Una científica, Duan Yixin, transmigró a otro mundo. Poseyó el cuerpo de una chica de dieciséis años pero no heredó ninguna de sus memorias. Con un compromiso matrimonial roto y sin dinero en mano, solo quería ganar dinero pacíficamente. Es una lástima que el destino siempre juegue trucos a las personas. Cuando pensó que finalmente podría vivir en paz, descubrió que este mundo no era tan simple como pensaba. El hombre que rescató era el notorio general despiadado, y la mujer que le robó a su ex-prometido era la protagonista femenina de este mundo. Miró hacia el cielo y preguntó: —Dios, ¿estás bromeando conmigo? Unos años más tarde, en su noche de bodas, ella lo miró seriamente y dijo: —General, no soy tu luz de luna blanca. El hombre bajó la cabeza y susurró en su oído: —Mhm, no eres mi luz de luna blanca, eres mi vida.
Al oír la pregunta de Duan Yixin, los labios de Chi Xiyou se curvaron hacia arriba. Le hizo un gesto para que se sentara y preguntó:
—Xin Xin, ¿puedes contarme cómo cultivas fresas y col china cuando la mayoría de los agricultores están teniendo dificultades con este calor?
Duan Yixin, que estaba sentada frente a él, miró a Chi Xiyou durante mucho tiempo antes de decir:
—Antes de responder a tu pregunta, ¿puedes responder a la mía primero?
Chi Xiyou asintió y dijo:
—Mhm, tú pregunta.
Duan Yixin guardó silencio por un rato y preguntó:
—Hermano Mayor Xiyou, ¿por qué quieres saber cómo los cultivo?
Después de escuchar su pregunta, Chi Xiyou pensó por un momento y respondió:
—Después de que los bandidos atacaron nuestro pueblo, muchos hombres murieron y mujeres y niños fueron secuestrados. Debes saber esto, ¿verdad?
Duan Yixin asintió al escuchar las palabras, y Chi Xiyou continuó:
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