Nora ya no era una niña. De hecho, ya había dado a luz a tres hijos. Puede que nunca haya entrado en una «batalla» con la mente clara, pero aunque nunca lo haya hecho de verdad, no es que no conozca el proceso.
Además, la joven de 25 años se especializó en medicina y prácticamente conocía la estructura del cuerpo humano al dedillo. Por tanto, estaba más familiarizada que la mayoría con el tema.
En el fondo, no era más que la propia fisiología haciendo travesuras. Las feromonas de Justin estaban siendo liberadas en exceso... Ajem, no importa, debe estar pensando demasiado.
Mientras la imaginación de Nora se desbordaba, la gran mano del hombre empezó a pasearse por todo su cuerpo.
Los nervios de Nora -que siempre habían sido opacos y densos- se volvieron sensibles en ese momento. Aunque tenía mucho sueño, su mente se excitó de forma excepcional.
En la oscuridad.
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