Tormenta

Todo el mundo estaba saboreando la muerte del hombre más vil jamás nacido, un hombre al cual se le otorgó el título de "Villano Más Malvado" tanto por amigos como por enemigos.

¿Por qué, podrías preguntar? Cometió asesinatos, quemó personas hasta la muerte simplemente porque obstruían su camino y torturó a las familias de sus adversarios.

Sin embargo, uno debería cuestionarse, si meramente matar a los enemigos es malo, ¿qué hay de esos protagonistas que pisotean a otros como si fueran meros insectos en sus caminos gallardos? El mundo aplaude sus acciones como heroicas.

En medio de un devastado bosque yacía un hombre, su cuerpo cubierto de heridas. Una lanza sobresalía de su pecho, indicando su muerte inminente. Sin embargo, en contraste con el estado de su cuerpo, su rostro era sereno. No mostraba enojo, miedo o tristeza, pero sus ojos estaban llenos de arrepentimiento.

Sin embargo, su arrepentimiento no era por la vida que había llevado, sino porque no pudo cumplir una promesa que había hecho años atrás. A unos metros de distancia, un hombre de cabello blanco estaba de pie, sorprendentemente ileso, incluso después de su batalla. Estaba acompañado por tres mujeres que parecían solo ligeramente fatigadas por su reciente escaramuza con el hombre moribundo.

El hombre de cabello blanco rompió el silencio.

—¿Cómo se siente morir? ¿Sientes el dolor de las personas que sufrieron por tus actos? —gritó, y luego continuó,

—¿Ahora te arrepientes del mal que has perpetrado a lo largo de tu vida, infligiendo daño a los que te rodean?

—Me odio por ser tu hermana. Si nunca hubieras nacido en nuestra familia, ¡nunca habríamos caído tan bajo! —dijo una de las tres mujeres, tenía el cabello negro con sangre manchada por toda su ropa.

Al escuchar estas palabras, una chispa se encendió en los ojos del hombre moribundo. Incluso al borde de la muerte, la intención asesina que irradiaba era tan intensa que la mujer de cabello negro retrocedió instintivamente, olvidando momentáneamente su estado incapacitado. ¿Quién podría culparla? El hombre ante ella encarnaba el epítome mismo del miedo y el mal.

—¡Jajajaja! —la risa se transformaba en tos—. Un montón de hipócritas —graznó el hombre moribundo, apenas capaz de mover su boca llena de sangre con lo poco que le quedaba de fuerza vital.

—Déjenlo. Se merece morir solo, sin nadie a su lado en sus últimos momentos —aconsejó el hombre de cabello blanco, consolando a la mujer de pelo negro.

—Sí, deberíamos irnos. Tenemos mucho que atender después de esto. Necesitamos anunciar que Asher Greville fue asesinado por Kevin, aumentando así su credibilidad y resultando en una sucesión más fluida —propuso la mujer de cabello azul.

—Sí, tienes razón. No debería degradarme ni siquiera pensando en la idea de que estoy relacionada con este monstruo —respondió la mujer de cabello negro, apoyándose en el hombre llamado Kevin.

Poco después de este intercambio, abandonaron a Asher, quien yacía recordando su vida.

Cerró los ojos para apaciguar sus pensamientos.

Aunque Asher no era el tipo de persona propenso a la tristeza o el arrepentimiento —si lo hubieras conocido en algún momento de su vida, lo habrías descrito como indiferente y frío— no podía evitar recordar su pasado, murmurando,

—Perdóname. No pude cumplir mi promesa contigo.

Cerró los ojos para comenzar su eterno sueño en la oscuridad cuando de repente una luz azul que llevaba un texto antiguo apareció:

—¿Quieres volver atrás en el tiempo, mi hijo?

No pudo evitar reír y respondió, —Sí.

—¿Qué estoy haciendo? ¿Me he vuelto loco al enfrentar la muerte? —se preguntó a sí mismo, con una ligera sonrisa adornando su rostro pálido y guapo, incluso en sus últimos momentos.

De repente, se encontró sumergido en la oscuridad, y una pantalla azul flotante se materializó ante él:

| Sistema Devorador de Destinos |

[Inicializando....24%....57%....80%...]

[Autoridad :: Control del Tiempo de Deus (Rango ?!?)]

[La Diosa del Tiempo te desea lo mejor]