webnovel

cap. 8

Vee fue la primera en salir. La perseguí hacia la pastelería donde nos cubrimos los ojos por la luz del sol y miramos ambos lados del muelle.

Corrimos hacia la arena de la playa con los ojos cubiertos de la luz del sol. La gente estaba dispersa en la playa, pero no vi ninguna cara familiar.

Mi corazón palpitaba fuerte y le pregunté a Vee :

—¿Crees que fue una broma?

—No me estoy riendo.

—¿Fue Scott?

—Quizás, después de todo estaba ahí.

—¡Oh!, ¿Marcie? —era la única persona imprudente que podría hacerlo.

Vee me miró fijamente.

—¿Cómo una broma? Quizás.

¿Pero Marcie era tan cruel?, ¿haría todo ese esfuerzo?, Esto era mucho más que un comentario hiriente. La nota, el anillo, incluso el envío. Marcie parece la clase de persona que se aburre después de cinco minutos de planear y esto tuvo que ser planeado.

—Vamos a llegar hasta el fondo del asunto —dijo Vee caminando hacia la pastelería, una vez dentro señalo a Madeline —Necesitamos hablar, ¿Cómo se lucia el tipo? ¿Alto, Bajo, Castaño o rubio?

—Llevaba sombrero y lentes de sol —contesto Madeline lanzando miradas furtivas a los trabajadores que comenzaban a mirar a Vee—. ¿Por que? ¿Que había en el sobre?

—Tendrás que hacerlo mejor que eso—dijo Vee—. ¿Qué es exactamente lo que llevaba puesto?, ¿Cual era el logo del sombrero?, ¿Tenía algún vello facial?

—No recuerdo —tartamudeó Madeline—. llevaba un sombrero negro o café creo que vestía uno vaqueros.

—¿Crees?

—Vamos —dije jalando el brazo de Vee—. ella no recuerda. Vi a los ojos a Madeline

—Gracias por tu ayuda.

—¿Ayuda? —dijo Vee —. Eso no fue de ayuda, no puede aceptar sobres de extraños y no recordar como eran.

—Ella pensó que fue mi novio —dije

Madeline asintió varias veces

—Así es, lo siento pensé que era un regalo ¿había algo malo en el sobre?, ¿Quieres que lame a la policía?

—Queremos que recuerdes como lucia ese sicópata —replicó Vee

—vaqueros negros —soltó Madeline de repente—, recuerdo que vestía vaqueros negros estoy casi segura que eran negros.

—¿Casi segura? —dijo Vee

La arrastre fuera y bajamos al muelle.

Después de tener suficiente tiempo para calmarse dijo:

—Bebe, siento mucho esto, debí mirar el sobre antes. Las personas son estupidas, quien quiera que les haya dado ese sobre era él más estupido de todos. Felizmente seré una estrella Ninja si puedo...

Sabía que intentaba levantarme el ánimo, pero mis pensamientos estaban 5 pasos delante. Nunca más pensé sobre la muerte de mi padre. Llegamos a una estrecha calle llena de tiendas, e interrumpí la caminata para meternos entre los edificios.

—Escucha, necesito hablar contigo, ayer creí ver a mi padre, aquí en el muelle.

Vee me miró pero no dijo nada.

—Era él, Vee era él.

—Cariño...—comenzó con escepticismo

—Creo que todavía está vivo. En el funeral de mi padre el cofre estaba cerrado, quizás hubo un error, un malentendido y no era mi padre el que murió esa noche.

Quizás sufrió amnesia y por eso no regreso a casa. Quizá alguien más... O alguien...

—No sé como decir esto —dijo Vee mirando hacia todos lados excepto a mi—, pero él no volverá.

—¿Entonces como explicas lo que vi? —dije a la defensiva, me dolió que entre todos ella no me creyera. Las lágrimas abundaban mis ojos pero rápidamente me las quite.

—Era otra persona alguien parecido a tu padre.

—No estabas ahí, yo lo vi —no lo quería decir tan brusco pero no me iba a resignar de lo que vi, después de todo lo que pasé.

Hace 2 meses caí a las vigas del colegio y sabía que estaba muerta, no podía negar que recordaba esa noche. Y todavía...todavía estaba viva.

Estaba la oportunidad que mi padre estuviera vivo también.

Ayer lo vi. Quizás trataba de comunicarse conmigo, enviarme algún mensaje. Quería que supiera que todavía estaba vivo. No quería que renunciara a el.

Vee sacudió su cabeza.

—No lo hagas.

—No renunciare a el no hasta que averigüé la verdad y sepa que sucedió esa noche.

—No —dijo Vee con firmeza—. Deja que el fantasma de tú padre descanse, excavar en esto no cambiara el pasado ni lo revivirá.

—¿Dejar descansar al fantasma de mi padre? ¿Qué hay sobre mí? ¿Cómo se supone que descanse hasta saber la verdad? Vee no lo entiende a ella no le arrancaron a alguien de manera inexplicablemente y violentamente, su familia no se desmorono, todavía lo tiene todo.

Lo único que me queda es la esperanza.

Pasé la tarde del domingo en el restaurante Enzo's en compañía de la tabla periódica de los elementos.

Con toda mi concentración en la tarea tratando de no pensar en mi papá o el sobre que recibí diciéndome que el responsable de su muerte fue Black Hand.

El sobre, el anillo y la nota alguien lo ideo todo, tenía que ser una broma cruel.

Quizás Scott o quizás Marcie, pero honestamente no creo que haya sido ninguno de los dos. Scott sonaba sincero cuando ofreció sus condolencias a mi madre y a mí. Y la crueldad de Marcie era casi siempre inmadura y espontánea.

Me senté frente al computador y escribí en el buscador de Internet Black Hand. Quería probar que la nota no tenia valor, quizás alguien encontró el anillo en una tienda de segunda mano llevando consigo el ingenioso nombre Black Hand, me siguió al muelle y le preguntó a Madeline si me lo podía entregar. Mirando hacia atrás no me importaba que Madeline no recordara como era el tipo, por que lo más probable es que no estuviera detrás de la broma, probablemente era un tipo cualquiera en el muelle al que le pagaron algunos dólares por entregar el sobre.

Eso hubiera hecho, si fuera una enferma y retorcida que quiere herir a otras personas.

En el monitor aparecieron varias páginas. La primera era una sociedad secreta que informo el asesinato del Archiduque Franz Ferdinand de Austria en 1914, dando el inicio a la guerra mundial Europea, el siguiente link era el nombre de una banda de rock, también era el nombre de un grupo de vampiros en un juego de rol, finalmente una banda italiana que se tomo New York a principios de 1900 apodada The Black Hand. No había ninguna imagen de un anillo de hierro con un puño grabado.

—Ves —me dije—. Una broma.

Cerré el tema, se supone que no tengo que pensar en ello, puse los ojos en la tarea delante de mí. Necesitaba obtener las formulas químicas y de la masa atómica. Pronto tendría química en el laboratorio y con Marcie como compañera me preparaba para lo peor si es que teníamos que pasar horas extras fuera de la escuela y arrastrar su inutilidad. Pinché algunos números en la calculadora y después transcribí la respuesta a la página de mi cuaderno repitiendo la respuesta en mi cabeza, para bloquear a Black Hand de mis pensamientos.

A las 5 llame a mi madre que estaba en New Hampshire.

—Listo —dije— ¿Cómo va el trabajo?

—Lo mismo de siempre ¿Y tú?

—Estoy tratando de estudiar en Enzo's, pero el batido de mango me esta  llamando.

—Ahora me estas dando hambre.

—¿La suficiente para regresar a casa?

Me sirvió uno.

—Esta fuera de mi control —suspiro—. Ojalá pudiera. Estamos haciendo waffles y batidos para el brunch del sábado Vee llamó a las 6 y me convenció de ir a su sesión de spinnig en el gimnasio. A las 7:30 me dejo en la casa de campo. Acababa de ducharme y me encontraba frente a la nevera sacando la comida para freír que dejo mi mamá la noche anterior a su partida. Cuando golpearon fuertemente la puerta principal.

Mire por la mirilla desde el otro lado de la puerta, Scott Parnell hacia el signo de paz

—Batalla de bandas —dije golpeándome la frente con la mano. Olvide cancelarla, mire mis pantalones de pijama y gemí, después de un fallido intento de arreglar mi cabello mojado, abrí la puerta y Scott miro mi pijama.

—Lo olvidaste ¿Estas bromeado? He esperado todo el día, llegue solo un poco tarde.

Apunte las escaleras sobre mi hombro.

—Me iré a cambiar, ¿Por qué no...calientas alguna comida? están en los potes azules en la nevera.

Subí los escalones de a dos, cerré mi puerta y llame a Vee.

—Necesito que vengas ahora —dije—. Estoy camino a la batalla de bandas con Scott.

—¿Llamas para darme celos?

Coloqué mi oído en la puerta, oí como abría y cerraba los muebles de la cocina, sabía que buscaba cerveza y recetas medicas, se decepcionará... al menos que tenga la irrealista esperanza de drogarse con pastillas de hierro

—No estoy tratando de darte celos, no quiero ir sola.

—Entonces dile que no puedes ir.

—La cosa es... que quiero ir—no sé de donde vino el repentino deseo, todo lo que sabía era que no tenia ganas de pasar la noche sola. Pasé todo el día haciendo mi tarea seguida de una sesión de spinning y la última cosa que quiero es quedarme en casa y revisar mi lista de tareas. He sido buena todo el día y toda mi vida merezco algo de diversión. Scott no era la mejor cita del mundo pero tampoco era la peor —¿Vienes o no?

—Tengo que admitir que suena mejor que conjugar verbos en español toda la noche. Llamare a Rixon y veré si quiere ir también.

Colgué e hice un rápido inventario de mi closet, me decidí por una camisa pálida de Seda, una minifalda opaca y zapatos bajos, rocié perfume en el aire esencia de pomelo. Me preguntaba por que estoy arreglándome para Scott, él no era nadie en mi vida, no teníamos nada en común y las pocas conversaciones hemos tenido han incluido insultos, no solo eso, Patch dijo que estuviera alejada de él y me di cuenta que las posibilidades eran nulas ya que me sentía atraída hacia él por alguna profunda sicológica razón de rebeldía y venganza hacia Patch.

Como lo veo pude hacer 2 cosas, quedarme en casa y dejar que Patch dirija mi vida o tirar mi imagen de niña buena y tener un poco de diversión, aunque no lo admita esperaba que Patch me encontrara con Scott en la batalla de bandas y la idea de mí con otro lo vuelva loco.

Con la mente clara. Bajé secando mi cabello lo suficiente para que los rizos quedaran definidos y entre en la cocina.

—Lista —le dije a Scott

Me miró por segunda vez, pero esta vez me sentí mejor conmigo misma.

—Te ves bien Grey —dijo

—Lo mismo para ti —sonreí, pero me sentí muy nerviosa lo que es ridículo, se trataba de Scott, somos amigos ni siquiera amigos. Conocidos.

—La entrada cuesta diez dólares.

Me quede allí un momento.

—Está bien, lo sabía ¿Podemos parar en un cajero automático en el camino?

Todo lo que tenia eran quince dólares en mi cuenta por mi cumpleaños, era el dinero para mi descapotable pero retirar diez dólares no matará a nadie.

Además como van mis ahorros no podría comprar un descapotable hasta que cumpla veinticinco.

Scott arrojó la licencia de conducir y una copia de mi foto del anuario al mostrador.

—¿Lista Marlene?

—¿Marlene?

—No estaba bromeando sobre la identificación falsa ¿No estas pensando en echarte hacia atrás o si?

Sonrío como si supiera exactamente como se disparó mi presión sanguínea ante la idea de usar una identificación falsa y apostara todo su dinero a que me retractaría en cinco segundos cuatro, tres, dos...

Saqué la identificación del mostrador

—Listo.

Scott conducía el Mustang por el centro de Coldwater hacia el otro lado del pueblo pasando algunas curvas y atravesando las vías del ferrocarril. Se detuvo frente a un almacén de cuatro pisos invadido de malezas torcidas. Una gran fila de gente se encontraba esperando frente a las puertas, por lo que podía ver las ventanas estaban cubiertas con papel negro desde el interior y através de las grietas de la cinta adhesiva vi una luz fluorescente. THE DAVIL'S HANGBAG reposaba sobre las puertas en un cartel de neon con las letras azules.

Había estado en esta parte de la ciudad una vez, en cuarto grado cuando mis padres me trajeron con Vee a una casa embrujada para Hallowen, pero nunca estuve en THE DEVIL'S HANGBAG. Estaba segura que mi mamá a simple vista quiso que así fuera. La descripción de Scott sobre el lugar llegó a mi memoria, mucha música fuerte improvisada, multitudes revueltas y sexo escandaloso en los baños.

¡Oh Dios!

—Te dejare aquí —me dijo Scott dirigiéndose hacia la multitud—.

Encontrare buenos lugares en el centro cerca del escenario.

Fui atrás de la fila, honestamente nunca estuve en un club que requería el cobro de entrada antes. Hace mucho que no estoy en un club, mi vida nocturna consistía en películas y Baskin-Robbins con Vee.

Sonó mi celular con el ringtones de Vee

—Escucho música fuerte, pero todo lo que veo es la vía del tren y algunas

cajas abandonadas.

—Estas a una cuadras, ¿Estas en el Neon o a pie?

—En el Neon

—Iré a buscarle.

Seguí derecho por un minuto hasta que la corte al final de la cuadra y rodeé la esquina, me dirigí por donde Scott había manejado el Mustang para llegar. La acera estaba agrietada y desigual por los años sin mantenimiento con los postes de luz a mucha distancia el uno del otro, tenía que ver mis pisadas para no engancharme y caer. Los almacenes de la cuadra estaban a oscuras y através de las ventanas veía que estaban desocupados, luego se vieron casas de ladrillos salpicadas de graffiti's. Probablemente hace cien años este era el centro de Coldwater pero ya no. La luna reflejaba una extraña luz traslucida en las paredes de los edificios. Me abracé a mi cuerpo y caminé más rápido. Dos cuadras después se materializo una forma en la oscura niebla.

—¿Vee? —llamé.

La figura continuó avanzando hacia mí, con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos, no era Vee sino un hombre alto, esbelto y de hombros anchos y un caminar vagamente familiar. No me sentí especialmente confiada con un hombre solo en la acera y mi celular en el bolsillo. Solo quería llamar a Vee y saber donde estaba, cuando el hombre pasó bajo un poste de luz vi que llevaba puesta la cazadora de cuero de mi padre.

Me detuve en seco

Completamente consiente de mi comenzó a caminar hacia la derecha y desapareció dentro de una de las casas abandonadas, se me erizaron los pelos del cuello

—¿Papá?

Rápidamente atravesé la calle corriendo, sin mirar el trafico sabia que no había nadie. Cuando llegue a la casa estaba segura que el había entrado, trate de entrar por las puertas sacudiendo las manillas de las puerta, se movieron pero no abrió, cubrí mis ojos con las manos y mire una ventana cercana a la puerta.

Las luces estaban apagadas pero podía ver los muebles tapados con sabanas claras. Escuchaba el latido de mi corazón en todo el lugar ¿mi papa estaba vivo? ¿Todo este tiempo ha vivido aquí?

—Papá —llamé a través de la ventana—. Soy yo Nora.

En la cima de las escaleras sus zapatos desaparecieron hacia el pasillo.

—Papá —grité golpeando el vidrio—, estoy aquí.

Me aparté y miré hacia las ventanas de segundo piso por si pasaba su sombra.

La entrada de atrás

Los pensamientos salían a flote de mi mente e inmediatamente actúe, corrí hacia las escaleras por un pasillo estrecho entre la casa abandonada y la otra, si la puerta de atrás estaba abierta podría entrar por mi padre.

Sentí un toque frío detrás de mi cuello bajando por la columna paralizándome al final del pasillo, con los ojos en el patio, los arbustos se balanceaban con la brisa y las bisagras del portón chirriaban. Despacio me aparte no por la quietud realmente no se trataba de creer que no estaba sola, había sentido esto antes y siempre era señal de algo peligroso.

—No estamos solos, Nora, alguien mas esta aquí, ¡regresa!

—Papá —susurré, la cabeza me punzaba.

—Encuentra a Ve, tienes que irte, te encontrara de nuevo, date prisa" No me importaba lo que dijera no me iría.

No hasta saber que pasa. No hasta verlo ¿como esperaba que me fuera? el estaba aquí

Sentí una oleada de alivio y nervios dentro de mí eclipsando cualquier temor.

—¿Papá donde esta?

Nada

—¿Papá? —traté de nuevo—, no me iré.

Esta vez tuve respuesta

—La puerta de atrás esta abierta.

Sujeté mi cabeza, sintiendo el eco de sus palabras, había algo diferente en su voz ahora pero no lo suficiente para notarlo, quizás ¿Un poco más fría? ¿más nítida?

—¿Papá? —susurré con voz más débil.

—Estoy dentro.

Su voz era mas alta ahora, un sonido real no solo en mi cabeza también en mis oídos, me volteé hacia la casa, seguramente hablaba por la ventana posé mi mano en la ventana quería desesperadamente estar con él, pero al mismo tiempo la piel de gallina me advertía que era un truco, una trampa.

—¿Papa? —mi voz vacilaba—, tengo miedo.

Al otro lado del vidrio una mano se posó alineando los cinco dedos con los míos. La sortija dorada de matrimonio reposaba en su dedo anular, mi sangre bombeaba tanto que me sentí mareada, era el, estaba a unas pulgada de mi, vivo.

—Entra, no te hare daño, ven Nora.

La urgencia en sus palabras me asusto, arañe la ventana tratando de ver el seguro.

Necesitaba desesperadamente colocar mis brazos alrededor de él y detenerlo para que no se fuera de nuevo, lágrimas caían por mis mejillas, pensé en correr hacia la puerta de atrás, pero no me atrevía a dejarlo ni siquiera por unos segundos, no podía perderlo de nuevo.

Esta vez estire mi mano a la ventana lo que más pude.

—Estoy aquí papá.

Sentí el tacto de las fibras de hielo que cruzaban como ramas el vidrio. Me aparte por el frío repentino que llegó a mi brazo pero esta estaba pegado al vidrio. Congelado.

Lloré tratando de liberarme con la otra mano. La mano de mi padre atravesó la ventana y se cerro alrededor de la mía, sujetándome, no podía correr, me tiró hacia delante, pegando los ladrillos a mi ropa, inexpiablemente mi brazo desapareció dentro de la ventana, el reflejo sobre el miedo volvió, salió un grito quedó cuando abrí la boca, el único pensamiento en mi cabeza era que no podía ser mi padre.

—Ayuda —grité—. Vee ¿Puedes oírme? ¡AYUDA!

Traté de usar mi peso para liberarme golpeándome de un lado a otro cuando sentí un dolor punzante en mi antebrazo y una imagen de un cuchillo vino a mi cabeza era tan intensa que iba a partirme la cabeza en 2 ,un fuego barrio mi antebrazo, me estaba abriendo.

—Para —chillé—, me haces daño.

Sentí que invadía mi cabeza con su propia visión, eclipsando la mía, había sangre por todos lados, negra y extraída... de mí. La bilis subió por mi garganta.

—Patch —grité a la noche donde no había nada más que terror y desesperación.

La mano alredor de la mía desapareció y caí de espaldas al suelo, instintivamente me apreté el brazo herido contra la camisa pero me asombre al no ver sangre, ni un corte.

Tragando aire mire hacia la ventana, estaba intacta reflejando el árbol detrás de mí que se balanceaba con el aire de la noche, me levante a tropezones hasta llegar a la acera y corrí hacia THE DEVIL'S HANGBAG mirando hacia atrás cada pocos pasos, esperaba ver a mi papá o que su fantasma apareciera desde una de las casas abandonadas sosteniendo un cuchillo, pero la acera quedo vacía.

Miré hacia delante para cruzar la calle y vi a una persona y en un abrir y cerrar choqué con ella.

—Aquí estas —dijo Vee llegando hasta mí

Contuve el grito.

—Creo que nos perdimos entre las dos. Fui hasta The devils handbag y me devolví para encontrarte ¿Estas bien? Parece que vas a vomitar.

No quería estar en la esquina de la calle, reflejando lo que había sucedido en la casa abandonada, no dejaba de recordar cuando Chauncey me golpeó en el Neon y momentos después volvió a la normalidad, sin dejar evidencias de lo sucedidos. Pero esto era personal. Esta vez se trataba de mi padre, mis ojos ardían y mi mandíbula estaba temblando cuando hable

– Cr..Creo que vi a mi papa de nuevo.

Vee me abrazó.

–Cariño...

–Lo sé, sé que no era real, no era real –me repetí tratando de tranquilizarme, parpadeé varias veces, las lágrimas empezaban a empañar mi visión, pero se sintió real, tan real.

–¿Quieres hablar de ello?

¿Qué iba a decir? que me estaban persiguiendo, había un desastre en mi cabeza Alguien jugaba conmigo ¿un ángel caído? ¿Nephil? ¿El fantasma de mi padre? ¿O era mi mente traicionándome? Es como si fuera la primera vez que imaginara ver a mi padre, pero quizás era un mecanismo de autodefensa en la que mi mente proyecta cosas. Me reuso a aceptar que se han ido que eran vacíos, por que así era mas fácil dejarlos ir.

Lo que sea que haya pasado haya, no era real, él nunca me haría daño… me amaba.

–Volvamos a the devils handbag –dije exhalando, quería alejarme de la casa abandonada lo mas rápido como fuera posible. Una vez más me dije que lo que sea que haya visto no era mi padre.

El eco de la música, el sonido de la batería y la guitarra se hizo más fuerte mientras mi pánico disminuía. Sentía mi pálpito más lento. Era tranquilizadora la idea de meterme en un enjambre lleno de cientos de cuerpos en un almacén.

A pesar de lo sucedido no quería regresar a casa y estar sola, quería deslizarme al centro de la gran multitud.

Vee tomo mi muñeca y me paró.

–¿Es quien creo que es?

A media cuadra Marie Miller subía a un coche, lucía descubierta con un pequeño trozo de tela negra lo suficiente para cubrir el encaje de su liguero a la altura de su muslo, unas botas negras altas a la rodilla completaban su atuendo, pero no era eso lo que me llamo la atención era el auto, un brillante Jeep negro Commander. Arrancó y dobló la esquina fuera de nuestra vista.

Próximo capítulo