-...Despierta...-Escuchaba una voz a lo lejos-...Despiértate...-Esta parecía estar acercándose, sonando cada vez más fuerte-Eh, tú. ¡Escúchame!-Exclamó un hombre ya fuera de sus casillas-¿Hasta cuando piensas dormir? ¡DESPIERTA DE UNA VEZ!-Gritó tan cerca suyo que logró despertarlo de un susto.
Alarmado miró hacia todos lados, con el corazón a mil por el repentino susto. Intentando descifrar dónde se encontraba, se topó con caras que nunca antes había visto.
-¿Es él?-Se fijó en quien había hablado, observando a un hombre bastante alto de cabello blanco-Pensé que el espadachín que viaja con un demonio sería más llamativo-Diría en un tono un tanto decepcionado, cosa que fue confusa para él-Pero es de lo más normal-
-¡SÍ!-Exclamó otra voz masculina-Vamos a celebrar su juicio, ¿Cierto?-Preguntó, mas la respuesta no llegó-¡Entiendo!-
Continuó observándolos, llegando hasta su nariz la mezcla de sus diferentes aromas. Su garganta ardía como el infierno y su mandíbula dolía demasiado como para hablar, pero aún así se esforzó por hacerlo-¿Quién...?-Mas, no le permitieron terminar de hablar, puesto que una mano aplastó su cabeza nuevamente contra el suelo.
-¡No hables!, ¿No sabes dónde estás?-Exclamó la voz de antes, la que lo había despertado-Estás frente a los Pilares-Con ese comentario los volvió a mirar. Antes lo había hecho uno por uno, pero ahora les veía a todos juntos parados allí con sus imponentes figuras.
-(¿Los Pilares? ¿Qué Pilares?)-Se cuestionó mentalmente-(¿De que habla? ¿Quién es esta gente?)-Se mantuvo observándolos, atento a cualquier cosa que pudiesen hacer, o hacerle-(¿Dónde estoy?)-
-Está es la sede de los cazadores de demonios-Contestó una mujer de estatura pequeña, una de las únicas dos que estaba presente, como si de alguna manera hubiese leído sus pensamientos-Estás aquí para ser juzgado, Kamado Tanjiro-
Para ser posiblemente la más pequeña del grupo frente suyo, era sin duda la más intimidante. Su ira era un aroma que hacía picar su nariz, era demasiado fuerte, y lo que no lo hacía muy bueno tampoco era el ver su sonrisa calmada, como si nada más sucediese realmente. Tragó un poco, sintiendo más dolor, pero tratando de mantenerse tranquilo frente a ella.
-Antes de iniciar el juicio-Habló nuevamente-Hay que explicar de qué se te acusa-
-¡El juicio no es necesario!-Exclamó uno de los hombres que antes había hablado, siendo este un alfa de cabello rubio, con mechones de un intenso color rojo-Proteger a un demonio va contra las normas-Habló sin mover casi el rostro, teniendo sus inmensos ojos observándole directamente. Estos le daban una rara sensación-¡Podemos solucionarlo nosotros! ¡Decapitémosle junto al demonio!-Estas palabras, acompañadas de su gran sonrisa alegre, le hicieron temer mucho más que antes.
-Le cortaré la cabeza de forma extravagante-Comentó el alfa albino de antes-Verán la salpicadura de sangre más llamativa de su vida. No podrá ser más asombroso-Su calma era otra cosa que le hizo temblar ligeramente. Siendo él un omega, que dos alfas hablasen de esa manera le aterraba de sobremanera.
-Qué niño más desarrapado-Se expresó una voz proveniente del más alto de todos allí presentes, siendo un hombre claramente ciego que parecía no parar de llorar. Le pudo identificar como un beta al igual que la mujer de antes debido a que ninguno contaba con un aroma aparte del de sus propias emociones-Pobrecito. Me compadezco de su nacimiento -Sintió que eso estaba de más, pero no quería comentar algo que pudiese hacerlos enojar.
-(¿Y Nezuko? ¡Nezuko!)-Pensó mirando a todos lados en busca de la caja en donde debería estar su hermana.
-No mires a otro lado mientras hablan los Pilares-Exclamó el joven kakushi que se encargó de despertarlo, mientras lo miraba un poco nervioso-Son los nueve mejores espadachines de los cazadores de demonios-Explicó en voz baja, queriendo hacerle entrar en razón antes de que alguno se pudiese ofender por su falta de atención.
-Los Pilares...-Todo se le hacía muy raro, ya que en sus años de entrenamiento, ni una sola vez había escuchado hablar de ellos.
-Matémoslo-
-¡Si!-
-Sí. De forma llamativa-Ya no quería escuchar más, no cuando tenía otras cosas más importantes de las cuales preocuparse.
-¡Eh, tú!-Exclamó el kakushi al verlo desviar la mirada nuevamente.
-Nezuko...-Habló con un tono seco-¿Dónde estás, Nezuko?-Con las pocas fuerzas que tenía se enderezó y levantó lentamente, siendo observado por los Pilares- ¡Nezuko! ¡Zenitsu!-Llamó a su hermana y amigo-¡Inosuke! ¡Murata!-Miró a todos los lados posibles tratando de encontrarlos. No ver a ninguno allí le preocupaba.
-¿Y qué hacemos con Tomioka?-Interrogó una persona a la que ya tenía identificada, pues sintió su olor provenir desde lo alto de un árbol. Volvió a recostarse sobre el suelo y miró hacía arriba, cruzando miradas con un par de imponentes ojos color carmín, provenientes de una serpiente albina-Me duele la cabeza de sólo pensar que no está maniatado-El tono desagradable en su voz era evidente, aunque él mismo no parecía preocupado por disimular un poco su desagrado-Pero según Kocho, él también incumplió las reglas-Señalaba con el dedo de forma despectiva, seguramente tampoco importándole que esto pudiese significar una clara falta de respeto y de educación por su parte-¿Cómo lo castigamos?, ¿Cómo asumirá la responsabilidad?, ¿Cómo lo torturo?-Tanjiro pensaba que cómo era posible que no sintiese nada de pena ni vergüenza por sus palabras-¿Por qué no dices nada, Tomioka?-
-(Por mi culpa lo están acusando)-Observó al nombrado parado a lo lejos, teniendo la mirada en el suelo, pero pareciendo completamente tranquilo. Este no contestaría, ni observaría a quien pareciese ser también su compañero.
-Dejemos eso por el momento-Respondió la beta nombrada como "Kocho"-Vino sin oponer resistencia. Ya pensaremos en su castigo luego-Vio en sus ojos un pequeño brillo de maldad, el cual no tardó en desaparecer-A mí me interesa oír lo que tenga que decir el chico-No dejó de mirarla mientras se sentaba sobre sus rodillas-Pese a ser un cazador de demonios, realiza misiones acompañado de uno. Quiero oír su explicación. Eso va contra las normas de nuestra organización-Esta información le había sorprendido ligeramente, ya que después de todo el tiempo que llevaba allí, ya se hacía una idea de que aquello podría ser la razón por la cual estaba allí en primer lugar-Lo sabes, ¿verdad?-Quería hablar, explicar que su hermana no era como otros demonios, pero tratar de abrir un poco la boca le era casi imposible-Tanjiro Kamado-Habló en un tono dulce y calmado, el cual no le convenció de nada debido a su aroma a furia-¿Por qué viajas con un demonio, cuando tu deber es matarlos?-
-No es necesario preguntárselo-Dijo el mismo albino de antes.
-Puedes tomarte tu tiempo para contárnoslo-
Era su momento, le estaban dando el beneficio de la duda, podría dar una razón, una respuesta.
-...Mi-Mi her_-Pero por supuesto que no sería fácil. Al mísero intento de hablar su garganta comenzó a picar, lo que le hizo toser con fuerza. El dolor en su mandíbula se intensificó cuando la tos empezó.
-Deberías beber agua-Ella le acercó una botella hasta la boca. Tanjiro la miro por unos segundos antes de agarrarla con los dientes-Te lastimaste la mandíbula, así que bebe despacio. Lleva un calmante que mitigará el dolor-Bebió con lentitud, sintiendo como un hormigueo leve cubría su boca. Este no era lo suficientemente fuerte como para que le hiciese hablar raro, pero al menos el dolor ya no era tan fuerte como antes. Entonces soltó la botella, a lo que la beta la volvería a recibir sin problema-No estás recuperado del todo, así que ve con cuidado. Adelante, Kamado Tanjiro-Le dio el habla nuevamente, por lo que dio unas cuantas bocanas de aire, y preparó mentalmente lo que diría.
-El demonio es mi hermana. Atacaron mi casa mientras yo no estaba. Estaban todos muertos cuando regresé-El recordarlo todo le haría soltar una pequeña cantidad de sus feromonas un tanto agrías, llegando estas gracias a la suave brisa hasta cierto omega que se encontraba unos metros más lejos-Transformaron a Nezuko, pero ella no devoró a nadie. Ni lo hizo ni lo hará. No lastimará a ningún humano-
-No quiero oír tus fantasías-Respondió el alfa que estaba aún sobre el gran árbol-Si es de tu familia, es natural que la protejas. No podemos confiar en ti-En todo ese tiempo no dejó de señalarle con su dedo-Yo no te creo-No quería que sus palabras le importara, pero en la situación en la que se encontraba, debía de estar atento a cada cosa que dijeran para ser capaz de contestar.
-Ese demonio lo está poseyendo-Fue lo que anunció el beta más alto-Matemos al pobre chico cuanto antes para liberarlo-
-¡Escúchenme, por favor!-Estaba muy alterado, y sus comentarios con claras intenciones de matarlo no ayudaban en mucho-Me convertí en cazador de demonios para sanar a Nezuko-Explicó una vez tuviera la atención de todos nuevamente-Nezuko se convirtió en demonio hace más de dos años. ¡Y no devoró a nadie en todo ese tiempo!-Rogaba por ser creído, o al menos escuchado.
-Estas repitiéndote, idiota. Demuestra de forma bien llamativa que ni comió ni comerá a nadie-Exigió el albino nuevamente.
-Disculpen-Habló la otra chica presente, una omega la cual se veía un poco nerviosa, seguramente por los comentarios de sus compañeros-Tengo una duda-Esto llamaría la atención del resto, sobre todo del alfa heterocromático sobre el árbol-Me cuesta creer que el Patrón no supiera nada de esto-Observó a sus compañeros-¿Seguros que podemos matarlo sin permiso?-En vez de responder, los demás miraron nuevamente a Tanjiro-Deberíamos esperar a que llegue-
-¡Mi hermana puede pelear a mi lado!-No podía esperar, tanto su vida como la de su hermana estaban en juego-¡Puede proteger a los humanos conmigo! Así que_-
-Esto es muy interesante-El omega observó al hombre que le interrumpió. Sintió un fuerte temblor recorrer por completo su cuerpo cuando notó como este alfa de inquietante presencia cargaba en una sola mano la caja de su hermana-¿Ese es el cazador que viaja con un demonio? ¿Se puede saber qué es lo que pretendes?-
-Shinazugawa-Sama-Exclamo una chica kakushi que venía detrás de él-Suelte la caja, por favor-Shinobu se levantó lentamente, finalmente relajando sus facciones, mostrándose seria.
-Shinazugawa, no actúes por tu cuenta-
-¿Qué dijiste? ¿Qué un demonio puede pelear para proteger a los humanos?-Acercó su mano a su katana, algo que alarmó a Tanjiro-Eso... ¡Es imposible, idiota!-Su katana, la cual con rapidez sería desenfundada, atravesaría por completo la caja. El quejido de dolor por parte de la demonio llegó a oídos de otros, incluyendo a cierto omega que se encontraba más lejos que el resto. Algo en su pecho tiraba con fuerza, pero tras dar un suave suspiro se mantuvo firme en su lugar.
-Aunque usted sea un Pilar, ¡No perdonaré a nadie que lastime a mi hermana!-La sangre le hervía, pero ello no causó más que gracia en el Pilar. Con brusquedad sacó su katana, arrojando la sangre restante al suelo, siendo esta consumida por el sol al instante.
-Me alegra oír eso-Se burlaría más, haciendo gritar con enojo al omega. Sus claras intenciones por atacarle solo hacían reír mucho más al segundo alfa albino.
-¡Basta!-Su repentino grito sorprendió a todos-¡El Patrón estará aquí enseguida!-
Su grito sería suficiente para que Tanjiro pudiese aprovechar la oportunidad, y saltar hasta él dándole un fuerte cabezazo que haría retumbar la cabeza del albino. De inmediato la sangre saldría de su nariz, a lo que soltaría la caja de su mano. Aprovechando su aturdimiento, Tanjiro se acercaría hasta la caja de su hermana, plantándose frente a esta en caso de que el albino de furiosos ojos morados intentase algo nuevamente.
-Desgraciado...-Trató de levantarse, pero no lo lograría. Sentía como si la cabeza se le hubiese partido en dos, y no lograba mantener el equilibrio.
-(Incluso si fue Tomioka quien lo distrajo, me sorprende que Shinazugawa bajase la guardia)-Pensaría el heterocromático, mientras su serpiente mascota libremente se deslizaba por su cuello.
-¡Si no eres capaz de distinguir entre un demonio bueno, de uno malo, entonces no mereces ser un Pilar!-Demasiado enojado estaba como para que las feromonas que instintivamente soltaba le preocuparan.
-Serás...-Agarro nuevamente su katana y se levantó-¡Te mataré!-Sin temor acercaría la punta de su katana al cuello del omega, quien le miró desafiante. "Intentalo", le decía con la mirada. Y cuando estaba a nada de hacer algo, sus músculos se detuvieron de inmediato.
-Oyakata-Sama ya está aquí-Anunciaron unas pequeñas niñas albinas de tal vez unos diez años.
Todos de pronto voltearon a ver, algo que sorprendió ligeramente al omega, pues con solo ver como lentamente se acercaba con ayuda de las niñas, era como si de la nada toda la pesadez del ambiente se hubiese esfumado.
-Bienvenidos...-Sorprendido observaría la gran cicatriz que cubría gran parte de su rostro -...Mis queridos hijos-El hombre con calma estiró una de sus manos, dejándose guiar por sus hijas hasta pocos pasos de la orilla de la pequeña terraza-...Buenos días a todos. Hoy hace un buen tiempo. Imagino que el cielo está azul...-Con calma sonreiría, sintiendo la calidez del día cubriendo su cuerpo-Me alegra que volvamos a vernos las mismas caras medio año después-
-(Tiene una cicatriz, o quizás sea una enfermedad...¿Él es Oyakata-Sama?)-Ni tiempo tuvo para dejar de pensar cuando con fuerza estamparon su rostro contra el suelo-(¡Qué rapidez, no pude ni reaccionar!)-Se quejaría ligeramente por el dolor. Era en momentos como ese en los que agradecía tener la cabeza tan dura-Oye...-Se calló al ver como todos los pilares ahora estaban formado haciendo una reverencia para Oyakata-Sama.
-Nosotros también nos alegramos de verlo bien, Patrón-Diría el albino, sorprendentemente educado como para que Tanjiro incluso dudara en su creérselo o no-Rezaremos para que siga gozando de una buena salud y felicidad-
-Gracias, Sanemi-
-Si es tan amable, antes de iniciar la reunión, me gustaría una explicación-Pediría, aplastando con mayor fuerza su cabeza.
-Claro que si, Sanemi-Ante esto el nombrado sonrió-Pero antes... -Voltearía el rostro, encontrando a alguien con la mirada-Giyuu, ¿Cómo están esos cachorros de los que tú y Urokodaki-Sama me estuvieron hablando mediante cartas? ¿Cómo le fue al muchacho en la selección final?-
-...Me temo que en estos momentos, Oyakata-Sama, ambos ya han sido heridos por Shinazugawa-El mencionado vio rojo cuando escuchó como le delataban. Una de las niñas, poniéndose de puntillas, susurraría algo a su padre, para luego volver a su posición.
-Ya veo...-Pareció comprender rápido la situación. No se mostro enojado, o disgustado-Sanemi, hijo mío. Por favor suelta al joven, mi hija ya me explicó sobre su estado-De mala gana, el nombrado tuvo que obedecer, por lo que soltó con brusquedad la cabeza del omega.
-Oyakata-Sama, se lo pido por favor-Habló Sanemi mirando la caja de Nezuko con asco-Por favor explíquenos el porqué permitió que un cazador viajase con un demonio. Se supone que nuestro deber es matarlos-Más que pedirlo como un favor, parecía más bien estar exigiendo una respuesta clara.
-Además me gustaría informarle que Tomioka infringió las reglas al impedirle a Kocho acabar con la demonio-Habló nuevamente el heterocromático-Pienso que Tomioka ya conocía a la chica demonio y que la ha dejado vivir libremente como si no fuese ningún peligro. No por nada se lo impidió a Kocho. Lo que nos da dos infracciones-
-Estoy bien consciente sobre eso, Iguro-Contestó calmadamente-Giyuu me lo reveló por cuenta propia el mismo día en que todo sucedió. Yo estoy seguro de que, si lo hizo, fue por una buena razón, y me aseguré de hacerle creer eso. Y ahora, ¿Creen que me he equivocado?-Los Pilares en respuesta se mantuvieron callados, algo que Oyakata-Sama no cuestionó-Entonces, continuando con_-
-Lamento mucho interrumpirlo, Oyakata-Sama-Habló nuevamente Sanemi, sorprendiendo al resto de presentes por atreverse a interrumpir al patrón-Pero le pido que por favor me deje demostrarle que los demonios son incapaces de cambiar. Lo siento, pero no estoy de acuerdo con todo esto-
-¡Oye!-Con enojo Giyuu llamaría su atención-No te atrevas a interrumpir a Oyakata-Sama-
-Giyuu, no te preocupes-Como un interruptor apagándose, Giyuu volvería a tener el rostro serio de siempre-Y Sanemi-El albino se preocupó un poco, tal vez no fue buena idea interrumpir-...Está bien, te concedo el permiso para demostrar tu punto de vista-
Un aroma a notable preocupación llegó hasta la nariz del omega pelirrojo, volteando la cabeza para mirar a quien pertenecía. Un poco para su asombro, resultó venir de Giyuu. Este, al notar la mirada del menor, también se voltearía a verle. Compartían la preocupación, y eso le haría sentir a Tanjiro que no se encontraba solo en esa situación.
En un descuido de Sanemi, o eso trató de creer Tanjiro, este terminaría recibiendo un golpe en la nariz por parte de la caja en la que se encontraba su hermana, que por obvias consecuencias provocó en él un sangrado abundante.
Teniendo una excusa para finalmente acercarse, Giyuu aprovecharía el momento. Con un pañuelo que sacó se uno de sus bolsillos limpiaría la sangre que le escurrió a la boca. Dobló este mismo, y con cuidado lo introdujo dentro de su nariz, esperando a que tras un tiempo la sangre dejase de salir. Aquello fue un tanto sorprendente para el resto de Pilares presentes. Aparentemente no estaban acostumbrados a verlo ayudar a alguien.
-Me duele...-Diría, soltando un leve quejido. No le resultó raro pensar que seguramente se encontraba con la nariz fracturada a causa de la pelea de la noche anterior.
-...No te preocupes, no es grave-Un pequeño impulso le haría apoyar la cabeza del menor contra su pecho, algo que no molestó mucho a Tanjiro-¿Ves?, ya dejó de sangrar. No te preocupes-Comprobó tras revisar nuevamente su nariz. Con las mangas de su haori, limpiaría la tierra en el rostro del pequeño omega, asegurándose de que esta no se fuera a meter dentro de las heridas abiertas en su cara.
-Bueno. Si es que ambos ya terminaron con su espectáculo, entonces yo ahora demostraré lo que son estas criaturas en realidad-Sacaría su katana una vez más, cortando su brazo como si fuese algo normal, dejando que gotas gruesas de esta misma cayeran sobre la caja-Es hora de comer, demonio-Los fuertes brazos de Giyuu impedirían a Tanjiro hacer una tontería. Aunque él mismo no estaba seguro de cuánto tiempo podría contenerse a sí mismo-¡Vamos, muérdeme!-Sus quejidos se escucharon, acompañados por movimientos dentro de la caja. Ella se estaba conteniendo, retorciendo su cuerpo para poder aguantar la tentación-No me ignores, sigue tus instintos. Te haré pedazos en cuanto lo hagas-
-¡Nezuko!-Gritó el omega, preocupado por su hermana. Antes no había tenido una tentación tan grande como esa cerca suyo, así que no sabía que tan bien aguantaría. Con un poco más de fuerza, Giyuu lo volvería a atraer hacia su cuerpo. Tanjiro le observó, preguntando con la mirada del porque lo detenía.
-*No te preocupes...*-Le susurró-*Debes de confiar en tu hermana...*-Buscaba calmarlo, aunque él mismo ya comenzaba a intranquilizarse.
-Shinazugawa, estás bajo el sol-Diría Iguro con obviedad-Si no vas a a la sombra, no saldrá-En eso, al albino se le ocurriría algo.
-Oyakata-Sama, disculpe mi atrevimiento-Y antes de que el patrón pudiese contestar, supo a lo que Sanemi se refería. Entró de un movimiento rápido hasta el hogar de su patrón, arrojando la caja con fuerza contra la pared. Sin esperar mucho, y mirando con asco, clavaría por segunda vez la katana, atravesando tanto la caja como el tatami que se encontraba debajo.
-¡NO!-Sin que Giyuu tuviese la oportunidad de reaccionar, este se soltaría de sus brazos, y trataría de correr hacía Nezuko. No obstante, él tampoco se esperó de que ahora alguien más le impidiese avanzar. Giyuu miró con horror como sin piedad Iguro clavaba su codo en la espalda del pequeño omega. Sintió como la sangre le hervía, y cada vez le era más difícil controlarse. Observó a Oyakata-Sama, quien, sin nadie más notarlo, miraba en su dirección. Con una señal le pidió esperar sólo un poco más.
-¡Sal, demonio!-Clavó nuevamente la katana-¡Aquí hay sangre humana de la que tanto te gusta!-
-(No puedo respirar, ni moverme...)-El aire se le escapaba de los pulmones. Y cuando trataba de respirar solo sentía un fuerte dolor en su columna.
Sanemi pateó la caja, antes de abrirla con la punta de su katana. Del interior de esta, una Nezuko babeante con lentitud iría aumentando su tamaño, mostrando sus pupilas rasgadas. Nuevas gotas de sangre caerían sobre el piso, manchando este de un rojo oscuro. Los gruñidos de ella, que antes apenas se oían, ahora todos los presentes podían escucharlos
-(Nezuko...)-
-¿Qué pasa, demonio? Vamos, ataca. ¿No quieres la sangre?-Tentadoramente movió su brazo, aunque Nezuko mantenía su vista pegada al frente. Su respiración era apresurada, y entrecortada.
-Iguro, suéltalo-Ordenó Giyuu, ya no aguantando más la vista que tenía en frente.
-Solo presiono porque intenta moverse-Respondió de mala gana.
-Obanai, si Tanjiro intenta respirar con los pulmones comprimidos, le explotarán las venas. Te pido que lo sueltes-Ya estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba, si las cosas no acababan pronto, entonces él intervendría para que acabase rápido.
-¡Sí, que exploten!-Exclamó el albino de uñas pintadas.
Nezuko, por su parte, tenía sus manos sangrantes por la constante fuerza que ejercía. Sus uñas clavándose en su propia carne le daba un poco más de autocontrol de su cuerpo, pero esto no era más que una graciosa vista para el alfa albino, quien rió por ello.
-¡Tanjiro!-Exclamó Giyuu al ver cómo el pelirrojo comenzó a gritar y a tratar de romper la cuerda que lo mantenía atado. Para sorpresa de todos, lograría su cometido, momento en el cual Giyuu, aprovechando que Iguro estaba atónito, le tomaría de la mano, finalmente alejando esta de la columna del menor-Te dije que lo soltaras-Iguro, observando con ofensa como Giyuu le sujetaba del brazo, instintivamente liberaría de sus feromonas dominantes. Giyuu, por su parte, no mostró indicio alguno de molestia por parte de estas. Quiso sonreír, demostrando su superioridad aunque por un segundo fuera, pero no pudiendo debido a que algo más sucedería.
-¡Nezuko!-Exclamó en un tono desesperado.
Los segundos de tensión se empezaron a contar en las mentes de Giyuu y Tanjiro. El tiempo se movió tan lento, que ambos no pudieron no desesperarse gracias a que este seguía avanzando. Cuando de pronto, lo que por un segundo se creyó imposible, pasó.
Nezuko, aún con algo de esfuerzo de su parte, volteó el rostro, con sus ojos fuertemente cerrados, rechazando la sangre.
-¿Qué sucede?-Preguntó Oyakata-Sama ante el repentino silencio que hubo.
-La demonio apartó la mirada-Respondió una de su hijas-Shinazugawa la apuñaló tres veces, pero no mordió su brazo sangriento pese a las provocaciones-
Tanjiro, sin querer esperar más, subiría también hasta donde se encontraba su hermana, abrazándola protectoramente, lo que la haría reaccionar finalmente, y devolverle el abrazo. Con la frente bien en alto, Giyuu subiría también, plantándose frente a los hermanos, y haciendo frente a Sanemi. Este, sin embargo, no estaría contento con nada de eso. Sin notarlo liberaría una cantidad extrema de sus feromonas, estas estando más fuertes que nunca gracias a su actual estado de animo. La fuerza de estas haría perder el equilibrio a los hermanos, sobre todo a Tanjiro, quien era el que más débil se encontraba.
Por el contrario de Giyuu, quien apenas cambió un poco el rostro a por uno de desagrado.
-¿Así que quieres jugar con trampas, alfa?-Dio unos cuantos pasos, quedando ambos frente a frente. Estando cerca las feromonas de Sanemi más fuerte se sentían, pero Giyuu no hizo más que mostrar un claro asco por estas.
-Giyuu-Llamó Oyakata-Sama, sonando preocupado por lo que él estuviese pensando en hacer.
-¿Y qué harás al respecto, eh?-Se burló-Un beta como tú nunca podría hacerme frente-
-Oh, ¿Crees que no?-Esto haría que los demás se comenzaran a susurrar entre ellos. Sanemi volvió a reír, posando su mano sobre el hombro de Giyuu.
-Oh, creeme que no podrás contra mi-Se le acercó más, mostrándose completamente intimidante ante él, aunque aquello no le importó a Giyuu. Una muy pequeña sonrisa pareció asomarse por sus labios.
-...Si tú lo dices-Y antes de que Sanemi fuese capaz de reaccionar, su brazo ya se encontraba siendo agarrado, y torcido tras su espalda de una forma que le hizo soltar un quejido por el repentino dolor. Quiso soltarse de su agarre, cuando repentinamente una fuerte oleada de feromonas le haría caer de rodillas al suelo.
-¿Qué...? ¡Agh!-Volvería a quejarse, pues incluso si estaba así, Giyuu no dejó de aplicar con él la misma llave del principio. Miró a los hermanos, creyendo que las feromonas pudieron haber sido obra del Kamado mayor, pues antes él mismo se había delatado como omega.
Pero a simple vista estaba demasiado débil como para tratarse de él.
-¡Así que eres un sucio omega!-Exclamó una vez lo supo-¡Ahora entiendo porqué estabas tan apegado a esos bastardos! ¡¿Acaso te rompe el corazón viéndolos así?! ¡MALDITA PE_-
-Y que si es así...-Sanemi repentinamente cerraría la boca. No quería averiguar por las malas que era el objeto filoso que rozaba su garganta-¡De todos modos eso no te da derecho a lastimar a estos niños!-Otra oleada de sus fuertes feromonas le haría encorvar la espalda, sintiéndose derrotado-¡YA HICISTE LO QUE TENÍAS QUE HACER, AHORA LÁRGATE!-Ordenó fuerte y claro con su voz de mando, antes de empujarlo lejos de su vista, y de los hermanos.
-Ay, Giyuu...-Oyakata-Sama se llevó los dedos a la cara, apretando el puente de su nariz. Aún así, se veía divertido por la situación-Bueno, mejor así que seguir fingiendo, ¿No?-Tanjiro trataría de levantarse, estando demasiado mareado. Con rapidez Giyuu se le acercó para ayudarlo a estabilizarse.
-Agh... La cabeza me duele...-
-Ocultar las feromonas por tanto tiempo sin arriesgarme a utilizar muchos supresores es realmente una molestia-Sujetó la mano de Tanjiro, y con cariño pasaría la mano por su cabello-Respira con calma, el efecto ya pasará_-
-¡KYA! ¡TOMIOKA-SAN ES UN OMEGA DOMINANTE!-Exclamó la única mujer omega allí, saltando de alegría por el reciente descubrimiento. Giyuu la observó con algo de sorpresa.
-Jajajajaja-Rió Oyakata-Sama, sorprendiendo al resto, pues pensaban que estaría enojado-Bueno, me alegra saber que ya todo el asunto está solucionado-Sonrió alegre.
-Sí...-Contestaron los alfas. La cantidad que Giyuu había liberado fue extrema, y junto con su enojo, estas les habían hecho arrodillarse para soportar la falta de equilibrio.
-Muy bien. Entonces, Giyuu, acompaña a los hermanos Kamado hasta la Finca Mariposa, que allí atiendan a Tanjiro-Este último le miraría, agradecido por su amabilidad-Los demás se quedan aquí, todavía hay cosas de las que tenemos que hablar-
-¡Si, Oyakata-Sama!-Exclamaron fuerte y claro.
-Permítame ayudarlo-Un kakushi se acercaría a Tanjiro, quien retrocedió un par de pasos con algo de desconfianza. Después de lo recientemente ocurrido, preferiría mantenerse alejado de los alfas por un tiempo.
-Yo me encargo de llevarlo. Ustedes preocupense por Nezuko-Ellos sin problema acataron la orden del ahora conocido omega mayor-Ven, te ayudaré a caminar-Al ver los débiles pasos del omega menor, él detendría los suyos propios-¿Quieres venir en mis brazos? Podrías aprovechar también de descansar-Le ayudaría a bajar con cuidado de la pequeña terraza en la cual todavía se encontraban. La reunión no iniciaría hasta que ellos no se fueran.
-¿Puedo?-
-Claro que puedes, no tengo problema con ello-Trató de sonreírle, pero como todavía no entraba en total confianza, apenas y elevó un poco sus comisuras.
-...Todavía quisiera darle otro cabezazo antes de irme-Comentó, mientras era cargado fácilmente por los brazos del omega mayor. Una suave risa se escuchó, a lo que voltearia a mirarlo. Una pequeña sonrisa se asomaba en el rostro de Giyuu, quien ya se sentía un poco más cómodo. Y después de todo tampoco estaba siendo observado.
-Ya tendrás la ocasión de hacerlo, te lo prometo-
Una vez que Nezuko estuviera de vuelta en su caja, pudieron finalmente marchar rumbo a su nuevo destino. El camino fue un tanto largo, y era gracias a la debilidad de su cuerpo y al cansancio, que Tanjiro no tardó en quedarse dormido sobre los brazos de Giyuu. Esta acción, aunque fuese pequeña para cualquiera, significó para Giyuu algo incapaz de explicar con palabras. Le sintió acurrucarse en su pecho, aferrándose a su uniforme. Mantuvo la calma lo mejor que pudo, soportando enormemente las ganas de llenar su cara con besitos, un pensamiento sorprendente hasta para él mismo.
Llegando finalmente a la Finca Mariposa, el kakushi que siguió a Giyuu todo el camino entraría junto a él en la Finca, pese a que el kakushi se encontraba nervioso por entrar sin avisar antes.
-¡Ah! Giyuu-San-El kakushi se detuvo en seco tras del omega, evitando chocar con él.
-Aoi, pequeña, que bueno verte-Ella sonrió ligeramente cuando lo vio, aunque poco después cambió el rostro a por uno de intriga cuando notó al joven omega en los brazos del Pilar.
-Puedo ver a lo que vino. Adelante, puede pasar-Volvieron a avanzar, siguiendo a la joven beta por los largos pasillos de la finca. Llegando a la zona de las habitaciones, Giyuu un tanto sorprendido se detendría tras escuchar un sorprendente grito.
-¿¡Cinco veces!?-Aoi se apretó el puente de la nariz, suspirando con clara frustración-¿¡Hasta cuándo tengo que tomar esta medicina!? ¡Así no podré comer!-Los chillidos se escucharon cada vez más fuertes, y a la nariz de Giyuu, como a la des kakushi a sus espaldas, llegó un aroma a vainilla bastante amargo-¡Es muy amarga! ¡Sabe horrible!-Seguirían acercándose, aunque ahora a pasos más cautelosos- ¿Y segura que la medicina hará que se recuperen mis extremidades?-
-Baja la voz, por favor-Pidió nerviosa la voz de una niña.
-¿De verdad?, ¿Segura?-Seguiría cuestionando en volumen alto-¡Quiero una explicación! ¡Expliquenmelo!-
-Sigue armando escándalo-Se quejó Aoi, mientras que Giyuu se asomaba ligeramente por el umbral de la puerta, acomodando de mejor manera a Tanjiro sobre su pecho.
-¿¡Qué les pasará a mis brazos y piernas!?-
-...Zenitsu-Pronunció un inconsciente Tanjiro, frotando su nariz contra el pecho de omega mayor, feliz de sentir su aroma suave a rosas blancas con un ligero toque de cerezas. Una pequeña sonrisa se asomó, para luego volver a mirar al interior.
-(Así que tú eres Zenitsu...)-
-¡Silencio!-Exclamó Aoi, sorprendiendo al omega-Ya te lo expliqué mil veces, ¡Si no te controlas, te ataré a la cama!-Pero Zenitsu siguió quejándose y llorando por la medicina, solo que ahora haciendo ruidos extraños mientras trataba de no gritar nuevamente-Cielos...-Le miró con poca paciencia, prefiriendo alejarse para preparar la cama de Tanjiro.
-¿...Eres Zenitsu, verdad?-Preguntó Giyuu, aunque estaba seguro de tener ya la respuesta-¿Eres amigo de Tanjiro?-Se sentó con tranquilidad a orillas de la cama, sentando a un dormido Tanjiro sobre sus piernas.
-¿Ah?-Se quitaría las manos de la cara, pues mientras Giyuu se le acercaba, él estaría limpiandose las lágrimas-¡Tanjiro!-Exclamó alegre de finalmente ver a su amigo, por lo que no dudo en ir a abrazarlo incluso cuando este no había sido soltado por el omega mayor-¡Por Kami-Sama!, pensé que ya no te vería más. Nadie contestaba mis preguntas, estaba muy preocupado-Lloraba por sobre el hombro del omega, aumentando más lo agrio de sus feromonas-...Gracias por cuidarlo-Sorbió su nariz, viendo a Giyuu todavía con bastantes lágrimas en los ojos. No era broma cuando decía lo preocupado que estaba.
Un cosquilleo cubrió su pecho, calentandolo en cuanto los aguados ojos del segundo omega le miraron con agradecimiento. Giyuu conocía perfectamente el significado de aquel cosquilleo, recordaba haberlo sentido años atrás cuando conoció por primera vez a los hermanos Kamado, y hace un par de horas cuando los volvió a ver. Su omega interno aullaba de la alegría.
-No dejes que te moquee la nariz-Ofreció un pequeño pañuelo, el cual el omega de cabellos rubios recibiría sin problema.
-Gracias, eh...¿Cómo se llama?-Preguntó, pues ahora había entrado en cuanta de que no se conocían.
-Soy Tomioka Giyuu-Contestó, del mismo modo en que haría cuando algún civil preguntaría su nombre-...Aunque puedes llamarme como prefieras-Añadió, algo que no era realmente una costumbre en él. Los extraños ojos del menor, entre castaños y dorados, le miraron con nueva emoción.
-Un placer, Giyuu-San. Soy Agatsuma Zenitsu, también puede llamarme como prefiera-Le vería con una pequeña sonrisa al verlo de ese modo. Se le hizo tierno que se pusiera feliz con solo saber su nombre. Aunque poco después algo más llamaría la atención de Giyuu-¿Sucede algo?-
-¿Qué le pasó a tu cuerpo?-Finalmente comenzaba a notar lo pequeñas que eran sus extremidades, al punto de que el pijama de tamaño normal se le veía largo de las mangas y las piernas.
-Oh, en la montaña unas raras arañas me picaron con un veneno que me convertiría en una araña también. Logre que el veneno avanzara más lento regulando mi respiración. Pero mi cuerpo se encogió de todas formas-
-(Casual)-Pensó-Ya veo. Así que por eso es la medicina...-
-Sí. Normalmente no tendría problemas, pero es que esa medicina es muy asquerosa-Sacó la lengua en señal de asco.
-¡Pero debes tomarla igual o te quedaras así!-Exclamó Aoi, finalmente terminando de alistar la cama para el aún dormido Tanjiro.
-¡Pero es asquerosa!-Contestó de vuelta, asustado de que volvieran a forzarlo a tomarla.
-Aoi tiene razón. Por mucho que una medicina no tenga buen sabor, no significa que puedes saltártela-Iría acostar con cuidado a Tanjiro, aunque no lo arroparía todavía, pues comenzó a quitarle la ropa para reemplazarla por un pijama igual al cual Zenitsu utilizaba-Escucha-Llamó su atención una vez terminó de arreglar al omega. Aoi entonces se acercaría a Tanjiro para limpiar su cara con un pañuelo húmedo, y aplicar pomada y vendajes sobre sus heridas-A mi tampoco me gusta mucho tomar medicinas, pero es debido a cierta alergia que tengo que debo saber tomar mis medicamentos cada cierto tiempo. Te comprendo, así que te daré un pequeño consejo que podría ayudarte si decides darle una oportunidad-Los brillantes ojos del menor le miraros expectante-No respires-
-¿…Eh?-
-Cuando tomes la medicina, trata de hacerlo rápido y sin respirar. Para que te sea más fácil, puedes taparte la nariz-Tomó el vaso de medicina de las manos de Kiyo y lo acercó a las de Zenitsu, quien le miró incrédulo-Al no respirar, no puedes sentir el sabor de la medicina. Claro que ya cuando vuelvas a respirar lo sentirás en tu boca, pero en general la tortura ya habrá pasado-Trató de darle confianza para que lo hiciera. Pero incluso cuando el omega menor ya tenía nuevamente el vaso en sus manos, seguía sin estar del todo seguro de hacerlo-...Mira, si mi idea no funciona, te daré una canasta llena de dulces-
Fue con aquella oferta que el omega menor consideró hacerlo. Al mirarle por unos segundos más, suspiraría. El sonido que desprendía, algo característico de cada ser vivo, en él sonaba calmado, cargado con algo que le haría sentir total confianza en el mayor, incluso cuando apenas y lo había conocido. Respiró un poco con temor, antes de cerrar con fuerza los ojos, y beber con rapidez cada gota de la medicina. Tras terminar, alejó el vaso, y respiró profundo, pues todavía tenía unas pocas ganas de vomitar todo.
-Bien hecho, Zenitsu-San-Felicitó Aoi, recibiendo el vaso y yéndose tras ya no tener más que hacer. Una vez que Tanjiro despertara lo revisaría de mejor manera.
-Lo hiciste bien, Zenitsu-Con s manga limpiaría la pequeña gota de medicina que escurría por su barbilla-Por el momento no puedo ir a comprar dulces, pero tengo esto-Sacó algo envuelto en un colorido pañuelo de su bolsillo nuevamente y se lo entregó a Zenitsu-Espero que te guste-
-Esto es...-Abrió con cuidado el pañuelo en sus manos, sorprendiéndose un poco de lo que veía-Es una galleta de arroz-Alegre sonrió, pues desde hacía ya un buen tiempo que tenía las ganas de comer una. Pero antes de hacerlo, volvería a mirar a Giyuu-Pero... Usted dijo que solo si su idea no funcionaba-
-¿Yo? Yo no recuerdo nada-Miró a los lados, haciendo reír al menor. Zenitsu comió feliz su galleta, pareciendo un niño feliz por obtener lo que quería. Con tranquilidad Giyuu acomodaría sus cabellos-...Tienes un cabello muy bonito-
-Y usted tiene unos ojos muy lindos. Me imagino la cantidad de alfas que deben estar tras suyo cada día-
-Afortunadamente no. Pero tampoco es como si fuese una de mis mayores preocupaciones. Ya pasé por una mala experiencia con uno, no necesito más. Sobre todo cuando los idiotas son de todo menos alfas-Se cruzó de brazos, a lo que Zenitsu se llevaría el dorso de la mano cerca de la boca para acallar su risa.
-Tiene razón, prefiero estar solo si las cosas van a ser así-Giyuu asentiría orgulloso-Por cierto, ¿En dónde compró las galletas de arroz?, están riquísimas-
-Las hice yo-Le contestó, a lo que nuevamente los ojos del rubio omega se iluminarían.
-¿Es en serio? Nunca antes había probado unas tan ricas. ¿Podría hacer más?-Le pidió por el impulso del momento, no tardando mucho realmente en darse cuenta de lo que había pedido-Bueno... Si usted quiere-Añadió, queriendo que sonara menos a una exigencia.
-...-Miraba sorprendido al menor. Recordaba momentos en los cuales le pedían lo contrario, que ya no cocinara más-...Claro-Contestó, sonriendo cálidamente-Mañana mismo traeré una canasta llena con todo tipo de dulces-
-¡Si!, digo ¡No!. Si es por lo que dije, le aseguro que solo fue un impulso. De verdad que no debe hacerlo, no quise molestarlo. Lo siento-Agacharía la cabeza a modo de disculpa. No obstante, no contaría con que Giyuu le levantaría, y le abrazaría contra su pecho. Algo temeroso, Zenitsu no protestó, y tras un par de segundos, correspondería el abrazo. Sintió el suave aroma a rosas blancas, y escuchaba el relajante palpitar de su corazón. Se sintió relajado, y cada vez más cansado.
-No te averguenzes por pedirmelo, yo soy muy feliz si lo haces-Lo abrazó con algo más de fuerza, no queriendo soltarlo por nada-Prepararé tantos dulces como quieras-
-¿...Por qué es tan amable?-Preguntó en tono bajo, sintiendo el calor de los brazos del mayor envolviendo su cuerpo.
-...No lo sé, simplemente tengo la necesidad de serlo-Pasaría delicadamente su mano por sobre su cabello, dándole suaves caricias-He estado feliz desde que conocí a Tanjiro y a Nezuko hace dos años... Y ahora lo estoy contigo también-Reveló en tono bajo, cuando de la nada sintió aflojarse el abrazo del más joven. Lo separó ligeramente de su pecho, observando como este había caído gracias a sus feromonas. Giyuu estaba algo sorprendido, ya que no se dió cuenta de que las estaba soltando-Je...-Con cuidado recostó el pequeño cuerpo de Zenitsu sobre la cama suave, arropandolo con cariño.
Estaba listo para salir, pero se detendría a centímetros de la puerta. Giró el rostro para mirarlos, e instintivamente volvió sobre sus pasos. Les miró por un par de segundos a ambos, antes de acercarse, y besar sus frentes con todo el cariño que pudo permitirse demostrar en aquel momento.
Tras nuevamente alejarse, prestaría entonces atención a quien estuvo también siempre en la habitación. Reconoció la máscara demasiado realista de jabalí, la cual se encontraba ocultando parte del rostro de quien la portaba
-(Ese es...)-Entrecerró un poco los ojos, pensando-(Es el chico al que anoche amarré a un árbol)-Sintió un pequeño escalofrío ante la rara forma en la cual dormía, teniendo este el cuerpo doblado de formas que nunca creyó que fueran posibles. Fue de pronto cuando un movimiento brusco haría caer la máscara al suelo, dando un par de rebotes antes de quedarse quieta en un punto algo alejado de su dueño.
Sin querer hacer mucho ruido con sus pisadas, se acercó lo más rápido que pudo, y le sujetó antes de que también se cayera de la cama. Con sorpresa veía como el joven beta ni en cuenta estaba de lo que pasaba en su entorno, pues seguía a completa merced de su sueño. Acomodó su cuerpo lo mejor posible una vez lo volvió a recostar, para también cubrirlo con las sábanas. Volvería a alejarse, pero esta vez para tomar del suelo la máscara, la cual le hizo sentir muy raro, sobre todo cuando la textura de esta era demasiado realista para él.
Pero cuando se acercó con la intención de volver a colocársela, sintió en su pecho un repentino calor que por poco le haría soltar la máscara. Miró al joven, mientras suspiraba con calma.
-(...Con él ya serán cuatro. ¿Es realmente seguro que tengamos tantos a la vez?)-Se preguntó mentalmente, o más bien a su omega interno, mientras levantaba la máscara, y con lentitud se la colocaba-(...Sé bien lo solos que nos sentimos, pero por favor vayamos despacio con esto)-Pasaría la mano delicadamente sobre la máscara, y entonces volvería a alejarse.
Se acercó a la puerta, sujetando el shoji, listo para abrirla. Pero antes, se dedicaría a mirar una vez más. Fijó su vista en cada uno de ellos, viéndolos dormir plácidamente sobre sus respectivas camas. Sonrió al ver como Tanjiro agarraba de pronto la almohada bajo su cabeza, para abrazarla con fuerza, y como Zenitsu, muy al contrario, ocultaría su cabeza bajo esta. El beta, del cual recordaba su nombre gracias a que Tanjiro lo había mencionado antes, se quedó completamente quieto, pues al parecer tardaría un tiempo en volver a dejar su cuerpo igual a antes.
Su pecho se sentía cálido, agradablemente cálido, lo que le haría soltar más de sus feromonas, estas estando particularmente dulces, lo que pareció relajar mucho más a ambos omegas menores. Ya podía estar tranquilo, todos estaban bien, y se podía notar.
-...Descansen, mis bebés-Se despidió, saliendo con la sensación de que ya no habrían más preocupaciones.
Y entonces solo pudo esperar que así fuera.