—¿Cómo te llamas?— preguntó Kain mientras caminaba junto a Shamon y su nieto a las afueras de Sunagakure.
Shamon iba al lado de su nieto, un muchacho de cabello oscuro, desordenado y mirada apática.
—Sasaki ¿Por qué?— respondió el muchacho de malhumor
—Sasaki, responde bien. Tu madre no te enseño así— añadió Shamon con una expresión seria.
—Ya lo sé, abuelo, pero los monstruos me ponen de malhumor—
—¡Sasaki!—
—Lo entiendo, lo entiendo— dijo Sasaki, miró a Kain y se detuvo. Él lo miró a los ojos, Kain realmente lo molestaba. Sin embargo, de forma inusual, él se fijó en la ropa que Kain llevaba puesta como si la estuviera evaluando. No obstante, no dijo nada en especial, solo se presentó —su excelencia, mucho gusto. Soy Sasaki, nieto del segundo Kazekage. Estaré a su servicio— dijo, pero después frunció el ceño y murmuro —pero que mal gusto—
Lo cual se ganó el puño de Shamon sobre su cabeza.
—Viejo, te digo una y otra vez— protestó Sasaki mientras se agarraba la cabeza —no me golpees en la cabeza. Me vas a dejar idiota—
—Te estoy diciendo que seas respetuoso una y otra vez, por eso no encajas. Solo me haces preocuparme por ti— respondió Shamon
Kain los quedó mirando, viendo como el siempre serio y tranquilo Shamon perdía la calma por un niño que debía tener ¼ de su edad, sino menos.
Ellos siguieron caminando colina arriba hasta salir del cañón en donde se había construido Sunagakure.
Ellos siguieron por el largo pasillo que se formaba entre las montañas y cuando vieron la luz del exterior, se detuvieron a la sombra, antes de salir al desierto.
Kain se apoyó en la pared, sacó un habano, se lo ofreció a Shamon, pero él negó de forma cortes. Kain asintió, lo encendió y miró al muchacho. Sasaki era joven, de aspecto esbelto, el cabello negro, desordenado y peinado con las manos hacia adelante. La mirada apática como si supiera algo que los demás no saben.
—¿Eres titiritero?— preguntó Kain mientras le daba una calada a su habano
—Por supuesto— respondió Sasaki
—Sasaki— dijo Shamon a modo de advertencia
Sasaki frunció el ceño, pero después miró a Kain a la cara y continuo —sí, señor, soy titiritero como mi abuelo—
—Interesante— dijo Kain —¿Algo de lo que tenga que cuidarme?—
—No, bromees. Eres el dios shinobi ¿Qué tendrías que temer?— preguntó Sasaki con una sonrisa despectiva
Kain sonrió con astucia, lo que hizo sonreír también a Sasaki.
—Tengo una especialidad— dijo Sasaki con una mirada afilada
—¿Cuál sería esa?—
—Cazar monstruos— dijo Sasaki con una amplia sonrisa
—¡Sasaki!— protesto Shamon
—Déjalo, Shamon— dijo Kain levantando la mano izquierda —que continue— él lo miró a los ojos y le guiño un ojo en señal de complicidad. Después llevó el habano a su boca y volvió a mirar a Sasaki.
Sin embargo, ese guiño hizo que Sasaki soltara un bufido de desdén como si lo estuvieran subestimando.
—Bien, Sasaki-kun— dijo Kain, camino hacia la salida del pasillo que se formaba entre las montañas y salió al desierto abierto —muéstrame tu magia—
Sasaki sonrió, pero primero miró a su abuelo y este último lo quedó mirando algo acomplejado, pero asintió.
Sasaki movió su mano izquierda y una onda de choque paso dividiendo la tierra árida hasta alcanzar a Kain. Este último saltó hacia un lado con tranquilidad, pero no se lo tomo a broma ni nada por el estilo. Pudo ver por un segundo una especie de hilo metálico avanzar y retroceder a gran velocidad. Eso le podría haber cortado un brazo, quisa dejarle una herida profunda.
Kain dio otro saltó y se detuvo sobre la arena para quedar mirando a Sasaki. Los titiriteros usaban marionetas controladas por hilos de chakra, pero Sasaki se movía hacia adelante sin marioneta alguna. Por otro lado, lo singular era que Sasaki ocupaba hilos hechos de acero y ocupaba el chakra para hacer que el hilo se moviera a su alrededor como una nube. Ni siquiera tenía una postura de combate, sino que caminaba con las manos en los bolsillos mientras ponía una sonrisa siniestra.
—Sabes, yo realmente odio a los monstruos. Así que sin resentimientos ¿Bien?— dijo Sasaki con voz insidiosa.
Al instante siguiente los hilos de acero chasquearon en el aire y se movieron como una onda de choque hacia Kain. La arena fue dividida por la presión del aire y cuando los hilos alcanzaron a Kain, este último estiro su mano y sujeto los hilos.
Sasaki se quedó tranquilo analizando lo que iba a hacer Kain.
Kain sujetaba los hilos y los examinaba, era un buen material. No, mejor dicho, un excelente material. Del acero más resistente que hubiera visto en este mundo. Kain miró a Sasaki, este último se mantenía tranquilo, pero Kain sintió como se movieron los hilos por detrás de él y estiro su otra mano para atraparlos.
Sasaki soltó una exhalación y respondió —por eso odio a los malditos monstruos. Nunca saben rendirse y morir—
Sasaki junto sus manos como si fuera a rezar, pero lo que hizo fue pasar los hilos a la mano izquierda y con la mano derecha libre, volvió a sacar más hilos y creo una tercera fuerza. Él volvió a atacar a Kain, este último tenía las manos atrapadas, podía sentir la presión cortante en sus dedos. Si fuera una chunin, los hilos de acero le hubieran rebanado los dedos. Sin embargo, si estos hilos estuvieran hechos de mineral de chakra, Sasaki podría cortar hasta a un jounin de elite. Y solo era un mocoso de trece años.
Los hilos de Sasaki volaron con violencia, dividiendo la arena y levantando una polvareda. Ellos impactaron a Kain, pero el resultado fue imposible de ver porque la polvareda lo impedía.
Por su parte, Sasaki sintió como sus hilos perdían tensión y eso lo hizo fruncir el ceño. Él chasqueo la lengua y dijo —oye, dios shinobi. Si ya terminaste de jugar ¿Por qué no me dejas ir a casa? Tengo que rascarme las bolas—
—¡Sasaki!— protesto Shamon cinco metros atrás de su nieto
—Ese fue un bonito truco— dijo Kain saliendo de la polvareda en un estado ileso.
Sasaki y Shamon observaban a Kain, pero con diferentes pensamientos. Shamon preocupado de que Kain pudiera estar enojado y Sasaki totalmente molesto. Este último cerró sus manos y los hilos se replegaron y quedaron volando a su alrededor como una nube. Tenía una mirada afilada y molesta.
Kain llegó delante de Sasaki, pero por alguna razón, este último estaba furioso con él. Su mirada lo decía todo —¿Cómo hiciste eso?— preguntó
—¿Eres idiota? ¿Para qué quieres saberlo? Los shinobis no comparten sus técnicas—
—Es solo cortesía, podría hacerlo por mi propia cuenta, pero es más divertido conversar—
—No quiero, y no me molestes— dijo Sasaki, se dio la vuelta y camino de vuelta —además, no quiero hablar con un tipo que se viste como un campesino. Santo cielo, que mal gusto. Dios shinobi y una mierda. Por eso odio a los nuevos ricos, no tienen una pisca de decencia. Si ojou-sama te viera seguramente soltaría un comentario mordaz—
—Sasaki, oye, Sasaki— dijo Shamon tratando de hacer volver a su nieto, pero al final solo pudo soltar un suspiro y mirar a Kain —lo siento, Kain-sama. Sasaki es un niño bueno, solo que es un poco complicado—
—No me molesta— respondió Kain mientras observaba al joven caminar con las manos en los bolsillos, la espalda encorvada y arrastrando los pies como si estuviera pateando la arena —vamos a ver cómo va el hospital—
—Sí, como usted diga— respondió Shamon, él pensó que caminarían de vuelta, pero lo que paso fue inesperado.
—Llévanos frente a la tienda de campaña en Sunagakure— dijo Kain y los dos desaparecieron del desierto y volvieron a las profundidades del cañón donde habían construido Sunagakure. Ellos aparecieron frente a la tienda de campaña donde Hana estaba enseñando ninjutsu médico y los clones de madera de Kain aplicaban ninjutsu médico y trataban pacientes.
La fila ya se extendía a más de cien personas, muchos de ellos ancianos.
Kain termino de fumarse el habano y camino al interior de la tienda. Ahí estaba un anciano pidiendo que la "señorita" lo trate, el clon de Kain no le daba ninguna confianza.
Kain avanzó de buen humor y le dijo —eso no va a pasar, ni hoy ni mañana ni nunca. Ella vino a enseñar ninjutsu médico y a supervisar. Ella solo intervendrá directamente si hay una operación ¿Desea que lo operen? No se preocupe, vengo preparado—
El anciano miró a Kain a los ojos, puso mala cara, pero al ver a su kazekage al lado de Kain, no respondió. En su lugar, él tomo sus cosas y se fue avergonzado.
—¿Seguro que te quieres ir? Te podemos atender ¿Acaso no tienes problemas a los pulmones?— preguntó Kain, por supuesto, él podía ver a tiempo real todos los problemas que tenía el anciano gracias a la interfaz visual del dispositivo susano. Atrofia muscular, reumatismo, discos desgastados, las rodillas en pésimas condiciones y así sucesivamente. Era la regla, no la excepción. La mayoría de los ancianos de la era de los estados combatientes vivían con terribles dolores, pero como estaban embrutecidos por el constante entrenamiento y años de combate, nunca se quejaban. Para ellos era normal.
El anciano tenía la cabeza canosa y el rostro arrugado. Él frunció el ceño y miró a Kain a los ojos.
Kain mostro una amplia sonrisa y le dijo —para la próxima recuerda tu edad y deja de comportarte como un muchacho—
—Insolente— respondió el anciano
—¿Más insolente que tu tratando de acercarte a mi mujer? No lo creo—
El anciano frunció el ceño, casi parecía listo para caminar a la salida, pero Kain torno los ojos al techo y negó con la cabeza ante la testarudez del anciano.
—Vuelve al consultorio para que te vea mi clon. Tengo conocimientos, soy nieto de Orochi Senju ¿Te suena de algo?—
Eso dijo más que todo lo que dijo Kain anteriormente y el anciano asintió de malhumor, pero volvió al consultorio.
Kain negó con la cabeza y miró hacia donde estaba Hana enseñando ninjutsu médico. Ella estaba observando a los alumnos mientras ellos practicaban sobre un pez y aplicaban un aura verdosa a través de su mano. Sin embargo, por mucho que ella estuviera al fondo de la tienda con otro grupo, la gente que venía a atenderse no la dejaba de mirar.
—Lo siento, Kain-sama— dijo Shamon
Kain miró a Shamon, tenía una mirada compleja. Kain sonrió y le dijo —vamos a hacer algo, tú te vas a dejar de disculpar por lo que no puedes controlar ¿Entendido?— Shamon asintió y Kain continuo —lo otro, tengo el dispositivo para el agua, pero antes que eso ¿Y los genin?—
—Los estamos reuniendo, su excelencia. Como no pensábamos enviarlos, ellos fueron enviados a realizar misiones. Algunos llegaran hoy, pero la gran mayoría llegara en una semana, sino dos a más tardar—
—Entiendo, una pena, pero no te preocupes. Los ayudare y tendrán una gran experiencia en los exámenes chunin—
—Lo sentimos—
—Shamon ¿Qué dijimos de disculparse?— preguntó Kain, lo miró a los ojos y Shamon asintió en silencio. Kain le dio unas palmaditas en la espalda y le dijo —bueno, por mientras veamos lo del agua ¿Está listo el acueducto?—
—Sí, señor— dijo Shamon y sacó un sello de su mochililla y se lo tendió
Kain lo recibió, activo el sello y este le entregó un plano de Sunagakure con la distribución de las calles y la forma del acueducto. Kain asintió y respondió —entiendo, vamos al municipio y de camino manda a buscar a Sasaki—
—¿Quiere examinarlo otra vez?—
—No. Es shinobi ¿Verdad? Quiero solicitar a Sunagakure el trabajo de guardaespaldas. Tú sabes, el mundo todavía está cambiando, aun es peligroso—
Shamon quedó mirando a Kain, pero este solo sonrió y le guiño un ojo en señal de complicidad.
—¿Escolta?—
—Sí, escolta, incluso si es malhumorado, tiene cierta habilidad—
—Entiendo, lo arreglare para que Sasaki venga y cumpla sus deberes con la villa—
—Eso sería de gran ayuda—