webnovel

Capítulo 25

GABRIELA

¿Soy gilipollas? Por supuesto que lo soy. Aún por encima que Alex podía estar en la fiesta pasándolo bien, voy yo y le digo eso. No quería hacerle daño, pero me salió, estaba enfadada y no quería estar con nadie. Ahora mismo estábamos en una cafetería y eran las ocho de la mañana, una hora buena para desayunar la verdad, por lo general desayunaba más tarde, pero en este momento era igual, estaba con Alex y hace tiempo que no me lo paso tan bien. Incluso puedo decir que lo estoy pasando mejor ahora que cuando salíamos hace ocho años.

"¿En serio no te viste The Walking Dead?" preguntó Alex sin llegar a creérselo "No, no la he visto, ¿cuántas veces más te lo tengo que decir?" le respondí riéndome "Es que no me lo puedo creer, es de las mejores series que hay. Un día tenemos que quedar y nos vemos un maratón de la serie."

"¿Ya estás pensando en quedar?" pregunté elevando una ceja "Claro que lo pienso, pero lo haremos cuando tú quieras, no te voy a presionar con eso. Me voy a conformar con esto." Aseguró y negué con una sonrisa en mi rostro "Te conformas con bien poco."

"No, no lo hago, eres tú quién se cree menos." Respondió y rodé los ojos "No lo creo, pero por esta vez te voy a hacer caso. A ver si hacemos ese maratón pronto." En cuanto salieron esas palabras de mi boca, Alex me quedó mirando con cara sorprendida, ya no sé si es porque había dicho algo que no debía o que pasó.

"¿Se puede saber que te pasa? ¿Dije algo que te molestase?" pregunté frunciendo el ceño, porque estaba así de antes de venir a desayunar "No, claro que no, solo que estoy sorprendido."

"¿Sorprendido por qué?" inquirí "¿Te gustaría quedar pronto para hacer ese maratón?" preguntó y asentí "Claro, ¿Tiene eso algo de malo?" cuestioné, porque no estaba entendiendo hasta donde quería llegar ahora mismo "No, no lo tiene, solo que no me lo esperaba."

"¿Por?" pregunté automáticamente "No sé, como hace poco no me quieres matar y eso, por eso me sorprendió." Dijo "Antes tenía ganas de hacerlo. ¿Se puede saber por qué no me dejaste en paz cuando te lo dije?"

"Porque aparte de que ahora mismo podías estar en un hospital o algo peor, no creo que debía dejarte así de mal sola a tu bola, no es bueno, en mi opinión." Respondió con una sonrisa en su rostro, pero algo me decía que solo estaba tratando de cambiar de tema y no centrarse en él.

"Si, debo agradecerte el que me sacases del medio del coche, no me fije cuando cruzaba." Le agradecí, y en parte era cierto que no debía estar sola cuando estaba enfadada. Tendía a hacer cosas que tal vez no debería ·Eso es lo de menos mi reina, de verdad, no dudaría en volverlo a hacer."

"Es igual, gracias." agradecí de nuevo "Sabes, me gustaría poder hablar contigo siempre." Dijo después de unos segundos en silencio "No soy nada interesante la verdad, pero puedes hablarme siempre."

"Puedo hablarte siempre de que sea cara a cara." Expuso y negué, porque siempre podía hablarme por teléfono, al final, nunca borré su número de teléfono, solo lo bloqueé "No, no tiene por qué."

"¿Entonces podemos hablar por teléfono?" preguntó sorprendido "Claro, no me va molestar. Además, que somos amigos y los amigos hablan por teléfono." Aseguré "Si, puede ser. ¿Quieres que te de mi número?" inquirió

"¿Sigues teniendo el mismo número que antes?" pregunté "Si, ¿por?" devolvió confundido diría yo "Porque entonces no hace falta que me lo des, lo sigo teniendo." Expliqué "Espera.... Si lo sigues teniendo.... ¿viste todos los mensajes que te mandé?"

"No, no los vi nunca, te tenía bloqueado." Respondí sinceramente "¿Por qué no borraste el número?" preguntó con curiosidad "No sé la verdad. A pesar de que todo el mundo me decía que lo borrara nunca lo hice. Los convencí de que lo había borrado."

Tenía el móvil en mano para desbloquearlo cuando me entra una llamada de Carlota, pero cuelgo, no quería hablar con ella. En cuanto lo desbloqueé dejé el móvil en la mesa y me volví a mirar a Alex, no me cansaba de mirarlo.

"¿No deberías de contestarles? Deben estar muy preocupados por ti." Dijo y ahora era yo la que estaba confundida "¿De qué hablas?" pregunté y esté señalo hacia mi móvil donde pude ver que tenía bastantes llamadas perdidas de Marcos y Carlota "Te está llamando Marcos, y supongo que todas las veces que te sonó el teléfono fueron ellos los que te llamaron."

"No quiero hablar con ellos ahora." Sostuve, al menos no quería hablar con Carlota, y en este momento, hablar con Marcos, implicaría hablar con ella seguro "¿Vas a estar enfadada con ellos aún?"

"No estoy enfadada con ellos, solo que no quiero hablar con ellos, ahora estoy contigo." Dije con una sonrisa en mi rostro, y mentir no estaba mintiendo, quería estar con él en este momento "Puedes hablar con ellos, a mí no me va a importar. Son tus amigos."

"Lo sé, pero es que no quiero hablar con ellos, no aún. Les mandaré un mensaje si tal para que sepan que estoy bien." Y otra vez en este momento empieza a sonar mi teléfono y no iba a contestar.

No quería hablar con ellos y no es porque estuviera enfadada, sino que estaba pasando un gran momento con Alex como para que hablara con Carlota y me enfadase otra vez por la misma historia de las últimas dos veces, de verdad que en este momento estaba pasándolo bien, aunque eso implicase que era con Alex. Me hacía sentirme mejor y no sé muy bien cómo.

"¿Entonces tampoco contestaras a tú madre?" preguntó con una pequeña sonrisa en su rostro y rápidamente miro el móvil y veo que lo que dice es verdad, por lo que contesto rápidamente para que no se preocupe de más. "¿Se puede saber dónde estás Gabriela? Llamaron Marcos y Carlota para preguntar dónde estabas."

"Estoy desayunando mamá." Respondí tomando una bocanada de aire "¿Entonces por qué llaman para saber dónde estás?" preguntó, y no me hizo falta que me dijese nombres, ya que sabía de quién me estaba hablando "Porque no estoy con ellos, estoy con un amigo mamá."

"Espera, ¿estás con un amigo? ¿No están ellos contigo?" preguntó sorprendida diría yo a lo que rodé los ojos, porque a veces pensaban que mis únicos amigos eran Marcos y Carlota, lo cual no era del todo cierto "No, no están conmigo, pero no te preocupes que los llamaré para que no se preocupen más."

"Vale, entonces no te molesto más, y pásalo bien con ese amigo tuyo. Por cierto, vamos a estar en casa de tus abuelos, si necesitas que te vayamos a buscar o vas a casa avisas." Dijo más tranquila y asentí "Si mamá, avisaré." Respondí a pesar de que no lo haría a no ser que no encontrase otra alternativa "Entonces te dejo con ese chico."

Lo dijo en un tono que no sabría decir muy bien que expresaba, pero estoy segurísima de que estaba pensando mal, en el sentido de que no era un amigo sino algo más y parece ser que eso le alegraba, pero en este momento no iba a prestar atención a eso, ya vería más tarde que haré.

"Chao mamá." Me despedí rodando los ojos "Chao Gabriela." Colgó y quedé mirando para el teléfono un momento y luego decidí que era mejor mandarles un mensaje a ellos diciéndoles que estaba bien, que no se preocupasen más por mí.

"Tu madre estaba preocupada, ¿a qué no me equivoco?" preguntó y negué riéndome, porque al parecer si que era cierto que no se había olvidado de nada "No, no te equivocas." Afirmé "¿Te tienes que ir ya?" preguntó y negué "No, además que tengo todo el tiempo del mundo porque se van a casa de mis abuelos."

"¿Qué tal le va a Ángela? Era buena señora y se nota que la quieres, bueno, debería decir que se notaba, pero supongo que eso sigue igual." Comentó y asentí, porque era cierto, seguía siendo cercana a la abuela y eso no creo que cambiaría en la vida "Es la mejor abuela que me pudo tocar, y si, la sigo queriendo, es mi abuela como para que no lo haga, tú también quieres a la tuya. Además, le va bien, tiene sus problemas como todo el mundo, pero está bien."

"Espero que se solucionen pronto esos problemas." Negué, porque nunca lo haría y eso lo sabíamos todos. Al menos el parkinson iba más lento de lo normal gracias a los medicamentos, lo cual era genial "Lo dudo, pero mientras el medicamento funcione y retrase su avance todo va bien."

"¿Tiene algo grave?" preguntó con preocupación "Depende en qué sentido, pero bueno, no quiero hablar más de eso que no quiero que mi cabeza se ponga a pensar solo en eso." Le pedí y a lo que asintió "Si quieres te llevo a casa de tus abuelos."

"No hace falta que lo hagas, de verdad, pero gracias igualmente." Le agradecí "Lo hago encantado, así puedo pasar más tiempo contigo." Aseguró intentando que no se mostrase la gran sonrisa que quería aparecer en su rostro "Entonces si lo haces con gusto me puedes llevar."

"¿Nos vamos ahora?" preguntó y negué "Podemos ir a dar una vuelta antes de irnos, no comerán hasta las dos de la tarde así que..." me paré, regalándole una sonrisa "Entonces vamos a dar una vuelta."

Salimos de la cafetería en la cual no me dejó pagar mi parte y fuimos a dar una vuelta cerca del río. Fuimos hablando de todo un poco y nos reímos muchos y en algún momento me pasó el brazo por los hombros y me acercó a él, cosa que me gustó demasiado. Cuando consideramos que era hora de irnos, nos fuimos hacia su coche ya que yo había venido en el de Carlota. Durante el camino seguimos hablando hasta que llegamos a la casa de mis abuelos que nos quedamos mirando unos segundos.

"Te voy a echar de menos mi reina." Dijo con la misma mirada que tenía hace años cuando se despedía de mí "No lo sé, pero que sepas que me lo pasé genial. Creo que hace tiempo que no me divertía tanto con alguien desde aquello."

"Yo también lo pasé genial, pero contigo siempre lo hago, así que no es de extrañar." Dijo sinceramente a lo que me reí, porque este chico podía llegar a ser un exagerado "Lo dudo."

Nos echamos a reír y en ese momento noté como si alguien estaba mirando para nosotros fijamente por lo que empiezo a mirar para las ventanas y la puerta, porque estoy segura de que eran ellos los que nos estaban mirando y cuando veo a alguien en la ventana y le dice algo a alguien más, sé que nos están mirando y no quería que pensasen algo que no estaba pasando por lo que me iba a tener que ir para que no centraran tanta atención en Alex.

"Están mirando por la ventana ¿No?" preguntó y asentí "Si, y no quiero que piensen cosas que no son." Respondí sinceramente, porque estoy completamente segura de que se le empezaran a montar ideas en su cabeza que no deberían estar ahí, y menos enterarse de que era Alex el que estaba conmigo "A mí no me importaría."

"Eso lo iremos viendo con el tiempo." Declaré "Entonces hasta luego preciosa." Se despidió "Chao." Le devolví. Me iba a bajar, pero antes de hacerlo le di un beso en la mejilla lo que hace que se girase para verme.

"¿A qué viene eso?" preguntó sorprendido, pero con una gran sonrisa formándose en su rostro, lo que hace que en la mía empiece a aparecer una igual "Eso es por haberme salvado en la noche y por acercarme a la casa de mis abuelos."

"No hay nada que agradecer." Aseguró, pero negué, porque si que lo había, sobre todo la primera parte "Para ti, pero para mí sí, así que no se hable más."

"Vale, no lo hablaremos más, pero deberías salir si no quieres que te sigan espiando por la ventana." En cuanto dijo eso miré hacia la ventana y me fijé en cómo las cortinas se movían, por lo que seguro que habían estado mirando a ver qué era lo que hacía para no entrar en casa, porque estoy segura de que sabían que era yo la que estaba fuera y no otra persona cualquiera.

"Tienes razón, ya no va haber manera de hacerles entender que no eres nada mío." Suspiré, empezando a pensar que es lo que le podía decir para que no se creyesen que entre Alex y yo había algo "Seguro que consigues convencerlos." Respondió convencido "No estoy segura del todo, pero haré todo lo que esté en mi mano para que se den por enterados."

"Hablamos más tarde preciosa." Dijo y le regalé una sonrisa "Vale, chao." Me despedí de nuevo "Chao." Devolvió con una sonrisa plantada en su rostro.

Salí del coche y quedé mirando para el coche hasta que no estaba a mi vista. Ahora lo que tenía que hacer era convencer a mi familia que entre él y yo no había nada de lo que, seguro que estaban pensando, odiaba cuando eran cotillas, pero algo que tenía asimilado y a lo que me tendría que enfrentar en cuanto entrase por la puerta.