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The Last Rising Sun (Spanish ver.)

Alek Gusev es un investigador científico de alto nivel que creó uno de los mayores inventos de la humanidad. Sin embargo, según quiso el destino, esta misma creación destruye todo lo que conocía, matándolo en el proceso. Ahora ha reencarnado en otro mundo sin sus recuerdos. ¿Qué pasará en la nueva vida de nuestro protagonista? Nota del autor: Multiverso próximamente. Además, esta es una historia que se desarrolla lentamente. El volumen 1 está en proceso de remake, pero tenéis el volumen 1 original hasta ahora.

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179 Chs

Capítulo 164: Familia

¡Boom! Una nube de humo repentinamente apareció, de la cual salió Okamikase, quien se estrelló contra la casa de la líder del clan, Okamitsuki. Tal fue el ruido que esto provocó, que todos en el clan lo escucharon y se acercaron para asegurarse de que esto no sea un ataque de los otros clanes de lobos. Sin embargo, esto fue peor de lo que pensaban.

Okamikase, con dolor de espalda, se levantó del suelo y se sacudió para quitarse la sangre de Toru.

"Ya estoy viejo para estas cosas" Negó con la cabeza, para luego darse la vuelta y mirar a los dos humanos que estaban tirados en el suelo. "Tu, él de ahí. Llama a Okamitsuki y a Okaminaru. Esto es algo serio. Así que, apresúrate"

"Está bien…"

Con esto, el pequeño lobo, quien fue apuntado por los ojos de Okamikase, se apresuró a llamar a la líder.

"Ha~... esto no está bien. El muchacho está demasiado grave. Tal vez no soporte más de unas pocas horas. La mujer, aunque está herida, es bastante resistente, se recuperará rápido si recibe tratamiento" Como alguien que conocía a los humanos como las almohadillas de sus patas, era fácil deducir las condiciones de estos mismos. Ahora mismo, Toru está luchando por mantenerse vivo, mientras que Konan quedó noqueada al chocar con el árbol. "A todo esto, ¿Dónde demonios está Okamitsuki? No sé supone que debe estar aquí para proteger a los suyos, incluso esa cachorra no está. Todo se está complicando"

***

"Entonces, ¿ya te sientes mejor? 'Esos días' ya debieron haber pasado" Okamitsuki, con las patas sumergidas en el agua del río, cerró los ojos y se relajó. Pasar tiempo con su querida hija era bastante reconfortante.

"Yo… no quiero hablar de eso…"

"¿Por qué te avergüenzas tanto? Somos lobos, hemos estado desnudas desde siempre, ¿y te da vergüenza los días de celo?"

"Eso es completamente diferente"

"¿En serio? Yo no veo diferencia"

Okaminaru evitó mirar a los ojos de su madre.

"No tienes remedio, ¿verdad?"

"Supongo que no, fufu"

Madre e hija se miraron a la cara y sonrieron. Dejando atrás los momentos vergonzosos, Okaminaru pensó que tomarse un descanso de todo fue lo mejor. Sin embargo, también se preguntaba cómo está Toru en estos momentos.

"..."

"...Alguien viene"

Ambas escucharon los pasos apresurados de alguien. Acto seguido, escucharon una voz nerviosa.

"¡Okamitsuki-sama! ¡Okaminaru-sama! ¡Hay problemas! ¡Okamikase-sama trajo a dos humanos heridos!"

Un cachorro nervioso apareció diciendo lo que Okamitsuki consideró como "disparates", pero luego de escuchar la palabra "humanos", frunció el ceño y miró en dirección a la aldea de los lobos.

"Esa sangre…" En sus fosas nasales pudo sentirlo. Era el olor de la sangre de alguien que conocía. "Okaminaru… cálmate…"

"Grrrr…"

Ella se dio cuenta de que su hija también había sentido el olor de la sangre de esa persona. Era el olor de una presa que estaba a punto de morir, sus instintos le dijeron que él estaba muriendo. Así que, ignorando a su madre y al lobo que vino a darles la información, Okaminaru salió corriendo a grandes velocidades en esa dirección. 

Okamitsuki suspiró cansada. "No perdamos el tiempo, vamos"

"Si, señora"

***

"Se está poniendo peor…" Okamikase miró a Toru. Aún tenía esa barra metálica atravesando su abdomen y había sangre saliendo de la herida. Su respiración era bastante agitada, como si se estuviera quedando sin aire. Bueno, era lógico, uno de sus pulmones fue perforado por la barra de metal.

El lobo anciano había recostado a Konan y Toru cerca, para así poder observarlos a ambos. Sin embargo, a pesar de que Konan había recibido menos daño que Toru, aún tenía esa herida que podía perjudicar su salud. En retrospectiva, si alguien no hace algo, Toru morirá.

"¡Toru-dono!" Okaminaru apareció al lado de Okamikase. "¡¿Qué le pasó a Toru-dono?! ¡¿Quién le hizo esto?! ¡¿Fue esa mujer?!" Sus ojos brillaron por el senjutsu, además que en ese mismo momento su sangre hervía de ira. 

"Calmate un poco, Okaminaru. No fue ella quien atacó al muchacho"

"No me voy a calmar. Si yo no hubiera estado de esa forma antes, él podría haberme invocado y tal vez no estaría muriéndose"

Okamikase sentía que Okaminaru estaba demasiado preocupada y la entendía, pero solo Okamitsuki puede ayudar a estos dos humanos. Bueno, Okamikase también podría, pero necesitaría la ayuda de ella para lograr esto.

Para su suerte, ella no tardó en aparecer.

"Informe de la situación, Okamikase" dijo Okamitsuki.

"El muchacho me invocó. Parece que estaban huyendo de alguien y además ambos estaban malheridos. No tuve más opción que usar una invocación inversa para traerlos aquí y huir del atacante. No tuve tiempo de verle la cara. Además, el chakra que tenía el tipo se me hizo familiar"

"Ya veo. Hablaremos de eso después. Por ahora, Kaminari…" Okamitsuki relajó la expresión en su rostro y miró a uno de los lobos que estaban cerca. "Prepara hierbas y vendajes. Kokou, calienta agua y llévala a mi casa"

"Entendido, mi señora" x2

Ambos lobos salieron casi disparados del lugar. Al mismo tiempo, ella miró a Okaminaru.

"Es mejor que te mantengas al margen de esto, hija mía. Sabes que si te metes en esto, solo me retrasare"

Okaminaru apretó los dientes y se fue dando media vuelta. Ella sabía que su madre era la mejor para tratar las heridas de los humanos, pues en el pasado, al igual que Okamikase, fueron parte de las dos generaciones que tuvieron contratos con humanos, por lo que eso conlleva conocer bastante de ellos.

Mientras se iba del lugar, miró hacia atrás una última vez. Se sintió horrible ver a Toru en esta condición. Ella no sabía qué fue lo que pasó, pero aquel que se atrevió a lastimar a su amigo…

'Quién quiera que seas… te mataré…'

-En la casa de Okamitsuki-

"La mujer ya está fuera de peligro" Una extraña mujer cubierta por una manta se lamió las manos llenas de sangre. Ella estaba cubierta por nada más que una vieja manta negra y, frente a ella, también estaba un anciano.

"Ahora solo nos falta el muchacho" dijo él. También estaba cubierto por una manta negra. Tenía una gran barba blanca, al igual que su cabello y, sus ojos, eran de un color carmesí bastante oscuro, muy parecido a la sangre.

Lo que hacía fácilmente reconocibles a estas dos personas, eran las grandes colas esponjosas que sobresalen de sus espaldas bajas, además de las orejas de lobo que estaban en sus cabezas. Ellos eran Okamitsuki y Okamikase, quienes usan formas humanas por medio de Henge, pues se necesitan de manos pequeñas para tratar las heridas de los humanos, ya que estos, por más resistentes que sean por fuera, siempre serán frágiles y débiles por dentro.

"Su condición es demasiado grave…" Okamitsuki entrecerró los ojos. Parte de su cabello plateado le cubría un ojo y sus pechos levantaban un poco la manta que la cubría. Miró al herido Toru con seriedad.

"Primero hay que retirar la barra metálica y rellenar la herida con hierbas. Pero eso no nos asegura que la herida cicatrice, el daño es demasiado grande…"

"No tenemos opción. Hay que hacer lo que sea. Aquel día, cuando Okaminaru trajo al mocoso aquí, vi a un cachorro herido y abandonado. Era bastante patético para mí gusto, pero por insistencia de mi hija, lo trate como si fuera parte de nuestra familia"

"Jaja… es fácil saber qué le tienes bastante cariño a este muchacho humano"

"Hum. Es un mocoso terco y denso. Cuando le enseñé a usar el Senjutsu, me dio muchos dolores de cabeza. Es como si el mismo mundo lo odiara."

"Si. He notado eso. Sin embargo, también he visto un patrón extraño en el comportamiento del muchacho. Siempre se lanza al peligro sin pensar bien si eso pone o no en riesgo su vida. Es casi como-"

"Como si estuviera tratando de morir a propósito…"

Okamikase miró a Toru y recordó los días en los que el clan Okami interactuaba con los humanos. Recordó a su antiguo maestro, quien lo trataba de formas horribles. Esto lo hizo odiar a los humanos y, desde aquella época, no volvió a relacionarse con ellos. 

Se dice que con la edad viene la experiencia. Esto puede ser cierto, como también puede ser falso. Okamikase ha conocido a muchos humanos y, hasta cierto punto, logra entenderlos. Puede ver sus emociones, puede sentir lo que ellos sienten. Y lo que Okamikase sentía en Toru era una tristeza y dolor inmensas. Tal vez por eso quiso aconsejarle, para que éste muchacho no vaya por un mal camino.

"No perdamos el tiempo conversando. Intentemos salvar al muchacho…"

-Horas después-

"Hm…" 

Ella abrió los ojos y sintió dolor en todo el cuerpo. Se dio cuenta que estaba recostada en una dura cama de madera y estaba cubierta por sábanas hechas de pieles de diversos animales. Se sentó en la cama y se tocó la cabeza con dolor. 

"¿Qué es esto…?"

Se miró el torso, percatandose de que había bastantes vendajes allí.

"¿Dónde estoy?"

[Konan…]

"¡Toru!"

Intentó rápidamente levantarse de la cama, pero su cuerpo aún se encontraba débil, así que cayó de cara al suelo. Tocó su frente contra el suelo mientras trataba de recordar con claridad. En su mente, apareció el momento justo en el que Madara apuñaló a Toru sin piedad. Recordó cómo la sangre caía de la herida y como Toru cerró los ojos antes de hundirse en el agua.

Apretó los puños con fuerza, clavando las uñas en el suelo. 

'Maldito Madara…'

"No deberías levantarte de la cama. Aún estás recuperándote" dijo la voz de alguien que repentinamente entró a la casa. Era Okamitsuki, quien había regresado a su forma de lobo, solo que se había decidido encoger su cuerpo para poder interactuar mejor con la mujer frente a ella. "Por si te preguntas, estás en la aldea del clan Okami. Aquí solo hay lobos, ningún humano a parte de tí o el mocoso"

"¿Mocoso…? …Toru."

Okamitsuki miró el cambio de actitud en Konan al oír el nombre del chico. La miró seriamente y se acercó a la cama. Se recostó en el suelo junto a Konan y la miró a los ojos.

"Cuéntame qué es lo que pasó. ¿Quién los dejó en ese estado? Toru no es alguien débil. A pesar de que la naturaleza lo rechaza, sigue siendo extremadamente poderoso. Así que, dime, ¿quién fue?"

Konan dudó, pero teniendo en cuenta de que estaba hablando con un lobo, entonces era obvio que esa criatura conoce a Toru.

"Uchiha Madara…"

"Por un segundo pensé que era una broma, pero, tomando en cuenta tu seriedad, veo que dices la verdad. ¿El enemigo tenía una máscara?"

"Uh… si…"

"Bien. Siguiente pregunta: ¿Cómo te llamas?"

"...Konan…"

"Entiendo. Ahora, ¿te sientes mejor? ¿Ya no duele tu herida? Usé hierbas especiales para curar tu herida. Dentro de dos días deberías estar bien" Konan se quedó en silencio. Okamitsuki sabía que la mujer deseaba saber qué pasó con Toru. "El no se encuentra bien. Está en estado crítico y no logrará salvarse. Como mucho le quedan dos horas. Si quieres despedirte, te llevaré con él"

"No puede ser… no…" Konan cerró los ojos. "Esto es mi culpa"

"Tienes razón. Fue tu culpa totalmente. Él muy probablemente solo te ayudó porque dentro de su corazón sintió que te debía algo, pero eso no te da el derecho de llorar por él. Levántate y despídete de él con respeto. Ya que, gracias a él, tu estas con vida"

Konan no pudo refutar nada en contra de esas palabras. Sintió la culpa recaer sobre sus hombros, provocando en ella un extraño dolor que no entendía muy bien. Después de eso, Okamitsuki subió a Konan a su lomo con mucho cuidado y salieron de la casa.

***

Ya afuera, ella miró el lugar en el que se encontraba, el lugar al que aquel lobo que Toru invocó los trajo. Había decenas de árboles huecos gigantes, lugar donde viven cada uno de los lobos del clan. Las hojas de los árboles parecían cubrir el cielo, pero aún así la luz llegaba al suelo a través de las mismas hojas.

Se sintió maravillada por la vista, pero casi al instante la imagen de Toru siendo apuñalado por Madara llegó a su mente.

'Esto no está bien…' Cerró los ojos. Pensó en Nagato y Yahiko, cuyos cuerpos sin vida aún seguían en Amegakure. Se disculpó con ellos internamente, ya que sintió que los abandonó a su suerte. Al mismo tiempo, Okaminaru, a la lejanía, la miró de reojo y suspiró. Llegó a la conclusión que Konan es una persona muy parecida a Toru, pues ambos siempre se han aferrado al pasado. Toru más que Konan.

***

"No hagas mucho ruido" dijo Okamitsuki. 

Entraron al árbol más pequeño del lugar. El interior era bastante espacioso y, aunque suene extraño, había objetos pequeños, como los que un humano usaría. Esto es lógico, ya que, mayormente, en los últimos tres años, esto fue construido específicamente para Toru. 

"Si él debía escapar y quedarse en algún lugar, debió ser aquí. Pero ustedes, Akatsuki, se lo llevaron antes de que eso pase. Este lugar era para él. Las cosas que ves son de Toru, él mismo las trajo, la mayoría son cosas robadas. Durante su entrenamiento en Senjutsu vivió aquí, con nosotros. ¿Ahora entiendes que significa este mocoso para nosotros? Él es parte de nuestra manada. Aunque entiendo que eso no se compara a la familia que él alguna vez tuvo"

"Familia…" Konan miró al suelo y se preparó para lo que iba a ver.

Continuará…