La zona satélite de la Unión Europea, de esa forma, era llamada el área que cubría el este de Egipto.
Desde el canal de Suez se extendía por la mayor parte de Israel hasta la frontera al sur de Líbano.
Las fuerzas europeas estaban presentes conteniendo la calamidad que se encontraba al otro lado del canal de Suez y los criminales de las tierras sin ley.
Aurora había venido a esta región, pero desde hace mucho tiempo que no visitaba una ciudad particular y hoy estaba en Jerusalén.
La ciudad que fue borrada del mapa por Malik Zamora con un hechizo prohibido y que había dejado un enorme cráter.
Sin embargo, ahora no era como cuando Aurora recordaba y la ciudad fue reconstruida.
Ella que estaba saliendo del Portal Cosmos con el grupo de Leslie, Cesar y su hermana, no pudo evitar observar la ciudad.
Los grandes edificios, las calles y la gente que caminaba por la ciudad.
Los negocios que rodeaban el Portal Cosmos eran numerosos, desde tiendas de ropas, equipamiento, armas, restaurantes, hoteles y toda clase de negocios estaban en la zona céntrica de Jerusalén.
Al reconstruir la ciudad se había optado por un diseño moderno, más metropolitano y había perdido el encanto anterior.
Aurora recordaba haber visitado las calles de la ciudad, explorado y quedado aquí cuando era más joven… Cuando era una heroína, la Primera Heroína.
Y ahora había vuelto.
"¿Te encuentras bien?" Preguntó Alice al acercarse.
El grupo de cazadores de Leslie se había retirado diciendo que iban a explorar y solamente quedaron Cesar y Leslie que le dieron una mirada atenta.
"Si, lo siento. Me perdí en mis recuerdos." Respondió Aurora dando una sonrisa queriendo que no le dieran importancia.
Sin embargo, no pudo ocultar cierta tristeza en su voz, que dejó un ambiente algo incómodo.
"Si quieres puedes visitar la ciudad. Luego vayan al hotel. Yo iré a buscar información." Dijo Cesar agitando la mano en calma.
El gorila llevaba un cinturón que disminuía su tamaño, pero las miradas en él eran intensas y se notaba que en estas tierras era raro ver una bestia mágica.
Aun así, ese gorila se alejó por su cuenta, no queriendo inmiscuirse en sus asuntos.
"Yo lo acompañaré." Dijo Leslie en calma antes de retirarse.
Su voz fue obediente y respetuosa, sintiendo la extrañeza en ella y Aurora suspiró.
"De verdad no ocurría nada." Murmuró Aurora.
La diferencia de la ciudad que antes había conocido le llamó la atención y los recuerdos vinieron a su mente, pero ella no iba a llorar ni a lamentarse, sino que estaba rememorando.
Ni siquiera sentía ira por lo que había sucedido… Ya no.
¿Cuántos años habían pasado desde ese hecho? Estaban en el año 2050 y ella tenía 23 años.
La destrucción de Jerusalén sucedió antes de que ella llegara a África y en ese momento tenía quince años.
"¿Qué tal si vamos caminando a la red de información que Liam nos recomendó?" Preguntó Alice en calma y Aurora asintió.
Liam no había venido con ellas, ya que él seguía trabajando duro en su expansión de las redes de información que lideraba, pero como siempre le recomendó una red de información local.
No había mejor informante que los locales que para descubrir todo lo que sucedía en la ciudad o sus alrededores.
Aurora caminó al lado de su hermana, observando la gente, los edificios y la ciudad.
Era mediodía, así que las personas estaban saliendo de sus trabajos o entrando a sus trabajos y los edificios corporativos se llenaban de gente, al igual que los restaurantes.
Había muchas personas de distintos países y mayormente eran antiguos refugiados de los países de las tierras sin ley que decidieron vivir aquí.
La zona satélite era prácticamente ciudades de refugiados protegidos por las fuerzas europeas que estaban presente en la región.
Ambas siguieron el camino en silencio y entonces llegaron al área céntrica en donde estaba una gigantesca plaza llena de turistas.
En el centro de la plaza estaba un obelisco de más de cien metros de altura y a cada lado de la base del monumento estaba una pantalla mágica que proyectaba nombres.
Aurora se acercó sin darse cuenta y notó los nombres proyectados en la pantalla.
Miles y miles de nombres seguidos uno tras otro de manera incesante y continua.
A cada uno de los cuatro lados se encontraban estatuas de piedra que sostenían otro artefacto y la gente iba a la zona para buscar los nombres que quería y luego de unos segundos, el monumento lo proyectaba.
Era un monumento en conmemoración para los millones que fueron asesinados por el hechizo prohibido que destruyó la ciudad.
Y Aurora se quedó quieta, congelada mientras observaba a la gente.
Recordando que desde que todo había sucedido y su posterior venganza, ella nunca había venido a presentar sus respetos o había visitado la ciudad.
Ella que estuvo en la Calamidad No-Muerta había guiado a mucha gente a la antigua ciudad que fue destruida y había conocida a muchas personas, algunas de las cuales era cercana y otras no tanto.
Todos los hombres de aquellas personas que murieron estaban ahí.
"¿Quieres buscar sus nombres?" Preguntó Alice observándola atentamente.
Su hermana estaba tratando de ser cuidadosa y estaba preocupada de que ella volviera al pozo de oscuridad en el que antes había caído.
Aurora ya había dejado su ira y rencor hace años cuando se manchó de sangre y también había llorado todo lo que pudo llorar hace tiempo.
"Sí." Respondió Aurora y observando a su hermana, murmuró. "¿Y qué tal si luego vamos a buscar una florería? Quiero dejar flores… Supongo que debe haber una tumba o un monumento funerario para dejar flores."
A pesar de que pasaron algunos años y había dejado de pensar en aquellos que murieron, nunca le había dado un cierre como era debido.
Antes no se había atrevido visitar la ciudad, no queriendo recordar su pasado, pero ahora estaba lista.
******
Alice observó cómo su hermana dejaba flores en cenotafio, el monumento para aquellos que murieron en la ciudad de Jerusalén.
La estructura era curiosa.
Un círculo sostenido por dos estatuas y el interior del círculo había una luz azul que cubría dando la impresión de un portal.
Las personas que querían dejar flores lo podían hacer lanzándola por el círculo que las tragaba a todos.
Por las descripciones del monumento se decía que las flores alcanzarían a aquellos que murieron en la ciudad… Si era cierto o no, era otro asunto.
Aurora no era la única que dejaba flores, sino que muchas personas hacían lo mismo y Alice observó atentamente al grupo.
Ella no era tan cercana a las personas con las cuales su hermana se había relacionado y las muertes no tuvo el mismo efecto en ella que en Aurora.
Sin embargo, no significaba que ella no acompañara a su hermana y cuando Aurora lanzó las flores, Alice sacó un brazo de oscuridad del suelo y lanzó las flores que sacó del espacio en su sombra.
Provocando una sutil sonrisa en Aurora, que se alejó luego de sonreír a la gente para dejar en claro que no era nada y su hermana se acercó.
"Gracias por acompañarme." Dijo Aurora y viendo la hora, agregó. "Uh, se ha hecho tarde. Es mejor que vayas a la reunión con tu conocido y yo iré a la red de información."
A diferencia de antes que Aurora se notaba perdida en sus recuerdos y ligeramente deprimida, ahora mismo se notaba relajada y llena de calma.
Alice se relajó sutilmente.
Ella tenía una reunión para buscar información y había querido ir luego de ir a la red de información, pero se habían retrasado con la visita al cementerio.
Y ahora iban tarde a la red de información y ella estaba llegando tarde a la reunión.
"Dile a Hermes que es mi culpa que vayas tarde." Dijo Aurora sonriéndole para mostrar que estaba bien.
"No es él con quien voy a reunirme." Respondió Alice.
"Cierto que él no es tu conocido." Replicó Aurora de inmediato y luego de reírse, añadió. "Ve. No te preocupes, estoy bien."
Alice le dio una mirada lenta y luego con un suspiró asintió.
"Avísame si necesitas algo."
Junto a esas palabras, ella fue tragada por su sombra y luego cuando volvió a salir estaba en lo alto de un edificio a un par de kilómetros.
No era mentira que estaba yendo tarde a la reunión de hoy, pero le preocupaba su hermana.
¿Y cómo no podría preocuparle? Esos momentos en el que recién llegaban a África fueron difíciles al no poder hacer nada por su hermana y ella no quería que volviera a suceder.
Así que era normal que ella estuviera para apoyar a su hermana.
Suspirando de vuelta, Alice ordenó que su sombra se moviera.
Desde sus pies una sombra apareció y descendió por la pared del edificio y desapareció a la lejanía, entonces ella fue tragada de vuelta por la oscuridad y al entrar al espacio en su sombra, ella esperó.
La sombra se estaba moviendo en dirección a donde se iba a reunir con su conocida y la velocidad era extremadamente rápida, ya que la sombra no solamente se movía velozmente, sino que saltaba a la sombra de otras personas para acortar distancia.
La seguridad de la ciudad era más alta de lo normal hasta el punto de que los artefactos espaciales estaban bloqueados.
Sin embargo, Alice utilizaba otro método para moverse y fue fácil superar esos niveles de seguridad.
La sombra se dirigió a la zona más importante de la ciudad, en donde estaban los hoteles más caros de la región y se dirigió a un edificio en particular.
Al sentir las presencias, la oscuridad se elevó por el edificio y entonces subió hasta el balcón del restaurante de la Empresa Apicius en donde la persona que buscaba la esperaba.
Era una mujer joven y guapa.
Llevaba ropa de ejercicio ajustado de color negro que se combinaba con los labios pintados de color negro.
Ella usaba una capa de maquillaje que profundizaba los ojos azules y que combinaba bien con la piel ligeramente bronceada y el rostro redondo de la mujer.
Al ver que ella aparecía por la sombra, la mujer le dio una sonrisa.
"Perdón por la tardanza, Arwa." Dijo Alice al salir de inmediato.
Aurora estaba equivocada al creer que iba a llamar a Hermes y Alice había llamado a Arwa al-Sulayh, la hija del Rey de Arabia.
Arwa probablemente también tenía información que podía ser útil y Alice le había pedido el favor si la podía ayudar.
También Arwa había querido reunirse antes y esta era una buena manera de juntarse.
Alice no era buena haciendo amigos y no era algo que intentara proactivamente, pero ver a su hermana avanzar por su cuenta, hizo que ella quisiera darle un intento.
"Está bien. Podría haber esperado mucho más." Respondió Arwa sin ocultar la emoción.
Arwa parecía no tener amigos, al menos no de aquellos con los cuales podía ser ella misma y se notaba que la reunión la emocionaba bastante.
Le perdonó que llegara tarde sin importar la excusa que tenía y fue similar a cuando se encontraron en los Restos de Turquía en el cual Arwa que parecía querer ayudarla abiertamente.
¿Arwa también quería hacer amigos? Era probable que la mujer tuviera muchas personas a las cuales era cercano y Alice era similar.
Sin embargo, no importaba cuánto se acercará a una persona, si esa persona no la conocía completamente era difícil decir si eran amigos.
Alice se llevaba bien con el antiguo grupo de estudiantes y le agradaban, pero ellos no lo conocían totalmente y la única que se había acercado más era Nicole.
"Dime lo que necesitas y buscaré en la red información de mi padre." Dijo Arwa con una sonrisa.
"¿Qué tal si pedimos primero?" Preguntó Alice en calma y luego señaló. "Después podemos hablar de eso."
Para ella era fácil pedirle al idiota que hiciera algo o que cumpliera sus órdenes, pero con Arwa era diferente, ya que ella lo ayudaba por su propia voluntad.
Y si bien Arwa aceptó un almuerzo como pago por la información que le podía dar, Alice creía que era poco.
Aunque la comida fuera genial, probablemente se necesitara varias comidas y más cuando Arwa iba a usar la red de información del Rey de Arabia.
Al menos eso era lo que Alice creía, aunque por la sonrisa contenta de Arwa la respuesta podía ser diferente.