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Charla de almohada

NOTA 1: Los derechos de la serie Tenchi Muyo NO me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.

NOTA 2: Este capítulo contiene escenas de tipo LEMON (descripciones explicitas de contenido sexual) por lo que no es apta para menor de 18 años.

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Los rayos de sol se colaban por las cortinas dando una agradable sensación de calidez en el interior de la habitación. Por la ventana ligeramente abierta entraba una suave y refrescante brisa que resaltaba esa sensación de ensoñación que había en el cuarto, donde Tenchi estaba recostado de lado en la cama. Tenía un brazo flexionado, y la cabeza recargada en su mano mientras observaba embelesado a la hermosa mujer que dormitaba junto a él. No la observaba con la lujuria desenfrenada de hace unos momentos atrás, por el contrario, ahora más calmado una vez que la pasión que lo había consumido fue finalmente saciada, pudo darse el tiempo de observar con real detenimiento a su compañera de cama.

Ryoko era simplemente hermosa, totalmente perfecta a sus ojos. Su cuerpo solo podía catalogarse como perfecto, un verdadero deleite para sus sentidos. Sonrió con cariño al ver como ella dormitaba tranquilamente con una sonrisa en los labios. No pudo evitar que sus ojos recorrieran su cuerpo, acariciándolo con la mirada, grabando cada detalle con fuego en su mente y preguntándose, cómo había sido capaz de rechazar tantas veces a esta mujer, una mujer que se había entregado a él por entero, ofreciéndole el más íntimo y preciado tesoro que poseía, su virginidad.

Si, por increíble que parezca, la pirata espacial Ryoko era virgen. Esa había sido una gran sorpresa para él. Después de todas las insinuaciones que ella le había hecho desde que se conocían, algunas totalmente descaradas, suponía que ella tenía algo de experiencia, pero al final resultó ser tan virgen como él. Fue la primera vez para ambos.

Tenchi nunca supo qué esperar sobre su primera vez. No podía negar que algunos escenarios habían pasado por su afiebrada mente, pero ciertamente nada como lo que había experimentado con Ryoko. Había sido desenfrenado y un poco torpe por momentos, pero con el deseo y la pasión desbordando desde cada uno de ellos, para llevarlos finalmente a un placer y un éxtasis que nunca antes habían experimentado, algo que ambos no solo habían sentido físicamente, lo sintieron también en sus corazones, en sus almas. El descubrir hasta donde podía llevarlos el expresar en forma física todos esos sentimientos que experimentaban el uno por el otro, fue un incentivo muy estimulante, sobre todo al saber que no era solo una necesidad física, era por sobre todo emocional, porque esa tarde no habían tenido sexo, habían hecho el amor.

Tenchi amplió un poco más su sonrisa mientras estiraba una mano para apartar delicadamente un mechón de cabello de la cara de la aun durmiente Ryoko. La contempló con cariño mientras recordaba cómo una vez que la desesperación y la pasión inicial habían sido saciadas, una vez que las cosas estuvieron claras para ambos; sabiendo que ahora Ryoko era su mujer, así como él era su hombre, pudieron tomarse las cosas con un poco más de calma, y darse el tiempo para aventurarse y descubrir qué funcionaba para ellos y qué no, saber dónde tocar y cómo hacerlo para lograr estremecer al otro, conociéndose íntimamente como nunca hubieran imaginado. Habían sido horas de descubrimiento, placer y éxtasis; sin dudas las más excitantes horas de toda su vida.

Ahora, totalmente relajado, Tenchi simplemente no podía quitar los ojos del exuberante cuerpo de la mujer que tenía ante él. No había nada más en el mundo que Ryoko en ese momento. Volvió a pasear la vista por su cuerpo, deleitándose con la vista de esa mujer que había sido suya esa tarde, y no pudo evitar estirar su mano para alcanzarla, poniendo un par de dedos sobre su piel. No más allá que un simple roce con la yema de los dedos sobre su cadera, pero ese pequeño contacto fue suficiente para hacerle sentir como si una corriente eléctrica lo recorriera por todo el cuerpo.

— No me voy a romper si me tocas — dijo de pronto Ryoko con voz suave y traviesa.

Tenchi se sobresaltó al escuchar la voz de Ryoko, estaba tan concentrado en tocar su piel que se había desconectado de todo. Al levantar la vista pudo ver que ella lo contemplaba con una sonrisa, pero no era una de esas sonrisas felinas que siempre le dedicaba, por el contrario, esta era una sonrisa tierna y sincera.

— Pensé que dormías — respondió él, posando por completo su mano en la cadera de Ryoko, logrando un suave gemido de aprobación por parte de ella al sentir su toque.

— Desperté cuando quitaste ese mechón de cabello de mi rostro.

— Lo lamento. No quise despertarte.

— Está bien. No podía seguir durmiendo por más tiempo — respondió ella, moviéndose para ir sobre Tenchi y pasarle los brazos por el cuello, reclamar sus labios una vez más.

Ryoko gimió cuando sintió las manos de Tenchi tomarla de las caderas para estrecharla contra él, para luego acariciarle la espada con una mano, mientras la otra se posaba en su trasero. Sonrió entre el beso mientras volvía a gemir en aprobación. Le gustaba sentir sus manos en ella, ya sin los temores iniciales, simplemente tocándola sin reparos. Se sentía tan bien, tan feliz, tan segura.

Tenchi gimió cuando el beso de Ryoko se volvió más intenso, entrando en su boca buscando más de él y dando tanto como tomaba. Se sintió mareado y extasiado al degustar el sabor de su boca, tenerla una vez más entre sus brazos, sentir su piel, sus curvas, el calor de su cuerpo contra el suyo. Sintió como sus pieles se pegaban producto del sudor seco y pegajoso que cubría sus cuerpos, pero a ninguno de los dos le importó, era estimulante a su manera. Finalmente Ryoko lo liberó del beso con un fuerte suspiro de felicidad, para apoyar la cabeza en su pecho mientras él le daba un beso en la frente. Ryoko sonrió de felicidad como nunca antes en su vida, sin poder evitar que se le escapara una ricita.

— ¿Qué te causa gracias? — preguntó Tenchi, curioso mientras levantaba una ceja.

— Nada. Solo estoy feliz — respondió Ryoko ampliando su sonrisa.

— Yo también — respondió Tenchi volviendo a darle un beso en la frente a la mujer que tenía entre sus brazos, estrechando un poco más el agarre sobre ella, apegándola más a su cuerpo. Suspiró de felicidad. Podía quedarse así todo el día.

Se quedaron abrazados en esa posición por largo rato, simplemente disfrutando de la proximidad del otro, del contacto de sus cuerpos, mientras una sonriente y feliz Ryoko descansaba la cabeza en el pecho de Tenchi, a la vez que esta le acariciaba la espalda con una mano. Con el correr del tiempo hicieron un movimiento para ajustar la posición y estar más cómodos, momento en que sintieron como sus cuerpos literalmente se despagaban al cambiar de posición, para volver a pegarse otra vez producto del sudor. Ambos rieron.

— Estamos un poco pegajosos — comento Tenchi con una leve sonrisa divertida.

— Sí, y yo estoy particularmente pegajosa ahí abajo entre mis piernas — comentó Ryoko con una mirada traviesa y una sonrisa seductora.

Tenchi no pudo evitar que un furioso sonrojo subiera a su rostro por la implicación de las palabras de Ryoko. De hecho, sentía como hasta sus orejas ardían en ese momento. Por su parte la pirata espacial no pudo evitar reír divertida ante la reacción de su pareja. Si, había sido bastante descarada y explicita con ese comentario, y como esta no sería la última vez que harían esto, debían comenzar a acostumbrarse a todo lo que implica el proceso, antes, durante y después. Con una sonrisa en los labios Ryoko se alzó un poco, despegándose una vez más del cuerpo de Tenchi, para acercarse y plantarle un nuevo beso en los labios, y luego susurrarle al oído.

— No me importa sentirme pegajosa ahí abajo Tenchi… porque es tuyo — susurró ella, mientras le mordisqueaba juguetonamente la oreja.

Tenchi sintió que su sonrojo subía furiosamente en intensidad por las descaradas palabras de Ryoko, y por la directa implicación que había en ellas. Por la posición no podía ver su rostro, pero estaba seguro de que Ryoko tenía una radiante sonrisa de triunfo en los labios por hacerlo sonrojar. Bien, dos podían jugar el mismo juego.

— Bien, entonces seguiré dejándote pegajosa ahí bajo bastante seguida en el futuro — dijo Tenchi.

Se produjo tenso silencio por varios segundos, hasta que Ryoko se irguió para mirar a Tenchi a los ojos, momento en que estalló en carcajadas, dejándose caer a un lado en la cama, riendo mientras se apretaba la panza y lanzaba patadas al aire con las piernas, sin poder dejar de reír. Por su parte Tenchi se cubrió el rostro con una mano, más rojo aún, si fuera posible.

— No puedo creer que haya dicho eso — comentó para sí, antes de comenzar a reír por lo estúpido de sus palabras, contagiado por la risa de Ryoko, 

Ambos continuaron riendo por largo rato del desafortunado, pero divertido comentario de Tenchi, hasta que terminaron abrazados nuevamente una vez se cansaron de tanto reír. Volvieron a quedar así, abrazados, hasta que la incomodidad del calor de sus cuerpos y el sentir como se pegaban y despegan con cada movimiento se fue haciendo realmente molesto.

— Creo que deberíamos tomar un baño — comentó Tenchi.

— Sí, creo que sería una buena idea — respondió Ryoko, separándose de Tenchi con algo de resignación, para luego ponerse de pie y estirarse como si se tratara de un gato, dando un gemido de satisfacción al sentir como sus musculos se estiraban y relajaban. Se volvió para mirar a Tenchi que ya estaba de pie a un lado de ella, antes de ganar un leve sonrojo en las mejillas.

— ¿Ryoko? — preguntó Tenchi, curioso por su reacción.

— Creo que sería buena idea cambiar las sabanas de la cama — comentó ella con voz reservada.

Tenchi estrechó los ojos por ese comentario para luego desviar la mirada a un lado y no pudo evitar sonrojarse igual que Ryoko ante el desastre que era su cama. Era una verdadera zona de guerra, con las sabanas arrugadas y húmedas en algunas partes, cubiertas con manchas de dudosa procedencia aquí y allá, y una inconfundible mancha de sangre en el centro. Se acercó y extendió la colcha sobre la cama para cubrir los vergonzosos vestigios de su pasión.

— Sí…ehh, cambiaré las sabanas luego de tomar un baño — respondió él con vergüenza.

En eso Tenchi levantó la vista y se percató de que Ryoko había dejado de lado su aire travieso y juguetón, para estar de pie totalmente rígida, mirando con seriedad hacia la puerta. Estaba por decir algo cuando ella levantó una mano para hacerlo callar antes de hablar. Levantó una ceja curioso, mientras veía como ella se acercaba a la puerta colocando una mano sobre esta, cerrando los ojos, como si estuviera tratando de sentir su entorno, como si estuviera buscando algo. Luego de unos segundos se dio la vuelta y se apoyó de espaldas a la puerta.

— ¿Qué ocurre Ryoko? — preguntó Tenchi, preocupado.

— Nada — respondió Ryoko negando con la cabeza, para luego avanzar hacia él poniéndole ambas manos en el pecho, y mirándolo fijamente a los ojos — Debes tomar un baño ahora. Ve tú primero.

— Ryoko… ¿Qué está pasando? — preguntó él, mirando fijamente a su pareja.

— Solo hazme caso Tenchi, ¿De acuerdo? — dijo ella dándole una sonrisa tranquilizadora y un suave beso en los labios. 

Ryoko comenzó a mirar de un lado a otro, como buscando algo, hasta que encontró sus bragas tiradas a un lado de la cama. Se acercó para tomarlas cuando se congeló al sentir algo bajando por la parte interna de sus piernas. Con un infinito sonrojo tomó lo primero que encontró, que fue uno de los calcetines de Tenchi, y lo usó para limpiarse, haciendo la nota metal de lavarlo más adelante, para luego ir a tomar sus bragas pasando las piernas por ellas y subiéndolas hasta ponérselas, mientras Techi miró a un lado tratando de no pensar mucho en lo que Ryoko se había limpiado con su calcetín.

Una aún sonrojada pirata espacial caminó hasta el closet de Tenchi para buscar dentro y tomar una de sus camisas. Ryoko se la puso y obviamente la camisa le quedó grande. Las mangas le quedaban demasiado largas y la camisa se deslizaba hacia un lado, exponiendo parte de su hombro derecho, mientras que de largo alcanzaba a cubrir hasta más abajo de su entrepierna.

Tenchi quedó totalmente embelesado por lo hermosa que se veía Ryoko. Nunca en su vida imaginó que una de sus camisas pudiera verse tan bien en ella.

— Voy a tomar prestada una de tus camisas. Mi vestido quedó abajo en la sala — dijo Ryoko terminando de abotonar la camisa, que en su mente ya había decidido reclamar como propia. Entonces se percató de que Tenchi la observaba embobado con una insipiente erección, que causó un leve sonrojo en sus mejillas y que su propia entrepierna comenzara a dar un leve cosquilleo.

Ryoko tuvo que hacer un gran esfuerzo para contener su propio deseo que estaba despertando otra vez pidiéndole más. Dio una fuerte respiración para calmarse, y avanzó para tomar los bóxer de Tenchi, que estaban tirados en el suelo a unos pasos de ella, y se los lanzó a su ahora pareja y amante. 

— Ponte eso y deja de darme ideas tentadoras Tenchi. Debes bajar y tomar un baño — dijo Ryoko, para luego girarse y comenzar a hurgar en los cajones de su cómoda buscando algo de ropa.

— Ryoko, ¿me quieres decir qué está pasando? — preguntó Tenchi, mientras se ponía los bóxer a la vez que veía como Ryoko le buscaba una muda de ropa limpia y una toalla, luego ella se acercó y le puso la ropa en las manos.

— Lo comprenderás todo en un momento, pero primero debes bajar y tomar un buen baño. Apestas a sexo… y a mí — dijo Ryoko con una mirada tierna y una sonrisa feliz.

Tenchi estuvo tentado en decirle que le gustaba sentir la esencia de su cuerpo en él, pero se mordió la lengua, recordando su desafortunado comentario sobre mantener pegajosa a Ryoko. Suspiró y decidió seguirle el juego a la mujer, después de todo, no era broma lo de necesitar un baño. Asintió con la cabeza y bajó las escaleras en compañía de Ryoko, la que apenas llegaron abajo, lo guió de inmediato al baño cerrando la puerta una vez él estuvo dentro. Se quedó ahí esperando un momento hasta que estuvo segura de que Tenchi se estaba lavando, momento en que caminó a la sala, donde encontró a una persona sentada en el sillón, viendo fijamente la mesita de centro, donde descansaba su vestido, el cinto y su top de lycra, perfectamente doblados.

— Ayeka — dijo simplemente Ryoko.

La princesa de Jurai no volteó a ver a la pirata espacial, por el contrario, continuó mirando fijamente la ropa de esta. Pasó largos segundos en esa posición, solo viendo la característica ropa de la pirata espacial, hasta que finalmente se animó a voltear para ver a la mujer. Sus ojos no pudieron evitar abrirse en sorpresa ante la vista de Ryoko. La pirata espacial se veía cansada pero feliz, con el rostro sonrojado y una sonrisa boba en los labios. Su siempre rebelde cabello ahora era un desastre, con algunos mechones pegados en su frente y cuello producto del sudor seco. Lo que completó el cuadro y terminó por cerrar lo que había pasado con Ryoko, era que estaba vistiendo una de las camisas de Tenchi. 

Ayeka no pudo evitar estrechar los ojos por un par de segundos, antes de recuperar la compostura y bajar la mirada con un dejo de resignación. Se mordió el labio y volteó el rostro al frente, apartando su mirada de la clara evidencia que podía ver en el cuerpo de Ryoko, de lo que había estado haciendo poco antes de que ella llegara a la residencia de los Masaki.

— Habíamos acordado que solo hablaríamos hoy, que aclararíamos las cosas y pondríamos todo en orden, pero tú… ¡Maldición Ryoko! ¿No pudiste al menos esperar un día antes de…? — inició Ayeka en un gruñido, pero no pudo terminar lo que iba a decir, sus palabras muriendo en su boca a medio camino.

Ryoko, contra todo lo que se pudiera esperar de ella, no comenzó a reír por todo lo alto, o hacer aspavientos delante de la princesa, vanagloriándose a todo pulmón por haber atrapado a Tenchi y haberlo hecho suya. Nada más lejos de la realidad. Ryoko bajó la mirada permaneciendo de pie en silencio por largos segundos, analizando qué haría a continuación. Finalmente, con un suspiro de cansancio, caminó los metros que las separaba de los sillones de la sala y se sentó en uno, a una prudente distancia de Ayeka, no queriendo que la princesa pudiera sentir el aroma a sexo que estaba impregnado en todo su cuerpo. Guardó silencio por un momento considerando sus palabras antes de responder la pregunta formulada por esta.

— No planee que las cosas ocurrieran de esta forma, Ayeka. Solo iba a hablar con Tenchi, como acordamos y… bien. Las cosas simplemente se salieron de control — explicó Ryoko.

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Tenchi estaba sentado dentro de la bañera con agua caliente hasta los hombros, relajándose luego de haberse lavado el cuerpo acuciosamente, retirando todo vestigio de las actividades que había mantenido con la pirata espacial hasta algunos momentos atrás. Suspiró con cansancio, porque si, no podía negar que se había cansado un poco con todo ese ejercicio, pero ya sentía como iba recuperando algo de fuerza.

No pudo evitar que su mente rememorara todo lo ocurrido en su cuarto con Ryoko. Un sonrojo subió por su rostro ante los vividos recuerdos de lo que habían hecho, de cómo luego de la primera vez, comenzaron a conocerse un poco mejor, explotando sus cuerpos mutuamente, viendo que los hacía sentir bien y qué no, descubriendo que funcionaba para ellos en la cama. En ese punto, recordó lo aterrado que había estado al finalizar su primera vez, y caer en cuenta de que, excitado como estaba, había acabado dentro de Ryoko, sin usar ningún tipo de protección. Ella lo había tranquilizado diciéndole que estaba usando un sistema anticonceptivo cien por ciento seguro, que usaban las mujeres en Jurai, por lo que no debía preocuparse, y podía acabar dentro de ella todo lo que quisiera.

Se llevó las manos al rostro ante el recuerdo de esas atrevidas y juguetonas palabras de la pirata espacial, y sus propias palabras ofreciendo mantener pegajosa a Ryoko en el futuro. Se volvió a sonrojar, aunque a estas alturas, luego de todo lo que habían hecho en su cama, resultaba una estupidez. 

Quitó las manos de su rostro y suspiró mirando al techo por largos segundos. Ciertamente ya no había vuelta atrás para él a estas alturas. Luego de todo lo que le había dicho a Ryoko, luego de todo lo que habían hecho, luego de expresar de forma tan íntima todo lo que sentían uno por el otro, no había forma de volver atrás. Ahora eran pareja y amantes. No pudo evitar una pequeña sonrisa ante eso último.

— Pareja y amantes — dijo Tenchi, saboreando las palabras en su boca. Se sentían bien. Le gustó eso. Sonrió.

Si, ciertamente le gustaba como sonaba eso, y las posibilidades que todo esto traían para él, ya sin el temor que sentía cada día, de tener que contenerse y no dejarse llevar, de mantener el Status Quo, de no mostrar preferencias por una u otra. Finalmente estaba libre para… en ese momento, Tenchi sintió un vació en el estómago.

Los ojos de Tenchi se abrieron cómo platos al darse cuenta de lo que había hecho. No el hecho mismo de tener intimidad con Ryoko, sino el hecho de que había roto el Status Quo que tanto le había costado mantener. Él había estado por romperlo cuando sintió que estaba por soltar todo lo que sentía por Ryoko unas horas atrás, momento en que la imagen de Ayeka cruzó por su cabeza, y terminó abrazando a la pirata espacial en un intento por contener las ganas de besarla, lo cual fue lo peor que pudo hacer, ya que fue ese abrazo lo que desencadenaría todo lo que había pasado ese día; lo que desencadenó que liberara todo eso que sentía por Ryoko y que venía conteniendo desde hace tanto tiempo, pero… ¿Qué hay de Ayeka?

El corazón de Tenchi se sintió apretado al pensar en la hermosa princesa de Jurai. Luego de todo lo que había pasado hoy, ya no podía seguir negando las cosas. El siente cosas por Ayeka, lo más terrible de todo es que ahora estaba totalmente seguro de que es lo mismo que siente por Ryoko.

Tenhi se tomó la cabeza con las manos, mirando sin ver, con los ojos perdidos en un punto indeterminado, sintiendo además como el vacío que sentía en el estómago no hacía más que aumentar en intensidad. 

— ¿Qué demonios se supone que debo hacer ahora? — se preguntó, totalmente impactado.

No era como si pudiera ir con Ryoko y decirle que lo que había pasado con ella había sido un error, que fue un desliz de su parte. Ella jamás aceptaría eso, además, estaba seguro de que le rompería el corazón si le dije algo como eso, porque al ver los ojos de la pirata espacial, se pudo ver reflejado en ellos. Ryoko lo amaba con todo su ser, y sabía que él la amaba a ella, pero… ¿Qué hay de Ayeka? ¿No se siente de la misma forma por ella?

Tenchi gimió en resignación, preguntándose qué mierda pasaba por su cabeza para tener este tipo de pensamientos. Simplemente no era normal sentir algo así, era totalmente descabellado, una completa locura. Y si iba a eso, tampoco podía dejar de lado que también sentía cosas por otras dos mujeres.

Mihoshi era un completo desastre ambulante. Nada podía sobrevivir a ella cuando entraba en ese "Modo Torpeza", donde terminaba arrasando con todo lo que tenía por delante, y sin proponérselo, pero pese a todos los problemas que pudiera ocasionar, no podía negar que le encantaba pasar el tiempo con ella. Simplemente no pasabas penas con Mihoshi, era pura energía positiva y era capaz de alegrar tu día por más desastrozo que fuera. Le había tomado mucho cariño a la torpe policía, y el que además fuera muy hermosa, y sintiera algunas insinuaciones de su parte, habían despertado muchas más cosas en él. 

Luego estaba Washu, la científica residente, que si bien es bajita en estatura, no podía negar que también es bastante linda, y tiene un aire de madurez que la hace muy atractiva, como si fuera una especie de MILF súper inteligente.

El que no tenía un pelo de inteligente era él, que hace solo unos pocos momentos había compartido la cama con Ryoko, expresándose física y verbalmente lo mucho que se amaban, para luego reconocer que siente lo mismo por Ayeka, y de paso, trayendo dos mujeres más a la mezcla.

— Soy un imbécil — se dijo Tenchi en resignación.

Sí, no había dudas sobre eso, era el imbécil más grande de todo el mundo. Ya tiene a una hermosa mujer que lo ama con locura, y está pensado en otra tres. ¿Por qué? ¡Ah! Sí, porque quería a las chicas en su vida, a todas ellas.

Sí, no podía negarlo: Era un imbécil, un patán y un egoísta.

Con un suspiro de resignación, Tenchi salió del agua y comenzó a secarse con la toalla, mientras se preguntaba qué rayos iba a hacer con todos esos sentimientos que estaba experimentando en este momento. Ciertamente no iba a retractarse de lo que tenía ahora con Ryoko. No iba a romperle el corazón, además, definitivamente quería estar con ella en una relación, pero… ¿y las demás?

Tenchi se vistió con todos ese mar de sentimientos e indecisiones dando vueltas por su cabeza, sin tener nada claro sobre cómo proceder de ahora en adelante. Lo único que Tenchi tenía claro en ese momento es que quería ver a Ryoko otra vez. Quería estrecharla entre sus brazos, besarla y decirle lo mucho que la ama y lo feliz que lo hace estar finalmente con ella.

Con eso en mente, salió del baño caminando directo a la sala en busca de la pirata espacial, y se congeló en el acto a medio camino. Sintió un vació en el estómago una vez más, mientras sentía el deseo de que la tierra se lo tragara. Ahí, sentada en uno de los sillones, a un lado de una feliz Ryoko, estaba ella, la otra mujer que le movía el piso.

— Ayeka — dijo Tenchi casi en un susurro.

Continuará...

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Notas del Autor: Hola a todos, acá vamos con el segundo capítulo de esta historia que alguna vez intentó ser un One-Shot, y que ahora se extenderá por varios capítulos más.

Como lo dice este capítulo es principalmente una "charla de almohada", eso tan típico que ocurre luego de tener sexo con tu pareja. En esta parte traté de ser lo más realista posible, dejando de lado las idealizaciones y dar una visión aterrizada de las cosas; la charla distendida, intercambios subidos de tono posibles solo por la confianza que hay con tu pareja, la incomodidad del sudor pegajoso, el desastre en que se transforma la cama luego de una sesión demasiado intensa; en fin, una pincelada de realidad con esas cosas mundanas y algo incomodas que normalmente no se cuentan.

Esta "charla de almohada", iba a ser un poco más larga y explícita en un inicio, pero siguiendo el consejo de mi amigo y eterno pre-lector Fantastic-Man, bajé las revoluciones, ya que hay cosas que la verdad tampoco es necesario ir contado por ahí, además que me iba a alejar del verdadero fondo de todo esto.

Volviendo a la historia, acá vemos las consecuencias del emparejamiento de Tenchi y Ryoko, como todo es felicidad para ellos luego de aclarar sus sentimientos y compartir la cama, pero al seguir adelante para bajar a tomar un baño, las cosas se tuercen con un invitado inesperado.

Ayeka está de regreso, pero inesperadamente no está furiosa con Ryoko al entender lo que pasó ahí, por su parte Ryoko no está saltando de un lado a otro ni burlándose de Ayeka por haber conseguido a Tenchi, todo lo contrario, adopta una actitud de comprensión. ¿Qué está pasando aquí?

Acompáñenme en este intento a mi manera, de resolver los dilemas existenciales de Tenchi.

Saludos.