Siempre había un camino.

"Que estupidez…" Murmuró Érica sin poder evitarlo.

Estaba en la sala de descanso del Gremio de Héroes Rumano y ahora estaba viendo la televisión.

Específicamente lo que se estaba discutiendo en un programa mediático.

"Según los informes del Séptimo Portal Abismal, la civilización que habitaba el mundo del otro lado, se trataba de una civilización tecnológicamente avanzada. Todos pueden entender lo que significa." Declaró el invitado del programa y dando un silencio estúpidamente largo, anunció. "Significa que hay tecnología… Tecnología que ahora nos pertenece a todos."

¿Cuál era la lógica detrás de ese razonamiento? En realidad, Érica sabía que eran solo idioteces, pero no pudo evitar molestarse.

"Ese portal fue una tarea que nos dio un dios. Toda la humanidad tiene el derecho a la recompensa." Dijo con un tono fuerte.

Estaba buscando incitar al público y el problema era que este canal de noticia siempre era mediático y escandaloso tratando de generar conflictos.

Como la 'tarea' fue de una 'Deidad' para la 'humanidad', ahora todos debían obtener la recompensa… A pesar de que ninguno de ellos hizo nada para ayudar.

"Sus palabras son sabias. Yo también pienso similar. La Iglesia del Tiempo y el Espacio tiene el deber de compartir lo que obtuvo con el mundo." Declaró el anfitrión del programa y mirando directamente a la cámara, anunció. "Y la Empresa Cosmos no puede ser tan avariciosa como para querer tomar todo y en cuanto a Zerzura, es demasiado pequeña para que pueda tomar toda la recompensa. Debe entregarlo."

¿Palabras 'sabías'?

¿Zerzura pequeña?

El humor de Érica empeoró hasta que sintió indignación que estaba cerca de la ira.

Muchas personas trabajaron y trabajan para que Zerzura fuera lo que era ahora y solo los idiotas podían tratarla como algo pequeña.

Y más cuando uno miraba la empresa y la iglesia que estaban a su espalda.

Ahora esas palabras de que entregara el resultado del trabajo duro de todos los que ayudaron en el portal, hizo que fuera imposible no hacerla enojar.

No solo por Aurora y Alice que estaban trabajando en el interior del portal y seguramente enfrentando muchos peligros, sino que ella misma tenía conocidos.

Érica continuaba hablando con Lewa, la esposa de Okello, y escuchó como ese hombre estuvo protegiendo el portal siempre manteniendo una guardia rigurosa y estricta.

¿Ahora algunos idiotas 'exigen' que ellos entreguen todo lo que obtuvieron?

¿Por qué no lo hicieron con Rusia que seguramente obtuvo algo de su portal? ¿O con la Unión Europea que se hizo cargo de toda una raza y que según los rumores estaban obteniendo conocimiento de los Tartak?

"Tch… Son todos unos idiotas." Murmuró con mal humor antes de cambiar el canal.

Tal como esperaba, la mayoría de los canales estaban hablando sobre los últimos informes del séptimo portal abismal.

Sin ocultar nada, se reveló 'todo' sobre la situación en el séptimo portal y si bien técnicamente las noticias hablaban con optimismo sobre el éxito y posible salida de los miembros de la expedición, los medios vieron otro lado.

Los beneficios que podría traer la expedición y el deseo de obtenerlo.

"Creo que enojarte por eso es inútil." Dijo Andrés quien estuvo desde que ella empezaba a maldecir.

Érica que había sentido su presencia no tuvo cambios de expresión.

"Es posible que haya terceros manipulando el escenario para que todo fuera mediato." Señaló Andrés como si deseara calmarla.

"Lo sé. Pero eso no significa que no me enoje por idiotas." Respondió Érica y dando una mirada, dudó. "¿O a ti no te molestan las estupideces que dicen?"

Era obvio que había terceros manipulando los medios y la opinión pública sobre el tema y la razón era que a diferencia de lo que en ese canal dijeron, las fuerzas aliadas del séptimo portal no eran fáciles de derribar o amenazar.

Zerzura era una potencia en África, pero estaba conformado por una de las mayores iglesias de todo este mundo, cuyo poder era innegable.

Por otra parte, lo componía una empresa que, si bien permanecía en silencio en temas controvertidos, era la segunda mayor empresa del mundo y si alguien la subestimaba encontraría su fin.

A la vez que la Empresa Cosmos representaba no solo a su empresa, sino que a la ciudad que construyeron.

Por tal razón los terceros buscaban manipular al público generando controversia y de cierta forma 'tanteando' el terreno y ver qué harían esos tres pesos pesados.

Saberlo y entenderlo, no significaba que no le molestara, ya que algunos de esos individuos de verdad creían esas patrañas.

"Es molesto, pero al final siempre hay tales personas." Respondió Andrés y con calma, señaló. "Además, es posible que nada suceda."

Sus últimas palabras dejaban en claro que sabía algo y Érica le dio una mirada fija.

Tal vez porque su humor estaba en lo más baja, su mirada logró que Andrés diera una expresión algo extraña como si estuviera siendo intimidado.

"No necesitas decir nada. Ya lo sabré luego." Dijo Érica logrando que Andrés suspirara aliviado y viendo que continuaba mirándola, dudó. "¿Ya se están preparando para la misión?"

Sabía que él trabajaba para la Empresa Cosmos y por tal razón no deseaba presionarlo para que revelara algo que lo pusiera en una situación incómoda.

Andrés recompuso su expresión de inmediato.

"Sí. Edward está reuniendo a todos para realizar el informe de la situación. Vine para avisarte sobre el tema." Reveló Andrés con un tono serio.

Al escuchar esas palabras Érica asintió sin cambios de expresión y se levantó, pero se detuvo cuando vio a Andrés algo dudoso.

"La misión puede llegar a ser peligrosa. A quienes se enfrentarán es a la mafia Serbia. Ellos están aliados con otras mafias de los países de la península balcánica." Avisó Andrés y con un tono serio, advirtió. "Es posible que los oponentes sean muy peligrosos."

Una mafia que se extendía por toda una península y parte de los países aledaños, y a su vez también habían llegado a Rumania.

A tal enemigo se enfrentaban y Érica no tuvo ningún cambio de expresión.

"Gracias por el aviso." Respondió Érica y dando una sonrisa, declaró. "Me recordaría a los viejos tiempos, si es que nosotros no fuéramos tan diferentes."

Era imposible no recordar su primera vez en Zerzura, pero decir que ahora era igual que antes, en realidad seria mentir.

Tanto ella como Andrés eran diferentes y ambos ya habían elegido su camino y lo que buscaban… Él siendo quien se iba a encargar de la información usando sus ventajas virtuales y ella luchando en el frente.

"Sería genial que estuvieran todos los demás." Señaló Andrés y con cierta comodidad, murmuró. "Aunque todos los que participan en esta misión son confiables."

En unas horas comenzaría una misión importante liderada por Edward con el apoyo de los antiguos estudiantes que fueron sus superiores y que actualmente eran héroes por derecho propio.

Tener a sus antiguos compañeros que habían mejorado bastante sin duda sería un alivio, pero sus actuales aliados eran también confiables.

"Si soy sincera, yo también quiero volver a juntarme con todos." Comentó Érica y con una sonrisa, anunció. "Cuando Aurora y Alice salgan, tal vez deberíamos reunirnos… Me gustaría probar la capacidad de Clémentine."

Su compañera psiónica era un rango S y la idea de probar las capacidades del reciente ascenso, sonaba bastante bien.

Las fuerzas aliadas del séptimo portal reveló bastante información y con ello dio a entender que pronto la expedición saldría.

Si bien era incierto de lo que sucedería sobre la tecnología y los posibles beneficios que los miembros de la expedición consiguieron, para Érica era agradable saber que se volvería a reunir con sus compañeras.

"¿Luchar en contra Clémentine? Eso no es para mí." Murmuró Andrés y con un tono simple, señaló. "No tengo ninguna ventaja"

Érica dio un cierto asentimiento inevitable y luego continúo caminando para dirigirse a la reunión.

Tenía que terminar esta misión y cuando finalmente Aurora y Alice salieran del portal y se volvieran a reunir, deseaba probar los avances de sus compañeras y demostrar su propia capacidad.

Su emoción era demasiado evidente.

******

En una sala de entrenamiento psiónico, varias pesas enormes de varias toneladas estaban volando en el aire.

Rodeando a una joven que estaba flotando, esas enormes pesas que estaban diseñadas para que luchadores entrenaran, empezaron a moverse.

Pesas de diez, veinte y treinta toneladas estaban flotando alrededor de la joven, subiendo, bajando y girando en todo tipo de movimientos.

Desde la esquina en donde estaban otras pesas, otra volvió a levantarse y se unió al grupo.

El movimiento fue aumentando y la velocidad de giro también.

Fue más y más rápido sin que ninguna se golpeara entre ellas y todo se detuvo cuando una presencia entró a la sala.

"¿Sucede algo?" Preguntó Clémentine abriendo sus ojos de repente.

Sus ojos que eran de color celeste ahora brillaban con una tonalidad púrpura dejando ver que la energía psiónica se desbordaba de su cuerpo.

La persona que había entrado fue Shao Ya quien estaba dando una sonrisa al verla.

"Si, ya es hora de comer y has estado entrenando demasiado tiempo." Dijo esa elegante mujer y con un tono serio, declaró. "Si no comes, no podrás continuar con tu entrenamiento."

Su tono llevaba una sensación de regaño y preocupación que hizo que Clémentine no pudiera contradecir.

La actuación de una 'hermana mayor' de Shao Ya tenía una gran fuerza.

"Entiendo." Murmuró Clémentine y descendiendo al suelo caminó a la salida.

Sin ni siquiera mirar, las enormes pesas empezaron a moverse y quedaron ordenadas en la esquina de la sala.

La sonrisa de Shao Ya aumentó al ver su actuación y Clémentine no pudo evitar rascar su mejilla ante la mirada de orgullo que recibía.

"Verdaderamente sorprendente. ¿Todavía no ves tus límites?" Preguntó con cierta curiosidad.

"Si, el problema de eso. Es la sensación de omnipotencia." Respondió Clémentine y con un fruncir de ceño inevitable, agregó. "Necesito que alguien me ponga límites."

Sentía que podía mover todos los objetos con solo su voluntad y que sus sentidos hayan aumentado, ahora esa sensación de control se hizo todavía más grande.

Como si fuera poco, el sentimiento de que podía cambiar todo a su favor era demasiado alto y Clémentine pensó que esa sensación irreal… Sentirse que era demasiado poderosa era lo peor que le podía suceder.

Ya que podría confiarse en esa fuerza y perderse en ella, para terminar, sufriendo una derrota o dependiendo de la situación, la muerte.

"No creo que consigas lo que buscas aquí…" Murmuró Shao Ya con cierta calma y dando una sonrisa, comentó. "Puedo pedirle que algunos rangos A del gremio venga a entrenar contigo, pero no creo que sean un reto."

Ambas salieron de la sala de entrenamiento y continuaron caminando por el edificio.

"No hay problema. Además, creo que estoy siendo una molestia por quedarme aquí." Murmuró Clémentine algo avergonzada.

Tras terminar la misión y ascender, el monje Song volvió al Tíbet mientras que los demás se separaron.

Se le dijo que cuando estuviera listo para explorar ese mundo mental y misterioso, fuera de vuelta a la montaña para entrenar.

Sin embargo, Clémentine primero deseaba estabilizar sus habilidades físicas y luego centrarse en ese misterioso viaje que había dado.

La razón era que necesitaba ver lo fuerte que era, para poder protegerse.

Después de todo, aunque Song no dijera nada, estuvo claro que el Fénix encontró algo de toda la situación.

"No, no hay molestia. Es más, creo que yo debo estar avergonzada." Señaló Shao Ya y con un suspiro, declaró. "Todos los que conocen se han ido y Akira te invito que te quedes, tan solo para irse a entrenar."

Su molestia era evidente en su voz y Clémentine pudo entender la razón.

Tal como ella había mencionado, Akira la invito a que se quedara para entrenar y usar los recursos del gremio para ella, pero luego se retiró diciendo que iba a entrenar por su cuenta.

Seguramente estaba usando la recompensa que obtuvo del 'Fénix' o estaba en otro tipo de entrenamiento.

En cuanto a los demás miembros del grupo de Akira, tras enterarse de su ascenso decidieron ir a entrenar por su cuenta.

Tal vez no fueran capaces de ascender, pero la fuerza y el entusiasmo de querer mejorar había despertado con mucha fuerza.

Y eso no era fácil de obtener.

"Está bien por mí. Me alegro de que ellos estén tan entusiasmados con todo." Respondió Clémentine de forma honesta.

Era posible que ellos pudieran ponerse celosos por el ascenso de alguien más joven que pudo alcanzar el rango S, que para algunos era un abismo difícil de alcanzar.

No obstante, los miembros del grupo de Akira demostraron la razón por la cual tenían la confianza de su 'capitana'.

Todo el grupo expresó su felicidad por una compañera y el deseo de alcanzarla para no quedarse atrás.

Incluso si no la alcanzaban, buscar una forma de aumentar su capacidad y fuerza también servía.

"Claro. ¿Cómo no lo estarían? Desde que el gremio se volvió tan grande todos estamos centrados en lo administrativo y tenemos muy poco tiempo para el entrenamiento. Ellos solo necesitaban el empujón correcto." Respondió Shao Ya, bastante contenta y al recibir su mirada, comentó. "Incluso yo estoy estudiando. Estoy especializándome de modo virtual y por eso me quede para administrar el gremio."

Shao Ya era una especialista en medicina con un título universitario, pero también era una maga de curación y una alquimista.

A veces su apariencia amable daba la impresión de que era una ama de casa, cuando en realidad era una profesional en el arte de curar.

"Eso suena increíble…" Murmuró Clémentine sin poder negarlo.

Como alguien que fue educada para convertirse en una psiónica nunca pensó sobre obtener algún título universitario, no obstante, no significaba que los menospreciara.

Es más, para ella todavía eran respetable obtener un título universitario.

Shao Ya dio una sonrisa ante su respuesta y tras subir unos pisos llegaron a la sala del comedor.

"Los cocineros del gremio lo prepararon, son bastante buenos y los materiales viene de la Empresa Apicius, así que es de alta calidad." Informó Shao Ya y con una mirada curiosa, añadió. "Akira posiblemente regrese para cuando Aurora y Alice salgan. Si quieres puedes quedarte."

Era posible que Akira estuviera esperando a que Aurora y Alice salieran para dejar de entrenar y reunirse.

De cierta forma, Clémentine era igual y por eso tampoco deseaba ir al Tíbet para seguir entrenando.

Estaba segura de que Nicole también estaba esperando la reunión y si fuera sincera, era posible que esa luchadora buscara enfrentarla.

Clémentine estaba encantada, ya que deseaba alguien duro para probar su capacidad.

Aurora siempre era demasiado blanda en sus enfrentamientos con ellos y si bien ascendió a rango S como una luchadora, era posible que continuara siendo blanda.

En cuanto a Alice era demasiado aterradora y aunque estuvieran en el mismo rango, Clémentine no deseaba molestar a esa glotona.

"No, gracias. Tengo que visitar a mi padre… Y me gustaría prepararme para cuando nos reunamos." Respondió Clémentine con calma.

Hace tiempo que no veía a sus compañeros y era posible que estuviera que esperar hasta el mes de julio para verlos.

Lo bueno era que, en ese mes, Zerzura tenía una gran festividad que sin duda sería agradable de ir con todos.

******

"Leslie el Capitán Luukas ha aceptado su reunión." Informó la secretaria de la recepción.

Leslie se levantó de su asiento y con su corazón palpitante caminó hacia la oficina.

Su mano temblaba de forma sutil, pero ella apretó su agarre y continuo hasta que pudo ver la entrada de la oficina.

Dudando por un segundo, al final tocó la puerta y cuando escuchó el 'entre', obedeció.

Luukas Waris que era su capitán estaba detrás de su escritorio revisando unos documentos.

Por solo un momento, Leslie pensó en lo que iba a hacer y al final tomando cierta determinación se adelantó.

Su capitán sintió sus pasos y luego al ver su expresión también notó su determinación.

"Capitán vengo a presentar mi renuncia." Informó Leslie con un tono determinado.

Esas palabras le costaron bastante decirla y la decisión fue pensada duramente, durante días.

Había pensado que dejar de ser una francotiradora iba a ser el final de su vida, de su profesión y de todo su duro esfuerzo.

Hasta hace unos momentos creyó que cerrar esta 'puerta' y dejar este trabajo iba a ser un duro golpe para ella, pero ahora fue diferente.

Ahora estaba sintiéndose más calmada y tranquila, sintiéndose liberada.

Andrés le ayudó a ver que todo no terminaba por aceptar sus emociones y que incluso si trabajaba detrás de un escritorio, no era el final.

Sus emociones al decir que iba a renunciar en voz alta, se estabilizaron y su mente fue más clara.

"Asesinar no es lo mío… No, no quiero asesinar por órdenes de otros, por ideas que no creo o por decisiones de otros." Confesó Leslie con claridad.

Durante su misión hizo su trabajo y apretó el gatillo hasta que mató a su objetivo, pero tal como había mencionado a Andrés, no se sintió bien.

No pudo sentir la sensación de que lo que hizo fue correcto y se sintió como una mercenaria en vez de como una heroína.

Era imposible ser idealista y decir que nunca mataría, ya que no importa cuán desagradable fuera, alguna vez lo volvería hacer.

Sin embargo, podía decidir la razón por la cual lo hacía y este trabajo no le daba la razón que buscaba.

"Lo comprendo. No necesitas presentar nada, puedes retirarte cuando lo desees." Respondió Luukas con un tono serio de un militar y dando una sonrisa, preguntó. "¿Entonces que harás ahora?"

Esa sonrisa de curiosidad por ver el desarrollo de alguien más joven sin duda fue rara para ese hombre, pero tan solo eso demostró que ella ya no era más parte del ejército atlante y de sus fuerzas especiales.

"Sinceramente, no lo sé." Respondió Leslie completamente relajada y dando una mirada, comentó. "Sin embargo, por ahora buscaré un nuevo camino. Algo que me haga sentir que hago lo correcto."

Aunque fuera difícil encontrar un trabajo que le agradara y que cumpliera sus condiciones, se esforzaría por encontrarlo.

Después de todo, que el camino en el ejército llegara a su fin, no significaba que su desarrollo lo hiciera.

Siempre había un camino por más oculto que se encontrara.