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Capítulo 3

Cómo todas las mañanas lo hacía, los rayos del sol comenzaron a entrar a mi habitación pero para entonces, ya me encontraba despierta. Estaba sentada mirando mi reloj de pared, la alarma no sonó, era como si nunca la hubiera puesto para que me levantara en mi inicio de clases pero lo más extraño era que cuando desperté, yo estaba acostada en mi cama, no lo entiendo, ¿Cómo se supone que llegué a la cama? Sólo recuerdo que me desmayé en el suelo.

Varios pensamientos estaban dando vueltas por mi mente, no era posible que alguien me hubiera puesto en la cama pues cada noche que me voy a dormir cierro mi habitación con el pestillo y nadie entraba a menos que yo les permitiera la entrada. El dolor de cabeza se había ido pero yo aún seguía procesando lo ocurrido.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuché unos golpes en la puerta, esperé a que Ana hablara pero no lo hizo.

—¿Ana? —hablé esperando tener una respuesta por parte de ella pero no contestó.

De vuelta, otro golpe volvió a sonar. Giré lentamente mi cabeza al ver que el golpe no provenía de la puerta de mi habitación.

Se escucharon golpecitos leves que provenían de mi armario, creí que sólo se trataba de mi imaginación, me quedé sentada por un rato más esperando a que mis sentidos volvieran en sí pero luego de un rato se volvieron a escuchar golpes dentro de mi armario.

—¿Que está pasando? —dije entré susurros. El miedo se estaba apoderando de mí.

Me bajé cuidadosamente de la cama tratando de no hacer mucho ruido y me acerqué a mi tocador para buscar entre los cajones unas tijeras, tragué saliva y con pasos torpes me acerqué a mi armario.

Cuando estuve a unos cuantos pasos, alguien volvió a dar golpecitos, ¿Cuántos golpes habían sido ya?

—No soy tonta así que no voy a preguntar si hay alguien ahí por qué es más que obvio que sí, ¡¿Quién eres?! —grité aterrada y poniendo la tijera en frente de mí por si esa persona intentaba hacer algo.

Una carcajada provino del otro lado del armario, pude notar que se trataba de una chica.

—Así que estás armada ¿Eh? —soltó una risa sarcástica —tranquila, no soy tu enemiga, no estoy aquí para hacerte daño, he venido para ayudar, esa es mi misión.

—¿Tu misión?

Justo en el momento que pregunté, la puerta de mi armario se abrió creando un destello en toda mi habitación, en un movimiento torpe caí al suelo y solté un grito al mismo tiempo que cerraba mis ojos.

—N..no soy tonta pero si miedosa... ¡¿Quién o que eres?!

La voz no contestó pero cuando abrí mis ojos, frente a mí se encontraba una chica un tanto extraña, su cabello estaba amarrado en una coleta alta, estaba teñido de morado, sus ojos eran grises, su ropa era un vestido amarillo con brillos por todos lados y en el pecho había un dibujo de una estrella, inquietud y miedo era lo que tenía en ese momento.

—¡Hola! Mi nombre es Asteria soy la estrella fugaz a la que le pediste un deseo y seré tu compañera a partir de hoy —dijo con emoción.

—¡¿Ehhhhh?!

***

—¡Perdón! ¡Perdón! ¡Perdón! ¡No fue mi intención asustarte! —habló mientras estaba de rodillas —mi intención era causarte emoción.

—Lo que casi me causa es un infarto pero olvida eso, levántate, no es necesario que hagas eso.

Ella sonrió y se paró de golpe, yo aún no podía creer que esta chica hubiera salido de mi armario, me pregunto por cuánto tiempo estuvo esperando ahí, y ni siquiera sabía si creerle lo que me estaba diciendo, en la primera oportunidad que tuviera, saldría corriendo de mi habitación e iría a llamar a la policía.

—No quiero ser grosera pero de nuevo dime ¿Quién eres? ¿Por qué estás aquí? ¿De que misión me estás hablando? ¿Cómo que eres la estrella fugaz?

Esa chica se sentó en el suelo y empezó a dar palmaditas dando a entender que quería que me sentara con ella, dudosamente accedí.

—Bien, entonces responde a mis preguntas por favor.

Ella suspiró, no sabía si eso era algo bueno o malo.

—Para empezar, ni pienses en llamar a la policía porque eso sólo retrasará las cosas, ¿Es que acaso no viste el destello que salió cuando salí de tu armario? —asentí, tenía un punto, quizás de verdad tenía que escucharla.

Además, sabía perfectamente sobre mi deseo a la estrella fugaz, ¿realmente estaba hablando con un ser mágico?

—Está bien, tienes toda mi atención.

En ese momento una brisa helada recorrió mi cuerpo y su semblante pasó de ser alegre a serio.

—Tal y como piensas, Una persona fallecida ya no puede regresar una vez que su vida concluyó —yo asentí, lo sabía pero quería negarme a aceptarlo— tu deseo fue salvar a tu amigo pero...

—Él ya no puede regresar —la interrumpí.

—Veo que eres una chica muy lista, lo que verás a partir de ahora será tu vida y a la vez no.

No entendí a qué se refería con eso hasta que me explicó acerca de un universo paralelo.

—La Emma de este mundo se intercambió contigo, ella estará en tu mundo mientras que tú estarás en el de ella.

—Espera —me paré de repente —no tiene sentido lo que me estás diciendo, ¿Mundo paralelo? ¿Ella en mi mundo? Si es verdad lo que me estás diciendo, ¿Ella sabe sobre esto?

Yo estaba comenzando a preocuparme pero esa chica se miraba relajada.

—Antes de venir a verte hablé con ella de antemano, ¿Te puedes sentar por favor? —traté de calmar mis emociones y accedí— ella ahora está enterada de la situación, todo lo que ocurre en tu universo está destinado a suceder aquí y...

—El suicidio de Zack volverá a ocurrir —la volví a interrumpir.

Su mirada parecía de compasión, yo no quería que alguien que acababa de conocer sintiera lastima por mí pero aún así, era tranquilizante hablar de esto con alguien, entonces el Zack que ví el día anterior no era parte de un sueño sin embargo, no era mi Zack.

—Emma, lo siento tanto, tu amigo ya no puede regresar sin embargo aún tienes la posibilidad de ayudar, puedes cambiar el destino de el Zack y la Emma de este mundo, ¿Podrás ayudar a tu otro yo?

Sin dudarlo asentí con una sonrisa triste.

—Sí, no voy a dejar que este chico sufra el mismo destino que mi amigo aunque será un golpe duro para mí, tenemos los mismos recuerdos, conocemos todo sobre el otro sin embargo, no es el Zack que yo conozco.

Asteria señaló mi brazo derecho justo dónde tenía el brazalete, en ese momento deduje que quién me había dado el brazalete había sido ella.

—Entonces tú... ¿Tú me diste este brazalete? —le pregunté mostrándole mi brazo derecho.

—Así es, así que ni te lo intentes quitar porque es completamente imposible y no solo eso, el brazalete produce una descarga eléctrica que traspasa por todo el cuerpo matando al usuario —quedé estática al momento que me dijo eso pero ella por el contrario, comenzó a reír— sólo bromeo, ese brazalete contiene magia y es muy importante, dime... ¿Has visto algo extraño?

¿Algo extraño? ¿A qué se refiere? Espera... Creo que ya lo sé.

—Ahora que lo mencionas, sí, me pasó algo extraño... Anoche sentí zumbidos en mis oídos y me dió un fuerte dolor de cabeza, también pude escuchar a unas personas que jamás en mi vida había conocido, fue una escena muy horrible, era cómo si yo...

—¿Estuvieras viendo los recuerdos de otra persona? — dijo Asteria confirmando mi teoría —intenta cubrir tu ojo derecho con una mano.

Asentí algo dudosa, miré ambas manos y con algo de miedo fuí acercando mi mano hasta mi ojo.

Cuando lo hice, nuevas imágenes empezaron a brotar delante de mi ojo izquierdo.

—Dime que es lo que ves.

—¿Eh? Veo... Una chica, está peinando su cabello delante de mi espejo... Espera un momento, ¿Soy yo? —pregunté algo asustada, mi otra yo terminó de arreglar su cabello y salió de la habitación, todo indicaba que yo era la única que podía verla.

—Esa eras tú, la Emma de tu mundo, ambas lineas están conectadas así que al cubrir tu ojo derecho podrás ver todo lo que sucedió en ese lapso de tiempo, así podrás saber lo que realmente pasó con tu amigo y que fue lo que lo motivó a tomar una decisión tan cruel.

—Entonces... ¿Eres como mi hada madrina?

Ella bufó y estalló en carcajadas ¿Acaso le dije algo malo?

—Por supuesto que no, solo puedo conceder un solo deseo a una persona pero no siempre los deseos se hacen realidad, solo los que se piden desde el fondo del corazón son capaces de cumplirse, tu deseo fue más que sincero, lo escuché fuerte y claro, pero lo único que pude hacer fue esto, lo lamento.

Aún así le agradecí, no era lo que esperaba sin embargo sería capaz de saber exactamente cuáles eran los sentimientos de Zack, por eso, estaría eternamente agradecida.

***

— ¡Emma! ¡Emma! ¡Despierta!

—Cinco minutos más... —dije con voz perezosa.

— ¡DESPIERTAAAA! — gritó Asteria cerca de mi oído haciéndome caer de la cama.

—agh, ¡¿Por qué hiciste eso?! —le grité con molestia.

—Hoy es día de examen, tienes que llegar temprano ¿No?

—¡Oh no! ¡Oh no! ¡Oh no! ¡Lo había olvidado por completo —me llevé una mano a mi rostro, la alarma ni siquiera sonó y sólo faltaban 25 minutos para que dieran las 8:00.

Ya había pasado un mes desde que había llegado aquí, Zack y yo habíamos estado conviviendo con normalidad, era tan reconfortante tenerlo nuevamente conmigo, quería proteger su sonrisa aunque también estaba preocupada por la otra Emma, debía estar sintiéndose como si se ahogara en un vaso de agua ya que ella viviría un tiempo sin su amigo.

¿De verdad estaba bien ocupar su lugar? Bueno, justo ahora creo que yo era la única que podía salvarlo.

Estaba poniéndome una blusa manga larga cuando escuché que la puerta de mi habitación se abrió.

—Buenos di...

Frente de mí se encontraba Zack completamente congelado, tardé unos segundos en darme cuenta hasta que poco a poco nuestros rostros comenzaron a tornarse rojos.

—Heee, voy a ver si no se me olvida nada —dijo sin siquiera voltear a verme y salió de mi habitación.

¡Que vergüenza! ¡Te pido perdón Emma de este mundo!

Asteria sólo reía, al parecer nadie más que yo podía verla.

—No te burles, no es divertido.

—Lo es cuando no eres la persona involucrada.

Miré a mi nueva amiga, había algo que quería preguntarle.

—Asteria, dime algo... ¿Tu tienes a alguien especial? —ladeó su cabeza— me refiero a alguien que quieras, que sientes que no puedes estar sin esa persona.

Ella se quedó callada por un momento, luego volvió a sonreír.

—No lo sé, realmente no recuerdo nada de mi pasado... —iba a decir algo pero ella nuevamente me interrumpió— decidí omitir esta información por qué creí que no tenía nada que ver contigo pero ya que estás dudosa te lo diré... Las estrellas fugaces no somos personas reales, alguna vez lo fuimos pero ahora estamos...

Abrí mis ojos tanto como pude, no me esperaba ese tipo de comentarios.

—Lo siento tanto.

—Descuida, no es como si quisiera saber lo que fuí en mi vida pasada es por eso que me he decidido a que mientras esté aquí, veré como se manejan los sentimientos de las personas —puso una mano en su pecho e hizo una mímica como si su corazón palpitara con fuerza— ¡El amor es tan lindo!

—Ni que lo digas.

***

—¿En qué aula quedaste? —me preguntó Zack mirando la pizarra con los nombres ahí.

—Aula 1-1 ¿Y tú?

—Igual, cuando terminemos el examen ¿te gustaría ir a comer a algún lado?

Iba a contestar pero justo cuando abrí mi boca para hablarle, alguien me empujó haciéndome tropezar con alguien y accidentalmente terminé por tirar a esa persona al suelo, cuando lo ví mejor pude ver que era un chico, su cabello era color negro y le llegaba hasta sus ojos cubriéndolos, me recordó al Zack de pequeño, aunque su cabello cubría sus ojos pude notar que eran azules.

—¡Perdón! ¡Perdón! ¡¿Te encuentras bien?! —pregunté con preocupación esperando no haberle hecho daño pero... Ese chico hizo un chasquido con la lengua.

—Quítate, estás en mi camino —dijo al momento que se levantó, cuando estuvo en frente de mí, me di cuenta de algo.

Es de mi mismo tamaño y eso que mido 1.55

—Oh, perdón —me hice a un lado esperando no meterme en problemas.

—Disculpa a mi torpe amiga, en ocasiones no se fija por dónde va —dijo Zack tratando de calmar la situación— Me llamo Zack ¿Y tú?

—S-soy Max... Un gusto —hizo una leve reverencia hacia mi amigo, quizás este chico no sea una mala persona.

—¡Un gusto! ¡Mi nombre es... —me callé de inmediato cuando sentí una tensión en él, no sé por qué pero algo me daba la sensación de que este chico me odiaba y aún no había tenido la oportunidad de conocerme— M-me llamo Emma— sonreí nerviosamente.

—Un gusto Emma, vamos a llevarnos bien, hablemos luego, ahora tengo que ir a mi examen. —dijo con una sonrisa.

Quedé perpleja, sonreí nuevamente, al parecer todo había sido un malentendido de mi parte y realmente todo me lo había estado imaginado... O eso creía hasta que el chico pasó a un lado de mí susurrando algo para que sólo yo lo escuchara.

—¿Eh? ¿Te dijo algo? —preguntó Zack.

—N-no... No es nada, es hora de ir también al examen —sonreí nerviosamente y apresuré mis pasos para ir en busca de nuestro salón.

"No te metas en mi camino" fueron las palabras de ese chico.

Ahora no tenía ninguna duda, ese chico me odiaba y no sabía la razón de eso, nunca en mi vida lo había visto... Aunque había algo de él que me hacía sentir inquieta, su voz, era como si la hubiera escuchado antes pero no recordaba de dónde.