero ella dijo—. También me he dado cuenta.

—Sólo soy yo, ¿o ella parece que le tiene miedo? —continúe, revelando que ella parecía estar más interesada en la discusión sobre Scott que mi castigo por pasar la noche en un salón de pool.

—¿Qué tipo de madre estaría asustada de su propio hijo? —mamá preguntó en alto.

—Creo que ella conoce su secreto. Ella sabe lo que él hizo, y él sabe que ella sabe. —Quizás el secreto de Scott sea tan simple como que él fuera Nefilim, pero no lo creo. Basada en su reacción de anoche cuando fue atacado por el Nefilim de polera roja, estaba comenzando a sospechar que él no sabía la realidad de lo que era, o de lo que era capaz de hacer. Él se habrá dado cuenta de su increíble fuerza o su habilidad para hablar en las mentes de las personas, pero probablemente no sabe cómo explicarlo. Pero Scott y su mamá están tratando de ocultar su herencia Nefilim, ¿Qué están tratando de esconder? ¿Qué ha hecho él en el pasado que necesita ser cubierto?

Treinta minutos después, entré a la clase de Química para encontrar a Marcie en nuestro escritorio, hablando por celular, ignorando por completo la señal en la pizarra que decía NO CELULARES, NO HAY EXCEPCIONES.

Cuando me vio, se volteó y cubrió su boca con una mano, claramente queriendo privacidad. Como si me importara. Para ese entonces ya estaba en nuestro, la única parte de la conversación que alcancé a escuchar fue un seductor...

—También te quiero.

Deslizó su celular dentro del bolsillo del frente de su mochila y me sonrió.

— Mi novio. Él no va a la escuela.

Inmediatamente tuve un momento de duda en mi interior, preguntándome si Patch era quien estaba en el otro lado de la línea, pero él me había jurado que lo que pasó anoche entre él y Marcie no tenía ningún significado. Podía entrar en un estado de celosa frenética, o podía creer en él.

Asentí por simpatía.

—Debe ser duro salir con alguien de afuera.

—Ha, ha. Ya sabes, estoy enviando un texto luego de clases a todos los que están invitados a mi fiesta anual de verano el jueves en la noche. Estás en la lista—, dijo casualmente —. Mi fiesta es la forma más segura de sabotear tu vida social... no te tienes que preocupar en sabotear algo que no tienes.

—¿Fiesta anual de verano? Nunca había escuchado sobre eso.

Ella sacó un estuche de maquillaje que tenía en el bolsillo trasero de sus jeans, y se en polvoreó la nariz.

—Eso es porque tú nunca habías sido invitada

Está bien, espera un minuto. ¿Por qué Marcie me estaba invitando? A pesar de que mi coeficiente intelectual era el doble que el de ella, ella debería haber notado el hielo entre nosotras. Eso, y que no tenemos ningún amigo en común. O intereses, para compartir.

—Wow, Marcie. Es genial de tu parte que me invitarás. Un tanto inesperado, pero sigue siendo genial. Definitivamente trataré de ir.

Marcie se inclino hacia mí.

—Te vi anoche.

Mi corazón comenzó a latir más rápido, pero mantuve el control de mi voz. Sin compromiso de responder.

—Sí, yo también te vi.

—Eso fue un poco... loco. —Dejó un momento la oración abierta, como si esperara que yo completará la frase.

—Supongo.

—¿Supones? ¿Habías visto el palo de billar? No había visto nunca a alguien hacer eso. Él lo arrojó a través de la mesa de pool. ¿Esas cosas no están hechas de pizarra?

—Estaba en la parte de atrás de la multitud. No pude ver mucho. Lo siento. —No estaba tratando de ser inservible propósito; esa era una discusión que yo no quería tener. ¿Y esa era la razón por la cual me estaba invitando a su fiesta? Para instalar una sensación de confianza y amistad a nuestra relación, entonces así yo le tendría que decir, en todo caso, ¿sabía lo que había sucedido la pasada noche?

—¿No viste nada? —repitió Marcie, una línea de duda cruzó por su frente.

—No. ¿Estudiaste para la prueba de hoy? Yo logré memorizar la mayor parte de la tabla periódica, pero la línea del fondo me sigue costando.

—¿Alguna vez te llevó Patch a jugar pool a ese lugar? ¿Alguna vez viste algo como eso?

La estaba ignorando, volteé y abrí mi cuaderno de notas.

—Escuché que tú y Patch han terminado —dijo ella, probando desde un nuevo ángulo.

Tragué un poco de aire, pero algo tarde, ya que mi cara ya se sentía caliente.

—¿Quién termino con quien? —preguntó Marcie.

—¿Tiene importancia?

Marcie frunció el ceño.

—¿Sabes qué? Si no vas a hablarme, puedes olvidarte de ir a mi fiesta.

—No iba a ir de todas formas.

Miró para otro lado.

—¿Estás enojada porque estaba con Patch anoche en el Z? Porque él no significa nada para mí. Sólo nos estábamos divirtiendo. No es nada serio.

—Enserio, realmente se miraba de ese modo, — dije, dejando claro el cinismo de la frase en mi tono de voz.

—No estés celosa, Nora. Patch y yo somos muy, muy buenos amigos. Pero en caso de que estés interesada, mi mamá conoce una terapista de relaciones muy buena. Hazme saber si necesitas una referencia. Déjame pensar un segundo, es bastante cara. Quiero decir, sé que tu mama tiene un trabajo y todo...

—Tengo una pregunta para ti, Marcie —mi voz sonó como un aviso, pero mis manos se estaban moviendo en mi regazo—. ¿Qué harías si tu mañana despiertas y descubres que tu padre ha sido asesinado? ¿Tú crees que el trabajo de medio tiempo de tu madre en JC Penney pagará las cuentas? Para la próxima vez, antes de que traigas mi situación familiar, ponte en mis zapatos por un minuto, un mini pequeño minuto.

Ella sostuvo mi mirada por un largo rato, pero su expresión fue tan inexpresiva que dudé el hacerla pensar dos veces. La única persona con la que Marcie podía sentir empatía era consigo misma.

Luego de clases, encontré a Vee en el estacionamiento. Ella estaba cruzando de forma desparramada por el capo del Neón, mangas sobre sus hombros.

—Necesitamos hablar—, dijo ella mientras me acercaba. Se apresuró a sentarse y dejar caer sus lentes de sol al nivel de la nariz para tener suficiente contacto visual. — Tú y Patch están en SplitsVille , ¿Lo están?

Subí sobre el capo a un lado de ella.

—¿Quién te dijo?

—Rixon. Por cierto, eso me dolió. Soy tu mejor amiga, y no debería enterarme de estas cosas por medio del amigo de un amigo. O por medio del amigo de un ex-novio —ella agregó, luego de pensarlo todo. Paso una mano por mi espalda y preguntó —¿Cómo lo estás manejando?

Especialmente no muy bien. Pero fue una de esas cosas que estaba intentando enterrar en el fondo de mi corazón, y no iba a poder mantenerla enterrada si hablo sobre ella. Recosté mi espalda contra el parabrisas, levanté mi cuaderno para tapar el sol.

—¿Sabes cuál es la peor parte?

—¿Qué yo estaba en lo que correcto todo el tiempo, y que debes estar sufriendo por oírme decir, "Te lo dije"?

—Que graciosa.

—No es un secreto que Patch es un problema. Él tiene puesto lo de chico-malo-en-busca-de-redención, pero lo raro es que la mayoría de los chicos malos no quieren redención. Ellos se sienten bien siendo malos. Ellos aman el poder que obtienen sembrando temor y pánico en los corazones de los demás en todos lugares.

—Eso fue... insignificante.

—Cuando quieras, bebe. Y que hay sobre...

—Vee.

Agitó sus brazos.

—Escúchame. Estoy guardando lo mejor para el final. Estoy pensando en que es tiempo que comiences a pensar en tus prioridades en cuanto a chicos. Lo que necesitamos encontrar es un Boy Scout quien nos haga valorar tener un buen hombre en nuestro lado. Mira a Rixon, por ejemplo.

La mire con una cara de Tienes que estar bromeando.

—Reconozco esa mirada —dijo Vee—, resulta que Rixon es un chico decente.

Nos miramos una a la otra por largos 3 minutos.

— Está bien, quizás un Boy Scout es mucho —dijo Vee—. Pero el punto es que puedes ser beneficiada con un chico bueno, un chico cuyo closet no sea solo negro. A todo esto, ¿Qué le sucede? ¿Patch cree que es un comando?

—Vi a Marcie y Patch juntos la pasada noche —. Lo dije en un solo respiro.

Listo, lo dije.

Vee pestañeo unas veces, digiriéndolo.

—¿Qué? — dijo, con la boca abierta.

Asentí. — Los vi. Ella tenía los brazos alrededor de él. Ellos estaban juntos en el salón de pool de Springvale.

—¿Tú los estabas siguiendo?

Quería decirle, Dame algo de crédito al menos, pero sólo armé una frase.

—Scott me invitó a jugar pool. Fui con él, y juntos entramos. —Le quería decir a Vee todo lo que había sucedido luego de aquel momento, pero como con Marcie, había cosas que no podía explicar. ¿Cómo podría decirle sobre el Nefilim con la polera roja? O ¿Cómo había él atravesado el taco de pool a través de la mesa?

Vee me miró de forma que esperaba una respuesta.

—Bien, como iba diciendo, cuando ves la luz, nunca quieres volver atrás.

Quizás Rixon sea bueno como amigo. Otro como Patch, eso es... —se interrumpió con torpeza.

—No necesito un novio, necesito un trabajo.

Vee hizo una gran mueca

—Más trabajo, ugh. Aún no le encuentro el encanto.

—Necesito un auto, y para tener uno, necesito dinero. Por ende un trabajo.

—Tenía una larga lista de razones para comprar el Volkswagen Cabriolet en mi mente: el auto era pequeño, y mucho más fácil de estacionar, y no gastaba tanta bencina —un bonus, considerando que no iba a tener mucho dinero para bencina luego de gasta más de mil dólares en el auto en sí. Y sabiendo que era ridículo el sentir una conexión con algo inanimado y práctico como un auto, estaba comenzando a verlo como una metáfora para cambiar mi vida. Libertad para ir donde quiera ir, donde sea. Libertad para estar fresca. Libre de Patch, y todas las memorias que compartimos que aún no me figuraba como dejarlas detrás de una puerta.

—El amigo de mi madre es uno de los managers nocturnos en Enzo's y ellos están buscando meseras —sugirió Vee.

—No sé nada sobre cómo ser mesera.

Vee encogió los hombros. —Haces café, lo viertes. Lo llevas hasta cada cliente. ¿Qué tan difícil puede ser eso?

45 minutos después, Vee y yo estábamos en la playa, caminando por el borde costero, enfocándonos en nuestra tarea y no mirando las vitrinas. Desde que ninguna de nosotros tiene un trabajo, y por consecuencia no tenemos dinero, estamos perdiendo nuestras habilidades al vitrinear en las tiendas.

Llegamos al final del camino y nuestras miradas se centraron en una pastelería.

Prácticamente escuché la boca de Vee babear la ventana al apoyar su cara contra el vidrio.

—Creo que hace más de una hora que no he comido —dijo—. Anillos glaseados, aquí vamos. —Ya se encontraba a 4 pasos de ahí, empujando las puertas.

—Creía que estabas intentando perder peso para la temporada de natación. Pensé que eras de huesos grandes y que querías que pasaran cosas con Rixon.

—Tú si sabes cómo bajarme el ánimo. En fin, ¿No creo que un anillo me afecte mucho?

Nunca había visto a Vee comerse sólo un anillo, pero prefiero mantener mi boca cerrada.

Ordenamos media docena de glaseados y nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, cuando vi a Scott al otro lado del vidrio. Él tenía su frente apoyada en el vidrio y estaba sonriendo. Él movió su dedo; diciéndome que saliera.

—Volveré enseguida —le dije a Vee.

Ella siguió mi mirada. —¿Ese no es "Scotty the Hottie"?

— Deja de llamarlo así. ¿Qué le paso a "Scotty the Potty"?

—Creció. ¿Sobre qué querrá hablarte? —Algo revelador paso por su mente. —Oh, no puedes. No tienes permitido jugar con él. Él es problemas. Vamos a encontrar un simpático Boy Scout, ¿Recuerdas?

Colgué mi bolso de mano en mis hombros.

—No estoy jugando con él. ¿Qué? —le dije en respuesta a la mirada que me estaba dando—. ¿Esperas que me quede sentada y lo ignore?

Ella levantó las manos.

—Sólo apúrate o tu anillo pasará estar en la lista de especies en extinción.

Afuera, rodeé la esquina y caminé hasta donde había visto por última vez a Scott. Él estaba recostado en el asiento trasero de una banca en la acera, con los dedos en los bolsillos.

—¿Sobreviviste a lo de anoche? — él preguntó.

—Sigo aquí, ¿No?

Él sonrió.

—¿Un poco más emocionada que antes?

No me acordaba que él había sido quien había estado atrapado en la mesa de pool con uno de los tacos atravesado a centímetros de su oreja.

—Lo siento por haberte dejado sola —dijo Scott—. Veo que pudiste encontrar la forma de volver a tu casa, ¿verdad?

— No te preocupes —dije con molestia, no tengo problemas en ocultar mi enojo—. Sólo aprendí a nunca más salir contigo.

—Hare que lo vuelvas a hacer. ¿Tienes tiempo para un rápido bocadillo?

—Apuntó su dedo hacia un restaurante para turistas abajo en el borde costero.

Alfeo's. Yo había estado ahí hace algunos años atrás con mi padre y recordaba que el menú era bastante caro. La única cosa que podía tener por menos de cinco dólares era agua. Coca-Cola si es que tenía suerte. Tomando en consideración los exorbitantes precios y la compañía —luego de todo, mi último recuerdo de Scott es de él tratando de burlase de mi blusa con su taco de billar— sólo quería ir a terminar mi anillo.

—No puedo. Estoy con Vee —le dije a Scott—. ¿Qué paso luego en el Z, anoche? Luego de que me fui.

—Obtuve mi dinero de vuelta. —Algo sobre cómo me respondió me dejó pensando sobre que eso no fue tan simple.

—Nuestro dinero —corregí.

—Tengo la mitad de tu dinero —dijo vagamente—. Lo desperdiciare esta noche.

Sí, claro. Tenía el presentimiento de que él había quemado todo el dinero, y algo más.

—¿Y el chico de polera roja? —pregunté.

—Se fue.

—Parecía ser bastante fuerte. ¿También te diste cuenta? Algo en el era… diferente.

Lo estaba poniendo a prueba, para saber cuánto podría saber, pero su único comentario fue...

—Sí, supongo. Mi madre me sigue diciendo que salga y haga nuevos amigos. Sin ofender, Grey, no eres uno de los chicos. Más tarde que nunca voy a tener que independizarme. Aw, no llores. Sólo recuerda los buenos momentos que hemos compartido juntos, y estoy seguro de que te sentirás mejor.

—¿Me arrastraste hasta aquí para romper nuestra amistad? ¿Tanta suerte tengo?

Scott se rio.

—Pensé que conocería a tu novio. ¿Tiene un nombre? Estoy pensando a creer que es tu amigo imaginario. Quiero decir, nunca los veo juntos.

— Nosotros terminamos.

Algo que dije le produjo hacer una sonrisa en su cara.

—Sí, eso fue lo que escuché, pero quería ver si tú lo decías.

—¿Escuchaste sobre mi y Patch?

—Una linda chica llamada Marcie me lo dijo. Me la encontré en la estación de gas, y ella se presentó e introdujo ante mí. Por si querías saber, ella dijo que eras una perdedora.

—¿Quieres un consejo? ¿Un genuino consejo de chico-a-chica? Olvida a Patch. Avanza. Busca a un chico que este en la misma página que tú.

Estudiando, jugando ajedrez, coleccionando y clasificación moscas muertas... y sinceramente piensa en teñirte el pelo.

—¿Perdón?

Scott tosió dentro de su puño, pero me di cuenta de que era para ocultar

una sonrisa con su mano.

—Seamos honestos, las pelirrojas son responsables.

Entrecerré mis ojos.

—No tengo el pelo pelirrojo.

Él tenía una sonrisa completa.

—Podría ser peor, podría ser naranjo. Una bruja naranja.

— ¿Eres tan idiota con todos? Por eso es que no tienes amigos.

—Solo un poco en el límite.

Puse mis lentes de sol en mi cabeza e hice contacto directo con sus ojos.

— Para que lo sepas, No juego ajedrez y no colecciono insectos.

—Pero estudias. Sé que lo haces. Conozco las de tu tipo. El distintivo de tu personalidad está definido por palabras. Obsesiva-molesta. Tu eres una más   de la lista de los caso de OCD

Sentí mi boca abrirse.

—Está bien, quizás estudio un poco. Pero no soy aburrida, no de esa aburrida.

—Al menos, espero que no.

— Obviamente tú no me conoces del todo.

— Correeectoo.

— Bien —dije a la defensiva—. ¿Qué cosa crees tú que nunca haría? Para de reírte. Es enserio. Nombra una cosa.

Scott se rascó su oreja.

—¿Alguna vez has ido a alguna batalla de bandas? Música fuerte, improvisada, multitud ruidosa, rebelde. Mucho sexo escandaloso en los baños.

Diez veces más adrenalina que en Z.

—No —dije con un poco de duda.

—Te recogeré el domingo en la noche. Lleva una identificación falsa.

Con sus cejas arqueadas y su mirada triunfante me brindó una sonrisa egocéntrica.

—Ningún problema —dije. Tratando de ocultar mi expresión de Oh-hum.

Técnicamente, me estaría comiendo mis propias palabras si saliera nuevamente con Scott, pero no iba a quedarme parada y dejar que me llamara aburrida. Y definitivamente no iba a dejar que me llamara pelirroja. —¿Qué debería usar?

—Lo más normalmente elegante que puedas. Casi me atragante.

—No sabía que eras tan grande en las bandas — dije, una vez que recupere el aliento.

—Toqué el bajo en una banda llamada Geezer en Porland. Estoy esperando ser visto por alguien local. El plan es esperar por la noche de talentosdel domingo.

—Suena divertido —mentí—. Cuenta conmigo. —Podría arrepentirme luego. Un rápido mensaje se encargaría de ello. Todo lo que me preocupa ahora es no permitir a Scott una obsesiva-molestia en mi cara.

Scott y yo nos separamos, y encontré a Vee esperando en nuestra mesa, con la mitad de mi anillo comido.

—No me digas que no te advertí — dijo al ver que mi mirada estaba posada en el anillo. — ¿Qué es lo que quería Scotty?

—Me invito a una batalla de bandas.

—Oh, dios.

—Por última vez, no estoy jugando con él.

—Lo que tú digas.

—¿Nora Grey?

Vee y yo miramos hacia arriba para encontrarnos con uno de los empleados de la pastelería parado en nuestra mesa. Su uniforme consistía en una polera polo de color lavanda, y una etiqueta del mismo color con el nombre que decía MADELINE. — Disculpen, ¿Eres tú, Nora Grey? —me preguntó por segunda vez.

— Sí— dije, tratando de pensar en cómo ella sabía mi nombre.

Ella estaba aferrando un sobre a su pecho, que ahora estaba entregándome.

—Esto es para ti.

—¿Qué es? —pregunté, aceptándolo.

Ella se encogió de hombres.

—Un chico se acercó y me pidió si te lo podía entregar.

—¿Qué chico? —preguntó Vee, paseando la mirada por la panadería.

—Él ya se fue. Dijo que era importante que Nora obtuviera el sobre. Pensé que quizás él sería tu novio. Una vez un chico trajo flores por encargo para su novia. Ella estaba en la meza de la esquina —Apuntó y sonrió—. Aun me acuerdo.

Deslicé mi dedo dentro y miré su interior. Había un pedazo de papel, junto con un largo anillo. Nada más.

Mire hacia Madeline, quien tenía restos de harina en la mejilla.

—¿Estás segura de que era para mí?

—El chico apunto hacia ti y dijo, 'Dáselo a Nora Grey'. Tú eres Nora Grey, ¿No es cierto?

Comencé a revisar el interior del sobre, pero Vee puso su mano encima de la mía.

—Sin ofender —le dijo a Madeline—, pero nos gustaría un poco de privacidad.

—¿De quién crees que pueda ser? Le pregunte a Vee, una vez que Madeline estaba lejos del alcance auditivo.

—No lo sé, pero se me puso la piel de gallina cuando ella te lo entregó.

A las palabras de Vee, escalofríos aparecieron en mi espalda.

—¿Crees que podría ser Scott?

—No lo sé. ¿Qué hay dentro del sobre?

Movió su silla de tal forma que quedo cerca de mí para una mirada más de cerca.

Saqué el anillo, lo inspeccionamos en silencio. A primera vista se podía saber que el anillo quedaría suelto en mis dedos. Definitivamente es un anillo de un hombre. Estaba hecho de acero, y la corona del anillo, donde supuestamente va la piedra, tenía un sello de una mano. La mano apretaba una lista. La corona del anillo era de carbón negro y aparentemente había sido quemado en algún punto.

—¿Qué demo...? Comenzó Vee.

Se detuvo cuando saque el papel. Garabateado con Sharpie negro había

una nota:

ESTE ANILLO PERTENCE A BLACK HAND.

ÉL MATO A TU PADRE.

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