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Capítulo 3

GABRIELA

El día resultó ser más largo de lo que esperaba. No me esperaba en que Alex volviera a aparecer en mi vida, y menos que me dijera lo que me dijo. Una parte de mi me decía que lo que estaba diciendo era verdad, pero otra mucho más grande, pensaba me decía que solo intentaba jugar conmigo de nuevo y no iba a caer en ese juego, no otra vez. Eso no lo volvería a permitir en mi vida. Las clases pasaban lentas. No era capaz de sacar esas palabras de mi cabeza y no entendía por qué no era capaz de sacarlas, porque Alex ya no podría manejar mi vida nunca más, y no lo quería, más bien, lo odiaba con toda mi persona.

Durante el recreo Sara y Clara intentaron que hablara y saliera de mi mundo, pero no fueron capaces y Marcos me ayudó con eso. En un momento, aparece Marcos, mi mejor amigo de la infancia y con el que llevaba toda la vida. El me conocía muy bien y en el momento en el que me vio, sabía que algo pasaba, pero como no, no le conteste, por lo que le pregunto a ellas que le contestaron.

A la hora siguiente del recreo me tocaba dibujo técnico según el horario por lo que me fui a la clase en la que tocaba. Cuando entro en ella aún no hay nadie por lo que me siento en las filas del medio porque por lo que cuentas con este profesor nadie entiendo lo que explica y si me ponía en esa fila me podía permitir el lujo de dibujar o hacer otras cosas que me gustaran.

Cuando me doy cuenta la clase está llena, por lo que paso a coger el estuche para apuntar el material que sería necesario para estas clases y justo cuando me doy la vuelta, veo que está ahí, mirándome como si nunca me hubiese visto. ¿Es que no podía tener peor suerte que encontrármelo en la misma clase? Esta iba a ser la clase que más odiaría en el curso. Algo estaba en contra mía para que aparte de tener que cruzármelo en la universidad lo tenga que tener en una clase. Lo iba a ignorar siempre, de verdad que lo odiaba demasiado. Iba a saber en la persona en la que me había convertido por su culpa. Había cosas que me gustaban como que ahora me defendía de personas como el, y no me callaba siempre que intentaban meterse conmigo, eso para mí era lo más importante, pero también mis enfados empeoraron y no era recomendable que alguien se acercara a mi cuando estaba así de enfadada.

Esa clase me pasó lenta, pero en cuanto se acaba, recojo todo y salgo de clase antes de que se le ocurra decirme algo que hará que me enfade más aún de lo que ya estoy por su culpa. Nada más salir de clase me tropiezo con Marcos el cual se queda mirando para mí.

"¿Que te pasa para que salgas así de clase?" preguntó Marcos pasándome el brazo sobre los hombros "Está en esa clase. Para mi desgracia compartimos esa clase y no quiero que venga. Que ni se atreva porque no sé qué haré."

"Vamos antes de que salga anda, no quiero que hagas algo que no quieres." dijo y me reí, porque lo último, era mentira "Da por seguro que lo quiero matar, no lo quiero cruzar en mi vida, nunca más."

"Y encontraremos la manera de conseguirlo, pero vamos que te acompaño a tu siguiente clase, creo que nos queda cerca." dijo y asentí "Entonces vamos." Empezamos a andar para nuestra siguiente clase. A pesar de que no le quedaba demasiado cerca de la mía me acompañó, pero en cuanto estaba en frente de la clase se despidió y se marchó corriendo para su clase ya que no quería llegar tarde y por supuesto que yo no quería que lo hiciera.

Las clases por fin se terminaron por hoy y para mi suerte no me crucé con él ninguna vez más, pero tenía claro que me lo iba a cruzar a menudo, cosa que no me agradaba. Cuando salimos de la universalidad los cuatro iban hablando de algo de lo que no me enteré porque iba en mi mundo, pensando en todo lo que me pasara hoy en lo que me dijo. No quería pensarlo, pero no podía evitarlo. No sé muy bien en qué momento se fueron Sara y Clara y nosotros nos paráramos, pero lo estábamos.

"No te enteraste de nada de lo que hablaron ¿verdad?" preguntó y negué "Pues la verdad es que no. ¿Era algo importante?" pregunté mirándolo y este negó "No te preocupes, no lo era, o por lo menos tanto. ¿Pero me vas a decir que es lo que te tiene tan pensativa Gabriela? No te veía así desde hace años."

"En nada, no te preocupes." dije y en su rostro se plantó una mirada de que sabía lo que estaba pasando por mi cabeza "Estás pensando en lo que te dijo ¿no es así?" preguntó o debería decir, afirmó "No lo puedo evitar, pero ni se te ocurra contarle nada ni a mis hermanos ni a nadie de mi familia de que está en la universidad ¿Entendiste?"

"Claro, pero ¿por qué no quieres que sepan que está en la misma universidad que tú?" preguntó "Ya sufrieron lo suyo por su culpa, no quiero que se vuelvan a preocupar por algo que no va a pasar. Además, sabes que lo odian, como para que se enteren de que está en la misma universidad ¿No te parece?"

"Si, lo sé. Pero algún día se van a enterar de que está aquí. ¿Qué piensas hacer en ese momento?" preguntó de nuevo y me encogí de hombros "Ya lo pensaré en ese momento, no me voy a preocupar ahora por eso."

"Vale, pero ¿podrías cambiar esa cara? ya vienen por ahí tus hermanos y si no quieres que le cuenten a tu madre que estás enfadada deberías cambiarla." Miré para donde estaba mirando Marcos y antes de asegurarme de que eran ellos cambié mi cara para que no vieran que estaba enfadada, no sería lo normal para ser mi último curso.

Marcos se ofreció a llevarnos a nuestra casa, vivíamos relativamente cerca y como siempre decía, no era algo que le molestara hacer. Mis hermanos y el estuvieron durante todo el camino y Marcos evitaba que me hicieran preguntas ni que no tuviera que hablar porque sabía que no estaba de buen humor y como me había prometido, iba a ayudarme a que no se enteraran de que Alex estaba en la misma universidad en la que estábamos. Haría lo que fuera necesario para evitar que eso pasase, no porque me importase que le pasara, sino que me preocupaba la reacción y la preocupación extrema de mi familia al enterarse de eso.