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사랑의 바람

El amor es como el viento. No lo puedes ver, pero lo sientes. Después de una relación fallida, Daniela renunció al amor y se enfocó en su carrera. ¿Le dará una oportunidad al nuevo chico en su vida o seguirá viviendo en el pasado?

• ୨❀୧ •

Dos años atrás

- ¡Mark!

- ¡Daniela! ¿Qué haces aquí?

- Vivo aquí, ¡¿recuerdas?! ¿Quién es esa?

- Puedo explicar...

- ¡Me importa un carajo tus estúpidas excusas! ¡Esta es la gota que derramó el vaso! ¡No quiero volver a verte nunca más!

- Pero, Daniela...

- ¡Vamos a cancelar la boda! ¡Toma, te devuelvo tu maldita sortija!

• ୨❀୧ •

Actualidad

Estaba sentada sola en mi oficina, golpeando mi bolígrafo contra el escritorio, reviviendo de nuevo ese horrible momento de hace dos años. Mark, mi prometido, mi supuesto amor de mi vida, me engañó, un mes antes de la boda, en nuestro departamento. Y luego escapó con esa chica a Miami.

- (¡Ya no te necesito más! ¡Tú eres solo un fantasma del pasado! ¡Tienes que quedarte ahí, donde perteneces!)

Mirando en retrospectiva y recordando los últimos dos años, en general estaba bastante satisfecha con mi vida. Tenía mi propia agencia de planeación de eventos, que fundé usando el dinero que estaba ahorrando para mi boda con Mark. Era la mejor en mi trabajo. Sin embargo, no tuve nada de suerte en el amor. Después de mi ruptura, no tuve ni una relación ni siquiera un poquito exitosa.

- (Un fracaso tras otro...)

Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no escuché a alguien tocando a mi puerta. Subí la mirada cuando escuché una tímida voz masculina que venía desde esa dirección. Me encontré con los ojos más verdes que haya visto, que pertenecían a un galán de metro noventa, que tímidamente estaba parado en la puerta de mi oficina.

- Buenos días, señorita Daniela. Yo soy Kim Taehyung.

- ¡Oooh, buenos días, señor Kim!

Comprendí que lo dije demasiado entusiasmada y me aclaré la garganta.

- ¿Cómo lo puedo ayudar?

- Discúlpeme por haber entrado así... Estuve tocando, pero usted no respondió... La puerta estaba entreabierta...

- Señor Kim, está bien. ¿Cómo lo puedo ayudar?

- No le quitaré mucho tiempo. Necesito a alguien que organice mi fiesta de cumpleaños... Escuché que su agencia es la mejor en Nueva York.

- Gracias, señor Kim. Cada halago significa mucho para nosotros.

- Por favor, llámame Taehyung. No estoy TAN viejo.

- Bueno, Taehyung, entonces me decías...

- Claro... ¿En qué me quedé? Necesito a alguien que organice mi fiesta de cumpleaños...

- Claro, Taehyung. ¿Sabes cuál será la fecha?

Casi me golpeo por hacer esa pregunta tan tonta. Claro que sabía la fecha: ¡era su fiesta de cumpleaños!

- Este, solemos estar bastante ocupados en esta época del año.

Se río amablemente ante mi ridícula pregunta, y sus ojos verdes me dejaron petrificada ahí mismo.

- Sé cuál es la fecha. Veinticuatro de junio.

Si no hubiera estado parada ya, casi seguramente habría saltado de la silla.

- Señor Kim... Taehyung... Eso es en ocho días. Aunque, es demasiado poco el tiempo de antelación, y yo... Pero no te preocupes. Haremos lo mejor para lograr hacerlo.

- Cuento contigo, Daniela.

El inicialmente tímido Taehyung se transformó en alguien más después de ese comentario. Noté una chispa de coqueteo en sus ojos mientras me miraba. Me calmé y continué haciendo mi trabajo.

- Dime, Taehyung, ¿cuál es el motivo de la fiesta?

Todo me salía cada vez peor con cada nueva oración que pronunciaba. Esa vez, Taehyung no fue tan amable como antes. Se reía a carcajadas.

- ¡Daniela, perdón por reírme, pero eres muy cómica! ¡Es mi cumpleaños, sé la fecha y ese es el motivo!

En ese momento quería desaparecer de la faz de la tierra.

- De hecho, existe otro motivo para esa fiesta...

- Puedes enumerar todos tus deseos en esta forma. Recuerda agregar todo cuando comiences a llenarla.

Decidí mantenerme profesional hasta el final.

- Pero, a mí me gustaría decírtelo en persona. A mi padre le gustaría nombrarme el heredero oficial de su empresa.

- ¿Heredero? ¿Empresa?

- (¡Concéntrate, Daniela, suenas como una loca que se escapó del manicomio!)

- ¡Espera un momento! ¡¿Tú eres ese Kim Taehyung?! ¡¿El que recibió el premio de programador del año?!

- Justo ese.

- ¡He leído mucho de ti! ¡Siempre estoy feliz cuando la gente joven tiene éxito en esta jungla de concreto!

Te estás comportando como toda una babosa. ¡Felicidades, Daniela! Comprendí que lo estaba poniendo incómodo con mis innecesarios comentarios, así que puse una cara seria y le hablé con una voz calmada.

- ¡Haremos todo lo posible para que esa fiesta llegue a todos los titulares! Puedes llenar la forma con mi secretaria, enumerar todas las locaciones deseadas, bandas, servicios de catering... Recuerda, nuestro lema: ¡Si no podemos encontrar algo, entonces seguramente no existe!

Eso lo inventé en ese momento y Taehyung se dio cuenta.

- Te lo dejaré todo a ti. Sé que estoy en buenas manos. Aunque me gustaría que la fiesta fuera en mi penthouse...

- ¡Por supuesto! Eso nos ayudará bastante, considerando el hecho de que todos los sitios populares están muy ocupados en esta época del año...

¡Daniela, otra vez estás delirando! ¡Ya basta! Me acomodé la ropa y sonreí.

- Entonces está bien... Necesito otra cosa más... Tu número de teléfono.

- Oh, ¿y para qué lo necesitas?

- Para llamarte e informarte cómo van los preparativos.

¡Buena salvada, cerebro!

- Lo encontrarás en la forma de aplicación.

Al decir eso, me guiña el ojo y sale de mi oficina, con el aroma de su costoso perfume flotando en el aire.

- (Ah... Taehyung... ¡Qué perfecto trozo de carne!)

• ୨❀୧ •

Esa noche

Estaba en mi nuevo departamento, esperando a que viniera un grupo de amigos. No tuve tiempo para hacer una fiesta de estreno del mismo, y a pesar de las vigorosas protestas de mis mejores amigos, Cecile, Ewan y Rachel, decidí que quería una pequeña reunión solo con mi gente más cercana. Sonó el timbre y, pronto, un pequeño río de caras sonrientes entró a mi departamento.

- ¡Hola, mujer! ¡Wow, mírate!

Cecile es la primera en saludarme y después le sigue Ewan.

- ¡No te hemos visto en una semana y estás brillando!

- ¡Oh, chicos, muchas gracias! En serio, yo no hice nada...

- ¿Cuál es el problema, muñeca? ¿De pronto no estás acostumbrada a los cumplidos?

Mi loca pandilla. Cecile, Ewan y yo hemos sido mejores amigos desde la escuela. Y Rachel...

- ¡Espera un momento! ¿Dónde está Rachel?

- ¡Le mandé mensaje, me dijo que venía para acá! ¡Me tuvo esperando su respuesta por quince minutos! ¡¿Te lo puedes imaginar?!

- Sabes, Cecile, la gente también tiene vida fuera de sus teléfonos...

- ¡Paparruchas! ¡Yo amo mi teléfono porque ahí viven mis amigos! ¡Helloooouuu, es el siglo veintiuno!

Me reí muy fuerte. Cecile era una adicta a las redes sociales con más de catorce horas en línea al día. No podía comprender cómo la gente no escucha sus teléfonos, o cómo, Dios no lo quiera, lo pongan en silencio.

- ¡Por cierto, qué lindo lugar te conseguiste, Daniela! ¡Estamos enojados porque te tomó tanto tiempo invitarnos a verlo!

- Ajá, claro que sí.

- Te trajimos algo. Yo estaba en contra de eso, pero Cecile insistió.

- "Platos, no estén tristes. A mí tampoco me toca nadie". Entiendo. Soy toda una perdedora cuando se trata de chicos. Gracias por restregármelo en la cara.

- Por favor, es solo una broma.

- Ya ves, te dije que se iba a enojar.

Mi escasa vida amorosa era su fuente diaria de bromas y diversión. No podía enojarme con ellos, porque todos pasaron conmigo por el infierno de mi ruptura con Mark.

- ¡Mira este lugar! ¡Es enorme! ¡Y esos muebles... y la cocina! ¡Ya me veo a mí teniendo sexo en esa barra!

- ¡Cecile!

- ¡Ya fue suficiente!

- ¿Qué? ¡Es en serio! ¡La última vez que tuve sexo fue hace tres semanas! ¡Ya me creció un arbusto allá abajo!

- ¡Voy a vomitar! Como sea... Chicas, estaba pensando en decirles algo...

- ¿Qué cosa, señor aspirante a doctor? ¿Algún jugoso chisme?

- Eso se los dejaré a ustedes. Hay una fiesta en el bar Red Barkeep mañana en la noche...

- ¿Ese apestoso lugar con las camareras pelirrojas? ¡Yo no voy!

- ¡Déjalo hablar, Cecile, por el amor de Dios!

- ¡De ninguna manera iré ahí! No es lo suficientemente lujoso y apesta... ¡Y ninguno de nosotros sabe cantar!

- ¡Dale una oportunidad al muchacho, por favor!

- Ese lugar me pone la piel de gallina. Pepitas Mediaslargas rodeándome por todos lados... ¡Qué asco!

- Bueno.

Ewan se fue a la cocina, visiblemente molesto.

- Vamos a ir, ¿verdad? ¿Solo querías bromear con él?

- ¡¿Qué?! ¿Cómo lo supiste?

- Las grandes mentes piensan igual.

- ¿Vas a llamarlo para que vuelva?

- Llámalo tú. Le dará gusto...

Ewan escuchó nuestra conversación y volvió a la sala.

- ¿De qué están hablando?

- Ewnie, ¡solo estábamos jugando! ¡Iremos contigo!

- ¡Sabes que te queremos!

- ¡Ah, a la mierda con ustedes!

En ese momento suena el timbre. Rachel llegó.

- Hola, chicos.

- ¡Miren quién decidió aparecer!

- ¡Cecile! ¡Detente! ¡Seguro tiene una buena razón para haber venido tan tarde! ¿No es así, Rachel?

- Si de verdad tienen que saberlo... Tuve un día muy pesado en el trabajo. Esa empresa me va a matar. Ese pendejo de Steve me hizo quedarme horas extra y ahora me siento como una mierda.

- ¿Podemos ayudarte de alguna manera? ¿Quieres tomar algo?

- Un Alprazolam me vendría bien.

- Estaba pensando en algo como... ya sabes... alcohol.

- Cuando lo dices de esa forma, haces que me tiemble todo.

- Tenemos una conexión muy especial con el alcohol.

- Eso es porque somos unos alcohólicos.

- Eso suena como algo malo cuando lo dices así...

- Lo que sea, solo sírvemelo doble.

Fui a la cocina a servirnos de beber, cuando frente a mis ojos apareció la imagen del galán altísimo de hace rato. Tomé una botella de tequila y unos vasos y regresé a la sala con una sonrisa tonta en la cara.

- ¡Oh! Alguien tiene una sonrisa de culpa en la cara. ¡Habla, mujer! ¡¿Quién es el responsable de ello?!

- ¡Maldita sea! ¡No puedo ocultar nada de ustedes! Escuchen esto. ¡No adivinarán quién apareció hoy en mi oficina!

- ¿No sería Harry Naville?

- ¡Estás cerca! ¡Kim Taehyung!

- ¿Ese trozote de carne cuya foto está por todas las noticias? ¿El programador del año? ¡Qué buen premio, Daniela!

Pasé unos veinte minutos hablándoles sobre Taehyung.

- Espera un momento, ¿quieres decir que tú vas a organizar su fiesta? ¡Tienes que conseguirnos un pase para ese evento, Daniela!

- Veré que puedo hacer, pero no prometo nada.

- ¡Esa es la actitud, nena! ¡Sé que harás lo que sea por tus amigos!

- ¿No te da vergüenza, Cecile?

- ¿Por qué habría de darme vergüenza?

Todos comenzamos a reír y a hablar sobre distintos eventos. Mis amigos siempre saben cómo hacerme sonreír.

• ୨❀୧ •

La noche siguiente, siete días para la fiesta de cumpleaños de Taehyung

Me senté en el sillón de mi sala, buscando bandas populares y mirando una lista de proveedores de servicios de catering. Quería que todo fuera perfecto, aunque no sabía por qué.

- ¡Oh, no! ¡Ya casi es hora de tener que arreglarme para esa fiesta de karaoke! ¡De verdad debería vestirme pronto y tomar el metro! ¡Maldita seas, Daniela! ¡Tú y tus inexistentes habilidades para conducir!

Decidí por ponerme unos pantalones negros a juego con unas botas del mismo color, con una camiseta de tirantes que dejaban a la vista mi estómago.

Me apresuré a salir y corrí hasta la estación del metro. Jadeando, me quedé parada ahí y miré alrededor. La señal decía que tenía cinco minutos más para el próximo tren. Suspiré y me senté en una banca cercana.

- ¿Daniela? ¿Daniela, de verdad eres tú? ¡Casi no te reconocí! ¡Mírate, te ves mejor que nunca!

Mark, mi ex, estaba parado frente a mí, igual de guapo como lo recuerdo. De inmediato me temblaron las rodillas de solo escuchar su ronca voz. Sin embargo, logré calmarme y dije:

- Espera un momento. ¿Por qué siquiera estoy hablando contigo? Por favor, aléjate de mí y déjame respirar. Ya he desperdiciado demasiado de mi tiempo contigo.

- Todavía tienes esa lengua larga que muy bien recuerdo. ¿Te acuerdas de qué es lo que me hacías con ella?

Giré los ojos e ignoré ese comentario tan indecente.

- ¿Y qué estás haciendo en Brooklyn? Pensé que nuestro departamento... ESTE... Tu departamento todavía estaba en Manhattan.

- Lo vendí. Ya no podía seguir viviendo ahí. No después de lo que te hice.

- No digas estupideces, por favor.

- ¿Por qué pensé alguna vez que me creerías?

- Tal vez si no hubieras hecho tantas estupideces cuando era tu prometida, entonces todavía te creería.

- ¿Te vas a calmar y a hablar conmigo como una persona normal?

- ¿Por qué? ¿Para que puedas pisotearme de nuevo?

- Ya he cambiado, Daniela. Volví para demostrarte que...

- Oh, mira la hora, no puedo hablar, ya viene mi metro.

- No me ignores, Daniela.

- ¡¿Ves eso volando por allá?! ¡Eh, ese es el último trozo de interés que tenía por ti! ¡PUM! ¡Se fue! ¡Y yo también me voy! ¡Adiós, Mark!

- ¡Espera, Daniela!

Salté de mi asiento y me dirigí al otro lado de la estación. No me atreví a mirar atrás, pero sabía que él no se daría por vencido tan fácilmente.

- (¡Tiene que haber una forma de deshacerme de él! ¡¿Dónde está la multitud de Nueva York cuando más la necesita?!)

- ¡Para alguien con tacones, corres bastante rápido!

Por suerte, mi tren llegó justo en ese momento. Le eché una sonrisa malvada y me subí al vagón, esperando no volver a ver nunca más su asquerosa, pero hermosa cara.

- ¡Parece que estamos en el mismo metro esta noche!

Le di la espalda y me puse los audífonos. Algunas canciones después, sentí a alguien dándome palmadas por la espalda. Cuando me di vuelta, vi a Mark diciéndome algo.

- ¿QUÉ?

- Solo necesito un minuto. Eso es todo. Daniela, por favor, solo escúchame. Fui un imbécil al dejarte ir. Fui un estúpido por haberte engañado, por destruir la única relación que tuvo algún significado en mi vida.

- Tienes razón... Fuiste un imbécil, un estúpido, un idiota, un cabrón... Puedo pensar en varios nombres más, pero no son demasiado apropiados para decirlos en voz alta, ¡y sobre todo en un lugar público!

- Bueno, veo que no tiene caso hablar contigo cuando estás toda exaltada. Mi número sigue siendo el mismo, así que... llámame, si algún día tienes ganas.

Después de decir eso, me dio la espalda y se salió tan pronto se detuvo el tren, y yo suspiré de alivio.

• ୨❀୧ •

Veinte minutos después, me estaba haciendo caber entre la masa de gente, maldiciendo a mis amigos todo el tiempo. De pronto, alguien se apareció frente a mí, ¡y yo choqué directamente contra él!

- Perdón, hay mucha gente, no pude ver por dónde iba...

- No hay necesidad de disculparse. De verdad hay mucha gente y...

Levanté la mirada y me di cuenta de contra quién choqué.

- Taehyung... Ho... Hola. Soy yo, Daniela.

- ¡Daniela! ¡Qué lindo verte aquí! ¿Qué haces?

- Estoy buscando a mis amigos.

- ¡Qué coincidencia! Yo también estoy buscando a mi amigo. Me dijo que estaría aquí hace quince minutos...

De pronto, escuché una voz familiar detrás de mí y me quedé petrificada.

- ¡Taehyung, hermano! ¡Veo que no me has extrañado nada! Y quién es esta linda señ... ¡Daniela!

- ¡Esto no está pasando! ¡Por favor, dime que no me seguiste hasta aquí!

- Cálmate, Daniela, vine aquí para verme con mi amigo Taehyung...

- ¡No, no, no, esto es demasiado!

- Mark me recomendó tu agencia, Daniela. Dijo que tú eras la mejor en tu trabajo, pero me parece que se le olvidó decirme que te conoce. ¿Por qué me habías ocultado a esta belleza, Mark? ¿Tal vez porque la quieres solo para ti?

No podía soportar estar rodeada por dos hombres, uno de los cuales había sido el mayor amor de mi vida, y el otro que era increibleme guapo, así que me di vuelta para irme. Escuché la voz de Mark mientras me iba.

- Daniela era mi prometida, Taehyung...

- ¡¿Cómo pudiste dejarla, Mark?! Es preciosa...

Con miles de cosas en mi mente, me metí a codazos entre la multitud y encontré a Cecile, Ewan y Rachel hasta el final del bar.

- ¡Aquí está, mi retrasada favorita! ¿Hay alguna explicación razonable por la que nos tienes esperándote por veinte minutos?

- ¡Solo necesito un minuto, solo un minuto sin que me estés jodiendo!

- Cariño, ¿está todo bien?

- ¡Nada está bien! ¡Nada nunca va a estar bien!

- ¡Oh, no! ¡Activó el modo drama! ¿Es Mark culpable de ello?

Cubro mi cara con mis manos. Me conocen demasiado bien.

- ¿Qué te hizo ahora ese inútil?

Abro la boca para responder, pero vi a Taehyung y a Mark acercándose a nuestros asientos.

- Hey, chicos. Daniela...

- Hey, amigo, vinimos aquí a divertirnos esta noche. Si quieres molestarla, puedes olvidarte de ello.

- Gracias, Ewan, por cuidarme las espaldas.

- Es un placer, Daniela. No quiero tener problemas esta noche.

- Y no tengo intención de crearlos. Solo quiero decir algo. Y la voy a decir enfrente de todos. Perdón, Daniela. Nunca quise hacerte daño.

Al decir eso, se da vuelta y regresa a la barra.

- Seguramente debería ir tras él.

- ¡No antes de que te presentes, guapo!

Le piqué las costillas a Cecile, pero en ese momento, todos nuestros teléfonos comenzaron a vibrar al mismo tiempo. Ella fue la primera en tomar el suyo.

- ALERTA DE CONDICIONES CLIMÁTICAS PELIGROSAS: advertencia de huracán activa para Nueva York.

- Oh, genial. Justo lo que nos faltaba.

- Pero no dice nada de cuándo va a ser...

Me golpeé en la cabeza cuando me di cuenta de algo.

- Taehyung, ¿qué pasa si llega el siguiente sábado, cuando tenemos que hacer tu fiesta?

- Daniela, relájate. Incluso si llega ese día, no creo que sea demasiado fuerte. Solo lluvia y algo de viento.

- Sí, seguramente tienes razón, Ewan. Bueno, nunca antes hemos tenido una tormenta enorme aquí en Nueva York.

- Es solo una idiota advertencia, envié da por una aplicación idiota.

- De hecho, el Gobierno extendió la advertencia...

- ¡No me estás facilitando las cosas, Ewan! ¿Qué les parece si olvidamos la advertencia y disfrutamos del resto de esta noche?

Toda la pandilla sonríe y chocan sus vasos, y sentí la mano de Taehyung acariciando suavemente mi espalda.

- ¿Podemos hablar por un momento?

- Claro, ¿qué pasa?

- Daniela, eso que sucedió allá, con Mark... Eso fue duro. Yo también pasé una ruptura muy dura con mi novia, y sé cuán doloroso es escontrarte con una persona que alguna vez amaste. Por eso es que te tengo una propuesta.

- ¿En serio? ¿Y cuál es?

- Sé que nos conocimos hace poco, pero créeme, soy un buen chico. Mark es mi amigo, pero cuando veo sufriendo a una chica hermosa, el caballero dentro de mí no lo puede soportar.

Me reí por la inocencia de su voz. De hecho sí era un buen chico.

- No sé qué te hizo Mark y no quiero preguntar, pero me puedes usar esta noche para hacerlo sentir celos...

- ¿Qué?

- Me expresé mal. Lo que quería decir es que...

Se sonroja y baja la mirada al suelo.

- Únete a mí para el concurso de karaoke esta noche. Súbete al escenario conmigo, escogeremos una canción sexy para cantarla juntos, pensaremos en una coreografía, y todo lo que se nos ocurra...

- ¿Por qué quieres hacer eso por mí, Taehyung?

- Hey, si hay una dama en dificultades, la ayudaré con gusto.

- ¿Y luego qué vas a ser? ¿Mi príncipe azul?

- Con gusto lo sería, solo tienes que dejarme serlo.

Me puso la sonrisa más linda del mundo, lo que me desarmó de inmediato, y luego se dio vuelta para irse.

- Estaré junto a la barra con Mark. Llámame si me necesitas.

Se fue y yo me quedé sin palabras. Cecile se acercó a mí con una sonrisa diabólica en el rostro.

- ¡Lo escuché todo! ¡Bravo por ese pastelito, Daniela!

- ¡Hey! ¿Tu mamá no te enseñó que es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas?

- ¡¿Qué?! ¡¿Ese es mi agradecimiento por preocuparme por ti y por tu desatendida vida amorosa?! ¡Quedarás como una tonta si no usas ese trozote de carne esta noche, Daniela!

- ¡No me estás ayudando en nada, Cecile!

Se nos acercaron Rachel y Ewan.

- ¿Qué sucede?

- ¡El señor Sir Loin se le está alentando a Daniela, y ella lo está pensando!

- ¿El señor qué?

- ¡Taehyung, ese perfecto trozote de carne! ¿Comprendes, Ewan?

- Que Dios ayude a cualquier chico que salga contigo, Cecile.

- ¿Qué? ¿No puede una chica decir lo que tiene en su mente?

- ¡Nadie quiere saber!

- ¡Pero tenía una hermosa representación gráfica de lo que haría con el señor Sir Loin!

- ¡Por favor, solo deja de llamarlo así!

- Bueno, bueno...

Dejé a mis amigos calmando a Cecile mientras ella seguía murmurando sobre Taehyung. Estaba de camino al baño cuando lo vi hablando con Mark junto a la barra. Él me vio y me guiñó el ojo, señalando hacia el escenario.

- (Tal vez Cecile tengan razón... Tal vez debería subirme a ese escenario con Taehyung... Mark y yo rompimos hace dos años... Tal vez es hora de que cierre ese capítulo y siga adelante...)

Perdida en mis pensamientos, ni siquiera noté que mis pies me llevaban justo hacia el lugar donde estaban parados Taehyung y Mark. Apenas al escuchar la ronca voz de mi ex comprendí en dónde estaba.

- ¡Daniela! ¡Qué lindo que nos haces compañía!

- Taehyung, estuve pensando en tu propuesta y... Tal vez fui demasiado dura contigo...

- ¿Eso quiere decir que soy tu compañero de canto para esta noche?

- ¡¿Su qué?! ¿Desde cuándo cantas, Daniela? ¡Por lo que recuerdo, tú odias cantar!

- Muchas cosas han cambiado en los últimos dos años, Mark.

Uno de los camareros se sube al escenario para anunciar el comienzo de la competencia. Taehyung me mira decididamente.

- ¿Y vamos a hacer esto o no, Daniela?

- ¡Vamos a hacerlo, Taehyung!

Para sorpresa de Mark, tomé a mi compañero de canto de la mano y lo conduje al escenario.

- ¡Me encantan las chicas que saben lo que quieren!

- ¡Todavía no has visto nada!

- ¿Quieres que cantemos una canción en especial, Daniela?

- No, escoge tú.

- ¿Conoces esa canción de "And you can tell everybody this is your song...?"

- Uf, la conozco muy bien.

- ¿Cuál es el problema?

- Esa era nuestra canción, mía y de Mark. Patético, lo sé.

- De hecho, es lindo. Y vamos a arder en el infierno por esto.

- Solo nos estamos divirtiendo, ¿o no?

Me sonrió hermosamente y encontró la canción. Tomé el micrófono y volteé hacia Mark cuando la canción empezó a tocar.

- "It's a little bit funny..."

- "This feeling inside..."

Taehyung me tomó por la cintura y me echó hacia atrás, mirándome directo a los ojos. Me liberé de su abrazo, cantando todo el tiempo, y justo antes del coro, coloqué mis labios sobre los suyos. Solo cuando escuchamos un fuerte aplauso nos dimos cuenta de que una gran multitud se había reunido frente al escenario. Busqué a Mark y lo encontré con la mandíbula hasta el suelo.

Cuando terminó la canción...

Todo el bar nos estaba aplaudiendo y echando porras cuando nos bajamos. Taehyung aprovechó la oportunidad para susurrarme al oído.

- Sabes besar muy bien, Daniela. Con gusto lo volvería a repetir.

• ୨❀୧ •

Lunes por la noche, cinco días antes de la fiesta de Taehyung

Cecile me escribió ese día que me estaban esperando en el café. Decidí vestirme y salir.

Después de entrar con cuidado al metro, buscando todo el tiempo visitantes indeseados, llegué al café. Sin embargo, el visitante indeseado estaba justo ahí, con mis amigos.

- ¡Daniela! ¡Mírate! ¡Si no lo supiera, pensaría que te arreglaste para mí!

- ¿Otra vez tú? ¡A donde quiera que vaya, tú te apareces! ¡Estoy empezando a pensar que me estás siguiendo!

- No es así, y lo sabes. Pasé por aquí a comer algo, y vi a Cecile y a Ewan, así que...

- ¡Es verdad, yo lo puedo confirmar! ¡No estarías tan sorprendida de haber revisado tu teléfono! ¡Te dije que estaba aquí!

- ¿Sueles hacer eso? ¿Hablas sobre mí con tus amigos?

- ¡Pfff, solo en tus sueños! Yo no hablo de la gente que no vale mi atención.

- Si tan solo...

- ¿Si tan solo qué? ¿Si tan solo te diera la oportunidad de explicar?

- Por favor, Daniela, dame solo unos minutos. Por los viejos tiempos.

- ¡Dale una oportunidad al tipo, Daniela! ¡Esta es una noche de celebración!

- ¿Por qué, qué pasó?

- ¿Cecile olvidó mencionar que me aprobaron mi tesis del doctorado?

- ¡No es cierto, Daniela no miró su teléfono! ¡Por cierto, felicidades, nerd!

- ¡Cecile! ¿Desde cuándo eres tan perra? ¿Sabes qué tan duro trabajó Ewan para su tesis? ¡Por lo menos muestra algo de respeto!

- ¡Solo estaba bromeando! Ewnie, sabes que estaba bromeando, ¿verdad?

- Para serte sincero, no sé cuándo hablas en serio y cuándo no. Gracias, Daniela. Por lo menos una de ustedes está contenta por mí.

- No quisiera interrumpir su amorosa y siempre amistosa charla, pero, Daniela, tengo que irme, y si pudieras...

- ¡Bueno! ¡Ven acá!

Lo tomé de la mano y lo conduje al baño.

- ¡Ahora habla!

Sonrió diabólicamente, me tomó de la cintura y me acercó hacia sí.

- Mi Daniela... Mi único amor... Por favor, perdóname. Cuando vi cómo te miraba Taehyung el sábado, apenas me pude aguantar para no golpearlo. Él es mi amigo y mi cliente, pero no le daré lo que me pertenece.

- Ya es demasiado tarde. ¡Ya estoy encantada con él!

- Lo has visto, ¿cuánto?, ¿dos veces en tu vida y ya estás babeando por él?

- ¿Y qué? Yo caí por ti la primera vez que te vi.

- Por favor, Daniela, no vine aquí a pelearme contigo. Y ya que nos vamos a ver mucho más ahora que volví a Nueva York, me gustaría comenzar desde el principio... Sabes, que olvidemos el pasado y sigamos adelante.

- Es fácil para ti decirlo. Ya se te olvidó el pasado... Ese día cuando te atrapé teniendo sexo con esa puta en nuestro departamento...

- Ese fue un terrible error, lo acepto. Pero, estoy dispuesto a corregirlo todo.

Su mano dibujaba círculos por la parte inferior de mi espalda, sus toques mandaban miles de choques eléctricos por todo mi cuerpo.

- Me muero por sentir de nuevo tus labios sobre los míos, Daniela. ¿Me vas a permitir besarte de nuevo, por lo menos una vez?

- Oh, no, eso no va a pasar. Ni ahora, ni nunca...

- ¿Por qué dices eso, cuando sabes que no es verdad? Tarde o temprano voy a romper esa barrera de hielo y te voy a hacer mía de nuevo.

Sus dedos pasaban sobre mi cintura mientras me soltaba.

- Estás lleno de mierda, ¿lo sabes?

Me calmé y regresé a la realidad.

- ¿Y ahora qué?

- Ahora puedes dejarte de tus promesas vacías y volvamos a lo que éramos antes.

- ¿Y qué cosa éramos antes?

- Éramos dos personas que solían tener algo, pero una de ellas lo destruyó... Tal vez ambos lo destruimos, pero uno de los dos no lo sabía...

- No te atrevas a culparte por cualquier cosa, Daniela.

- No te atrevas a decirme cómo vivir mi vida de nuevo, Mark.

Me giré sobre mis talones y salí del baño. Me uní a mis amigos y vi a Mark saliendo del café, sin mirar atrás.

- ¿Qué le hiciste a esa pobre y torturada alma?

- ¿Desde cuándo te interesa cómo se siente mi ex?

- ¡Sí, él es todo un pendejo, si me lo preguntan!

- ¡Creo que se dio cuenta de su error y está arrepentido de todo lo que pasó!

- ¡Qué bueno por él! ¡De esa forma no volverá a cometer el mismo error con alguien más!

- ¡Pero contigo tal vez lo haga!

- Ah, no, ese barco ya zarpó, Cecile...

- ¿Por qué no me suenas tan convincente?

- Podemos olvidarnos de Mark por un momento y enfocarnos en...

La puerta del café se abre y...

- ¿Y enfocarnos en el señor Sir Loin de allá?

- ¡Hey, chicos! ¡Daniela, qué bueno verte!

- Hey, Taehyung.

Arrojé mis brazos a su cuello y lo abracé.

- No pensé que me extrañaras tanto.

- Qué te digo, me comenzaste a agradar muy rápido.

- ¿Qué hacen aquí, chicos?

- ¡Esperando que se reúnan todos los amantes de Daniela, obviamente!

- ¡Cecile!

- ¿Qué? ¡¿Cómo es que tú te echas a dos galanes en una noche y yo a ninguno?!

- ¡Ewan, por favor, cálmala o la voy a estrangular!

- Hey, no me quiero ni acercar a esas locas hormonas.

- ¿Mal momento?

- ¡No, llegaste en el momento perfecto!Casi te topas con Mark, estuvo aquí hace unos momentos... ¡Comparado con él, tú eres todo un paraíso para los ojos! Pero, Taehyung, ¿qué haces tú aquí? No te habíamos visto aquí antes...

- Parece que tú venías en mal momento... Vengo muy seguido a este lugar. Tienen el mejor café de la ciudad.

- Eso es cierto. Su café es muy bueno.

Todos nos quedamos callados. Ewan tose aclarando su garganta.

- Taehyung, ¿quieres tomar algo? Yo invito. Me aprobaron mi tesis del doctorado, así que tengo razones para celebrar.

- Claro. Una cerveza, si no es problema. Y felicidades.

- Gracias. ¿Cecile, vienes conmigo?

- No, prefiero quedarme aquí y...

Ewan la toma del brazo y la arrastra consigo.

- Parece que nos quedamos solos.

- Parece que así es, gracias a Dios... Ahora te tengo solo para mí.

Él se rió y se acercó hacia mí.

- Me gusta cómo suena eso...

Me pasé el nudo en la garganta porque me di cuenta de su mirada penetrante. Logré calmarme y hablar con una voz muy grave.

- Vamos a hablar de la fiesta, ¿está bien? Dime, ¿preferirías tener una banda o un DJ?

- Quiero que los invitados se lo pasen muy bien. ¿Qué me recomiendas?

- La banda puede crear un mejor ambiente, aparte, siempre les puedes dar una lista de canciones que quieres que toquen.

- Estoy de acuerdo. Entonces está decidido. Encontrarás una banda.

- Genial, entonces terminamos con la música. Y ahora, el catering...

- Daniela, me encanta lo profesional que eres cuando se trata del trabajo, pero relájate un poco. No quiero que hablemos de mi fiesta. Sé que eres la mejor en tu trabajo y confío en ti completamente. Haz lo que creas que es lo mejor.

- Es importante para mí saber qué quieres, qué opinas de diferentes cosas, cuáles son tus preferencias. De esa manera puedo hacer realidad todos tus deseos y dejarte satisfecho.

De pronto me di cuenta de la insinuación sexual que flotaba en el aire amenazando con estallar. Taehyung levantó la ceja y se inclinó sobre la mesa, vanagloriándose de mi obvia derrota. En ese momento, volvieron Cecile y Ewan con las bebidas.

- ¡Dame eso!

Tomé un vaso de alcohol sin identificar de las manos de Cecile y me lo bebí.

- ¡Asco! ¡¿Qué es esto?!

- ¡B-52! ¡Y deberías de encenderle fuego antes de tomártelo! ¡Eso mata el sabor del alcohol!

- ¿Cómo dijiste que se llama? ¿Blink 192?

- ¡B-52! Pero era para mí, porque es lunes, ¡y sé qué piensas de los shots los lunes!

- ¡Este lunes se merece todo un montón de shots!

Obviamente confundido, Taehyung se gira hacia Ewan.

- ¿Siempre son así?

- ¿Qué, quieres decir, horribles niñas ruidosas que buscan llamar la atención? Sí, la mayoría del tiempo.

- Gracias por la información.

La puerta del café se abre y entra Rachel. Llega mirando al suelo.

- Hey, Rachel. ¿Por qué esa cara larga?

- Renuncié a mi empleo. No podía aguantar más a ese pendejo de Steve. Ahora estoy desempleada y tengo que pagar mi deuda de la universidad.

- No tengo que repetir que mis puertas siempre están abiertas para ti...

- ¿Y para qué demonios necesitarías tú una diseñadora gráfica?

- Ya se nos ocurrirá algo, solo tienes que aceptar.

- ¿Tú eres diseñadora gráfica, Rachel?

- Sí, ¿por qué?

- Abrimos recientemente una oferta de empleo en la empresa, pero el tipo qué recibió el trabajo no se las arregla muy bien. Hablaré con mi padre y le diré que encontré a alguien, y a ese tipo le encontraremos otro trabajo, uno menos demandante.

- ¿De verdad me estás ofreciendo empleo en BuzzFord? ¿La empresa de IT más grande de Nueva York?

- Sí, solo mándame tu currículum y tu carta de recomendación, y ven mañana a la empresa.

- Wow, Taehyung... Eso es muy lindo de tu parte. Le ofreces trabajo a alguien que ves por primera vez en tu vida...

- Hey, Daniela, yo soy así. Y si puedo hacer algo para hacer feliz a alguien hoy, lo haré con gusto.

La noche continuó. Taehyung era un tipo divertido, encantador y dulce, pero sobre todo, era el caballero perfecto. Tomamos juntos un taxi, y cuando llegamos a mi departamento, salió para despedirse.

- Fue una noche encantadora, Daniela. Espero verte alguna otra vez.

- ¿Quieres subir? Para tomar un trago, hablar un poco más.

- Eso me encantaría. Gracias, Daniela.

Entramos al elevador y presioné el botón de mi piso. Su fuerte perfume llenaba mis poros nasales y yo respiré profundo. Notó que estaba nerviosa y se volteó hacia mí.

- Daniela, ¿está todo bien?

- Todo está bien.

- ¿Será que estás algo nerviosa?

- ¿Por qué habría de estar nerviosa?

- Mira, Daniela, no va a suceder nada si tú no quieres...

Mi estómago se me hizo un nudo. Cuando su mano pasó casualmente sobre la mía, sentí como si se me apretaran los músculos internos, así que temblé. El elevador sonó, y yo casi corrí a mi departamento.

- Entonces... aquí estamos...

- Qué lindo departamento, Daniela.

- Gracias. He trabajado muy duro por él.

Casi me golpeo por ese tonto comentario. La sola presencia de Taehyung hacía que mis neuronas dejaran de funcionar. Se sentó en el sillón y señaló al sitio junto a él.

- Ven aquí. Vamos a conocernos mejor.

- Primero iré por las bebidas. ¿Whisky o tequila?

- No me pareces el tipo de chica que tendría una botella de tequila en su departamento.

- Qué te digo. Los tiempos desesperados requieren medidas desesperadas.

Regresé y me senté junto a Taehyung. Eché un vistazo a su escultural cuerpo, cubierto por la delgada tela de su camiseta. No estaba consciente de que mis dedos alcanzaron sus bíceps y los tocaron.

- ¿Te gusta lo que ves?

- Yo... Lo siento... No quise hacer eso...

- Hey, está bien. No me molesta cuando una mujer hermosa me admira.

Colocó su mano en mi muslo y me pegó suavemente con los dedos, dejando marcas ardientes en mi piel que ya estaba ardiendo.

- Sé que nos conocemos muy poco, pero siento como si te conociera de años.

- Taehyung... Normalmente no suelo hacer esto...

- Relájate, Daniela. No va a pasar nada.

Colocó su mano sobre mi nuca y comenzó a hacer círculos ahí.

- ¡Salud! ¡Por esta noche y por los nuevos comienzos!

- ¡Beberé con gusto por eso!

• ୨❀୧ •

Viernes, sobre el medio día, Un día antes de la fiesta de Taehyung

Acabo de colgar el teléfono con el servicio de catering, donde una amable mujer me dijo que los canapés de langosta ya no estaban en el menú, porque un montón de langostas se les escapó de la cocina, y ahora andan sueltas por las calles de Nueva York.

Cecile:

Chicos, ¿están vivos?

Estoy en el café. Vengan.

Daniela:

Voy de inmediato.

Solo tengo que terminar unos papeles.

Podría matar a alguien por una taza de café.

- (De verdad vive su vida al máximo)

Revisé un montón de papeles antes de ir con Cecile al café.

- Bueno, aquí estoy. Y ahí está la omnipresente pregunta de por qué no estás en el trabajo.

- Cuatro palabras para ti. Desinfección de la guardería.

- Hey, chicas.

- ¿Tú también estás aquí? ¿Alguna vez trabajan ustedes dos?

- Eh, me dejan estar flojeando por mi tesis de doctorado.

- ¿Qué tal vas aguantando, Daniela?

- Estoy muy bien, gracias.

- Qué bueno escuchar eso.

- Gracias por tu apoyo. ¿Nos llamaste aquí para decirnos algo en especial o...?

- Sí. ¿Ya nos conseguiste las invitaciones para la fiesta de mañana?

- No. Y no tengo intención de hacerlo.

- ¡Ah, dale! Los chicos más populares estarán en esa fiesta, ¡¿y tú vas a dejar que tu mejor amiga pase la noche del sábado mirando transmisiones en vivo en Instagram de las putas locales, mientras llora porque no puede acudir a la fiesta de la década?!

Lo dijo todo eso en un respiro, y luego se echo a reír a carcajadas.

- La cosa es que es una fiesta privada.

- ¡¿Y qué?! ¡Vamos a ser privados! ¡Vamos a ser la gente más privada ahí!

- ¡Bueno, está bien! ¡Le preguntaré a Taehyung si pueden venir!

- ¿Podemos llevar también a Rachel?

Me le quedé mirando sospechosamente y él se sonrojó.

- Oh-oh. ¡Hay algo que Ewnie no nos ha dicho!

- ¡No es cierto!

- Dale, déjalo.

- ¡Solo quiero sabes qué sucede entre Rachel y nuestro querido Ewnie!

- Eso no es de tu incumbencia, ¿verdad?

La miré enfadada y la hice callar.

- Ah... cierto...

- Gracias, Daniela. Y Cecile, ¡no hay nada que no les haya dicho ya!

- Hey, Ewan, está bien si no nos quieres decir...

- ¡Me gusta! ¡Ahí tienes! ¡¿Ya están contentas, arpías?!

- ¿Era tan difícil decirlo?

- Las odio... Y se los juro, si le dicen algo...

- No te preocupes, Ewan. Dejaremos que tú solo cagues las cosas.

En ese momento, todos los teléfonos vibran al mismo tiempo. Cecile tomó el suyo y se frunció.

- No te va a gustar esto, Daniela.

- ¿Ahora qué es? ¿Un tornado? ¿Un temblor?

- No, otra alerta del Gobierno... sobre el huracán. ¡Se espera que nos llegue mañana!

- ¡Oh, por favor! Ya casi termino de organizar todo, ¡no podemos cancelar la fiesta ahora! ¡Tengo que llamar a Taehyung!

Marqué rápidamente su número y espere a que respondiera.

- ¡Daniela! ¡¿Qué hay?!

- ¿Ya viste la alerta? ¡El huracán nos va a pegar mañana!

- Daniela, cálmate. Haremos la fiesta. Si comienza a llover, nos mudaremos adentro. No quiero que tus esfuerzos sean en vano.

- Oh, gracias, Taehyung. ¿Pero no tienes ni un poquito de miedo?

- Solo preocúpate de estar ahí a tiempo.

Colgó y yo puse el teléfono sobre la mesa.

- ¿Qué te dijo el señor Sir Loin?

- ¿Quieres, por favor, dejar de llamarlo señor Sir Loin y por qué no?

- ¡Jamás! ¡Ese apodo le queda muy bien!

Continuamos hablando de esto y aquello, pero mi ansiedad por el evento próximo y las consecuencias que pudiera tener no se reducía.

• ୨❀୧ •

Sábado, diez horas antes para la fiesta de Taehyung

Me levanté a las nueve, sintiendo la piel de gallina por la fiesta. Era una mañana soleada, nada indicaba que el huracán pudiera golpear Nueva York. Me deshice de esos malos pensamientos y miré mi agenda. El periodo era muy corto, pero hice todo lo que pude hacer para que el cumpleaños número 30 de Taehyung fuera uno inolvidable.

Estaba preparando café en la cocina cuando sonó el timbre.

- ¡Oh, Dios! ¿Quién es tan temprano?

Abrí la puerta y di un paso atrás.

- Buenos días, perezosa.

- ¿Qué haces tú aquí? ¿Cómo me encontraste? ¿Qué quieres?

- Carajo, Daniela, más despacio.

- Cecile te dijo dónde vivo, ¿verdad?

- No te enojes con ella, por favor. Enójate con mis poderosas habilidades de convencimiento.

- Exacto. Se me sigue olvidando que eres abogado. Y bueno, ¿qué te trae por aquí?

- ¿No puede un chico traer un ramo de magnolias frescas a su ex prometida, sin que está lo interrogue impertinentemente?

- Y sobre todo, no si ese tipo engañó a su ex prometida un mes antes de prometerle su amor eterno e incondicional.

- Daniela, ¿cuántas veces vas a volver a eso? Mira, no pienso renunciar a ti.

- ¿No renunciaste a mí hace dos años?

- Ya no soy el viejo Mark con el que salías.

- El tigre nunca cambia sus rayas.

Eché las manos al aire por la incredulidad.

- Esto no tiene sentido. ¿Quieres un café?

Noté que su mirada se desvió a mis pechos un poco expuestos, así que tomé la delgada tela que colgaba de mis hombros y me los cubrí.

- ¿Por qué hiciste eso?

- Ya viste suficiente.

- Nunca puedo tener suficiente de ti.

Se me acercó y bajó la delegada tela por mi brazo, mientras sus dedos se deslizaban por las orillas de mis pechos. Cuando su pulgar pasó sobre mi duro pezón, me estremecí y di un paso atrás.

- Eso no va a suceder. Tú y yo ya somos historia.

- ¿Por qué te sigues resistiendo a esto, Daniela? Déjame refrescarte la memoria... Déjame recordarte cuánto solíamos divertirnos antes...

- ¿Te refieres a antes de que te cogieras a esa puta en nuestro departamento?

Le di la espalda, sintiéndome impotente y perdida. Sentí sus manos en mi cintura, su cálido aliento cosquilleándome la oreja.

- Recuerdas esa vez, cuando comenzamos a salir... ¿Cómo te doblé sobre mi escritorio cuando entraste a mi oficina, y ni siquiera te había saludado?

No podía aguantar más. Siempre sabía qué decir.

- Estoy seguro de que quieres que te haga eso de nuevo, Daniela...

- ¡No! ¡No quiero recordar nada de lo que me hiciste!

- ¡Sabes que soy terco como una mula! Vas a ser mía de nuevo, te lo juro...

- ¡Sigue soñando, nene! Y ahora, salte antes de que...

El sonido de su teléfono me interrumpió.

- ¡Carajo, Taehyung, no ahora!

- (¡Sí, Taehyung, gracias!)

Mark contestó y se alejó un poco de mí. Volvió un minuto después, con una cara de decepción.

- Tengo que irme. Taehyung necesita ayuda con la fiesta.

- Y no queremos que Taehyung espere en su cumpleaños, ¿o sí?

- Daniela, ¿hay algo entre él y tú?

- ¿Por qué quieres saberlo?

- Porque es mi amigo y tú eres mi novia...

- Tu ex novia. Y, si tienes que saberlo, tal vez sí suceda algo entre nosotros... ¡Definitivamente me gustaría probar!

- Entonces nos vemos esta noche.

Me mandó un beso y se fue del departamento. Perdida en mis pensamientos, me quedé mirando por la ventana.

• ୨❀୧ •

Esa tarde

Rachel, Cecile y Ewan vinieron a mi departamento a tomar unos tragos antes de la fiesta de Taehyung.

- ¡Yooooo! ¡¿Quién está listo para la fiesta?!

- ¡Creo que hablo en nombre de todos cuando digo que estamos emocionados!

- De hecho, a mí me da igual. Es una fiesta como cualquier otra.

- ¡¿De verdad crees eso, Ewan?! Vamos a acudir a una de las mejores fiestas en la historia reciente de Nueva York, ¡¿y a ti te da igual?! ¡Necesito un trago! ¡¿Qué estamos tomando?!

- ¡Tráenos un tequila! Y, Rachel, tráeme una lata de cerveza de la nevera.

- Toda una dama...

Rachel se murmura eso a sí misma mientras va a la cocina.

- ¡Hey! ¡Te escucho!

- ¡Esa era mi intención!

- ¡Ahí tienes! Ahora que tienes tu bebida de dama, es hora de que te comiences a arreglar para el gran evento.

- ¡No puedo esperar a ver la combinación ganadora!

Me decidí por ponerme un vestido negro, que me llega por encima de las rodillas y tiene un leve escote. Lo acompañe con joyería metálica y maquillaje sutil. Cuando terminé, volví a la sala y me paré orgullosa frente a mis amigos.

- ¡Oh, wow, Daniela! ¡Vas a dejar a todos sin aliento!

- ¡Estoy de acuerdo, nena, te ves increíble!

- ¡Vas a encender el techo en llamas!

- ¡Sí, porque eso es lo que necesitamos cuando nos golpee el huracán! ¡Un hermoso fuego que nos caliente a todos!

Todos nos reímos y yo miré por la ventana.

- Hmm... Está soleado y calmado antes de la tormenta. Solo espero que el huracán no nos pegue hoy... o nunca...

- ¿Tienes miedo, Daniela?

- Claro que tengo miedo, pero intentaré no pensar en eso. Solo espero que el huracán no demuestre que tengo razón.

- Te preocupas demasiado. Dale, deberíamos irnos ya.

Entramos al elevador y bajamos al frente del edificio.

- No quiero que ustedes, lindas damas, vayan hoy en tren. Por eso encontré transporte para nosotros...

- ¡Wow, Ewan, qué lindo coche!

- Sí, ¡¿cómo lo pagaste?!

- Esperaba que todas me saltaran encima...

- ¡Ewan! No hablas en serio, ¡¿o sí?!

- ¡Jajaja, ahí va! ¡No te preocupes, ya está todo arreglado! ¡Estoy bromeando, tacaña!

• ୨❀୧ •

Después de un largo y divertido paseo en limusina, llegamos al penthouse de Taehyung. Éramos los primeros invitados.

- ¡Hola y bienvenidos, mis queridos invitados! ¡Y un hola especial para esta linda dama que es la que hizo todo esto posible! ¡Te ves preciosa esta noche, Daniela!

- ¡Gracias, Taehyung! ¡Por cierto, feliz cumpleaños!

Me le acerqué y eché mis brazos alrededor de su cuello. Colocó su mano en mi cintura y me acercó a él.

- Me esperaba una felicitación más explícita, ¡pero supongo que más tarde habrá tiempo para eso!

Me sonrojé por su comentario, pero él comenzó a reírse.

- Perdón, Daniela, bebí algo de whiskey para ahogar los nervios.

- Pareces más relajado, más divertido, más valiente... ¡Solo no espantes a los invitados!

- Intentaré comportarme, lo prometo.

Nos reímos, y yo lo miré de pies a cabeza. Él se veía tan elegante en su outfit, que no podía quitarle la mirada de encima. Cecile se dio cuenta y me picó las costillas.

- ¿Y dónde está la barra, Daniela? ¡Tengo la garganta seca!

Me despierto de mis fantasías con Taehyung y miro a mi alrededor.

- ¡Ahí está! ¿Quieren beber algo, chicos?

- No. Rachel y yo vamos a ver la vista.

- ¡No hagan nada que yo no haría, chicos!

- ¡Vamos, bestia!

La tomé de la mano y me la llevé a la barra.

- ¿Qué cosa te picó esta noche? ¡¿Por qué te burlas de ellos?!

- ¿Quieres saber por qué?

Se tomó un whisky y pidió otro.

- ¡Ewan me gusta desde la escuela, Daniela! ¡Y nunca se ha fijado en mí, nunca! ¡Y ahora tengo que verlo babeando por Rachel toda la noche!

- Pero, Cecile, ¿por qué nunca me dijiste nada?

- ¡Ajá, como si eso fuera a cambiar algo! Aparte, yo no soy la que persigue a los chicos. Ellos me persiguen a mí, ¿recuerdas?

Se tomó su segundo vaso de whisky y luego sonrió brillantemente.

- Pero, hey, a quién le importa, ¿verdad? ¡Estamos en la fiesta del milenio, estoy segura de que en esta ciudad existe alguien a quién le encantaría ponerse de sucio con esta perra loca de aquí!

La miré cómo se iba hacia el resto del grupo, y no me di cuenta cuando Taehyung vino conmigo.

- ¿Esperas a alguien, joven dama?

- De hecho, te estaba esperando a ti.

- ¿En serio? ¿A qué debo ese placer?

- Seguramente a tu cumpleaños. Pues, ¿cuándo va a anunciar tu papá qué vas a tomar el mando de la empresa de sus manos?

- Acaba de llegar. Lo voy a dejar que se tome unas cuantas, y luego me voy a reír cuando quede como un completo idiota frente a todos aquí.

- Bueno, ¿por qué un hombre con su estatus se comportaría así? ¿Por qué se emborracharía antes de un gran evento?

- Dice que eso lo hace para calmar sus nervios. Comienzo a pensar que solo necesita una excusa para embriagarse. Tengo que volver a la fiesta. Sin ninguna duda tú eres mi invitada favorita, pero todavía tengo que comprobar que todos se estén divirtiendo.

Me besó en la mejilla y se fue. Rápidamente yo fui tras él. Llegué con Ewan y Rachel, pero Cecile no se veía por ningún lado.

- Hey, chicos, ¿dónde está Cecile?

- La vi hace un minuto. Le estaba enseñando los pechos al barman.

- Si alguien le mostró los pechos al camarero, solo pudo haber sido una persona en este mundo. Pero la pregunta es - ¿por qué?

Ella se nos acerca con una gran sonrisa en la cara y un cóctel en las manos.

- Cecile, ¿te importaría compartir con nosotros qué fue eso?

- ¿Qué? ¡Tenía qué hacer algo para sobornarlo!

- ¿Para sobornarlo? ¿Para que hiciera qué? ¿Acostarse contigo? ¿Emborracharte?

- ¡Eso se los dejaré a ti y a este macho de aquí!

- ¿Qué? ¿Tienes algo qué decirme?

- ¡Sabes muy bien de qué estoy hablando, Rachel! ¡No tengo intención de dejar que la gente me arruine el ánimo! ¡Tengo algo muy importante que compartir con ese galán de allá!

Señaló al barman y se rió.

- ¡Oooh, parece que esta noche se va a poner aún más interesante!

Me hizo darme vuelta y señaló al otro lado de la piscina.

- ¿Qué vas a hacer con esos dos hombres de allá, eh, Daniela?

- No tengo tiempo ahora para pensar en chicos.

- ¿Por qué? ¿Tienes cosas más importantes que hacer? ¡¿Por ejemplo, escapar de tus problemas y pretender que no existen?!

- ¿Por qué no vuelves con tu barman y me dejas qué yo me preocupe por mi propia vida?

- Bueno. Solo te deseo todo lo mejor.

Nos sacó la lengua y volvió saltando a la barra. Mark nos vio y me saludó. Con su autoestima hasta el techo, comenzó a caminar hacia mí, pero de pronto, una fuerte ráfaga de viento nos asustó y nos hizo cerrar los ojos por el polvo que arrastraba.

- Creo que ese es el tan anunciado huracán.

- Esa fue solo una ráfaga de viento. Todavía no hay lluvia, ni tormenta.

- Yo no estaría tan segura, Daniela.

Señaló a la atemorizante formación de nubes en el horizonte. El viento se hacía más fuerte e hizo que nos metiéramos corriendo. Cecile se unió a nosotros completamente alterada.

- ¡No! ¡¿Por qué de entre todos los días, tenía que suceder justo hoy?!

- ¡El llorar no va cambiar nada, Daniela!

- El entrar en pánico tampoco. Tenemos que pensar en cómo vamos a ir a casa.

- ¡La única cosa lógica es quedarnos aquí y esperar!

- Esto podría durar mucho más de lo que crees, Daniela.

- ¿Tienes alguna otra solución, Einstein?

- ¡Miren esto! ¡La dirección de transporte acaba de anunciar que canceló todos los trenes!

Taehyung y Mark pasaron a codazos entre la multitud y se unieron a nosotros.

- ¡Uf! ¡Eso estuvo aterrador!

- ¡Sí, no sé ni cómo logré entrar!

Todos nos quedamos callados por unos segundos, comprendiendo la situación en la que estábamos.

- ¿Qué vamos a hacer, chicos? ¡No podemos tomar un tren de regreso, la dirección de transporte acaba de anunciar en Twitter que ocho de los túneles están inundados!

- ¿Ya? Pero si todavía no está lloviendo...

El fuerte ruido que vino de afuera interrumpió a Taehyung. Todos miramos por la ventana la escena apocalíptica frente a nosotros.

- ¡Esa sí que es una gran tormenta!

- ¡Este es el fin del mundo!

- Por el amor de Dios, Daniela, cálmate y vamos a pensar en algo. Como no podemos tomar el tren, y supongo que los taxis están colapsados, podemos o quedarnos aquí, o encontrar a un mago que nos lleve a casa.

- En lo que a mí respecta, pueden quedarse aquí cuanto tiempo quieran. Hay suficiente sitio para todos.

- Creo que esa es la única solución lógica. No es seguro salir mientras el tiempo esté así.

- Entonces, eso solo puede significar una cosa... ¡Shots!

- ¡¿Cómo puedes pensar en beber en este momento?!

- ¿Y qué, como si tuviéramos otra cosa que hacer? ¡Estamos atrapados aquí! ¡Lo único lógico es ahogarnos en alcohol hasta que termine todo esto!

Solo entonces comprendí la terrible situación en la que nos encontrábamos. Y sobre todo, en la que yo me encontraba. Estaba encerrada en un espacio pequeño con mi ex, por el cual todavía siento cosas, y con su amigo, por el cual estoy empezando a sentir cosas...

- ¿Está todo bien, Daniela?

- ¿Eh, qué?

- ¿Estás con nosotros?

- Sí, todo está bien. Solo estaba pensando en... Para ser sincera, ni siquiera yo sé en qué estaba pensando...

- Todo va a estar bien, Daniela...

- Sí, aquí estamos seguros, si estás preocupada por eso.

Fingí una sonrisa y me volteé hacia el resto de mi pandilla, solo para descubrir que todos habían desaparecido. Me quedé entre los dos chicos que me gustaban, y no tenía ni idea de qué hacer al respecto.

- Bueno... Voy por un trago.

Cuando Mark se fue, Taehyung se volteó hacia mí.

- Comprendo que este no es el lugar ni el momento para esto, pero... Mira, Daniela, sé que apenas comenzamos a conocernos, pero me gustas mucho. Me gustaría saber si tengo una oportunidad contigo.

- No sé qué se me metió... Normalmente no soy así de directa y abierta, pero después de tanto tiempo despertaste algo en mí... y... me gustas...

- Eso es algo bueno, ¿o no?

- Después de que Mark y yo rompimos, no he tenido... ¿Cómo se llama eso...? Una relación. Por lo menos, no una significante. Él fue mi último novio real... Carajo, esto no se me da nada bien.

- Hey, Daniela, relájate. Tu decisión será definitiva al final. Iré a revisar a los invitados. El gran plan de mi padre de hacerme su heredero ahora está arruinado. Tengo que ver cómo lo está llevando.

En el momento en que se fue, Mark vino hacia mí.

- Aquí está tu bebida, Daniela.

- Gracias, Mark. Ya son dos cosas buenas en un día que haces por mí. Tus intenciones no son buenas. Cuando salíamos, cada vez que me hacías alguna tontería, te comportabas como un santo después de eso y hacías cosas buenas...

- Todo eso quedó en el pasado, Daniela. He cambiado de verdad. Solo necesito que me des una oportunidad.

- ¡Oh, no puedo ni pensar correctamente ahora! ¡Necesito aire!

Me dirigí a la terraza, pero Mark me echó hacia atrás.

- ¿Te has vuelto loca? ¡¿Ves cómo está el tiempo afuera?!

Con ellos dos haciéndome enloquecer, hasta me había olvidado por completo del huracán y de todo lo demás, ya que estamos en eso.

- ¡Necesito estar a solas!

Salí de la habitación y busqué un lugar en el que pudiera... Pues, esconderme de mis pensamientos.

- (Ah, ambos suenan tan convincentes, y claro que son muy guapos, ¿pero sé a quién le quiero dar una oportunidad?)

Alguien entró a la habitación después de mí y yo grité.

- ¡Daniela!

- ¡Te hemos estado buscando por todas partes!

- ¡¿Qué estás haciendo aquí sola?!

- ¡Vine aquí a pensar en el desmadre de mi vida que me ha estado pasando en los últimos malditos ocho días!

- Quieres decir, ¿no sabes si quieres acostarte con el señor Sir Loin o al guapo de tu ex?

- ¡No me estás ayudando, Cecile!

- ¡Y no tengo que ayudarte! ¡Tengo que decirte que estás perdiendo el tiempo porque no haces nada respecto a esos galanes de allá! Estaremos atrapados aquí quién sabe por cuánto tiempo, ¿no crees que el universo está tratando de decirte algo?

- Por favor, Cecile, dime que no crees en esas mierdas del universo.

- Cuidado con lo que dices, ¡el universo te podría escuchar!

- Esta es solo una racha de infortunios - el estar aquí atrapados y todo eso. Y seguramente yo debería encontrar nuevos amigos.

- Odio tener que ser el que te tenga que decir esto... Pero lo que tú necesitas es un hombre. Lidia con tu pasado, o no lo hagas, solo haz algo con tu vida amorosa. Desde ese... incidente con Mark, te has hecho demasiado fría con cualquier tipo que ha entrado a tu vida.

- Tal vez... pero solo tal vez, tengas razón, Ewan... Ya han pasado dos años de mi ruptura... Y desde entonces me comporto... algo rara con los chicos...

- ¡¿Algo rara?! ¡Quieres arrancarles la cabeza cuando se te acercan!

- ¿No crees que estás exagerando, Cecile?

- Lo que intentamos decirte, y sabes que es por tu bien, es que... Taehyung es un tipo muy amable y Mark parece estarse esforzando de verdad por demostrarte que ha cambiado... Tal vez solo deberías... dejar que las cosas sigan su curso...

- ¡O eso, o el viento te va a llevar!

En ese momento, el viento comenzó a aullar afuera, y yo me cubrí los oídos. Mi mente me decía una cosa y mi corazón otra.

- ¡Gracias chicos! ¡Ya sé con quien me quiero quedar!

- ¿Te importaría compartir tu decisión con nosotros?

- ¡Sí! Me voy a deshacer de los fantasmas del pasado... O, en este caso, de Mark... y le daré una oportunidad a Taehyung.

- ¿Y te importaría si yo... entretengo a Mark mientras hablas con Taehyung?

- ¡Puedes quedártelo, pero mantente alerta todo el tiempo!

- Por favor, Daniela, ¡solo nos vamos a tomar un trago!

- Si tú lo dices...

Cecile y yo nos apresuramos al comedor para buscar a los chicos. Estaban parados uno junto al otro, dando sorbos a sus bebidas.

- Mark, ¿te interesaría tomar un shot de mi cuerpo?

Él escupió algo de su whisky de vuelta a su vaso.

- ¿Estás bien?

- Sí, sí... ¿Cecile?

Se inclinó y le susurró al oído, pero yo la escuché.

- ¡Tenemos que dejar hablar a estos dos! ¡¿Te tengo que dibujar todo?!

- Comprendo... ¿Eso quiere decir que ya decidiste, Daniela?

- Así es, Mark, y... Bueno, tengo que hablar con Taehyung.

- Está bien, buena suerte, Taehyung. Espero que podamos seguir siendo amigos, Daniela.

Asentí con la cabeza y Cecile lo apartó de ahí. Me volteé hacia Taehyung y vi cómo sonreía.

- Wow, Daniela... No pensé que me elegirías a mí...

- Taehyung... ¿Podemos ir a un lugar más tranquilo?

- Podemos ir a mi habitación...

- Si te refieres a esa gran habitación a la izquierda está ocupada.

- ¿A qué te refieres con que está ocupada?

- Bueno, Cecile y yo dejamos ahí a Ewan y Rachel...

- ¿Por qué?

La boca se le abre de sorpresa hasta el suelo.

- Aaaah... Hay suficientes lugares dónde escondernos.

Me guiñó el ojo y me tomó de la mano, llevándome a un sitio lejos del comedor. Su penthouse era como un loco laberinto lleno de habitaciones. Entramos a una habitación muy cómoda.

- Esta era la habitación de mi hermana cuando vivía conmigo. Creo que aquí tendremos suficiente privacidad.

Al decir eso, me acercó a sí, y una de sus manos estaba en mi cintura, mientras la otra jugaba con mi cabello.

- Quería hacer esto desde que te conocí, Daniela.

Me dio el beso más tierno del mundo y me empujó al colchón en el suelo.

- ¿Estamos en la misma frecuencia, Daniela?

- Quiero todo lo que me puedas dar, Taehyung...

Me echó una sonrisa coqueta y continuó cubriendo de besos mi piel. Comenzó a desvestirme lentamente, hasta que estaba completamente desnuda. Él se desvistió rápidamente y me inspeccionó toda.

- Por Dios, Daniela, eres hermosa.

- Gracias, Taehyung. Tú no estás nada mal.

Su enorme figura se estrelló contra mí, y en un santiamén estábamos entrelazados, ambos gemíamos.

- Creo que nunca antes me había excitado así...

- Tal vez yo te pueda ayudar.

Sonrió diabólicamente y su dedo encontró su camino a mi húmedo centro. Mientras lo metía y daba en el punto perfecto, murmuró:

- ¿Me quieres hacer un favor y correrte para mí?

- ¡AH! ¡Si sigues haciendo eso, no voy a aguantar mucho!

Sacó su dedo y se postró sobre mí, acomodándose.

- Esto está mucho mejor.

- ¡Sí, Taehyung, SÍ!

Los suspiros y gemidos reemplazaron el sonido del inclemente viento que aullaba afuera.

• ୨❀୧ •

A veces, un huracán golpeando la ciudad es lo único que necesitas para despertar de tu sueño de hibernación. Esa noche, después de que pasó la tormenta, Nueva York se quedaba lentamente dormida, y yo estaba volando hacia algo hermoso, llevada por las alas del amor.