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Mirando a su derecha Andrw vio un camino. Si tomaba ese camino totalmente derecho por alrededor de 40 minutos a pie, llegaría al barrio en el que vive su padre.

Mirando por última vez el camino, Andrw caminó derecho por 4 cuadras hasta llegar a la plaza central, dónde estaba el semáforo. El único semáforo en todo el municipio, las 60.000 personas en este municipio ya se habían acostumbrado a algo como esto.

Esto era algo muy común en los municipios del departamento. Había incluso un municipio con cero semáforos. Pero era lo lógico por la poca población de estos lugares, los accidentes de tránsito eran tan raros en el lugar que cuando sucedía uno, todo el municipio se enteraba ese mismo día.

El semáforo dividía la ancha calle en 4 partes. Si Andrw cruzaba hacia su izquierda se encontraría con la iglesia, un pequeño parque, un banco, varios almacenes de ropa y variedades. A su derecha estaba otro banco, una panadería, un supermercado. Si seguía derecho había varias tiendas telefónicas, ferreterías, casas de empeño, droguerías etc. Todo esto acompañado por su puesto, por los muchos puestos de vendedores ambulantes que vendían toda clase de comida rápida.

Andrw lo pensó mucho antes de cruzar a su derecha, siguiendo ese camino por 10 minutos se encontró frente a frente con el cementerio municipal. Hace un tiempo había escuchado que habían abierto otro cementerio en las afueras porque este ya estaba saturado.

Andrw se quedó mirando el cementerio por unos breves segundos, pensando.

Durante la crisis del COVID 19 había perdido a dos de sus tíos. Sus tíos favoritos, ambos rebosantes de salud y a una edad temprana.

Sus pensamientos se descarrilaron al pensar que algún día el también estaría allí. Enterrado y sin nadie que lo recuerde.

Su corazón comenzó a latir como un loco y un pequeño ataque de pánico comenzó afectarlo.

"¡¡Ufff Uffff!!" Sosteniendo su pecho con dolor Andrw trato de pensar en otra cosa diferente a la idea de morir. Pensó en varios animes y series de comedia que hicieron que sus pensamientos dejarán de volar hacia la idea de morir.

"¡¡Fiuuuu!!" Andrw suspiro aliviado. Desde que tenía memoria había tenido un miedo irrazonable hacia la idea de morir. Sabía muy bien que iba a morir en algún momento, pero la sola idea de eso lo hacía sentirse muy mal.

Rodeando el cementerio y cruzando hacia la izquierda, Andrw se encontró con el tanque. Una gran torre de hormigón que sostenía un tanque inmenso lleno de agua. Debajo de ella estaba una instalación con grandes tuberías, Andrw siempre pensó que desde aquí era donde se distribuía el agua hacia todas las casas del municipio. Justo al lado del tanque estaba un pequeño parque con una cancha de fútbol que a la vez servía como una de baloncesto.

Ignorando a los chicos que jugaban y gritaban en el parque, Andrw siguió derecho. Una cuadra después a solo dos casas de la esquina, Andrw llegó a una gran casa.

La casa era blanca de dos pisos y gran terraza, unas grandes rejas blancas restringían su paso. Tocando el timbre, Andrw se dispuso a esperar.

Momentos después alguien se asomó por la puerta y al verlo presionó un botón que le quitó el seguro a la gran reja.

"¡Buenas!" Entrando a la casa, Andrw saludo. Pero al ver a su tío en el comedor con un gran plato de comida su expresión cambió.

"Buenas." Le respondió sin voltearse a verlo.

Andrw no quería llegar aquí precisamente por él. Pero su casa estaba aún lejos y quería descansar un poco.

"¿Cómo te fue?" Preguntó.

"Llegué a todas las empresas y les entregué mi hoja de vida, solo tengo que esperar que me llamen." Respondió Andrw algo rígido. Sabía que nadie lo iba a llamar, para conseguir trabajo en este país tenías que tener lo coloquialmente llamado palanca. Alguien que te ayude desde adentro a conseguir el puesto.

Poco social como era, tenía pocos o ningún amigo.

"Tienes que apúrate a trabajar de una vez." Su tío lo señaló con el cuchillo que uso para cortar su carne. "No puedes seguir andando como un maldito vago mantenido."

Sus palabras lo lastimaron mucho, pero trato de no expresar mucho con su rostro. Cada vez que Andrw escuchaba esas palabras lo hacían sentir de a menos y su confianza se veía más y más destruida.

"Ven." Su tío lo llamo a la mesa. Realmente no quería ir allí, la presencia de su tío siempre le había resultado muy incómoda. Sentía que no podía ser el mismo en frente suyo y actuaba muy sumiso en su presencia.

Sentándose en frente suyo, Andrw miró con detenimiento a su tío. Un hombre que acababa de llegar a los treinta años con un corte de cabello corto, 1,90 metros de altura y con una constitución muy corpulenta.

"Daniela, sirvele un plato de comida a Andrw." Dijo dirigiéndose a la cocina detrás de el.

"Elías, ya no queda comida. ¡Lo que queda es para Carlos y Natali!" Daniela que estaba en la cocina se asomó y gritó disgustada.

Esa era una discusión normal para cualquiera, pero siempre le sucedía a Andrw. Daniela lo hacía sentir como si no fuera bienvenido allí.

"Solo sirvele un plato. Si no queda para ellos después se compran algo." Su tío respondió disgustado también con su aptitud.

Daniela le sirvió un plato de comida y lo colocó frente a él sin dirigirle una palabra en el proceso.

Daniela era una mujer muy hermosa con un cuerpo explosivo. Un culo grande y redondo, senos grande y firmes. Un rostro que aunque no era el mejor del mundo tampoco era feo.

Podía entender muy bien porque su tío se había casado con esta mujer, pues en muchas ocasiones el también se sintió tentado a tirarla contra la cama y abusar de ella, pero sencillamente no soportaba su personalidad. Además su tío era Rico, con muchas propiedades y dinero. Ella por otra parte era una mujer que ya contaba con dos hijos al conocerse con su tío.

Carlos y Natali.

Después de casarse con su tío, estos tuvieron otros dos hijos que aún eran pequeños.

Algo muy sorprendente para Andrw fue que incluso después de tener a 4 hijos, Daniela conservaba su increíble figura.

Había escuchado que su tío le había pagado una liposucción pero no estaba seguro en realidad.

Después de comer Andrw corrió al segundo piso donde encendió una TV gigante que ocupaba toda la pared, prendió el aire acondicionado y se puso a ver Netflix.

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Les dije que sería lenta.