—Kain, bastardo— dijo Gengetsu desde el municipio de Kirigakure mientras miraba el cielo con dirección hacia la isla de los Uzumaki —¿Qué hiciste?—
Kain estaba a su lado, de brazos cruzados (era otro clon verdadero). Ellos eran los únicos en la oficina, el resto de los shinobis corrían a la costa a ver lo que podían hacer. La fuerza de choque fue lo bastante fuerte para que produjera una ventisca que alcanzo a Kirigakure. No era natural, eso estaba claro y todos estaban espantados.
—Nada, idiota— dijo Kain —tengo cosas que hacer—
—¿Es el momento?— preguntó Gengetsu
—Sí, es el momento— respondió Kain y desapareció de la oficina de Gengetsu.
Gengetsu miró hacia donde estuvo Kain y murmuro —todavía no me acostumbro a que haga eso— dijo y tuvo un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.
Por su parte, Kain apareció en la costa de una isla cercana a Kirigakure. Era una isla solitaria, ya que era el territorio de entrenamiento de las siete espadas de Kirigakure. Cualquiera que entrara sin invitación debía tener la suficiente fuerza para sobrevivir.
Kain estaba de pie en la playa, a sus espaldas el mar y el suave oleaje —Vástago, Segador, modo fantasma— dijo
Al instante, Segador y Vástago salieron del interior del brazalete en el antebrazo izquierdo de Kain y emitieron una ligera capa de energía como si fuera un susano del tamaño de una persona. Sin embargo, en lugar de tener la forma de un demonio tengu, tenían la silueta de Madara y Tobirama.
—Adelante, misión espadas de Kirigakure, maten a todos excepto a Fuguki Suikazan— dijo Kain
Vástago y Segador se movieron a una velocidad vertiginosa y desaparecieron.
Vástago seguía el patrón de movimiento de Madara, así que era muy veloz y fuerte, sobre todo su sistema de percepción respaldado desde el cielo por la unidad Janos. Nada se escapaba a su visión. Vástago se demoró pocos segundos en encontrar a un shinobi con una larga espada con forma de aguja y una cadena como si fuera el hilo. El tipo reacciono de inmediato, se puso en guardia y Vástago lo ataco de frente. Fue fácil, Vástago había grabado los patrones de movimiento de Madara, así que domino el combate al corto alcance como si una espada de Kirigakure no fuera diferente de un genin.
Vástago le quito la espada y lo decapito de un solo movimiento. La cabeza con una amplia melena rubia y una máscara blanca cayó al suelo rodando.
Vástago lo quedó mirando y cuando confirmo que todos los signos vitales habían cesado, almaceno el cuerpo y la espada con forma de aguja.
Por otro lado, Segador encontró a un tipo con una espada que parecía un pergamino lleno de sellos explosivos. Segador no necesitaba el kunai con forma de tridente o los sellos para guiarse y trasladarse. Él desapareció como lo haría Kain y apareció detrás del shinobi. El tipo se trató de dar la vuelta para atacarlo con su extraña espada, pero Segador desapareció y volvió a aparecer en la espalda. Le tomo la cabeza y en un movimiento brutal, le torció el cuello en un solo movimiento.
Segador quedó mirando al shinobi con la cabeza mirando hacia atrás. Los signos vitales disminuían muy lentamente, el cerebro se estaba quedando sin sangre, pero el corazón lo seguiría manteniendo vivo por un par de minutos. Así que Segador formo una especie de espada con su propia energía y le perforo el corazón. Después guardo la extraña espada con forma de pergamino y el cadáver.
Por su parte, Kain estaba mirando el progreso a través de un cuadro de dialogo que trasmitía todo lo que había alrededor de las unidades de apoyo.
—Trae a Ruriko y Yayoi Yuki— dijo Kain
Al instante, Ruriko y Yayoi aparecieron en la playa de la isla de las siete espadas de Kirigakure. Ellas miraron los alrededores, pero cuando vieron a Kain se tranquilizaron.
Kain quedó mirando a Ruriko y Yayoi, ellas lo miraron con respeto y se arrodillaron. Kain asintió a su actitud —espera cinco minutos, te llevare con Fuguki— dijo
—Su excelencia— dijo Ruriko con la cabeza gacha y mirando hacia la arena. Era un misterio para ella como Kain hacia esto, pero si en un futuro su hijo alcanzaba este nivel de conocimiento, sería una gran ventaja para restablecer su clan —¿Cómo podemos estar seguros de que ese bastardo de Fuguki profano las tumbas y planeo la muerte de mi clan?— preguntó
Kain quedó mirando a Ruriko, se fijó en el cabello negro en la mollera y cano a los costados —te mostrare sus recuerdos una vez que lo capturemos— dijo
—Y si él acaba con su vida antes de eso—
—Tú cállate y escucha lo que te digo. Nadie te compro para que pusieras en tela de juicio mis palabras—
—Lo siento mucho su excelencia. No volverá a pasar—
Kain la ignoro por completo y volvió a mirar lo que hacían las unidades Vástago y Segador. Fueron veloces, su capacidad para emular los movimientos de Madara y Tobirama fue la mejor. Era difícil diferenciar a los originales de las copias.
—Vamos— dijo Kain y comenzó a caminar.
Ruriko y Yayoi se pusieron de pie y lo siguieron, pero su intención asesina era tan fuerte que filtraban su chakra por los poros de su cuerpo como si fuera una neblina gélida.
Kain frunció el ceño, pero no las podía culpar. Sus ancestros habían sido profanados, su familia asesinada y ahora no les quedaba nada, pero el odio y la venganza. Ellas tenían un gran potencial de volverse molestias y si no fuera por el buen corazón de Mana, Kain nunca las hubiera comprado. En muchos sentidos, no tenían nada más que ofrecer que su cuerpo y sus habilidades shinobis, pero para alguien como Kain, eso era menos que nada. En estos momentos, solo una de las unidades de apoyo era más poderosa que las dos juntas.
—Alguien, vengan pronto— grito alguien desde el bosque, era Fuguki Suikazan —alguien, ayuda—
Kain, Ruriko y Yayoi llegaron a un claro donde estaba Fuguki, pero al verlo, se dieron cuenta que ya no era tan algo. Le faltaban las cuatro extremidades, se veía débil y ojeroso. Había perdido sangre, pero sus heridas estaban cauterizadas con fuego. El dolor debió ser terrible.
Kain se detuvo a tres metros de Fuguki.
—Tu fuiste, lo sabía desde el principio, por eso los extranjeros— grito Fuguki como si estuviera enloquecido.
Kain lo ignoro por completo y estiro su mano derecha, lo levantó en el aire con su técnica de gravedad y activo su sharingan hasta el tercer tomoe. Él miró a Ruriko y Yayoi —tienen que estar receptivas a mi espacio de genjutsu. De lo contrario será imposible— dijo
Ruriko y Yayoi asintieron, pero no les gusto para nada la frase "especio de genjutsu". Significa permitir ser manipuladas, pero como ya habían formado un contrato con Kain, no les quedaba nada que perder. Ellas tenían un enorme sello alrededor de su cuello como un tatuaje que ennegrecía su piel tan blanca y suave como la porcelana.
Kain entro a la conciencia de Fuguki y reviso sus recuerdos. Fue como ver todo lo que hacía a una gran velocidad. Kain fue tomando nota de nombres, montos de dinero, contactos y conspiraciones. Solo cuando encontró los recuerdos asociados a la muerte del clan Yuki y la profanación de las tumbas, activo el espacio de Genjutsu y lo compartió con Ruriko y Yayoi.
Gracias al espacio de Genjutsu, Ruriko y Yayoi no pudieron reaccionar de inmediato, pero estaban locas y querían destrozar a Fuguki.
Kain termino de leer la memoria de Fuguki y en el mundo físico, lo lanzó al suelo. Él desactivo el espacio de Genjutsu y escucho los gritos de locura y odio de Ruriko y Yayoi. Ellas se transformaron en animales, nada de finas artes o pensamientos refinados. Fue la locura, cada una formó un torpe kunai rustico de hielo y saltaron sobre Fuguki para apuñalarlo una y otra vez.
Nadie pensaría que mujeres tan hermosas y refinadas podían perder su humanidad en la locura.
Fuguki se convirtió en un pedazo de carne y sangre irreconocible. Ruriko y Yayoi lo apuñalaron incontables veces en medio de los gritos que profesaban maldiciones y odio eterno. Ellas se comenzaron a cansar, pero lo seguían apuñalando a pesar de que Fuguki era irreconocible. Sin embargo, cuando volvieron a sus cinco sentidos, ellas se detuvieron y comenzaron a llorar. Madre e hija se abrazaron y lamentaron sus pérdidas.
Ruriko y Yayoi se pusieron de pie y se levantaron avergonzadas por mostrar tal actitud delante de Kain. No se atrevieron a mirarlo a la cara. Ambas eran bellas, jóvenes, pero estaban cubiertas de sangre y tierra.
—Lo sentimos, su excelencia— dijo Ruriko con la voz quebrada, ella miró a Kain a los ojos mientras derramaba grandes lágrimas
Kain tomo un profunda respiración y asintió.
Las unidades de apoyo llegaron como si fueran las siluetas de Madara y Tobirama, pero al detenerse a tres metros de Kain, la energía se disipo y solo quedó el diamante con el ojo rojo y azul respectivamente.
—Límpialas y dale nueva ropa. Toma como referencia el modelo original— dijo Kain
Vástago y Segador levitaron hasta Ruriko y Yayoi. Ellos proyectaron un haz de luz y desintegraron la ropa de ambas. También eliminaron la sangre y cualquier otro elemento.
Kain las observo, con los niveles de estrógeno que manejaba cada una debería tener muslos, trasero y senos más grandes que los de Mana, pero eran esbeltas como las mujeres del clan Uchiha y prácticamente no tenían bellos. Su vagina estaba expuesta, una pequeña línea divisoria. La piel tan blanca y suave como la porcelana, senos pequeños y pezones con una aureola rosada.
Al instante siguiente, Vástago y Segador produjeron ropa alrededor de Ruriko y Yayoi. Ellas terminaron tan perfectas como antes de caer en la locura de la venganza.
Ruriko y Yayoi miraron a Kain y después agacharon sus rostros mientras se ruborizaban. Ruriko nunca dejo que otro hombre que no fuera su esposo la viera desnuda y Yayoi a sus veinte años, no había conocido a ningún hombre.
—Lo que paso aquí, se queda aquí— dijo Kain —no quiero que muestren sus pesares o sentimientos delante de Mana. Ya es bastante bueno que ella las haya comprado. Recuerden a quien le deben su lealtad y nunca la traicionen. De lo contrario, la muerte será su menor preocupación—
Ruriko y Yayoi se arrodillaron delante de Kain y respondieron al mismo tiempo —sí—
—Bien, recuerden servir bien a mi esposa y cuidarla. Ella es mi tesoro—
—Sí, su excelencia— respondieron Ruriko y Yayoi
—Ahora vámonos— dijo Kain y una de las unidades de apoyo se acercó a lo que quedaba del cuerpo de Fuguki y proyectaron un haz de luz para recoger cada una de sus partes. Kain dijo —muelle de Kirigakure—
Al instante desaparecieron de la isla y solo quedó la suave brisa del mar meciendo las ramas y las hojas de los árboles.
Kain, Ruriko y Yayoi aparecieron en el muelle y caminaron hacia el yate. En ese momento del día Ryoma estaba haciendo sus entrenamientos supervisados por un clon de madera junto a los otros genin.
La compuerta de la bodega del yate bajo y conecto el muelle con el yate. Kain avanzó primero mientras Ruriko y Yayoi lo seguían. Además de los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, no se veían signos de combate en ninguna parte de su cuerpo.
Kain subió la escalera de caracol, pero se detuvo en el tercer escalón —voy a tomar tus tierras y sacar tu casa. Construir una mansión adecuada a los tiempos ¿Tienes alguna queja?— preguntó
Ruriko agacho la cabeza y negó con los ojos apretados. Solo quedaba en ella el dolor y la vergüenza de caer en el estado de esclavitud —es todo suyo, su excelencia. Yo, ya no soy dueña de ese lugar—
—Bien, hablare con Mana para que te dé el cargo de administradora de esas tierras. Ahora representaras a mi familia—
—Estoy— dijo Ruriko con dolor en su corazón —estoy muy agradecida—
—Lo sé, no lo entiendes ahora, pero en el futuro lo entenderás. Por ahora, guarda luto por tu familia. Es lo mínimo que puedes hacer—
—Agradezco su consideración—