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ch 16

Capítulo 16

Gulltown 297 AC

La siempre bulliciosa ciudad de Gulltown estaba más bulliciosa de lo normal en este dia, ya que había una cantidad un poco mayor de visitantes. Estos visitantes estaban acampando en los muros exteriores de la misma, ya que la ciudad de Gulltown, la cual era una de las cinco grandes ciudades de Westeros, estaba protegida por fuertes muros altos, los cuales causarían bajas significativas a quienes se atrevieran a lanzar un asalto contra la ciudad. Aunque, que tan efectivas eran las murallas, eso estaba en duda, pues Robert Baratheon logró escalarlas y ser el primero en matar a sus defensores cuando sucedió el asedio a la ciudad en los primeros combates de la «Rebelión de Robert».

La nueva gran afluencia de personas se debía a que en estos momentos se estaba llevando a cabo un torneo en la ciudad. El torneo que se estaba llevando a cabo era un torneo grande, pero no tan grande como el del legendario «Torneo de Harremhall». Sin embargo, el torneo no era para nada pequeño, ya que contaba con la asistencia de todas las casas del Valle de Arryn, o al menos la gran mayoría.

El sol brillaba en un hermoso cielo despejado mientras que, en una de las tantas calles de la ciudad, se podía ver a Jon caminar, mientras a su lado se encontraba una muy emocionada Daenerys, la cual iba por el lugar vistiendo uno de los vestidos recién comprados que Jon le había regalado. Si te preguntas ¿Cómo es que Jon está caminando con Daenerys cuando parecía que se odiaban no hace mucho?... Bueno, todo inicio el dia después de que ella hablase con Sam.

Flashback

El «StarWolf» era mecido suavemente por las olas en su camino por el mar Estrecho. Como aún era de dia, todos los miembros de la tripulación del barco estaban en sus respectivos lugares, haciendo sus tareas de rutina.

El viento salado soplaba suavemente, meciendo los cabellos castaños de Jon, mientras este mantenía sus sentidos enfocados tanto en el timón del barco como en los alrededores, siempre manteniéndose alerta por si aparecía algún ataque por debajo de mar. Afortunadamente, eso no había pasado, pero nunca se podía saber cuándo un jodido kraken podía aparecer de la nada o algún leviatán extraviado podía voltear el barco con algún movimiento errático.

"Parece que hoy será uno de esos días tranquilo, ¿Verdad, Fantasma?" preguntó Jon mientras desvía su vista del frente y miraba a su amigo, el cual estaba sentado a su lado.

El lobo huargo solo miró a su amo y tras soltar un bostezo, volvió a posar su vista al mar, mientras sacaba su lengua, dejando que el viento salado la acariciara.

La forma en como reaccionó su lobo hizo que Jon sonriera divertido unos momentos. Cuando había planeado volver a posar su vista en el mar para proseguir con el viaje a su destino, el cual era la Ciudad libre de Lys, escuchó los pasos de Sam llegar, por lo que, mirando hacia su lado, vio a su timonero, el cual era quien se encargaba de hacer la labor que el hacia mientras él estaba en la sala de navegación, observando el curso de la nave, a la par que iba pensando en que puertos atracar.

"Parece que al fin has despertado, Sam." Dijo Jon, posando la vista en su amigo.

El hijo de la casa Tarly se sonrojó y se llevó la mano a la nuca, la cual comenzó a rascarla de manera incomoda.

"Si, lo siento, Jon." dijo Sam con bastante pena y cansancio en su voz. "Pero mi charla con la princesa se alargó hasta muy entrada la noche."

"Si, eso veo. ¿Cuántas horas has dormido?"

"No muchas, me temo."

"¿Estas lo suficientemente despierto como para mantener el rumbo mientras voy al cuarto de navegación?"

"Si. Creo que sí."

"Bien." Dijo Jon mientras soltaba el timón y permitía que Samwell lo agarrara.

Al ver que Sam podía mantener el curso, Jon comenzó a caminar hacia la sala de navegación. Sin embargo, cuando dio unos pocos pasos, escuchó que Sam le llamaba. Por lo que, sin pensarlo dos veces, giró el rostro y miró a su amigo.

"Jon… Daenerys quiere hablar contigo ahora mismo." Dijo Sam mientras miraba a su amigo a los ojos.

El rostro de Jon se puso pétreo al momento en que escuchó que la hija del rey loco quería hablar con él. Sin embargo, antes de que diga algo, Sam volvió a hablar.

"Jon, sé que tu familia no tiene la mejor historia con los Targaryen." Dijo Sam, quien vio como Jon ponía una sonrisa sarcástica y malhumorada al escuchar sobre la relación de su familia con la familia de Daenerys. "Pero ella ha estado viviendo una mentira toda su vida."

Aquellas palabras hicieron que Jon mirara a su amigo con confusión. Por lo que queriendo sabe a qué se refería Sam, el decidió hacer una pregunta. "¿Qué quieres decir al mencionar que ella ha vivido en una mentira toda su vida?"

"Toda la información que había tenido de su familia y de Westeros era de su hermano y él ha sesgado su visión del mundo y de lo que ocurrió en la rebelión."

"¿Cómo así?" preguntó Jon con sorpresa, pues no esperaba que alguien no supiera la verdad de la rebelión.

"Viserys le contó a Daenerys que su padre era un gran rey y que los Baratheon, los Starks, los Tully, los Arryn y los Lannister se rebelaron porque querían el trono. Le dijo que los Stark solo eran los perros del "Usurpador"."

Jon miró a su amigo con sorpresa y confusión, pues no esperaba nada de esto. Por lo que, llevándose una mano al mentón, decidió hablar con Daenerys, por lo que, despidiéndose de su amigo, comenzó a caminar hacia el lugar donde estaba Daenerys. Cuando ingresó a la habitación, la vio sentada en una silla y lo que sus ojos observaron le causaron preocupación, pues la joven se veía abatida.

Caminando con pasos suaves, Jon se acercó a ella y sentándose en una silla, le preguntó que pasaba.

La hija del rey loco miró a Jon y a diferencia de la noche anterior, la joven se veía destrozada y con ojos casi sin vida.

"Parece que tenías razón… mi padre solo fue un loco de mierda..." Susurró Daenerys con voz baja para luego continuar. "No fue un gran rey, no fue un buen esposo, solo fue un loco que se obsesionó con el fuego y que causó la caída de nuestra casa al matar a tu tío y a tu abuelo. Además, mi gran hermano Rhaegar solo fue un secuestrador y tal vez un posible violador. Y el resto de mi familia no fue la mejor…"

Jon vio como Daenerys comenzaba a solar diatribas sobre su propia familia durante un buen rato, siempre centrándose en todos los malos gobernantes que había tenido su dinastía.

'Parece que es verdad. Siempre son los malos actos los que calan en la mente de las personas.' Pensó Jon con tristeza al ver a Daenerys renegar así de su propia familia. Si bien él quería sentir ira por la joven descendiente de unos de los cuarenta traidores de su maestro, al igual que como pasó con el viejo maestre, parece que no podía odiar del todo a la joven Daenerys. Tal vez nunca la llegue a aceptar del todo, pero podía empatizar con ella un poco. Por lo que, extendiendo sus manos, tomó las pequeñas manos de Daenerys entre las suyas y le dio un suave apretón, provocando que esta se callase.

Daenerys miró con confusión a Jon, pues no esperaba que el hiciese algo así. No en especial tras conocer la verdad de la rebelión. Pero no pudo saberlo, pues cuando estuvo por preguntarle por qué hacía esto, él le interrumpió hablando.

"Parece que solo estas centrándote en lo malo de tu familia." Dijo Jon con voz un poco suave. "Si bien has tenido malos elementos en tu familia, eso no es exclusivo de una casa. Siempre hay malas manzanas en todas las canastas. Asi que, porque en vez de centrarte en ellos, te centras en los que han sido buenos a su manera. Como el Rey Jaehaerys, la reina Allysane, el rey Dareon, el rey Viserys II, el rey Aegon V entre otros más miembros de tu dinastía. Incluso ahora mismo, aparte de ti también hay un Targaryen más vivo."

Las palabras de Jon provocaron que los ojos de Daenerys se abrieran con sorpresa al escuchar aquello. Por lo que, mirando a Jon con ojos llenos de esperanza, le preguntó sobre eso.

Al ver esto, Jon soltó un suspiro, pues esto se estaba poniendo un poco molesto, pero decidió de igual manera contarle todo, por lo sin prisas comenzó a hablarle.

Fin Flashback

Tras contarle todo sobre el viejo maestre, Daenerys le había preguntado si podía verlo algún dia y el no tuvo el corazón para decirle que no, pues la mirada de esperanza que le dio provocó que terminase mintiéndole. Tras lo que sucedió aquel dia, ambos comenzaron a hablar y terminaron volviéndose un poco más cercanos. Por lo que, tras pensarlo bien, el decidió dejarle a Daenerys su habitación, ya que, pese a que su familia había sido derrocada, ella era miembro de la realeza, por lo que por ese hecho merecía tener la mejor habitación del barco. El por su parte, decidió quedarse en la sala de navegación, el cual lugar donde pasaba la mayor cantidad de tiempo mientras navegaban, por lo que no le afectó demasiado el perder su habitación.

"Lamento haber hecho que desviaras tu viaje de Lys a Gulltown." Dijo Daenerys, la cual miraba su vestido nuevo, el cual era un vestido simple en apariencia, pero no en calidad, ya que este junto con otros más le habían costado a Jon unos cincuenta ciervos plateados.

"No es problema." Dijo Jon con una sonrisa un tanto fingida, pues el viaje se había desviado un poco cuando él y sus amigos se dieron cuenta de que Daenerys no tenía ninguna prenda extra con ella. Al percatarse de ello, se habían reunido y habían hablado un rato, pensando en qué lugar poder ir a comprarle ropa a la princesa. La primera opción fue King's Landing, pero al ser la capital y estar tan cerca de Robert Baratheon, bueno decidieron no tentar a la suerte. Por lo que, pensaron en otros lugares como Duskendale, pero como este estaba cerca de King's Landing, decidieron no ir, también se mencionó White Harbour, pero por motivos de distancias y tiempos fue omitido casi de inmediato, por lo que al final decidieron ir a Gulltown, ya que esta ciudad estaba lejos de la capital y cercar de donde estaban en ese momento, relativamente hablando.

"Gracias, de verdad." Dijo Daenerys para luego mirar el puerto de Gulltown con curiosidad y preocupación, ya que fue en un lugar así, en una ciudad que no era King's Landing donde inició la caída de su padre a la locura.

"Tranquila. Recuerda que tú no eres tu padre." Dijo Jon al ver como Daenerys miraba el lugar con confusión y preocupación.

Daenerys dejó de mirar el lugar y vio a Jon, para luego asentir al escuchar sus palabras de aliento.

El dúo de jóvenes continúo caminando por la ciudad, explorando sus alrededores, pues solo estarían hasta el dia de mañana, ya que debían de partir hacia Lys y luego hacia las Summer Islands lo más pronto posible. Por ello, caminaron con rapidez, ya que querían ver que tenía la ciudad para ofrecer. El resto de los compañeros de Jon se habían separado de ellos para visitar a ciudad a su ritmo, dejando en él la tarea de vigilar a Daenerys. Eso hizo que el tuviese que dejar a su lobo en el barco, ya que no quería que lo vean en la ciudad y mucho menos querer usar magia para reducir el tamaño de su amigo, ya que, pese a que estaba comenzando a llevarse bien con Daenerys, aun no confiaba lo suficiente en ella para contarle de la magia.

La joven pareja estuvo caminando un poco hasta que llegaron a una de las murallas, a la cual subieron, ya que querían ver cómo era el paisaje tras los muros de la ciudad.

"Jon, ¿Qué es eso?" preguntó Daenerys al ver varias carpas en las afueras de la ciudad, las cuales parecían formar una miniciudad a las afueras de la ciudad de Gulltown.

"Parece que habrá un torneo." Respondió Jon tras pensar un poco su respuesta, pues logró recordar que aparte de los asedios, solo se reunían tantas carpas cuando había torneos.

Los ojos de Daenerys se abrieron de sorpresa ante la respuesta de Jon, ya que nunca había visto un torneo.

"Nunca he visto un torneo…" susurró Daenerys, quien recordaba que su hermano le decía que los torneos durante el reinado de su padre eran increíbles. Aquel recuerdo provocó que ella se sintiese mal, pues pensó que tal vez fue una mentira más de su hermano. Sin embargo, salió de ese estado cuando sintió la mano de Jon en su hombro. Asi que, girando la cabeza, ella vio a Jon mirarla con preocupación. Al ver esto, ella decidió decirle que no pasaba nada malo. "Tranquilo, Jon. No pasa nada."

Jon miró a Daenerys y viendo que esta había estado mirando a las carpas, se dio cuenta de que ella quería ver el torneo.

'Ummm… pese a que soy un caballero nunca he participado en un torneo…. Sera que este pueda ser el primero.' Pensó Jon, tratando de ver si quería participar o no. Al final decidió hacerlo, ya que no tenía nada que perder, además, si quería podía hacer que el viaje a Lys sea la mitad del tiempo normal, por lo que podría recuperar los días perdidos. 'Si, voy a participar. Después de todo, que podría salir mal…'

Jon tenía los ojos en blanco mientras miraba lo que pasaba frente a él. Eso se debía a que frente a él se encontraban varias personas, todas vistiendo armaduras y armas reales. Esto sucedía porque él se había inscrito en el tumulto, mas no en la justa, pues está ya había iniciado hace unos días y ya estaba en la etapa final. Sin embargo, por fortuna logró inscribirse en el tumulto, bajo el nombre de Ser Jon, omitiendo su apellido bastardo, ya que no quería que nadie sepa de su estadía en esta ciudad.

Dejando de mirar a sus enemigos, pues el tumulto era una batalla simulada donde lucharían bastantes personas al mismo tiempo, comenzó a ver a las gradas y allí pudo ver a sus amigos, junto con un fantasma, el cual había sido convertido en un cachorro y puesto en una bolsa que llevaba Grenn, manteniéndolo así oculto de la vista del público. A un lado de ellos, mostrando un cabello negro como la noche, se encontraba Daenerys, la cual miraba el tumulto con una mezcla entre emoción y preocupación.

Si bien no había podido luchar en la justa, si habían logrado obtener un lugar para ver las finales, lo que hizo que Daenerys viera la pompa que había en los torneos.

'Qué bueno que la convencí de teñir su cabello con ese tinte especial, el cual es más resistente que los normales.' Pensó Jon, recordando que le había costado un poco hacer que ella se tiñese el pelo de color negro. Ella había estado negándose, ya que no quería hacerlo. Sin embargo, al final decidió hacerlo cuando el mencionó que era para su seguridad. Dichas palabras no estaban muy alejadas de la verdad, pues si habían matado a su hermano en Pentos y alguien descubría que ella había subido en dicha ciudad al barco, era posible que pudiesen pensar que se trataba de la princesa Targaryen, lo que le conllevaría problemas a él y a su familia, pues muchos creerían que los Stark estaban apoyando a los Targaryen.

Tras pensar aquello, Jon volvió en sí y dejando de mirar a sus amigos, comenzó a ver a sus enemigos. Llevando su mano hacia su cadera, tomó la espada que usaría en esta batalla, pues no usaría a «Gandravar», ya que eso sería llamar mucho la atención sobre él, por lo que había decidió usar solo una espada normal.

Mirando a sus enemigos, jon comenzó a examinarlos de manera analítica, pues quería saber contra quienes lucharía. Al terminar su examen, se sintió decepcionado, ya que no esperaba que fueran tan débiles, pero luego recordó que él era muy poderoso para los humanos normales. Asi que, sabiendo que debería tener mucho cuidado para evitar matar a alguien de manera accidental, comenzó a planear como luchar. Al final decidió darles cortes en puntos no letales, pero los cuales les provocarían un atroz dolor hasta que se recuperen.

Tan concentrado estuvo en la formación de su plan que no presto atención cuando se inició el combate. Por lo que casi estuvo por ser derrotado en los inicios del combate por el ataque de un joven que era un poco mayor que él, con el cabello rubio y los ojos azul oscuro. Dicho joven llevaba una armadura con una sobreveste que mostraban diamantes blancos sobre un campo de gules. Sin embargo, para la buena suerte de Jon, los entrenamientos para mejorar sus reflejos le permitieron ver el ataque llegar, por lo que pudo mover su espada para detener el ataque de su enemigo, provocando que todos los miraran con sorpresa, pues nadie esperaba que el detuviese un ataque que prácticamente era ineludible.

"¿C-cómo?" preguntó el enemigo de Jon.

Jon solo lo miró y no respondió de manera verbal, sino que movió sutilmente su mano, provocando que su hoja resbalase por la hoja de su enemigo, permitiéndole tener un ángulo de ataque rápido, por lo que, pateando el pie de apoyo de su enemigo, le hizo tropezar. Mientras el cuerpo del joven caía al suelo, Jon rápidamente le dio un golpe en el mentón, provocando que este saliese volando un par de metros, terminando inconsciente por la fuerza del golpe.

El cuerpo del pobre joven que tuvo la mala suerte de enfrentarse a Jon cayó de manera sorda al suelo, provocando que todos los que miraron la escena sintieran un escalofrió recorrer sus cuerpos. Una acción involuntaria que fue vista por Jon, quien solo sonrió de manera lobuna ante esto, provocando que varios de los que esperaban que el cayera por ese ataque dieran pasos hacia atrás.

"Entonces, ¿Solo van a quedarse mirando o van a venir?" preguntó Jon con burla, provocando a sus enemigos.

"Ese idiota." Dijo Grenn con una sonrisa en su rostro al ver como Jon comenzaba a luchar en serio en este tumulto, derrotando de manera muy sencilla a varios enemigos.

"Si, pero parece que esta que se divierte." Comentó Pyp mientras comía algo que había comprado en un puesto callejero.

"Si, se puede ver." Señaló Edd mientras veía como Jon rodaba por el suelo para evitar el ataque de dos caballeros, los cuales parecían haberse unido para vencer a Jon, pues vieron como el derrotaba a todos los que le desafiaban a combate singular.

"Parece que se están juntando para derrotarle." Dijo Daenerys con preocupación mientras ponía ambas manos juntas y las apretaba con fuerza, pues no quería que Jon saliese herido.

"No te preocupes, Jon es muy fuerte." Dijo Samwell mientras miraba como Jon dejaba a ambos caballeros en el suelo tras haberles cortado en algunos lugares poco protegidos.

"Esto está por acabar." Dijo Grenn al ver como todos los participantes del tumulto dejaron de luchar entre ellos y comenzaron a rodear a Jon, mientras lo atacaban al mismo tiempo.

"Si, esto ya terminó." Dijo Edd mientras sonreía, pues había aposado una buena cantidad de oro sobre Jon en este tumulto.

Mientras los amigos de Jon lo veían luchar, en otro lugar, más precisamente en el palco de la nobleza, estos también miraban el combate con diversas opiniones.

"Ummmm…. ese joven es muy bueno luchando." Dijo Lord Yohn Royce, también llamado «Yohn Bronce», Lord de Runestone. Yohn era un hombre alto con el cabello de color grisáceo. Pese a su edad, se veía que aún era fuerte, contando con manos grandes y nudosas. Sus ojos eran grises y tenía las cejas muy pobladas.

"Ump. Parece que la edad no te ha dejado ciego, todavía, Yohn." Dijo una mujer al lado del Lord de Runestone. La mujer era una anciana, la cual tenía el cabello grisáceo, con piel suelta bajo la barbilla y patas de gallo en torno a los ojos. La mujer se llamaba Anya Waynwood y era la lady de Ironoaks. "Pero tienes razón, el chico es bueno. Demasiado bueno para alguien de su aparente edad."

"Asi parece. Creo que al primero que derrotó fue a tu pupilo, ¿verdad?" preguntó Yohn mientras miraba a la anciana.

"Asi es. EL joven Harrold fue el primero en caer en este tumulto. Pero eso era de esperarse cuando eres un joven lleno de arrogancia que cree que puede contra otros luchadores más experimentados que tú. Espero que esta derrota le enseñe a ser más humilde y sensato antes de luchar." Respondió Anya mientras soltaba un suspiro cansado, pues su pupilo, el cual era teóricamente el segundo en la línea para heredar el gobierno del Valle, era un joven muy testarudo y orgulloso propenso a la arrogancia juvenil.

"Todos los jóvenes son arrogantes, Lady Anya." Comentó Yohn mientras miraba como la batalla continuaba con el joven derrotando a todo aquel que osaba enfrentarse a él.

"Si, pero ese joven parece no seguir esa regla." Señaló Anya.

"Si, puedo verlo. Su forma de luchar es diferente a lo que se enseña en los castillos, no solo usa su espada, sino que también usa sus manos para de esa manera derrotar a sus enemigos con movimientos rápidos y certeros."

"Eso es raro…. Ummm… por la apariencia, parece que es un norteño." Comento Anya mientras entrecerraba los ojos, pues el joven se le parecía conocido, como si lo hubiese visto en el pasado.

"Si, pero no lucha como uno." Dijo Yohn, recordando como luchaban los norteños en las batallas que compartió con ello en el pasado. "Pero eso no importa, la forma en que lucha es muy buena. Y parece ser un caballero errante, por lo que cualquier Lord o Lady presente puede tomarlo a su servicio fácilmente y por lo que parece, no le van a faltar ofertas. ¿No lo crees, sobrina?"

"Si, así parece, tío." Dijo una joven, la cual estaba sentada al lado de Yohn. La joven se llamaba Myranda Royce y era la sobrina de Yohn, siendo hija de su primo. Myranda era una joven rolliza, de pelo castaño y rizado, con la boca pequeña y ojos marrones.

La joven Myranda había ido con su tío a este torneo, ya que su padre había estado ocupado como Lord Steward del Valle por lo que no pudo asistir al evento. Myranda miraba como el joven de cabello castaño luchaba con total maestría, derrotando a todo enemigo que fuese tan estúpido como para cruzarse con él. La forma en como aquel joven se movía, esquivando y derrotando a todos sus enemigos comenzó a causarle curiosidad a la joven lady, la cual se percató de que no era la única.

'Parece que no soy la única que está interesada en el joven.' Pensó Myranda mientras miraba al resto de las chicas que estaban en las gradas dedicadas para las casas más grandes del Valle. Las jóvenes que estaban allí eran chicas a las que había conocido en diferentes fiestas, la cuales comenzaron a susurrar entre sí, de seguro parloteando sobre el chico. Dejando de mirar a las chicas, comenzó a fijarse en el joven que estaba luchando contra los pocos participantes que quedaban. El joven era atractivo, con una apariencia salvaje mientras derribaba a un sujeto con un rápido golpe en el abdomen con el pomo de su espada. La apariencia del joven, sumada a su ferocidad en batalla comenzó a hacer que un poco de lujuria se hiciera presente en su ser. Mirando fijamente al joven, decidió que podría divertirse con él, después de todo hace tiempo que murió su esposo y como toda mujer tenía necesidades. Asi que, mirando como el joven se enfrentaba al último enemigo que le quedaba, comenzó a planear como divertirse con él.

"¿Crees que tu padre lo aceptaría como sirviente?" preguntó Yohn a su sobrina.

"No lo sé tío, pero puede que sí, ya que últimamente se queja de que faltan buenos hombres para mantener los caminos de la montañas libres de las tribus salvajes."

"Ya veo… puede que le haga una oferta al joven al final del torneo. Y si tenemos suerte, será parte de tu escolta y la de tu amiga para cuando regresen al castillo de Gates of the Moon."

"Eso sería interesante, tío." Dijo Myranda con una sonrisa divertida en el rostro.

Jon se encontraba apoyado en una de las paredes del castillo, mirando la celebración que se estaba llevando a cabo por la finalización del torneo. Él había sido invitado por ser el "Campeón" del tumulto, pero eso no quería decir que sea del agrado de todos los presentes.

'Supongo que ser un caballero de baja cuna no es lo mismo que ser un caballero de noble nacimiento.' Pensó Jon mientras miraba a varias parejas bailar en el centro del gran salón. El gran salón del asiento de los Grafton, era diferente al de Winterfell, pues este no estaba hecho de piedra gris, sino que estaba hecho de piedra blanca y tenía el suelo cubierto de baldosas de mármol pulido. 'Supongo que la casa dueña de una de las grandes ciudades de Westeros tiene el dinero suficiente para gastarlo en tanta opulencia.'

Tras aquellos pensamientos, Jon miró su copa y preparándose para terminar su vino, la llevó a sus labios. Sin embargo, antes de que bebiese el contenido de su copa, fue interrumpido por una mano, la cual le dio suaves toques en su túnica. Asi que, girando a cabeza, vio que la dueña de aquellas manos era una chica regordeta, la cual vestía un vestido de color blanco con decoraciones de color naranja pálido, donde había algunas runas antiguas grabadas en ellas. El vestido tenía suficiente escote como para hacer que los grandes pechos de la chica se resalten.

"Mi lady." Saludó Jon con cortesía a la joven, pues era obvio que era una dama noble.

"Ser." Saludo en respuesta la joven dama.

"¿A qué debo el placer de que vengáis a verme?" preguntó Jon mirando a la joven a los ojos.

"Solo curiosidad." Respondió la joven de manera picara y misteriosa, comenzando a caminar en círculos alrededor de Jon.

La respuesta de Jon a las palabras de la joven fue levantar una ceja mientras ponía una cara de fingida sorpresa. "¿De verdad, mi lady? ¿Qué le ha causado curiosidad de mi persona?"

"Mi curiosidad es porque un joven y guapo caballero norteño con tus habilidades no se había mostrado antes en otro torneo." Respondió la joven con una sonrisa en el rostro.

"Eso es fácil de responder, mi lady. La verdad es que no me gusta destacar mucho, por lo que desde que fui nombrado caballero no he estado participando en torneos."

"Ya veo, pero si no has estado en torneos, entonces, ¿Cómo es que has estado ganado dinero para sobrevivir? Digo, se nota que eres un caballero errante."

"Eso es sencillo, mi lady. Hay muchas formas de obtener dinero en el mundo, una de las más rentables es la de comerciante o la de guardaespaldas de caravanas." Respondió Jon con una sonrisa. "Pero dejando de lado aquello, me temo que aún no se su nombre, mi lady, ni tampoco la verdadera razón por la que ha venido a hablar conmigo."

"Oh… es cierto, perdona mis modales. Me llamo Myranda Royce, soy la hija de Lord Nestor Royce, Lord Steward del Valle y sobrina de Lord Yohn Royce, Lord de Runestone." Dijo Myranda con una sonrisa en su rostro mientras miraba a Jon de arriba a abajo.

Jon miró a la joven dama y vio algo que vio en muchas mujeres que lo miraban, vio que lo miraba con algo de deseo. Suspirando mentalmente, Jon se dio cuenta de que estaba ante una miembro de una de las casas más poderosas del Valle.

"Sobre mi verdadero motivo para venir, la verdad es que quisiera pedirle dos favores, Ser." Dijo Myranda con una sonrisa en el rostro.

Las palabras de la joven provocaron que Jon levantase una ceja con curiosidad por saber que le pediría. Por lo que queriendo saber que podía ser, Jon decidió aceptar, pero poniendo algunos imites a las peticiones. "Siempre que no me pida no sea algo tan fantástico como matar un dragón o algo tan deshonroso como asesinar a alguien, entonces creo que podría cumplir con sus peticiones."

"Je, je, je. Matar un dragón… eso sería divertido, pero como ya no hay dragones no puedo pedir algo así. Lo que le pido, Ser, es dos cosas simples, la primera es que deseo que baile conmigo y con otra persona más."

La petición de la sobrina del Lord de Runestone causó curiosidad en Jon, quien miró a la joven y le preguntó. "¿Quién sería la otra persona, mi lady?"

Myranda no respondió de manera verbal inicialmente, sino que movió su rostro hacia un lado y posó su mirada en una de las esquinas del salón.

La vista de Jon siguió a la de la joven y vio a la segunda joven con la que debería de bailar. La joven era una muchacha alta y delgada, con el cabello negro, muy corto y lacio. Sus ojos eran de un profundo color azul. Su vestimenta era un simple vestido azul oscuro con blanco, lo cual indicaba que no era una dama, sino que era una joven plebeya.

"Su nombre es Mya Stone, una cortesana que sirve a mi padre y una de las pocas personas a las que puedo llamar amiga." Dijo Myranda mientras miraba a Mya ver con rostro un poco triste a un joven de bailar con una chica. "Como puedes ver, ella quiere bailar, pero la persona con la que quiere bailar no puede pedir el baile directamente con ella."

"Ya veo. Quieres que a saque a bailar mientras tus bailas con el chico para luego cambiar de parejas en medio del baile, ¿verdad?"

"Asi es."

"Bien. Supongo que puedo hacerlo. Solo pido que le expliques al chico tu plan, no quiero problemas con un noble." Dijo Jon mientras comenzaba a caminar hacia la joven.

"No te preocupes, Ser. Yo me encargo de todo."

Tras aquellas palabras, Jon comenzó a caminar hacia la joven y cuando estuvo cerca de ella, la canción se detuvo, indicando que pronto iniciaría un nuevo baile. Por lo que, caminando hacia la joven, se acercó a ella y le pidió un baile.

"Buenas noches, mi lady." Dijo Jon, sobresaltando a Mya, quien no se esperaba ver al campeón del tumulto saludarla.

"Buenas noches, Ser." Saludo Mya con una sonrisa un poco incomoda.

"Quisiera pedirle que comparta el siguiente baile conmigo, Claro, ¿si le parece bien?"

La petición de Jon sacó de lugar a Mya, quien no esperaba esto. Si bien ella no quería ir a bailar, vio por un rabillo a Myranda, la cual le guiñó un ojo, haciendo que esta supiese que ella había enviado a Jon a bailar con ella. Sabiendo que su amiga lo había enviado, Mya decidió aceptar la petición de Jon. "Estaré más que feliz de aceptar su petición, Ser."

Tras aquellas palabras, Mya le extendió su mano a Jon, quien la tomó suavemente y la llevó al centro de la sala, provocando los susurros de varias personas, en especial de varias damas nobles, las cuales habían estado apostando sobre quién podía sacar a bailar al campeón del tumulto. Esto se debía a que Jon había rechazado varias peticiones de baile, por lo que se creó algo de expectativa para ver quién podía hacer que aceptase.

'Espero que no me metas en problemas, Randa.' Pensó Mya con preocupación, pues sentía que se había ganado toda la enemistad de las jóvenes damas del Valle.

Cuando ambos bastardos estuvieron en el centro de la sala, a su alrededor, varias otras parejas se agruparon y tras un pequeño saludo, comenzó a sonar la música, dando así inicio al nuevo baile.

Jon y Mya bailaban casi en perfecta sincronía, sorprendiendo a más de uno, pues tanto hombres como mujeres nobles no sabían cómo era posible que un caballero plebeyo y una bastarda pudiesen bailar a si de coordinados, casi como si hubiesen practicado esto durante toda su vida.

"¿Pareces sorprendida de poder bailar de esta manera, mi lady?" preguntó Jon mientras miraba a Myranda por el extremo de su vista.

"Si, Ser. La verdad es que nunca he sido buena bailando. De hecho, casi no he practicado." Respondió Mya, quien portaba una sonrisa, pues no esperaba que bailar fuera tan divertido.

"Ya veo. Siempre suele haber algo que no sabemos de nosotros mismos. Parece que usted tiene talento para el baile." Dijo Jon mientras giraba su cuerpo y se preparaba para el cambio. "Si bien me gustaría seguir charlando, parece que nuestro tiempo bailando terminara ahora."

"¿Eh?" preguntó Mya confundida por las palabras de Jon, pero luego casi suelta un grito de sorpresa cuando Jon la hizo girar y con un paso rápido, tomó a Myranda, la cual también estaba girando.

Mya siguió girando hasta que fue atrapada por la antigua pareja de baile de Myranda, quien era un joven escudero llamado Mychel Redfort.

"Parece que has cumplido tu propósito, mi lady." Dijo Jon al ver como Mya y el joven bailaban. Una sonrisa apareció en su rostro, pues él había usado un pequeño encantamiento en Mya, para que esta pueda bailar así de bien.

"Así es, gracias por cumplir mi petición, Ser." Dijo Myranda mientras acercaba su rostro al oído de Jon para luego susurrarle con voz algo picara. "Que le parece si hablamos de la otra petición que tengo para usted."

Las palabras de Myranda provocaron que Jon sonriera divertido, pero decidido a seguir el juego, le respondió. "Eso me gustaría, mi lady."

Reed Keep 297 AC

El sol brillaba en todo alto, permitiendo que su luz ilumine por completo la ciudad capital de Westeros, incluyendo el gran castillo que era la residencia del rey. En uno de los jardines de la fortaleza, se podía ver a un muy callado y meditativo Varys, el cual iba meditando sobre lo que había pasado en las últimas semanas.

'La muerte de Viserys Targaryen y la desaparición de su hermana es un gran golpe para mi plan.' Pensó el eunuco mientras miraba como algunos cortesanos caminaban despreocupadamente por un pasillo frente a donde se encontraba el. 'Su muerte fue algo que ocurrió fuera de mis predicciones.'

Aquellos pensamientos del eunuco llegaban porque él no había planeado en ningún momento que alguno de los dos Targaryen muriera, al menos por ahora, ya que los necesitaba para su gran plan. Sin embargo, parece que subestimó las habilidades del consejero de la moneda, Lord Petyr Baelish.

'Jugaste muy bien tu mano Baelish…. Usaste el odio del rey contra los Targaryen para de esa manera lograr ganarte un par de favores por parte de su majestad.' Pensó Varys mientras recordaba como la cabeza del «Rey Mendigo» fue traída por los asesinos que contrató Baelish.

Gracias a la información que había recabado él sabía que esos asesinos no eran como los que el solía contratar para los intentos de asesinatos que ordenaba el rey, no, estos eran asesinos mejor entrenados y no idiotas borrachos o malandrines inútiles como los que el solía contratar. El lyseno hacia esto para evitar que los hijos de Aerys murieran, a la vez que calmaba temporalmente el apetito del rey Robert por sangre Targaryen. Sin embargo, esta vez, cuando el rey ordenó un nuevo intento de asesinato, él no había estado presente en el Reed Keep, pues se hallaba en Pentos visitando a su amigo Illirio. Él se encontraba disfrazado de un magister que estaría de visita en el palacio de Irillio cuando los Targaryen llegasen, y aprovecharía la ocasión para medir el temperamento de ambos Targaryen para decidir qué planes se tomarían con cada uno. Fue gracias a eso que Baelish tuvo rienda suelta para contratar a buenos asesinos que pudiesen lidiar con los Targaryen.

'Afortunadamente la princesa logró escapar. Eso al menos es un alivio, pues la necesitaremos para que él tenga una mayor legitimidad si la gente no cree la historia que se ha tejido para él.' pensó Varys mientras su mente recordaba un pequeño niño de cabellos plateados con ojos morados, que parecen azules bajo ciertos ángulos de luz. 'Debo de encontrar a la princesa y ponerla a buen recaudo, pues es necesaria para el plan. Asi que, por donde debería de empezar a buscar… ¿Myr? ¿Lys? ¿Volantis?'

Los pensamientos de Varys se vieron interrumpidos cuando un pequeño niño chocó con él. Dejando de lado sus pensamientos y volviéndose a enfocar en el mundo real, Varys vio que el niño era uno de sus «pajaritos». Por lo que, metiendo su mano en su bolsillo, saco un dulce y unas monedas de cobre y se las dio. Cuando el niño, el cual estaba harapiento, tomó los objetos, rápidamente se fue del lugar, dejando a Varys solo. El eunuco miró a todos lados y al ver que no había nadie, decidió revisar que le había traído su pajarito. Tomando la nota que este le había dejado en el bolsillo de su túnica, comenzó a leerlo.

Un Lobo errante estuvo en un torneo en un lugar con gaviotas. Bailó con la piedra del rey y con la runa de un Steward, a la cual luego llevó a un paseo nocturno.

Varys leyó la nota y rápidamente entendió lo que sucedía. Al parecer, el hijo bastardo del guardián del norte había estado en Westeros otra vez y había participado del Torneo de Gulltown. Aquel torneo no era algo de verdadera preocupación para la mente del eunuco, pues no había ninguna estratagema llevándose a cabo en el dominio de los Arryn. Sin embargo, le pareció divertido saber que el joven Snow había bailado con la joven Mya Stone, la primera hija bastarda del rey Robert.

'Si su majestad oye de esto, de seguro intentara que la joven Mya se case con el joven Jon, cumpliendo así su sueño de tener descendencia que sea descendencia de Lord Stark.' Pensó Varys con un poco de diversión, pues si eso se daba era posible que el joven se convierta en un señor. Sin embargo, él sabía que lady Stark no lo permitiría, además, la noticia de que el mismo chico había bailado y luego despareció en un paseo nocturno con la hija de Nestor Royce era una información de chantaje muy buena, ya que le permitiría tener algo en contra de aquel joven… o al menos eso sería posible si Lady Myranda hubiese sido una doncella, pero para su mala fortuna la joven ya había estado casada, por lo que no podía ser deshonrada con un escándalo de esos.

Negando con la cabeza, vio que la nota que le había dado su pajarito tenía otra cosa escrita, pero esta vez en el otro lado del pedazo de papel. El descubrimiento de esto le causó un poco de curiosidad, pues él había dado instrucciones claras a sus pajaritos de que nunca hagan algo como eso, pero por la forma en que estaba escrito era algo que fue añadido a última hora, pues la letra estaba escrita de manera apresurada.

Una joven de ojos amatistas viaja con el lobo errante y su manada. Según ellos, la chica subió al barco en Pentos

La mención de una chica de ojos amatistas que subió al barco en Pentos hizo que Varys pensara que se trataba de Daenerys, pero tan rápido como llegó ese pensamiento se fue, pues él no podía ver que el joven Jon ayude a la miembro de la casa que tanto dolor le causo a su familia.

'No, es imposible que sea la princesa…' pensó Varys casi sin prestarle atención a aquello. Sin embargo, cuando más pensaba en eso, llegó a pensar que se podría tratar de ella, pues era algo sospechoso que la princesa despareciera en Pentos y que una joven de ojos amatistas estuviera con el hijo de Eddard Stark. 'A pesar de que puede ser algo fortuito y la chica solo sea una lysena, deberé de investigar bien.'

Tras aquel pensamiento, Varys volvió a la realidad y al mirar al frente, vio a un paje acercarse a él. Tomando un suspiro, el eunuco comenzó a caminar hacia el para recibir la noticia de que habría una reunión del consejo privado.

'Otro dia sirviendo a este rey, pero bueno, este es mi trabajo… por ahora.'Capítulo 16

Gulltown 297 AC

La siempre bulliciosa ciudad de Gulltown estaba más bulliciosa de lo normal en este dia, ya que había una cantidad un poco mayor de visitantes. Estos visitantes estaban acampando en los muros exteriores de la misma, ya que la ciudad de Gulltown, la cual era una de las cinco grandes ciudades de Westeros, estaba protegida por fuertes muros altos, los cuales causarían bajas significativas a quienes se atrevieran a lanzar un asalto contra la ciudad. Aunque, que tan efectivas eran las murallas, eso estaba en duda, pues Robert Baratheon logró escalarlas y ser el primero en matar a sus defensores cuando sucedió el asedio a la ciudad en los primeros combates de la «Rebelión de Robert».

La nueva gran afluencia de personas se debía a que en estos momentos se estaba llevando a cabo un torneo en la ciudad. El torneo que se estaba llevando a cabo era un torneo grande, pero no tan grande como el del legendario «Torneo de Harremhall». Sin embargo, el torneo no era para nada pequeño, ya que contaba con la asistencia de todas las casas del Valle de Arryn, o al menos la gran mayoría.

El sol brillaba en un hermoso cielo despejado mientras que, en una de las tantas calles de la ciudad, se podía ver a Jon caminar, mientras a su lado se encontraba una muy emocionada Daenerys, la cual iba por el lugar vistiendo uno de los vestidos recién comprados que Jon le había regalado. Si te preguntas ¿Cómo es que Jon está caminando con Daenerys cuando parecía que se odiaban no hace mucho?... Bueno, todo inicio el dia después de que ella hablase con Sam.

Flashback

El «StarWolf» era mecido suavemente por las olas en su camino por el mar Estrecho. Como aún era de dia, todos los miembros de la tripulación del barco estaban en sus respectivos lugares, haciendo sus tareas de rutina.

El viento salado soplaba suavemente, meciendo los cabellos castaños de Jon, mientras este mantenía sus sentidos enfocados tanto en el timón del barco como en los alrededores, siempre manteniéndose alerta por si aparecía algún ataque por debajo de mar. Afortunadamente, eso no había pasado, pero nunca se podía saber cuándo un jodido kraken podía aparecer de la nada o algún leviatán extraviado podía voltear el barco con algún movimiento errático.

"Parece que hoy será uno de esos días tranquilo, ¿Verdad, Fantasma?" preguntó Jon mientras desvía su vista del frente y miraba a su amigo, el cual estaba sentado a su lado.

El lobo huargo solo miró a su amo y tras soltar un bostezo, volvió a posar su vista al mar, mientras sacaba su lengua, dejando que el viento salado la acariciara.

La forma en como reaccionó su lobo hizo que Jon sonriera divertido unos momentos. Cuando había planeado volver a posar su vista en el mar para proseguir con el viaje a su destino, el cual era la Ciudad libre de Lys, escuchó los pasos de Sam llegar, por lo que, mirando hacia su lado, vio a su timonero, el cual era quien se encargaba de hacer la labor que el hacia mientras él estaba en la sala de navegación, observando el curso de la nave, a la par que iba pensando en que puertos atracar.

"Parece que al fin has despertado, Sam." Dijo Jon, posando la vista en su amigo.

El hijo de la casa Tarly se sonrojó y se llevó la mano a la nuca, la cual comenzó a rascarla de manera incomoda.

"Si, lo siento, Jon." dijo Sam con bastante pena y cansancio en su voz. "Pero mi charla con la princesa se alargó hasta muy entrada la noche."

"Si, eso veo. ¿Cuántas horas has dormido?"

"No muchas, me temo."

"¿Estas lo suficientemente despierto como para mantener el rumbo mientras voy al cuarto de navegación?"

"Si. Creo que sí."

"Bien." Dijo Jon mientras soltaba el timón y permitía que Samwell lo agarrara.

Al ver que Sam podía mantener el curso, Jon comenzó a caminar hacia la sala de navegación. Sin embargo, cuando dio unos pocos pasos, escuchó que Sam le llamaba. Por lo que, sin pensarlo dos veces, giró el rostro y miró a su amigo.

"Jon… Daenerys quiere hablar contigo ahora mismo." Dijo Sam mientras miraba a su amigo a los ojos.

El rostro de Jon se puso pétreo al momento en que escuchó que la hija del rey loco quería hablar con él. Sin embargo, antes de que diga algo, Sam volvió a hablar.

"Jon, sé que tu familia no tiene la mejor historia con los Targaryen." Dijo Sam, quien vio como Jon ponía una sonrisa sarcástica y malhumorada al escuchar sobre la relación de su familia con la familia de Daenerys. "Pero ella ha estado viviendo una mentira toda su vida."

Aquellas palabras hicieron que Jon mirara a su amigo con confusión. Por lo que queriendo sabe a qué se refería Sam, el decidió hacer una pregunta. "¿Qué quieres decir al mencionar que ella ha vivido en una mentira toda su vida?"

"Toda la información que había tenido de su familia y de Westeros era de su hermano y él ha sesgado su visión del mundo y de lo que ocurrió en la rebelión."

"¿Cómo así?" preguntó Jon con sorpresa, pues no esperaba que alguien no supiera la verdad de la rebelión.

"Viserys le contó a Daenerys que su padre era un gran rey y que los Baratheon, los Starks, los Tully, los Arryn y los Lannister se rebelaron porque querían el trono. Le dijo que los Stark solo eran los perros del "Usurpador"."

Jon miró a su amigo con sorpresa y confusión, pues no esperaba nada de esto. Por lo que, llevándose una mano al mentón, decidió hablar con Daenerys, por lo que, despidiéndose de su amigo, comenzó a caminar hacia el lugar donde estaba Daenerys. Cuando ingresó a la habitación, la vio sentada en una silla y lo que sus ojos observaron le causaron preocupación, pues la joven se veía abatida.

Caminando con pasos suaves, Jon se acercó a ella y sentándose en una silla, le preguntó que pasaba.

La hija del rey loco miró a Jon y a diferencia de la noche anterior, la joven se veía destrozada y con ojos casi sin vida.

"Parece que tenías razón… mi padre solo fue un loco de mierda..." Susurró Daenerys con voz baja para luego continuar. "No fue un gran rey, no fue un buen esposo, solo fue un loco que se obsesionó con el fuego y que causó la caída de nuestra casa al matar a tu tío y a tu abuelo. Además, mi gran hermano Rhaegar solo fue un secuestrador y tal vez un posible violador. Y el resto de mi familia no fue la mejor…"

Jon vio como Daenerys comenzaba a solar diatribas sobre su propia familia durante un buen rato, siempre centrándose en todos los malos gobernantes que había tenido su dinastía.

'Parece que es verdad. Siempre son los malos actos los que calan en la mente de las personas.' Pensó Jon con tristeza al ver a Daenerys renegar así de su propia familia. Si bien él quería sentir ira por la joven descendiente de unos de los cuarenta traidores de su maestro, al igual que como pasó con el viejo maestre, parece que no podía odiar del todo a la joven Daenerys. Tal vez nunca la llegue a aceptar del todo, pero podía empatizar con ella un poco. Por lo que, extendiendo sus manos, tomó las pequeñas manos de Daenerys entre las suyas y le dio un suave apretón, provocando que esta se callase.

Daenerys miró con confusión a Jon, pues no esperaba que el hiciese algo así. No en especial tras conocer la verdad de la rebelión. Pero no pudo saberlo, pues cuando estuvo por preguntarle por qué hacía esto, él le interrumpió hablando.

"Parece que solo estas centrándote en lo malo de tu familia." Dijo Jon con voz un poco suave. "Si bien has tenido malos elementos en tu familia, eso no es exclusivo de una casa. Siempre hay malas manzanas en todas las canastas. Asi que, porque en vez de centrarte en ellos, te centras en los que han sido buenos a su manera. Como el Rey Jaehaerys, la reina Allysane, el rey Dareon, el rey Viserys II, el rey Aegon V entre otros más miembros de tu dinastía. Incluso ahora mismo, aparte de ti también hay un Targaryen más vivo."

Las palabras de Jon provocaron que los ojos de Daenerys se abrieran con sorpresa al escuchar aquello. Por lo que, mirando a Jon con ojos llenos de esperanza, le preguntó sobre eso.

Al ver esto, Jon soltó un suspiro, pues esto se estaba poniendo un poco molesto, pero decidió de igual manera contarle todo, por lo sin prisas comenzó a hablarle.

Fin Flashback

Tras contarle todo sobre el viejo maestre, Daenerys le había preguntado si podía verlo algún dia y el no tuvo el corazón para decirle que no, pues la mirada de esperanza que le dio provocó que terminase mintiéndole. Tras lo que sucedió aquel dia, ambos comenzaron a hablar y terminaron volviéndose un poco más cercanos. Por lo que, tras pensarlo bien, el decidió dejarle a Daenerys su habitación, ya que, pese a que su familia había sido derrocada, ella era miembro de la realeza, por lo que por ese hecho merecía tener la mejor habitación del barco. El por su parte, decidió quedarse en la sala de navegación, el cual lugar donde pasaba la mayor cantidad de tiempo mientras navegaban, por lo que no le afectó demasiado el perder su habitación.

"Lamento haber hecho que desviaras tu viaje de Lys a Gulltown." Dijo Daenerys, la cual miraba su vestido nuevo, el cual era un vestido simple en apariencia, pero no en calidad, ya que este junto con otros más le habían costado a Jon unos cincuenta ciervos plateados.

"No es problema." Dijo Jon con una sonrisa un tanto fingida, pues el viaje se había desviado un poco cuando él y sus amigos se dieron cuenta de que Daenerys no tenía ninguna prenda extra con ella. Al percatarse de ello, se habían reunido y habían hablado un rato, pensando en qué lugar poder ir a comprarle ropa a la princesa. La primera opción fue King's Landing, pero al ser la capital y estar tan cerca de Robert Baratheon, bueno decidieron no tentar a la suerte. Por lo que, pensaron en otros lugares como Duskendale, pero como este estaba cerca de King's Landing, decidieron no ir, también se mencionó White Harbour, pero por motivos de distancias y tiempos fue omitido casi de inmediato, por lo que al final decidieron ir a Gulltown, ya que esta ciudad estaba lejos de la capital y cercar de donde estaban en ese momento, relativamente hablando.

"Gracias, de verdad." Dijo Daenerys para luego mirar el puerto de Gulltown con curiosidad y preocupación, ya que fue en un lugar así, en una ciudad que no era King's Landing donde inició la caída de su padre a la locura.

"Tranquila. Recuerda que tú no eres tu padre." Dijo Jon al ver como Daenerys miraba el lugar con confusión y preocupación.

Daenerys dejó de mirar el lugar y vio a Jon, para luego asentir al escuchar sus palabras de aliento.

El dúo de jóvenes continúo caminando por la ciudad, explorando sus alrededores, pues solo estarían hasta el dia de mañana, ya que debían de partir hacia Lys y luego hacia las Summer Islands lo más pronto posible. Por ello, caminaron con rapidez, ya que querían ver que tenía la ciudad para ofrecer. El resto de los compañeros de Jon se habían separado de ellos para visitar a ciudad a su ritmo, dejando en él la tarea de vigilar a Daenerys. Eso hizo que el tuviese que dejar a su lobo en el barco, ya que no quería que lo vean en la ciudad y mucho menos querer usar magia para reducir el tamaño de su amigo, ya que, pese a que estaba comenzando a llevarse bien con Daenerys, aun no confiaba lo suficiente en ella para contarle de la magia.

La joven pareja estuvo caminando un poco hasta que llegaron a una de las murallas, a la cual subieron, ya que querían ver cómo era el paisaje tras los muros de la ciudad.

"Jon, ¿Qué es eso?" preguntó Daenerys al ver varias carpas en las afueras de la ciudad, las cuales parecían formar una miniciudad a las afueras de la ciudad de Gulltown.

"Parece que habrá un torneo." Respondió Jon tras pensar un poco su respuesta, pues logró recordar que aparte de los asedios, solo se reunían tantas carpas cuando había torneos.

Los ojos de Daenerys se abrieron de sorpresa ante la respuesta de Jon, ya que nunca había visto un torneo.

"Nunca he visto un torneo…" susurró Daenerys, quien recordaba que su hermano le decía que los torneos durante el reinado de su padre eran increíbles. Aquel recuerdo provocó que ella se sintiese mal, pues pensó que tal vez fue una mentira más de su hermano. Sin embargo, salió de ese estado cuando sintió la mano de Jon en su hombro. Asi que, girando la cabeza, ella vio a Jon mirarla con preocupación. Al ver esto, ella decidió decirle que no pasaba nada malo. "Tranquilo, Jon. No pasa nada."

Jon miró a Daenerys y viendo que esta había estado mirando a las carpas, se dio cuenta de que ella quería ver el torneo.

'Ummm… pese a que soy un caballero nunca he participado en un torneo…. Sera que este pueda ser el primero.' Pensó Jon, tratando de ver si quería participar o no. Al final decidió hacerlo, ya que no tenía nada que perder, además, si quería podía hacer que el viaje a Lys sea la mitad del tiempo normal, por lo que podría recuperar los días perdidos. 'Si, voy a participar. Después de todo, que podría salir mal…'

Jon tenía los ojos en blanco mientras miraba lo que pasaba frente a él. Eso se debía a que frente a él se encontraban varias personas, todas vistiendo armaduras y armas reales. Esto sucedía porque él se había inscrito en el tumulto, mas no en la justa, pues está ya había iniciado hace unos días y ya estaba en la etapa final. Sin embargo, por fortuna logró inscribirse en el tumulto, bajo el nombre de Ser Jon, omitiendo su apellido bastardo, ya que no quería que nadie sepa de su estadía en esta ciudad.

Dejando de mirar a sus enemigos, pues el tumulto era una batalla simulada donde lucharían bastantes personas al mismo tiempo, comenzó a ver a las gradas y allí pudo ver a sus amigos, junto con un fantasma, el cual había sido convertido en un cachorro y puesto en una bolsa que llevaba Grenn, manteniéndolo así oculto de la vista del público. A un lado de ellos, mostrando un cabello negro como la noche, se encontraba Daenerys, la cual miraba el tumulto con una mezcla entre emoción y preocupación.

Si bien no había podido luchar en la justa, si habían logrado obtener un lugar para ver las finales, lo que hizo que Daenerys viera la pompa que había en los torneos.

'Qué bueno que la convencí de teñir su cabello con ese tinte especial, el cual es más resistente que los normales.' Pensó Jon, recordando que le había costado un poco hacer que ella se tiñese el pelo de color negro. Ella había estado negándose, ya que no quería hacerlo. Sin embargo, al final decidió hacerlo cuando el mencionó que era para su seguridad. Dichas palabras no estaban muy alejadas de la verdad, pues si habían matado a su hermano en Pentos y alguien descubría que ella había subido en dicha ciudad al barco, era posible que pudiesen pensar que se trataba de la princesa Targaryen, lo que le conllevaría problemas a él y a su familia, pues muchos creerían que los Stark estaban apoyando a los Targaryen.

Tras pensar aquello, Jon volvió en sí y dejando de mirar a sus amigos, comenzó a ver a sus enemigos. Llevando su mano hacia su cadera, tomó la espada que usaría en esta batalla, pues no usaría a «Gandravar», ya que eso sería llamar mucho la atención sobre él, por lo que había decidió usar solo una espada normal.

Mirando a sus enemigos, jon comenzó a examinarlos de manera analítica, pues quería saber contra quienes lucharía. Al terminar su examen, se sintió decepcionado, ya que no esperaba que fueran tan débiles, pero luego recordó que él era muy poderoso para los humanos normales. Asi que, sabiendo que debería tener mucho cuidado para evitar matar a alguien de manera accidental, comenzó a planear como luchar. Al final decidió darles cortes en puntos no letales, pero los cuales les provocarían un atroz dolor hasta que se recuperen.

Tan concentrado estuvo en la formación de su plan que no presto atención cuando se inició el combate. Por lo que casi estuvo por ser derrotado en los inicios del combate por el ataque de un joven que era un poco mayor que él, con el cabello rubio y los ojos azul oscuro. Dicho joven llevaba una armadura con una sobreveste que mostraban diamantes blancos sobre un campo de gules. Sin embargo, para la buena suerte de Jon, los entrenamientos para mejorar sus reflejos le permitieron ver el ataque llegar, por lo que pudo mover su espada para detener el ataque de su enemigo, provocando que todos los miraran con sorpresa, pues nadie esperaba que el detuviese un ataque que prácticamente era ineludible.

"¿C-cómo?" preguntó el enemigo de Jon.

Jon solo lo miró y no respondió de manera verbal, sino que movió sutilmente su mano, provocando que su hoja resbalase por la hoja de su enemigo, permitiéndole tener un ángulo de ataque rápido, por lo que, pateando el pie de apoyo de su enemigo, le hizo tropezar. Mientras el cuerpo del joven caía al suelo, Jon rápidamente le dio un golpe en el mentón, provocando que este saliese volando un par de metros, terminando inconsciente por la fuerza del golpe.

El cuerpo del pobre joven que tuvo la mala suerte de enfrentarse a Jon cayó de manera sorda al suelo, provocando que todos los que miraron la escena sintieran un escalofrió recorrer sus cuerpos. Una acción involuntaria que fue vista por Jon, quien solo sonrió de manera lobuna ante esto, provocando que varios de los que esperaban que el cayera por ese ataque dieran pasos hacia atrás.

"Entonces, ¿Solo van a quedarse mirando o van a venir?" preguntó Jon con burla, provocando a sus enemigos.

"Ese idiota." Dijo Grenn con una sonrisa en su rostro al ver como Jon comenzaba a luchar en serio en este tumulto, derrotando de manera muy sencilla a varios enemigos.

"Si, pero parece que esta que se divierte." Comentó Pyp mientras comía algo que había comprado en un puesto callejero.

"Si, se puede ver." Señaló Edd mientras veía como Jon rodaba por el suelo para evitar el ataque de dos caballeros, los cuales parecían haberse unido para vencer a Jon, pues vieron como el derrotaba a todos los que le desafiaban a combate singular.

"Parece que se están juntando para derrotarle." Dijo Daenerys con preocupación mientras ponía ambas manos juntas y las apretaba con fuerza, pues no quería que Jon saliese herido.

"No te preocupes, Jon es muy fuerte." Dijo Samwell mientras miraba como Jon dejaba a ambos caballeros en el suelo tras haberles cortado en algunos lugares poco protegidos.

"Esto está por acabar." Dijo Grenn al ver como todos los participantes del tumulto dejaron de luchar entre ellos y comenzaron a rodear a Jon, mientras lo atacaban al mismo tiempo.

"Si, esto ya terminó." Dijo Edd mientras sonreía, pues había aposado una buena cantidad de oro sobre Jon en este tumulto.

Mientras los amigos de Jon lo veían luchar, en otro lugar, más precisamente en el palco de la nobleza, estos también miraban el combate con diversas opiniones.

"Ummmm…. ese joven es muy bueno luchando." Dijo Lord Yohn Royce, también llamado «Yohn Bronce», Lord de Runestone. Yohn era un hombre alto con el cabello de color grisáceo. Pese a su edad, se veía que aún era fuerte, contando con manos grandes y nudosas. Sus ojos eran grises y tenía las cejas muy pobladas.

"Ump. Parece que la edad no te ha dejado ciego, todavía, Yohn." Dijo una mujer al lado del Lord de Runestone. La mujer era una anciana, la cual tenía el cabello grisáceo, con piel suelta bajo la barbilla y patas de gallo en torno a los ojos. La mujer se llamaba Anya Waynwood y era la lady de Ironoaks. "Pero tienes razón, el chico es bueno. Demasiado bueno para alguien de su aparente edad."

"Asi parece. Creo que al primero que derrotó fue a tu pupilo, ¿verdad?" preguntó Yohn mientras miraba a la anciana.

"Asi es. EL joven Harrold fue el primero en caer en este tumulto. Pero eso era de esperarse cuando eres un joven lleno de arrogancia que cree que puede contra otros luchadores más experimentados que tú. Espero que esta derrota le enseñe a ser más humilde y sensato antes de luchar." Respondió Anya mientras soltaba un suspiro cansado, pues su pupilo, el cual era teóricamente el segundo en la línea para heredar el gobierno del Valle, era un joven muy testarudo y orgulloso propenso a la arrogancia juvenil.

"Todos los jóvenes son arrogantes, Lady Anya." Comentó Yohn mientras miraba como la batalla continuaba con el joven derrotando a todo aquel que osaba enfrentarse a él.

"Si, pero ese joven parece no seguir esa regla." Señaló Anya.

"Si, puedo verlo. Su forma de luchar es diferente a lo que se enseña en los castillos, no solo usa su espada, sino que también usa sus manos para de esa manera derrotar a sus enemigos con movimientos rápidos y certeros."

"Eso es raro…. Ummm… por la apariencia, parece que es un norteño." Comento Anya mientras entrecerraba los ojos, pues el joven se le parecía conocido, como si lo hubiese visto en el pasado.

"Si, pero no lucha como uno." Dijo Yohn, recordando como luchaban los norteños en las batallas que compartió con ello en el pasado. "Pero eso no importa, la forma en que lucha es muy buena. Y parece ser un caballero errante, por lo que cualquier Lord o Lady presente puede tomarlo a su servicio fácilmente y por lo que parece, no le van a faltar ofertas. ¿No lo crees, sobrina?"

"Si, así parece, tío." Dijo una joven, la cual estaba sentada al lado de Yohn. La joven se llamaba Myranda Royce y era la sobrina de Yohn, siendo hija de su primo. Myranda era una joven rolliza, de pelo castaño y rizado, con la boca pequeña y ojos marrones.

La joven Myranda había ido con su tío a este torneo, ya que su padre había estado ocupado como Lord Steward del Valle por lo que no pudo asistir al evento. Myranda miraba como el joven de cabello castaño luchaba con total maestría, derrotando a todo enemigo que fuese tan estúpido como para cruzarse con él. La forma en como aquel joven se movía, esquivando y derrotando a todos sus enemigos comenzó a causarle curiosidad a la joven lady, la cual se percató de que no era la única.

'Parece que no soy la única que está interesada en el joven.' Pensó Myranda mientras miraba al resto de las chicas que estaban en las gradas dedicadas para las casas más grandes del Valle. Las jóvenes que estaban allí eran chicas a las que había conocido en diferentes fiestas, la cuales comenzaron a susurrar entre sí, de seguro parloteando sobre el chico. Dejando de mirar a las chicas, comenzó a fijarse en el joven que estaba luchando contra los pocos participantes que quedaban. El joven era atractivo, con una apariencia salvaje mientras derribaba a un sujeto con un rápido golpe en el abdomen con el pomo de su espada. La apariencia del joven, sumada a su ferocidad en batalla comenzó a hacer que un poco de lujuria se hiciera presente en su ser. Mirando fijamente al joven, decidió que podría divertirse con él, después de todo hace tiempo que murió su esposo y como toda mujer tenía necesidades. Asi que, mirando como el joven se enfrentaba al último enemigo que le quedaba, comenzó a planear como divertirse con él.

"¿Crees que tu padre lo aceptaría como sirviente?" preguntó Yohn a su sobrina.

"No lo sé tío, pero puede que sí, ya que últimamente se queja de que faltan buenos hombres para mantener los caminos de la montañas libres de las tribus salvajes."

"Ya veo… puede que le haga una oferta al joven al final del torneo. Y si tenemos suerte, será parte de tu escolta y la de tu amiga para cuando regresen al castillo de Gates of the Moon."

"Eso sería interesante, tío." Dijo Myranda con una sonrisa divertida en el rostro.

Jon se encontraba apoyado en una de las paredes del castillo, mirando la celebración que se estaba llevando a cabo por la finalización del torneo. Él había sido invitado por ser el "Campeón" del tumulto, pero eso no quería decir que sea del agrado de todos los presentes.

'Supongo que ser un caballero de baja cuna no es lo mismo que ser un caballero de noble nacimiento.' Pensó Jon mientras miraba a varias parejas bailar en el centro del gran salón. El gran salón del asiento de los Grafton, era diferente al de Winterfell, pues este no estaba hecho de piedra gris, sino que estaba hecho de piedra blanca y tenía el suelo cubierto de baldosas de mármol pulido. 'Supongo que la casa dueña de una de las grandes ciudades de Westeros tiene el dinero suficiente para gastarlo en tanta opulencia.'

Tras aquellos pensamientos, Jon miró su copa y preparándose para terminar su vino, la llevó a sus labios. Sin embargo, antes de que bebiese el contenido de su copa, fue interrumpido por una mano, la cual le dio suaves toques en su túnica. Asi que, girando a cabeza, vio que la dueña de aquellas manos era una chica regordeta, la cual vestía un vestido de color blanco con decoraciones de color naranja pálido, donde había algunas runas antiguas grabadas en ellas. El vestido tenía suficiente escote como para hacer que los grandes pechos de la chica se resalten.

"Mi lady." Saludó Jon con cortesía a la joven, pues era obvio que era una dama noble.

"Ser." Saludo en respuesta la joven dama.

"¿A qué debo el placer de que vengáis a verme?" preguntó Jon mirando a la joven a los ojos.

"Solo curiosidad." Respondió la joven de manera picara y misteriosa, comenzando a caminar en círculos alrededor de Jon.

La respuesta de Jon a las palabras de la joven fue levantar una ceja mientras ponía una cara de fingida sorpresa. "¿De verdad, mi lady? ¿Qué le ha causado curiosidad de mi persona?"

"Mi curiosidad es porque un joven y guapo caballero norteño con tus habilidades no se había mostrado antes en otro torneo." Respondió la joven con una sonrisa en el rostro.

"Eso es fácil de responder, mi lady. La verdad es que no me gusta destacar mucho, por lo que desde que fui nombrado caballero no he estado participando en torneos."

"Ya veo, pero si no has estado en torneos, entonces, ¿Cómo es que has estado ganado dinero para sobrevivir? Digo, se nota que eres un caballero errante."

"Eso es sencillo, mi lady. Hay muchas formas de obtener dinero en el mundo, una de las más rentables es la de comerciante o la de guardaespaldas de caravanas." Respondió Jon con una sonrisa. "Pero dejando de lado aquello, me temo que aún no se su nombre, mi lady, ni tampoco la verdadera razón por la que ha venido a hablar conmigo."

"Oh… es cierto, perdona mis modales. Me llamo Myranda Royce, soy la hija de Lord Nestor Royce, Lord Steward del Valle y sobrina de Lord Yohn Royce, Lord de Runestone." Dijo Myranda con una sonrisa en su rostro mientras miraba a Jon de arriba a abajo.

Jon miró a la joven dama y vio algo que vio en muchas mujeres que lo miraban, vio que lo miraba con algo de deseo. Suspirando mentalmente, Jon se dio cuenta de que estaba ante una miembro de una de las casas más poderosas del Valle.

"Sobre mi verdadero motivo para venir, la verdad es que quisiera pedirle dos favores, Ser." Dijo Myranda con una sonrisa en el rostro.

Las palabras de la joven provocaron que Jon levantase una ceja con curiosidad por saber que le pediría. Por lo que queriendo saber que podía ser, Jon decidió aceptar, pero poniendo algunos imites a las peticiones. "Siempre que no me pida no sea algo tan fantástico como matar un dragón o algo tan deshonroso como asesinar a alguien, entonces creo que podría cumplir con sus peticiones."

"Je, je, je. Matar un dragón… eso sería divertido, pero como ya no hay dragones no puedo pedir algo así. Lo que le pido, Ser, es dos cosas simples, la primera es que deseo que baile conmigo y con otra persona más."

La petición de la sobrina del Lord de Runestone causó curiosidad en Jon, quien miró a la joven y le preguntó. "¿Quién sería la otra persona, mi lady?"

Myranda no respondió de manera verbal inicialmente, sino que movió su rostro hacia un lado y posó su mirada en una de las esquinas del salón.

La vista de Jon siguió a la de la joven y vio a la segunda joven con la que debería de bailar. La joven era una muchacha alta y delgada, con el cabello negro, muy corto y lacio. Sus ojos eran de un profundo color azul. Su vestimenta era un simple vestido azul oscuro con blanco, lo cual indicaba que no era una dama, sino que era una joven plebeya.

"Su nombre es Mya Stone, una cortesana que sirve a mi padre y una de las pocas personas a las que puedo llamar amiga." Dijo Myranda mientras miraba a Mya ver con rostro un poco triste a un joven de bailar con una chica. "Como puedes ver, ella quiere bailar, pero la persona con la que quiere bailar no puede pedir el baile directamente con ella."

"Ya veo. Quieres que a saque a bailar mientras tus bailas con el chico para luego cambiar de parejas en medio del baile, ¿verdad?"

"Asi es."

"Bien. Supongo que puedo hacerlo. Solo pido que le expliques al chico tu plan, no quiero problemas con un noble." Dijo Jon mientras comenzaba a caminar hacia la joven.

"No te preocupes, Ser. Yo me encargo de todo."

Tras aquellas palabras, Jon comenzó a caminar hacia la joven y cuando estuvo cerca de ella, la canción se detuvo, indicando que pronto iniciaría un nuevo baile. Por lo que, caminando hacia la joven, se acercó a ella y le pidió un baile.

"Buenas noches, mi lady." Dijo Jon, sobresaltando a Mya, quien no se esperaba ver al campeón del tumulto saludarla.

"Buenas noches, Ser." Saludo Mya con una sonrisa un poco incomoda.

"Quisiera pedirle que comparta el siguiente baile conmigo, Claro, ¿si le parece bien?"

La petición de Jon sacó de lugar a Mya, quien no esperaba esto. Si bien ella no quería ir a bailar, vio por un rabillo a Myranda, la cual le guiñó un ojo, haciendo que esta supiese que ella había enviado a Jon a bailar con ella. Sabiendo que su amiga lo había enviado, Mya decidió aceptar la petición de Jon. "Estaré más que feliz de aceptar su petición, Ser."

Tras aquellas palabras, Mya le extendió su mano a Jon, quien la tomó suavemente y la llevó al centro de la sala, provocando los susurros de varias personas, en especial de varias damas nobles, las cuales habían estado apostando sobre quién podía sacar a bailar al campeón del tumulto. Esto se debía a que Jon había rechazado varias peticiones de baile, por lo que se creó algo de expectativa para ver quién podía hacer que aceptase.

'Espero que no me metas en problemas, Randa.' Pensó Mya con preocupación, pues sentía que se había ganado toda la enemistad de las jóvenes damas del Valle.

Cuando ambos bastardos estuvieron en el centro de la sala, a su alrededor, varias otras parejas se agruparon y tras un pequeño saludo, comenzó a sonar la música, dando así inicio al nuevo baile.

Jon y Mya bailaban casi en perfecta sincronía, sorprendiendo a más de uno, pues tanto hombres como mujeres nobles no sabían cómo era posible que un caballero plebeyo y una bastarda pudiesen bailar a si de coordinados, casi como si hubiesen practicado esto durante toda su vida.

"¿Pareces sorprendida de poder bailar de esta manera, mi lady?" preguntó Jon mientras miraba a Myranda por el extremo de su vista.

"Si, Ser. La verdad es que nunca he sido buena bailando. De hecho, casi no he practicado." Respondió Mya, quien portaba una sonrisa, pues no esperaba que bailar fuera tan divertido.

"Ya veo. Siempre suele haber algo que no sabemos de nosotros mismos. Parece que usted tiene talento para el baile." Dijo Jon mientras giraba su cuerpo y se preparaba para el cambio. "Si bien me gustaría seguir charlando, parece que nuestro tiempo bailando terminara ahora."

"¿Eh?" preguntó Mya confundida por las palabras de Jon, pero luego casi suelta un grito de sorpresa cuando Jon la hizo girar y con un paso rápido, tomó a Myranda, la cual también estaba girando.

Mya siguió girando hasta que fue atrapada por la antigua pareja de baile de Myranda, quien era un joven escudero llamado Mychel Redfort.

"Parece que has cumplido tu propósito, mi lady." Dijo Jon al ver como Mya y el joven bailaban. Una sonrisa apareció en su rostro, pues él había usado un pequeño encantamiento en Mya, para que esta pueda bailar así de bien.

"Así es, gracias por cumplir mi petición, Ser." Dijo Myranda mientras acercaba su rostro al oído de Jon para luego susurrarle con voz algo picara. "Que le parece si hablamos de la otra petición que tengo para usted."

Las palabras de Myranda provocaron que Jon sonriera divertido, pero decidido a seguir el juego, le respondió. "Eso me gustaría, mi lady."

Reed Keep 297 AC

El sol brillaba en todo alto, permitiendo que su luz ilumine por completo la ciudad capital de Westeros, incluyendo el gran castillo que era la residencia del rey. En uno de los jardines de la fortaleza, se podía ver a un muy callado y meditativo Varys, el cual iba meditando sobre lo que había pasado en las últimas semanas.

'La muerte de Viserys Targaryen y la desaparición de su hermana es un gran golpe para mi plan.' Pensó el eunuco mientras miraba como algunos cortesanos caminaban despreocupadamente por un pasillo frente a donde se encontraba el. 'Su muerte fue algo que ocurrió fuera de mis predicciones.'

Aquellos pensamientos del eunuco llegaban porque él no había planeado en ningún momento que alguno de los dos Targaryen muriera, al menos por ahora, ya que los necesitaba para su gran plan. Sin embargo, parece que subestimó las habilidades del consejero de la moneda, Lord Petyr Baelish.

'Jugaste muy bien tu mano Baelish…. Usaste el odio del rey contra los Targaryen para de esa manera lograr ganarte un par de favores por parte de su majestad.' Pensó Varys mientras recordaba como la cabeza del «Rey Mendigo» fue traída por los asesinos que contrató Baelish.

Gracias a la información que había recabado él sabía que esos asesinos no eran como los que el solía contratar para los intentos de asesinatos que ordenaba el rey, no, estos eran asesinos mejor entrenados y no idiotas borrachos o malandrines inútiles como los que el solía contratar. El lyseno hacia esto para evitar que los hijos de Aerys murieran, a la vez que calmaba temporalmente el apetito del rey Robert por sangre Targaryen. Sin embargo, esta vez, cuando el rey ordenó un nuevo intento de asesinato, él no había estado presente en el Reed Keep, pues se hallaba en Pentos visitando a su amigo Illirio. Él se encontraba disfrazado de un magister que estaría de visita en el palacio de Irillio cuando los Targaryen llegasen, y aprovecharía la ocasión para medir el temperamento de ambos Targaryen para decidir qué planes se tomarían con cada uno. Fue gracias a eso que Baelish tuvo rienda suelta para contratar a buenos asesinos que pudiesen lidiar con los Targaryen.

'Afortunadamente la princesa logró escapar. Eso al menos es un alivio, pues la necesitaremos para que él tenga una mayor legitimidad si la gente no cree la historia que se ha tejido para él.' pensó Varys mientras su mente recordaba un pequeño niño de cabellos plateados con ojos morados, que parecen azules bajo ciertos ángulos de luz. 'Debo de encontrar a la princesa y ponerla a buen recaudo, pues es necesaria para el plan. Asi que, por donde debería de empezar a buscar… ¿Myr? ¿Lys? ¿Volantis?'

Los pensamientos de Varys se vieron interrumpidos cuando un pequeño niño chocó con él. Dejando de lado sus pensamientos y volviéndose a enfocar en el mundo real, Varys vio que el niño era uno de sus «pajaritos». Por lo que, metiendo su mano en su bolsillo, saco un dulce y unas monedas de cobre y se las dio. Cuando el niño, el cual estaba harapiento, tomó los objetos, rápidamente se fue del lugar, dejando a Varys solo. El eunuco miró a todos lados y al ver que no había nadie, decidió revisar que le había traído su pajarito. Tomando la nota que este le había dejado en el bolsillo de su túnica, comenzó a leerlo.

Un Lobo errante estuvo en un torneo en un lugar con gaviotas. Bailó con la piedra del rey y con la runa de un Steward, a la cual luego llevó a un paseo nocturno.

Varys leyó la nota y rápidamente entendió lo que sucedía. Al parecer, el hijo bastardo del guardián del norte había estado en Westeros otra vez y había participado del Torneo de Gulltown. Aquel torneo no era algo de verdadera preocupación para la mente del eunuco, pues no había ninguna estratagema llevándose a cabo en el dominio de los Arryn. Sin embargo, le pareció divertido saber que el joven Snow había bailado con la joven Mya Stone, la primera hija bastarda del rey Robert.

'Si su majestad oye de esto, de seguro intentara que la joven Mya se case con el joven Jon, cumpliendo así su sueño de tener descendencia que sea descendencia de Lord Stark.' Pensó Varys con un poco de diversión, pues si eso se daba era posible que el joven se convierta en un señor. Sin embargo, él sabía que lady Stark no lo permitiría, además, la noticia de que el mismo chico había bailado y luego despareció en un paseo nocturno con la hija de Nestor Royce era una información de chantaje muy buena, ya que le permitiría tener algo en contra de aquel joven… o al menos eso sería posible si Lady Myranda hubiese sido una doncella, pero para su mala fortuna la joven ya había estado casada, por lo que no podía ser deshonrada con un escándalo de esos.

Negando con la cabeza, vio que la nota que le había dado su pajarito tenía otra cosa escrita, pero esta vez en el otro lado del pedazo de papel. El descubrimiento de esto le causó un poco de curiosidad, pues él había dado instrucciones claras a sus pajaritos de que nunca hagan algo como eso, pero por la forma en que estaba escrito era algo que fue añadido a última hora, pues la letra estaba escrita de manera apresurada.

Una joven de ojos amatistas viaja con el lobo errante y su manada. Según ellos, la chica subió al barco en Pentos

La mención de una chica de ojos amatistas que subió al barco en Pentos hizo que Varys pensara que se trataba de Daenerys, pero tan rápido como llegó ese pensamiento se fue, pues él no podía ver que el joven Jon ayude a la miembro de la casa que tanto dolor le causo a su familia.

'No, es imposible que sea la princesa…' pensó Varys casi sin prestarle atención a aquello. Sin embargo, cuando más pensaba en eso, llegó a pensar que se podría tratar de ella, pues era algo sospechoso que la princesa despareciera en Pentos y que una joven de ojos amatistas estuviera con el hijo de Eddard Stark. 'A pesar de que puede ser algo fortuito y la chica solo sea una lysena, deberé de investigar bien.'

Tras aquel pensamiento, Varys volvió a la realidad y al mirar al frente, vio a un paje acercarse a él. Tomando un suspiro, el eunuco comenzó a caminar hacia el para recibir la noticia de que habría una reunión del consejo privado.

'Otro dia sirviendo a este rey, pero bueno, este es mi trabajo… por ahora.'