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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · アニメ·コミックス
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935 Chs

Mundo Shinobi - Mundo impuro - 383

Kokoro estaba acostada en un largo futon en medio de la habitación que le había designado Mito. A sus lados estaban Hana y Mana. La luz estaba apagada, la casa en completo silencio y las tres mirando al techo.

—¿Creen que Kain estará bien?— preguntó Kokoro —esa chica, Nagisa, estaba muy enojada—

Hana y Mana soltaron una risita divertida.

—¿De qué se ríen el par de idiotas?— preguntó Kokoro enfadada

—Bueno, Kokoro se preocupa demasiado por sensei, incluso si no es su esposa— respondió Hana

—Así es— añadió Mana del otro lado —pero sensei lo dijo. Su juego es demasiado fuerte para que Kokoro lo pueda entender a menos que se lo explique—

—Sí, esa niña Nagisa, está celosa de Kokoro y nosotras—

—A lo mejor de ustedes— dijo Kokoro con voz baja y el ceño fruncido —yo soy un gigante feo—

—¿Eso importa?— preguntó Hana

—Claro que importa, ya vieron la diferencia. Ese tipo de cabello gris, el amigo de Kain, casi se le salen los ojos al verlas, pero a mí ni siquiera me miró— respondió Kokoro

—¿Sensei hizo lo mismo?—

—Kain es amable con todo el mundo—

—Kokoro es demasiado débil— dijo Hana

—Sí— respondió Mana —Kokoro está demasiado indefensa, una vez que sensei la pruebe, ella no podrá hacer nada contra sensei—

Hana se comenzó a reír y Mana la siguió.

—Son ruidosas— protesto Kokoro —ya cállense, no sé ni siquiera porque las escucho. Fue lo más estúpido preguntarles a dos zorras como ustedes—

Hana y Mana se taparon la boca mientras reían, se calmaron y Hana continuo —ooh, que pena, y yo que pensaba ayudarle a Kokoro a seducir a sensei—

—Yo…no estoy interesada en Kain— respondió Kokoro con timidez

—Mmm, si Kokoro-chan sigue así, jamás se acercará a sensei— dijo Mana

—Así es— dijo Hana —es una pena, solo nosotras disfrutaremos de sensei. Imagínate, Mana y yo, las dos jugando con sensei al mismo tiempo mientras Kokoro-chan solo puede estar en la otra habitación, escuchando como jugamos—

—Sensei debe ser muy vigoroso cuando lo hace, para tener tantas esposas—

—Cállense, par de zorras— grito Kokoro, se sentó, tomo la cabecera de su futon y golpeo a cada una. Hana y Mana se cubrieron y recibieron los almohadazos mientras se reían. Sin embargo, cuando escucharon al grupo de bebés llorando por el pasillo, se quedaron congeladas y se taparon la boca. A los pocos segundos se escucharon pasos pesados por el pasillo y al minuto, la puerta se abrió.

—¡Mocosas! les dije que por la noche nadie hace ruido. Los bebés duermen, ahora se levantan y ayudan a cuidar de los bebés. Ahora, arriba, arriba, arriba— rugió Mito.

Al otro día, Kain se levantó a las siete de la mañana y dejo a Nagisa durmiendo en su habitación. Él caminó por el pasillo y se encontró a Kokoro, Hana y Mana en bata mientras cuidaban de los bebés. Estos últimos estaban durmiendo, pero como si tuvieran un radar, sintieron a su padre y se despertaron.

—aaaaaa— protestaron Kokoro, Hana y Mana mientras soltaban una exhalación

Kain las miró, sonrió divertido y les preguntó —¿Qué les paso? ¿Ahora quieren ser niñeras? No me importa, pero Hana y Mana tienen que guardar tiempo para estudiar—

—Sensei— se quejaron Hana y Mana

Kain miró al par de muchachas de cabello blanco y piel oscura. Eran naturalmente hermosas, pero ahora sus hermosos ojos grandes y expresivos tenían ojeras. Además, parece que un gato se peleó con su cabello.

Kain camino hasta Kokoro, ella cuidaba del gran Mugen, pelirrojo y de ojos azules. El muchacho miraba a Kokoro y después dirigió su mirada a Kain. Este último le acaricio las mejillas regordetas. Kain miró a Kokoro a los ojos, ella lo quedó mirando y se ruborizo.

—Gracias— dijo Kain

—De nada— respondió Kokoro con timidez

Kain miró a Hana y Mana, se acercó a ver a Hashirama y Miyuki. Como siempre, Hashirama estaba enérgico y parecía querer salir a jugar. Por otro lado, Miyuki miraba Kain con inteligencia en esos hermosos ojos azules, pero ya no aparentaba ser un bebé lindo. Ella miraba Kain y lo examinaba. Kain soltó una risita, beso a sus dos hijos y se apartó.

—Devuelvan a los bebés, tomen una ducha y prepárense. Voy a preparar el desayuno y después de eso nos iremos a la capital de la nación del Rayo—

—Espera— preguntó Kokoro —¿Tú cocinas?—

—Claro, un poco— respondió Kain con una sonrisa y avanzó por el pasillo

Kokoro quedó mirando la espalda de Kain durante varios segundos y bajo la mirada. Después miró a Hana y Mana. Ellas sonreían al verla tan distraída. Kokoro negó con la cabeza y les dijo —vamos, sensei nos espera—

Hana y Mana se miraron un tanto confundidas y después se largaron a reír.

—Yo estoy loca— dijo Kokoro mientras caminaba a la habitación de Tsubaki —pero ustedes parecen tontos cada vez que se ríen—

Hana y Mana negaron y fueron a devolver a los bebés que los habían hecho cuidar toda la noche por ruidosas.

Una hora después, Kokoro, Hana y Mana estaban comiendo en la mesa del comedor. Eran ellas, Aoi y Kain. El resto seguía durmiendo, pero poco a poco se escuchaba el movimiento en la casa.

Kain estaba sentado a la cabecera, con Aoi a su izquierda y Kokoro a la derecha. Hana y Mana estaban al lado de Kokoro. Todos comían en silencio.

Kokoro era la más sorprendida, la comida de Kain era muy sabrosa. Ella tuvo la mala suerte de probar la comida de su hermano cuando era niña, así que cuando empezó a ganar dinero haciendo misiones para la villa, dejo de comer la comida de su hermano. Después de eso nunca más volvió a probar comida casera, ni siquiera en casa de amigos.

—¿De verdad tú hiciste esto?— preguntó Kokoro

Kain le dio una mirada, sonrió y negó con la cabeza —no, lo hizo un duende que vive en la casa. Le dije que le pusiera un poco más de sal a la sopa de miso, pero no me escucho. Así que ahora no le daré comida—

Kokoro frunció el ceño y respondió —idiota—

Hana y Mana sonrieron, pero ya no se rieron porque Kokoro era demasiado sensible y se estaba enojando.

Una vez que terminaron de comer, Kain, Aoi, Kokoro, Mana y Hana se despidieron. Aoi los acompañaría en esta misión. Kain las guio a una habitación vacía, los cinco formaron un círculo.

Kain miró a las cuatro y dijo —muy bien, en estos momentos vamos a ir a la capital del país del Rayo. Yo estoy a cargo y Aoi es el segundo al mando, ninguno de ustedes se mueve sin nuestra autorización. No me importa sus buenas intenciones, su astucia o la oportunidad del momento. La situación es delicada y cualquier movimiento en falso puede ser tomado como alta traición. Ellos solo buscan una excusa— Kain miró a Kokoro y continuo —como en el caso de tu hermano. Realmente no importaba que yo haya llevado a Aoi, tampoco que yo invitara a Hana, Mana, Ren y Kazuya a seguirme. Solo eran excusas—

Kokoro asintió.

Kain miró a Hana y Mana y ellas también asintieron.

—Como les dije, Aoi es la segunda al mando en este grupo. Ella comando la defensa de la costa de la nación del Fuego contra Kirigakure. Ella sabe de lo que habla, así que no tolerare cuestionamientos a su razonamiento o a sus órdenes ¿Entendido? Si alguna de ustedes tiene problemas con eso, dígalo ahora. Las dejare fuera de esta misión—

—Perdón— dijo Kokoro —¿Pero cuál es nuestra misión?—

—Observar— respondió Kain —observar quien me sigue, observar quien está cerca de la mansión del clan Hoshino. Observar si alguien nos sigue a lo largo de la capital. Observar si hay algún movimiento raro en el clan Hoshino. Y en último caso, ser la fuerza de respuesta si alguien me ataca—

—¿Por qué alguien te atacaría?— preguntó Kokoro

Kain sonrió y negó con la cabeza —no necesitas saberlo, solo sigue las órdenes y mantente alerta—

Kokoro frunció el ceño, pero asintió.

Kain miró a Aoi y le dijo —ordena al grupo, dale sus posiciones y mantén control sobre tus shinobis. No quiero problemas ni descuidos, no lo tolerare ¿Entendido?—

—Sí, señor— respondió Aoi con una expresión seria

Kain asintió, sacó a Vástago del interior de su haori y lo encendió. El diamante gris emitió una luz roja en su ojo y levitó. Kain dijo —Vástago, transpórtanos al bosque, a diez kilómetros de la puerta sur de la capital de la nación del Rayo. Busca signos de movimientos en los alrededores con la ayuda de la unidad Janos—

—Entendido— respondió Vástago —solicitando permisos a unidad administrativa Guardián. Procesando. Recibiendo respuesta de unidad Janos, mapa de la región obtenido. Permiso concedido, viajando a localización solicitada—

Al instante siguiente desaparecieron de la habitación de la casa de Kain y aparecieron en medio de un bosque, cerca de la capital. El cielo estaba despejado con algunas nubes blancas. En la capital de la nación del Rayo eran las dos de la tarde.

Kain se dio la vuelta y dijo —manténganse alerta y síganme—

Aoi miró a Kokoro, Hana y Mana. Todas eran hermosas en exceso, parecía un desfile de belleza. Aoi tomo una profunda respiración y dijo —Hana y Mana cuidaran izquierda y derecha respectivamente. Kokoro vigilara la retaguardia. Si hay intervención de algún tipo, tú apoyaras a Kain-sama mientras yo, Hana y Mana nos preocuparemos del resto de los enemigos—

—Sí— respondieron

Después Aoi se dio la vuelta y camino detrás de Kain mientras Hana, Mana y Kokoro seguían las órdenes.

Pronto alcanzaron la carretera alrededor de la capital. Podrían haber saltado las grandes murallas que rodeaban a la ciudad y moverse por los techos, pero en la capital estaba prohibido cualquier tipo de movimiento shinobi. Era la paranoia y el miedo que provocaban aquellos con el milagro del chakra.

Kain y su grupo tuvieron que viajar a pie hasta la puerta de acceso sur de la capital. Hablaron con la policía militar y después de media hora, los dejaron entrar, no sin antes advertirles que no utilizaran jutsus ni nada por el estilo o la policía militar estaría encima de ellos.

Dentro de la capital de la nación del Rayo, el país con más recursos financieros en el continente, la infraestructura era bastante antigua. Las calles eran anchas, pero no estaban preparadas para que transitaran vehículos. Se notaba que los Hoshino o cualquier otro clan civil no habían podido avanzar con el desarrollo de los vehículos. De lo contrario, las calles se hubieran enanchado, aplanado, adoquinado, trabajadas con asfalto, puesto señaléticas y desarrollado veredas.

Por otro lado, todo era un caos: los caballos y carretas por las calles, la gente transitando y cruzando donde quería, los puestos ambulantes uno detrás de otro ocupando la mitad de la calle. La gente con ropa humilde, vestidos con kimonos y manteniendo un estilo más antiguo. Como Konoha, pero hace diez años atrás, cuando los civiles todavía vivían en chozas.

Los edificios con arquitectura antigua similar a las pagodas. Los postes de luz recién puestos, los cables pelados emitiendo un zumbido molesto y peligroso. Si llegaban a cortarse, caer a la calle y golpear a alguien, la gente moriría por el alto voltaje. Excremento de perro y caballo en medio de la calle. El acueducto emitiendo un asqueroso hedor. Los pobres viviendo en los callejones, haciendo pequeñas fogatas para calentarse mientras comían lo que podían. Muchos niños corrían detrás del grupo de Kain pidiendo monedas.

Kain tomo una profunda respiración y se detuvo. Aoi y el resto estaban al límite de su ingenio tratando de mantener a la gente a raya sin utilizar la violencia. Al mismo tiempo, llego un policía preocupado de que la gente estuviera molestando a un noble.

—Aun lado, aun lado— dijo el policía vestido con la chaqueta táctica blanca de Kumogakure, pero en la espalda utilizaban un shuriken de color celeste, muy parecido al que ocupaban los Uchihas, pero sin el abanico en el centro.

La gente se dispersó y Kain los quedó mirando. Ni siquiera los civiles que vivían en Konoha parecían tan maltratados por la pobreza.

—Gracias— dijo Kain

El policía, un tipo moreno de cabello oscuro y corto, miró a Kain y asintió —de nada señor, le sugiero que camine diez cuadras más allá (señalo con el brazo hacia la izquierda de Kain, donde había una calle que se extendía varias cuadras). En este sector se verá afectado por los indigentes—

—Busco el hotel Shen—

—Eso está a veinte cuadras de aquí—

—Gracias— respondió Kain y camino a donde le dijo el policía

—Usted no es de aquí ¿Cierto?— dijo el policía, tratando de alcanzarlo, pero Aoi se interpuso entre ellos

—Tranquila, Aoi, déjalo que se acerque. Mantengan la posición y continuemos avanzando. Será bueno tener un guía— respondió Kain, después miró al policía y le preguntó —¿Cuál es su nombre?—

—Eichiro, señor— dijo el policía

—Eichiro, háblame de la capital— dijo Kain y continúo caminando en la dirección que había señalado Eichiro.

Eichiro lo siguió de cerca, miró hacia atrás a las mujeres hermosas que trabajaban para el tipo del cabello blanco que caminaba por delante con el hermoso haori blanco con dos emblemas en su espalda. Eichiro miró a Kain y le dijo —la capital está cambiando y muchos barrios bajos fueron desmantelados. Como consecuencia, los barrios pobres se inundaron de indigentes y ahora este es el resultado. Por lo general la gente que se ve como el señor camina por otras calles o viaja en carruaje. Por eso supuse que usted no era de aquí—

—Así es Eichiro— respondió Kain con una sonrisa, avanzo por las calles y al atravesar las diez cuadras que le dijo Eichiro, fue como viajar a otro mundo. Las calles estaban más ordenadas, los hoteles se veían lujosos y las tiendas ordenadas, con grandes ventanales, de aspecto limpio y ordenado. La gente se veía menos sucia y el suelo estaba adoquinado, aunque los postes de luz seguían siendo de madera y los cables pelados emitiendo un zumbido.

—El hotel shen es por acá, señor— dijo Eichiro y lo guio calle arriba, con dirección al centro de la ciudad

Kain lo siguió y le preguntó —¿Algún lugar que recomiendes?—

—Lo siento, señor, pero el hotel Shen es el mejor de la ciudad. Ni siquiera me lo puedo permitir, así que, si tuviera que recomendarle algo, sería que pruebe el restaurant del hotel—

—Suena lógico, pero eso es comida profesional. Quiero probar la comida local, esa no la venden en los hoteles de lujo—

–A la altura del hotel Shen, retrocede tres cuadras como si fuera a la avenida sur. Hay un puesto de fideos y mariscos. Ahí podrá probar la comida local—

—Veo, lo tendré en mente. Gracias—

—De nada señor—

Eichiro sonrió y guio a Kain durante todo el camino mientras le contaba sobre los lugares turísticos y los mejores restaurantes. Sin embargo, lo que no esperaba Eichiro era encontrar a su capitán en la puerta de entrada al hotel Shen. Un edificio con forma de pagoda de más de diez pisos. Había una amplia escalinata de diez escalones que los llevaba a la entrada con puertas de vidrio.

—Capitán— dijo Eichiro un poco asustado, había dejado su posición por acompañar a un noble de otro país. Esperaba que ayudar a Kain le trajera buena suerte o al menos una buena propina.

—Eichiro, bien hecho— dijo el capitán, un hombre de piel pálida y cabello rubio hasta los hombros. El capitán miró a Kain e hizo una pronunciada reverencia como si estuviera hablando con el daimio —es un placer conocerlo, Kain-sama—

—Buenas tardes, capitán— dijo Kain, se detuvo a dos metros del capitán y lo quedó mirando hasta que el capitán enderezo la espalda. Entonces lo miró a los ojos y le preguntó —¿Su nombre?—

—Puede llamarme Taichi, señor—

—Mucho gusto, Taichi. Dígame ¿Cuál es el horario?—

—La familia Hoshino arreglo habitaciones para usted y sus acompañantes en el hotel. Mañana en la mañana lo llevaremos a la residencia Hoshino, a las afueras de la capital—

—Entiendo— dijo Kain, se volteó, miró a Eichiro y continuo —muchas gracias por tu ayuda, Eichiro. Si a futuro vengo de nuevo a la capital, le pediré a tu capitán que te asigne a mi grupo—

Eichiro puso una sonrisa, pensando que tuvo suerte y se encontró con un pez gordo. Eichiro hizo una amplia reverencia y dijo —sí, señor, muchas gracias por su consideración—

Kain asintió, miró al capitán Taichi y le dijo —por favor, lidere el camino y considere a Eichiro para la próxima—

Taichi miró a Eichiro y asintió. Después miró a Kain y dijo —sí, señor— señalo con la mano derecha a las puertas del hotel y Kain avanzó por delante.