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La Saga Inicia.

"La noche antes de que el mundo tal y como lo conocíamos llegara a su fin, me quede despierto hasta tan tarde."

• Chelnald, Chelnald, venga, vamos a qué esperas. Sal ya a la pizarra tienes que hacer el ejercicio. Deja de estar pensando en tus cosas y sal. – Dijo el profesor.

• ¿En serio profesor?, es que no tengo ganas de hacer el ejercicio, podría hacerlo otra persona por favor. Bueno seamos sinceros, se me olvido hacerlo.

• Me da igual chico. Saldrás tú porque lo digo yo, además, aunque no lo hayas hecho sé que sabes la solución. – Respondió el profesor.

• Y si te digo que no me la sé, me vas a sacar igual… Así que voy a ello.

• Veo que empiezas a entender cómo van las cosas en mí clase - Haciendo especial énfasis en mi clase.

Tal y como dijo, o más bien tal y como me obligó, me dirigí a la pizarra pensando en la de cosas que me gustaría decirle a ese tipejo con aires de superioridad siempre mirando por encima del hombro a todo el mundo. Lo bueno es que siempre que intentaba pillarme desprevenido para poderme suspender, yo le respondía haciéndolo todo a la perfección, lo que le dejaba en muy mal lugar ya que empezaba a olerse que intentaba joderme la vida de algún modo. Y te aseguro que de todos los pensamientos que tenía sobre él, no había ninguna que fuera medianamente buena, después de todo a nadie le gusta ser obligado a ir a la pizarra. A mí por ejemplo me ponía muy nervioso, escuchaba murmurar a los demás y no paraban de decir "¿eso no está mal?" o "¿pero eso no iba en el otro lado?" y aparte de eso era lo de salir a la pizarra a hacerlo y que tendría que explicarlo mientras lo hacía, odiaba eso, pero al final siempre los hacía y curiosamente siempre me tocaban los más difíciles. Después de ese momento que me puso contra la espada y la pared, o, mejor dicho, entre los murmureos y la pizarra, me dirigí hacía el profesor, por llamarlo de algún modo y le pregunte si podía ir al baño, o lo que viene a ser lo mismo, la típica excusa de cuando quieres escaqueaste de la clase para dar ese paseo que tanto te relaja. Mi profesor al quedarse asombrado de que fuera capaz de solucionar el ejercicio de la pizarra, el cual estaba a nivel universitario, contestó dándome la tarjeta necesaria para ello. Pero lo que yo no sabía era lo que me esperaría ver en la parte de abajo. Mientras más bajaba las escaleras empezaron a escucharse unos pequeños gritos y golpes que parecían provenir de la puerta principal, cosa extraña ya que en los 4 años que estuve en ese instituto lo máximo que había visto era alguna que otra pelea entre alumnos y profesores.

Me acerqué a ver qué estaba pasando, y vi que varios profesores se dirigieron hacia la puerta de metal donde se encontraba un hombre un poco rechoncho y para nada expresivo. Al parecer era el que provocaba esos sonidos y daba esos golpes, aunque si tuviera que escoger que fue lo más raro de todo aquello en ese momento diría que como daba los golpes. Ya que este ser daba los golpes con todo su cuerpo. Lo primero que me vino a la mente fue que estaría borracho, cosa que tuve que descartar al instante porque solo eran las 9 de la mañana, lo segundo que pensé fue que tendría algún tipo de problema anímico, pero claro, obviamente no sería tan sencillo.

El director se dirigió a él para "hablar". Por lo que abrió la puerta dejando que entrara. No sé qué le pasaría en esa cabeza tan deforme, pero atacó violentamente a una profesora tirándola al suelo y fue entonces cuando me di cuenta que esa persona tenía la parte del cuello completamente segada, casi al borde de haber sido decapitado. Lo cual me preocupó muchísimo más ya que la pregunta del millón era ¿cómo es que un ser humano puede seguir moviéndose con semejante corte en el cuello? La profesora intentaba defenderse como podía pero fue increíble que incluso con 2 personas más ayudándola no pudieron quitárselo de encima, hasta que desgraciadamente dejo de moverse, por lo que pensábamos que había muerto debido a la gran pérdida de sangre, por culpa de un mordisco que parecía calculado puesto que fue directo a la yugular, o eso creían, pues la profesora se levantó como si nunca hubiera pasado nada, por lo que intentaron ayudarla sin saber porque, ella agarró del cuello al director y le mordió la cara arrancándole la nariz y la piel a cachos, después de caer al suelo de rodillas el director al rato de levantarse empezó a atacar a los demás junto con la profesora y esto fue pasando sucesivamente, profesor tras profesor y alumno tras alumno. Yo, que ya me hacía una idea de que podía estar pasando me dirigí a la clase tan rápido como pude, abrí la puerta y sin hacer ni puto caso al profesor (cosa que tenía ganas de hacer desde hacía años) fui a hablar con Barthulk, Draco, Eloy y Eduardo y les expliqué lo que pasó. Pero de todos ellos solo Barthulk y Draco me creyeron y salieron corriendo conmigo antes de que dijeran nada. Aunque no nos dio tiempo de llegar al taller de tecnología antes de que se oyera por megafonía:

• "A todos los estudiantes y profesorado. Estamos sufriendo lo que parece ser un ataque bioterrorista, esto no es un simulacro, sigan las instrucciones de su profesor y dirigíos hacía la salida, ordenadamente. Repito esto no es un sim… (golpe en seco y silencio durante unos segundos) ¡¡¡Espera, para, no, por favor, no te acerques a mí, fuera, aléjate!!! ¡no! ¡¡¡NOOOO!!! (fin de la transmisión)".

Eso era justo lo que más temía. Ya que eso provoco un miedo demasiado grande lo que al rato se convertiría en una matanza entre ellos mismos. Todos los estudiantes y profesores salieron de golpe de todas las clases, lo que produjo un festival de muerte y sangre en las escaleras y pasillos, lo que a su vez era un banquete para "ELLOS".

Después de lo sucedido conseguimos llegar a salvo al taller, pero no fuimos los únicos. Un pequeño grupo de solo 4 integrantes proveniente del anexo habían llegado antes. Para mi asombro eran, Gastón, un tipo lo suficientemente fuerte como para levantar ligeramente un tanque él solo, Lukdrai que suele ser un poco incauto y confiado en ocasiones, un extraño al que nadie conocía, lo cual no era raro, y que respondía al nombre de Nathan y Yorvanis, ser un poco introvertido, pero parecía que se podía confiar en él (dentro de lo que cabe).

Decidimos, naturalmente por una unanimidad, ir juntos a buscar recursos y armas para defendernos y sobrevivir. Necesitábamos un líder y sin saber por qué el líder al que eligieron fui yo (aunque me sentí bastante satisfecho con la elección).

Lo primero que dicte como líder fue que empezáramos a equiparnos con un par de objetos contundentes y algún que otro objeto cortante. Después de recoger todo lo utilizable para defendernos y comer. Hicimos inventario y lo que teníamos eran, 6 martillos, 4 sierras y una pistola de clavos de aire comprimido modificada por Barthulk para tener más apoyo y puntería haciendo que el retroceso sea menor. De autodefensa estábamos bien, pero de comida íbamos bastante mal, ya que tan solo teníamos un par de sándwiches y poco más. Por lo que nuestra siguiente misión sería buscar comida en la cafetería. La cual parecía bastante distante.

Al día siguiente después de dormir en ese áspero suelo, parecido a un pedregal, del taller, Gastón y yo nos armamos con armas contundentes y salimos para una sola cosa, ver algo que sin duda jamás olvidaríamos, algo que nos produjo náuseas. Desde que nuestras miradas se dirigieron hacia esas cosas que en algún momento eran personas que ahora solo son cuerpos ensangrentados y mutilados. Por mucho que lo intentamos solo había un camino y era recordando que ya no eran humanos y que ahora el mundo se regía por la ley del más fuerte.

Volvimos al taller, y allí nos dividimos en dos grupos, uno iba a explorar si quedaba algún sobreviviente por el instituto y el otro grupo iba a por provisiones a la cafetería, mientras los dos grupos estaban limpiando a los que llamamos "los perdidos", todo el instituto, mientras iban haciendo sus misiones. El grupo encargado de inspeccionar el instituto era Nathan y Lukdrai y el otro grupo encargado de ir a por suministros eran, Gastón y Chelnald, o sea yo, entonces en la base se quedó poniendo defensas Barthulk, Draco y Yorvanis.

Corrimos contra ellos y apuntando con el martillo y le destrozamos el cráneo a todos los que se nos acercaban. Después de varios perdidos, llegamos a la cafetería, para recoger comida, pero antes vomitamos del asco, lo que pasamos fue muy asqueroso, pero fue con ánimos de supervivencia. Recogimos toda la comida disponible y la pusimos en la maleta al parecer ya había sido saqueada pero menos da una piedra. Volvimos al taller para comer y prepararnos para dominar el instituto porque obviamente las clases habían quedado suspendidas de forma indefinida.

Mientras el otro grupo estaba inspeccionando el instituto por supervivientes, encontraron a tres niñas de 1°ESO totalmente asustadas. Luego decidieron, que vendrían con ellos y Nathan estuvo de acuerdo vinieron al taller y se presentaron las niñas y después nos presentamos nosotros.

• Me llamo Sara, y las otras dos se llaman Skyler y Asada.

• Encantado de conocerlas, yo me llamo Chelnald y estos son: Draco, Yorvanis, Barthulk, Lukdrai, Gastón y Nathan.

• Encantado de conocérselas y bienvenidas al grupo – dijeron a la vez.