Desde que entramos, nuestro grupo se dispersó y quede solo, en un lugar extraño.
Árido y seco, todo parecía muerto.
Cuando llegamos nos encontramos con la noche, todo estaba oscuro y lo peor era que había demasiados monstruos.
Gracias a nuestros artefactos de comunicación pudimos ponernos en contactos y reagruparnos.
Tras realizar el ritual a la diosa para avisar de nuestra exitosa llegada, nos escondimos tratando de planear nuestro objetivo y al final tras debatirlo, decidimos explorar.
Entonces, el día llegó.
Eso nos gustaría creer, ya que todo parecía gris y oscuro como si hubiera estado cubierto por densas nubes.
Los monstruos se volvieron más salvajes y comenzaron su ataque desenfrenado.
No eran inteligentes y eso nos permitió avanzar, pero entre más explorábamos más nos dábamos cuenta del 'Caos'.
Llegamos a áreas completamente corrompidas en donde las plantas habían cobrado vida y atacaban a cualquier cosa que veían.
Raíces grotescas como tentáculos de alguna criatura vil se agitaban por todas partes.
En cada momento era difícil hacer un ritual a causa de que cada vez que lo intentábamos, los monstruos sentían el aura y se acercan para detenernos.
No tenían inteligencia, pero son salvajes e instintivos atacando a todo lo que se encuentren a su paso.
En la noche hacía mucho frío y a veces es imposible descansar.
Lo peor es que el tiempo se siente diferente… ¿Cómo lo digo?
¿Cuántos días han pasado en la tierra?
En ese momento nosotros llevamos tres días y varias horas aquí, si es que mi sentido del tiempo no me falla.
El lugar es grande, nuestro mago espacial dice que no se siente como una pequeña dimensión debido a que este lugar es muy estable.
No entendemos nuestra razón de estar aquí, no hemos captado ninguna señal y no hemos logrado encontrar nada más que tierra contaminada y monstruos.
¿Por qué se crearon los portales abismales?
No lo sabemos y al final creo que los dioses no nos los dirán.
Nuestro primer objetivo es encontrar la salida para preparar nuestros siguientes movimientos.
Ya sea recibir refuerzos o retirarnos, todo depende de este primer paso.
Si es posible y somos capaces de realizar un ritual, trataremos de mantenernos comunicado.
-Líder de la primera expedición en los Portales Abismales.
******
Aurora leyó la carta con una expresión solemne.
Esta era una copia de la carta que le había llegado a la Iglesia del Orden que estaba a la espera en los alrededores de los portales abismales.
Usando a la Diosa del Orden para comunicarse los que estaban dentro pudieron enviar una 'carta' en forma de pensamientos que el sacerdote obtuvo gracias al poder de su diosa.
Esa 'carta' como era la forma de comunicación, fue enviada a las autoridades y a Grecia, logrando que Urfin se la enviara a ella.
Esta era información que se considera confidencial y su distribución estaba estrictamente prohibida.
A pesar de que en la carta trataba de parecer normal, Aurora pudo sentir una ligera ansiedad de la otra parte.
Lo peor era que los portales abismales en este momento estaban autosellados y no dejaban que refuerzos entraran ni que nadie saliera.
¿Esta era otra calamidad?
Esa pregunta llegó a su mente.
"Oh, es buena…"
"Si, bastante notable. Uno que otro defecto, pero tiene talento. Me gusta la forma en la que usa su aura de combate."
Dos voces sonaron cerca de ella y Aurora dejó de pensar en esas cosas y miró a sus dos ancianos maestros que observaban el combate de Nicole.
Estaban repitiendo los combates de Nicole en todo el torneo internacional.
Tal vez a causa de que este lugar blanco ilimitado, no parecía tener nada y el anciano únicamente meditaba, la anciana estaba animada al tener algo con lo cual distraerse.
Aurora dejó la carta de lado, ya que sabía que no podía hacer nada más que esperar, como gran parte del mundo y se concentró en la anciana.
La anciana estaba mirando los combates y murmuraba los errores que Nicole cometía, desde maneras de moverse, controlar el cuerpo e incluso el modo que usaba la energía mágica y el aura de combate.
Ella solo estaba viendo una proyección y básicamente era una espectadora, pero incluso de tal la anciana podía encontrar errores con una simple mirada.
"¿Y qué tal?" Preguntó Aurora con un tono curioso y una mirada expectante cuando todo termino.
"Es buena… Bueno, lo suficiente buena como para ser alguien que hace un año fue una inexperta." Dijo la anciana y mirando a Aurora, dio una sonrisa y comentó. "Se lo quieres, pero es difícil que pueda dártelo."
Aurora no se sorprendió al saber que la anciana conocía su intención, no era como si sus maestros pudieran mirarla como lo hizo su sistema, pero era muy evidente.
Esta era la primera vez que le mostraban los detalles de otro estudiante e incluso cuando se hablaba de su anciano maestro.
"¿Por qué?" Preguntó Aurora sinceramente mirándola fijamente.
Si alguien dijera que se estaba rebajando para mirar a la anciana como un cachorrito que pide comida, entonces sin duda lo negaría, aunque en realidad fuera lo contrario.
La anciana que era su maestra se acercó… En realidad, llamarla 'anciana' era solo para estar igual con el anciano, pero la mujer era bastante admirable.
Su pelo era blanco canoso y media cerca de dos metros mientras tenía un físico esculpido que mostraba ciertos músculos.
Si bien era una mujer con una apariencia mayor, no era lo suficiente para llamarla estrictamente anciana y menos cuando se cuidaba tanto.
Aurora tuvo que levantar su cabeza para mirar a la anciana a los ojos.
"Estoy dentro de una dimensión en medio de…" Dijo la anciana y se detuvo como si no recordara el lugar.
"África…" Susurró el anciano, sin que su expresión cambiara.
"Exacto. ¿Crees que puedo enseñarle bien a alguien desde este lugar?" Cuestionó la anciana y cruzándose de brazos miró a Aurora y declaró. "Tampoco me gusta tomar a cualquiera como mi aprendiz."
Al escuchar esas últimas palabras, Aurora no pudo evitar señalarse a sí misma.
Como si dijera que ella era cualquiera y la respuesta de la anciana fue…
"Sí, aprendo de mis errores." Dijo la anciana asintiendo tensamente y al ver que la expresión de Aurora temblaba se rio y comentó. "Antes de elegir mi siguiente aprendiz, deseo verla cuidadosamente antes de actuar por aburrimiento."
Aurora no supo cómo sentirse ante la respuesta.
Parecían una broma, pero a la vez eran tan sinceras, que logró que el anciano soltara una risa muy bien oculta.
Había tantos problemas y defectos con la actuación de sus dos maestros, que Aurora tenía muchos puntos al cual cuestionar.
Desde la abrumadora fuerza, destreza y capacidad que era desconocida en la tierra o simplemente este lugar tan 'diferente' en múltiples maneras.
"Dicho esto, esa niña me agrada, pero…" Dijo la anciana y señalando al anciano en silencio que estaba sentando para meditar, agregó. "Ya sabes, estamos en este lugar y blablablá."
Ni siquiera trato de seguir con su 'trasfondo' y prácticamente apuntaba a que no quería molestar al anciano y por tal razón se detuvo.
Ambos habían mantenido esta mentira durante muchos años y Aurora verdaderamente respetaba a su maestro y lo admiraba a pesar de los secretos y quizás esa era la razón por la cual ninguno de los dos deseaba revelar la verdad.
Saber que era una mentira y que ambos lo intentaran mantener a pesar de que había demasiados defectos, era una manera de mantener su relación de la misma forma.
Al igual que Aurora, mantenían su relación con su sistema… Quizás mayor, ya que si un secreto se revelaba entonces los demás secretos tendrían que salir a la luz.
Eso significaba que, si hablaba con su maestro seriamente, entonces su relación con su sistema tendría que salir a la luz.
"Si bien respeto al anciano, me gusta verlo enfadarse, así que por ahora veré a la jovencita. Si me llega a gustar totalmente… Bueno, tal vez las cosas cambien." Declaró la anciana y dando una carcajada, anunció. "Hay que tener mucho coraje para tratar de detenerme."
Aurora, al observar a esa mujer teniendo que levantar la cabeza para mirarla a los ojos, asintió como un pollito estando totalmente de acuerdo.
Como alguien que había probado los puños de la anciana y soportado la fuerza, Aurora estaba segura de que ni siquiera el anciano saldría indemne si la enfrentaba.
"Por ahora solo dile que intente condensar aún más su aura de combate en su armadura. Si ahora es como un colchón, ¿por qué no hacerla tan dura como una pared de acero? ¿Y luego una montaña? Sus oponentes dudarían en enfrentarse en alguien con tal defensa." Dijo la anciana de forma simple y dando una sonrisa por la mirada impactada que ella llevaba, añadió. "En cuanto a su estallido de fuerza, es peculiar, pero puedo notar que ese no es su límite. Tiene que practicarlo y controlarlo, luego empujar aún más su límite."
Aurora asintió recordando todos esos consejos y encontrándole sentido.
Cuando ella golpeó la armadura de Nicole, se sintió como un colchón que repelió parte de la fuerza y redujo parte del impacto, evitando causar daño.
Armas cortantes o armas punzantes podrían tener reducida la velocidad, pero otras podrían atravesar esa defensa.
Sin embargo, la situación cambiaba cuando se transformaba en una pared de acero, como su maestra mencionaba.
Incluso un luchador que golpeara directamente tendría entumecido sus brazos y ni hablar de un espadachín cuya espada podría ser detenida antes de que tocara a la misma Nicole.
Si a esa defensa se le agregaba la resistencia innata del cuerpo de un luchador, entonces Nicole verdaderamente sería un 'tanque'.
"En cuanto a su técnica, solo ayúdala y entrena como tú lo haces conmigo." Recomendó la anciana de manera seria.
La expresión de Aurora tembló y mirando la expresión seria de la anciana, preguntó. "¿Básicamente darle una paliza?"
Esa era la 'forma' que entrenaba… Aurora llegaba a este lugar, recibía una paliza de la anciana y luego otra paliza más metódica del anciano.
Siendo más dolorosa paliza de la anciana debido a que básicamente era como si la estuviera usando como un saco de boxeo.
Claro, Aurora entendió que de esta forma se estaba trabajando en los instintos, la respuesta rápida y la memoria muscular al defenderse.
La técnica era importante, pero también era evidente que había luchadores capaces de ser aterradores solo usando sus instintos… De la misma forma, que algunas bestias mágicas eran aterradoras por sus agudos instintos.
"Exacto. Un espadachín usa su espada y tratan de convertirla en un tercer brazo, pero para nosotros todo nuestro cuerpo es un arma. Templar nuestro cuerpo e instintos es afilar nuestra espada." Anunció la anciana y dando una sonrisa, agregó. "Por eso nos llamamos luchadores y no artistas marciales."
No estaba menospreciando las artes marciales, pero al igual que un espadachín, esos artistas marciales debían poner énfasis en sus técnicas.
Un luchador solo debía centrarse en su cuerpo para resistir los golpes y usar sus instintos para compensar la técnica.
Aurora comprendió que este camino no era el único y solo era el camino que habida tomado la anciana y el cual enseñaba.
Muy diferente al anciano que le enseñaba la técnica y el arte en busca de que la apreciara.
"Gracias, maestra por su enseñanza." Respondió Aurora inclinándose sutilmente y mirando a ambos, declaró. "Y gracias a ambos por ayudarme."
El anciano abrió sus ojos y golpeando su katana, asintió sin decir demasiado.
Por su parte, la anciana solo sonrió como si no fuera un tema preocupante.
Aurora, al verlos, desapareció y llegó a la habitación del hotel.
Lamentablemente, los consejos que había obtenido Aurora iban a tener que esperar, debido a que en este momento se estaban por acercar las semifinales.
******
Llegando a la puerta de una habitación, Aurora miró a Cithrel y Venali que la acompañaban.
"¿Está bien para ti?" Preguntó Aurora con curiosidad.
Estaba señalando un documento que estaba en sus manos y en el que se encontraba la carta.
Pasar estos documentos estaba prohibido y si bien Aurora lo recibió por la simple razón de que trabajaba para Urfin, se tomaba con seriedad su distribución.
No era por el miedo a las leyes, sino que para no meter en problemas a Urfin.
Las autoridades de Zerzura ya lo habían obtenido por medio de la Cardenal Brousseau y ahora ella deseaba revelarlo al Anciano Kernen.
"Si, nadie se quejara, incluso si lo descubren." Respondió Cithrel y dando una sonrisa casual, acerco su rostro y murmuró. "Aunque me gustaría 'cobrarte' por mis servicios…"
Su tono llevaba un toque de ambigüedad y cuando Aurora recibió la mirada de Cithrel en modo depredador, se sintió como una pequeña conejita insegura.
Sin su amiga a su lado, ella estaba indefensa ante las tácticas del caballero galante.
Sin detenerse en ese momento, a diferencia de antes, Cithrel se acercó sutilmente y con su dedo acarició la oreja de Aurora, provocando que ella se pusiera roja.
"Si, te ves linda avergonzada. Mejor que esa expresión seria que llevas últimamente." Dijo Cithrel sonriendo ligeramente divertida.
Aurora, que se había estado avergonzando por la cercanía y por la caricia tan encantadora del caballero galante, se congeló al escuchar esas palabras.
No podía negar que ante tan hermosa mujer todos caerían por el encanto, sin embargo, esta vez en vez de un coqueteo descarado, ella buscó animarla.
Dejando a Aurora sin palabras.
"Estoy interesada en ti, no lo niego… De una forma que no imaginas." Anunció Cithrel y con una sonrisa cordial, agregó. "Pero eres mi amiga. Si te hace sentir bien revelar estos documentos o si te hace bien que te ponga en contacto con Urfin, entonces te ayudaré."
Tomando distancia como si antes su cercanía no hubiera sucedido le dio una sonrisa amistosa.
"Cuando llegas a mi posición es muy difícil tener amigos. O tienes interesados en el poder, riqueza, autoridad a través de mi amistad o desean meterse en mi alcoba por el futuro título de emperador o me tratan como su 'señor'." Dijo Cithrel de manera indiferente.
La expresión de Venali, que estaba mirando como si fuera un observador, se volvió seria al escuchar sobre los interesados y Cithrel continuó.
"Es por eso que aprecio mis amistades. Mis verdaderas amistades." Reveló Cithrel y al ver que Aurora tenía una mirada seria de otro tipo, añadió. "Claro, tú también puedes tratar de meterte en mi alcoba."
La expresión de Aurora tembló y sin poder resistirlo se rio.
Las últimas palabras de Cithrel eran una broma que entremezclaba algo de verdad en ellas y si bien fueron dichas para reducir la seriedad del discurso y para que no se sintiera tan pesado.
Que Venali quisiera mimetizarse para no molestar a su Señora no ayudó a que la risa de Aurora disminuyera.
"No gracias, no deseo hacerle competencia a Taqiyya." Comentó Aurora medio en broma y medio serio, tocando la puerta.
Antes de que alguien abriera la puerta, Cithrel se acercó a su oído.
"No te preocupes, Taqiyya no se molestará… Hasta se puede unir." Susurró Cithrel antes de apartarse.
Un susurro atractivo y ambiguo, que logró que Aurora se pusiera roja y temblara de vergüenza siendo totalmente afectada.
Aunque no lo pareciera, ¡Aurora todavía era una dama!
Había priorizado tanto su trabajo y sus objetivos que su primer acercamiento romántico ocurrió con su 'acosador'… Y tal como todo estaba yendo con sus juegos de rol, sin duda no era nada 'normal'.
"…"
La puerta se abrió y el Anciano Kernen se quedó en silencio al ver su expresión.
Aurora trató de toser para alejar su timidez y el Anciano Kernen controló su expresión como un experto y haciéndose a un lado le hizo una señal para que pasen.
"Pasen, pasen, los estamos esperando." Mencionó el anciano sabiamente guardando silencio.
Entrando y agradeciendo al Anciano Kernen por su amabilidad, Aurora no pudo evitar darle una mirada seria a Cithrel, quien estaba dando una sonrisa como si estuviera disfrutando esta situación.
"Oh, ¿Aurora estás enferma?" Preguntó Rupert al notar sus mejillas sonrojadas y dudando un momento, comentó. "¿Hace calor afuera? Ven, come algo te recuperarás."
Cithrel se rio sutilmente y el Anciano Kernen agitó la cabeza con labios temblorosos, retirándose a la cocina con rapidez.
Aurora quiso imaginar que la risa que venía desde la cocina fue su imaginación y como no quería saber la verdad, prefirió controlar sus emociones y aceptar la fruta de Rupert.
"Los magos de la Academia Merlín son demasiado aterradores." Murmuró Rupert volviendo su mirada a la gran pantalla al frente.
Esa gran pantalla estaba dividida en más pantallas pequeñas dejando ver todo el campo de batalla.
Ahora se estaba desarrollando la Semifinal de la Academia Merlín contra la Academia de Elementalista.
Antes ya se habían enfrentado y a pesar de que la Academia de Elementalista había mejorado y demostraba una capacidad mayor que antes, la Academia Merlín no se quedó atrás.
Una guerra de magos contra elementales se estaba desarrollando en varios pequeños campos de batalla.
Como quienes salieron segundo en los torneos de informática, la Academia Merlín estaba usando una red de comunicación por medio de la tecnología y estaban demostrando una capacidad impecable.
Todo se estaba dirigiendo a la perdida de la Academia Elementalista y a pesar de que ellos estaban empleando las armas con ataques poderosos que estaban tiradas en el campo de batalla, no podían cambiar la marea.
El terreno que les tocó era una llanura, así que era difícil esconderse y era un combate de ataques a distancia.
Los hechizos volaban en ambos lados como brillantes fuegos artificiales.
"Cualquiera de las academias que ganen se enfrentaran a un oponente difícil." Señaló Cithrel con seriedad.
El próximo combate sería la Academia Cernunnos contra la Academia de Héroes… Los antiguos aliados estaban por luchar y solo uno de ellos podría ir a la final para tener la oportunidad de convertirse en campeón.
"Será divertido." Gruñó Rupert y mirando, Aurora reveló sus dientes y anunció. "Entonces, ¿confías en tus pequeños?"
Para un gorila tan grande y poderoso como Rupert, los estudiantes que acompañaban eran 'pequeños'… Eso demostraba su cercanía.
Y si bien no todos los estudiantes eran los 'pequeños' de Aurora, cuando se trataba del grupo de siempre estaría orgullosa en decir que eran sus compañeros y 'sus' estudiantes.
Así que la única, respuesta posible…
"¡Claro!" Exclamó Aurora y mirando a Rupert, cuestionó. "¿Y tú? ¿Crees que podrás ganarnos?"
La mirada de Rupert se entrecerró ante ese obvio desafío.
Ser mirada por un gorila de tres metros, corpulento y poderoso de por sí aterraría a cualquier persona… Solo que esta vez parecían niños mirarse como si tuvieran una rivalidad.
"Vamos, dejen de actuar de esa manera." Intervino el Anciano Kernen y cuando ambos lo miraron, se rio y declaró. "Siempre podemos apostar y que los jóvenes decidan el ganador."
Todos se rieron y Aurora claramente estuvo de acuerdo.
¿Realizar una apuesta usando a los estudiantes?
Se veía mal y hasta podía estar mal, pero era una forma de divertirse que solo quedaría entre el pequeño grupo presente.