Dejé atrás a Noné y salí de la casa. Raidha y compañía se habían alejado un poco, pero se podía escuchar la pelea cerca de aquí.
Mi cuerpo se sentía completamente lleno de energía. Era una sensación distinta a cuando me transforme en lobo. Esa vez me sentía robusto, resistente. Esta vez, en cambio, mi cuerpo se sentía ligero y la percepción a mi alrededor había cambiado mucho.
Tomé un profundo respiro para calmarme, necesitaba entender cómo funcionaba este poder lo antes posible. Probablemente no sería muy distinto al de la tierra, así que de la misma manera que había aprendido a controlarla, liberé esta energía directamente a mi alrededor. No tardé en notar la misma atmósfera que me rodeaba, podía notar el más tenue aire correr.
«¿Esto es a lo que se refería la cuerva cuando dijo "entender el viento"?»
Cerré los ojos y me concentré solamente en la energía dispersada desde mi cuerpo. Fue sorprendente, podía notar a la perfección todo lo que me rodeaba dentro del rango de la energía, como un sexto sentido. Es difícil describir la sensación que sentía, era como conocer en cada momento dónde estaba cada partícula de aire. Y no solo el aire, sino los lugares donde faltaba este.
«¿Qué es esto? Lugares vacíos en el espacio… ¡Y algunos se mueven! Entiendo…»
Realmente era un sexto sentido. Podía "ver" todo a mi alrededor en una distancia de unos 50 o 60 metros, a pesar de necesitar concentrarme un poco. Lo más parecido sería la ecolocalización de los delfines o murciélagos. Muy raro pero ¡muy útil!
«Con esto puedo detectar a cualquier enemigo a mí alrededor… Es una lástima que necesite concentrarme… No creo poder usarlo en combate.»
Sin embargo, en ese mismo momento no tenía tiempo para seguir investigando a fondo mis nuevos poderes, con lo que hice un chequeo rápido y seguí adelante.
La mecánica era la misma que con la tierra, mezclar mi poder con la energía natural que me rodeaba y entonces podía mover el aire a voluntad. Lo sorprendente fue la parte en que mi cuerpo parecía generar electricidad por sí mismo.
«Me he vuelto una pila humana… O aviar…»
Abrí la mano y acerqué mi dedo pulgar al índice. Rayos empezaron a crepitar y moverse entre ellos. Vurtalis también dejaba salir electricidad a mi voluntad.
Y lo último que pude comprobar, fue que mi velocidad aumentó enormemente. Mis movimientos eran más rápidos, mi percepción y reflejos también parecían haberse mejorado significativamente. Y por supuesto, también corría mucho más rápido.
Eché a correr tan rápido como pude hacia mis compañeros. No tardé en llegar al lugar de la pelea. Por el camino encontré unos cuantos dragones muertos. Después de todo, esos tres no eran unos inútiles… Pero seguían habiendo demasiados enemigos y parecían aumentar.
—¡¿De dónde salen tantos?!
—No te distraigas. Ya no pueden quedar muchos más.
Raidha y Calitia estaban rodeadas. Era bastante obvio que estaban agotadas. Eché un vistazo rápido a mi alrededor, quedaban 23 dragones vivos.
«Pero… ¿Por qué hay tanta lagartija y qué hacen en el cielo? Es absurdo…»
Inmunes al fuego de Pyro, quien se podría considerar ahora mismo nuestra mayor arma de destrucción masiva. Raidha estaba débil y Calitia… Nunca vi pelear en serio a Calitia, pero probablemente era la que se estaba encargando de eliminar a los lagartos, con lo que tampoco le podía quedar mucha energía. Si quedaban 23, la pelea dependería de mí a partir de ahora.
Sin aligerar la velocidad, salté por encima de los lagartos hacia las chicas, justo en el momento que un dragón empezaba a tomar aliento. Por lo menos me elevé unos diez metros en el aire.
«¡Wow! menudo salto… Pues si que soy ligero.»
—¿Drayd? —ambas chicas preguntaron a la vez.
—Perdón por el ret… por llegar tarde. Y tú, lagartija, no creas que te dejaré quemar nada.
El dragón lanzó su aliento, pero yo creé un pequeño tornado delante de él que succionó todo el fuego y lo desvié hacia un lado, evitando que se nos acercara.
—¿Qué demonios hiciste esta vez? —se me acercó Raidha.
—Decidí cambiar el pelaje por plumas.
—¿Podrías responder en serio por una vez?
—Pensaba que eras un simple inútil que dependía de los demás —comentó Calitia mientras miraba el tornado desvanecerse junto al fuego.
[¡También te volviste un pájaro como Pyro!]
—No, no me parezco a ti… Y gracias por la confianza Calitia… En fin, han pasado muchas cosas.
—¿Muchas cosas?
—Sí… Muchas cosas… —respondí vagamente a Raidha.
—Como sea, ¿dónde está Noné? —Calitia se me acercó.
—La dejé a salvo en la casa. Ahora solo tenemos que eliminar a estos y volver con ella.
—¡¿La dejaste sola?! No me lo puedo creer. En fin, terminemos con estos antes de que se alejen y vayan a por ella.
Calitia empezó a brillar de nuevo, dispuesta a salir a toda velocidad a por los lagartos, pero inmediatamente la sujeté del hombro y la hice retroceder.
—No te preocupes, incluso ahora mismo me estoy asegurando que no hay nada cerca suyo. De todos modos, si tanto te preocupa ve con ella… Yo me encargo a partir de ahora.
Relámpagos empezaron a crepitar a través de todo mi cuerpo antes de salir disparado a toda velocidad hacia uno de esos dragones. Aprovechando el impulso clavé la punta de Vurtalis a través de sus duras escamas.
—¿Quién quiere dragón frito?
Bueno, probablemente no lo podría freír, pero aunque su piel fuera resistente al fuego, sus órganos internos probablemente no lo serían tanto. Y aunque lo fueran, hasta un pequeño voltaje es capaz de parar un corazón si le alcanza directamente.
La electricidad fluyó a toda velocidad desde mi mano a la punta de la espada con gran furia y velocidad. El dragón convulsionó fuertemente antes de derrumbarse en el suelo.
Las chicas y Pyro se acercaron, verificando que el dragón estaba realmente muerto. No pude evitar sonreír un poco ante su reacción.
—Bien el siguiente.
Levanté mi mano izquierda, apuntando directamente con mi índice a otro dragón que se acercaba y un rayó salió disparado de este. Un enorme sonido de explosión se escuchó cuando el rayo impactó…
—¡Waaaaa!
… Y quedé en ridículo… El rayo cayó en picado hacia el suelo justo debajo de mí, lanzándome por los aires por la explosión del impacto, justo delante de esas dos.
—¡¿Por qué disparas al suelo?! —se me acercó Raidha y me ayudó a levantarme.
—Realmente me sorprendiste.
[Pyro no entiende.]
-Idiota.
—Dejadme en paz… ¿Creéis que lo hice queriendo? ¡Obviamente no!
Suspiré pesadamente y me puse de pie nuevamente.
—Olvidé completamente que lo que yo uso no es magia… Sigo de alguna manera atado a las leyes de la física.
—¿Qué tiene que ver esto?
—La manera como funcionan los rayos… bueno, básicamente la electricidad fluye entre dos zonas de diferente potencial eléctrico por el camino más corto posible…
—No entiendo qué tiene que ver eso con que lances un rayo al suelo.
—Estamos encima de las nubes. Las nubes suelen estar ionizadas con lo que una descarga eléctrica será atraída por ellas… Y aunque estuviéramos en el suelo pasaría algo similar… No voy a pararme a explicar detalladamente cómo se produce un relámpago cuando yo mismo apenas conozco las nociones básicas… Simplemente tómalo como que no puedo lanzar un relámpago a un objetivo lejano.
Volví a dar un paso hacia el dragón mientras dejaba la electricidad crepitar a través de mis dedos una vez más.
—Pero eso no significa que no los pueda electrocutar si les golpeo directamente.
Me lancé hacia el dragón que ya estaba abriendo la boca de nuevo para escupir fuego y le agarré de la lengua. Al igual que antes, descargué la electricidad directamente en ella.
[Wow, eso fue rápido.]
Los otros lagartos parecieron asustarse al ver lo que pasó y tomaron distancia, pero con mi nueva velocidad no dejaría que se escapasen.
—La cuerva tenía razón, al final no son para tanto… Simplemente tienen la piel dura. Si encuentras la manera de pasar su defensa no son nada más que lagartijas grandes.
—No te creas tanto solo por matar un par. En fin, tomaré tu palabra. Tú te encargas de ellos, yo voy con Noné.
Calitia se fue y mandé a Pyro con ella. Nos quedamos Raidha, yo y unos 21 lagartos.
—Bien… Siguen siendo muchos.
—¿Tienes algún plan?
—No sé si se podría llamar plan o no… Pero tengo una idea para acabar con todos ellos a la vez.
Pues sí, tenía una idea. Para empezar, ¿cómo funciona un rayo? Un rayo al final no es más que una descarga eléctrica que salta entre zonas de distinto potencial eléctrico a través de un camino de aire ionizado. Entonces, solo tenía que crear un camino desde mí hacia los dragones. Crear una zona con un diferente potencial eléctrico encima de ellos que me permitiera redirigir la electricidad emitida hacia la zona donde ellos se encuentran. Además, las cargas eléctricas suelen dirigirse mayoritariamente hacia los extremos puntiagudos… O lo que es lo mismo... ¡Solo necesitaba plantarles un pararrayos en la cabeza!
Ráfagas de fuego empezaron a volar hacia nosotros. Las bloqueé de la misma manera que bloqueé el aliento anterior mientras buscábamos cobertura real. Una vez escondidos tras un edificio y asegurado de que Raidha no estaría en medio del fuego, salí al contraataque.
—Bien, hora de ver si funciona mi poco fiable idea.
Me arranqué unas cuantas plumas de esa especie de alas que salían de mis muñecas.
—¿Qué vas a hacer con eso?
—Mandarles un regalito con mucho amor.
Puesto que eran partes de mi propio cuerpo, las podía alterar un poco. Mi intención era crear algo que atrajera las cargas eléctricas, permitiendo a la electricidad volar por el aire directamente hacia ellas. Solo quedaba lanzarlas hacia los dragones. Por suerte, al ser plumas, eran fáciles de transportar por el aire y eso si que lo podía hacer con facilidad. Las lancé, y una a una, las fui moviendo a cada dragón que podía ver.
—Listo… Solo queda hacer una cosa…
Desplegué las alas por primera vez. Aunque no estaba seguro de si podría volar solo con estas extrañas alas, mi cuerpo se sentía lo suficientemente ligero como para que el viento fuera capaz de levantarme.
«¿De qué sirve tener alas si no puedes volar? Espero que estas puedan.»
Probablemente solo aleteando no alzaría el vuelo, pero tenía una solución a ello. Reuní el viento a mi alrededor y creé una fuerte ráfaga por debajo mío mientras me impulsaba con las alas. Ayudándome con esa corriente ascendente de aire, alcé el vuelo con facilidad. No podía controlarme bien, pero no era necesario. Lo único que pretendía era subir tan alto como pudiera.
Una vez alcanzada una altura que me pareció suficiente, me di media vuelta en el aire y quedé mirando hacia abajo. Por debajo de mí, todos los dragones me miraban y se disponían a lanzar su fuego.
—Espero que esto funcione… O probablemente quede como un pollo frito…
Mientras me precipitaba en caída libre hacia el suelo, apunté con Vurtalis dirección a los dragones. La electricidad se desató. Innumerables rayos salieron de la hoja dirigidos a cada pluma que lancé. Una fiesta de luces estalló en medio de la ciudad en ruinas. Todos los dragones cayeron muertos al mismo tiempo y yo aterricé gracilmente, o como lo que es lo mismo, me estampé de cabeza contra el suelo justo delante de Raidha….
—Primero tierra y ahora aire ¿Será verdad que podrás aprender a usar los demás elementos también
—No lo sé… Pero sí hay algo que debería de aprender ya…
—¿Eh? ¿El qué?
—A volar…