Mazmorra

Ya ha pasado más de una semana desde que vine a este mundo y por fin entraré a la mazmorra.

"¡Vuelve a salvo y no te excedas!" Me dijo Alya con una sonrisa cálida antes de salir. "¡Lo haré!" dije antes de despedirme de ella, mientras agitaba mi mano.

Alya fue quien se convirtió en mi asesora. Me puso a memorizar los tipos de monstruos, como sacar sus piedras mágicas, los mapas que muestran los caminos que hay en los primeros pisos y me puso a acostumbrarme a usar un arma. Estoy feliz de tener una asesora responsable. Sobre todo porque casi nadie me quería aceptar porque parecía alguien que moriría en poco tiempo.

Había preguntado por Eina, pero me dijeron que no había nadie que trabajara en el gremio con ese nombre.

Entonces me enteré de que Bell todavía no había llegado a Orario. Lo cual fue una buena noticia. Hasta que me enteré de que estoy alrededor de 9 a 11 años antes de que llegue.

No recuerdo mucho aparte de algunos detalles. Lo cual me dejó en una mala situación porque estoy en la era oscura de Orario, con Evilus estando en su mejor época.

Cuando por fin llegué a la mazmorra pude ver la entrada que era un agujero gigante que estaba conformado por una escalera en espiral.

Hice un suspiro y empecé a bajarlas. No le he dicho a mi diosa que entraría a la mazmorra hoy, porque haría que Milya, Milye o David me acompañaran.

No quería que pasara eso porque la mejor forma de volverse fuerte era pasar por dificultades. Lo cual era difícil si iba a los primeros pisos en grupo, así que decidí venir en secreto. Estuve evitando hablar sobre el tema de lo que haría hoy porque Abeona o Adeona se darían cuenta si digo alguna mentira y no quería que se preocupen demasiado al contarles lo que tenía en mente.

Después de llegar al primer piso recogí una de las dos dagas que tenía. Las dagas eran de las que ofrece el gremio a los aventureros novatos, mi diosa las pago y también quería comprar la armadura, pero yo no quería que ella gastara más dinero y la rechacé diciendo que me sentía cómodo con mi traje normal. Lo cual no era mentira porque cada vez que usaba otra ropa diferente en la casa, me sentía un poco incómodo.

Caminé por un tiempo hasta que por fin pude encontrar a mi primer enemigo.

Era un simple goblin. Estaba mirando hacia la dirección contraria a la mía. Aproveche esta oportunidad y me acerqué por su espalda y le di una patada en sus patas. Cuando lo derribe aproveche para apuñalar en la cabeza varias veces.

Confirme que estaba muerto y luego use la daga para abrirle el pecho y luego saque la piedra mágica.

Cuando arrebate el fragmento de piedra mágica. El cadáver del goblin se fue convirtiendo en partículas negras que luego desaparecieron en el aire.

Es más impactante verlo en persona que leerlo en la novela o verlo en el anime.

Los monstruos en vez de desaparecer al morir. Desaparecen cuando quitas la piedra como en la novela. Por esta razón es muy engorroso sacar las piedras mágicas de los cadáveres, pero esto puede tener sus propias ventajas. Tal vez pueda comer los cadáveres de Needle Rabbit en el piso 7.

Deje de pensar en comer conejos con cuernos y simplemente seguí explorando hasta que encontré al segundo goblin. Esta vez me vio y se abalanzó sobre mí, Somos casi de la misma altura así que incliné mi cuerpo a un lado y cuando el goblin falló su ataque, lo corté con la daga varias veces. Al ser los monstruos más débiles y de baja inteligencia son presa fácil para muchos de los aventureros novatos.

Ahora que lo pienso, por alguna razón no siento ningún tipo de culpa al matar a los monstruos. Lo cual es raro porque cada vez que veía a un animal herido, me daba un poco de tristeza y me sentía mal por los animales que veía morir, pero cuando se trata de los monstruos es como si no tuviera ningún tipo de empatía.

Ignore esos pensamientos y baje al segundo piso de la mazmorra después de matar a algunos goblins más.

Pensé que seguiría encontrándome con goblins, pero esta vez me encontré con un kobold. El era mucho más grande que yo, al verme se puso a correr en mi dirección.

Esta vez no trate de esquivar y simplemente grite "¡Tunda!" de mi mano salió varias ráfagas de magia de color celeste que terminaron destruyendo por completo la cabeza del kobold. Me acerque y le saque la piedra mágica. Estoy teniendo mucho cuidado de no mancharme de sangre lo que hace que sacar las piedras mágicas sea más difícil. Que bueno que Alya me dio unos guantes desechables.

Después de sacar la piedra mágica seguí buscando más goblins y kobolds.

Al matar algunos me empecé a sentir cada vez más cansado, y cada vez que luchaba contra un monstruo mi respiración se volvía más pesada y me costaba más luchar contra los monstruos. Ya habían pasado varias horas y decidí almorzar en las escaleras que iban al tercer piso para poder descansar un poco.

A pesar de que había descansado, la fatiga que había acumulado me seguía pasando factura, aparte de simplemente matar a los monstruos también hay que quitarles las piedras mágicas lo que hace que sea más agotador.

Vi a algunos aventureros, pero solo asintieron con la cabeza y ninguno de nosotros nos metimos en el camino del otro.

Con lo cansado que estaba decidí cambiar mi estrategia. No desperdiciaría más de la poca resistencia que me quedaba y simplemente mande spam de Tunda a cada monstruo que veía. De paso practicaba con los portales, abría un portal a mi lado y otro detrás de los monstruos lanzaba la magia Tunda al portal y veía que a diferencia de antes que solo explotaba la cabeza, ahora podía explotar hasta un poco debajo de los hombros. Eso me pareció interesante y quise probar algo.

Encontré otro monstruo, un kobold. Me corté la palma de mi mano derecha, y sentí arrepentimiento, odio el dolor. Me aguante el dolor y grite "¡Tunda!" cuando el kobold estaba a varios metros de distancia. Al explotarle la cabeza vi que el dolor en la palma de mi mano desapareció y la herida se cerró.

Esto me puso feliz porque puedo hacer cosas. cómo enfrentarme a golpes con los monstruos y luego curarme. Así podré subir mi resistencia.

También quiero probar el estado exaltado, pero eso simplemente hará que consuma mente de forma innecesaria y la adrenalina que me provoca hará que yo mismo empiece a agotar mi resistencia por hacer acciones innecesarias. Puedo aguantar con poca mente o poca resistencia. Pero no puedo aguantar con poca mente y poca resistencia porque eso haría que monstruos débiles me asesinen, mientras estoy cansado.

Al sentir como me empezaba a quedarme con poca mente decidí salir de la mazmorra con mi pequeña mochila donde guardaba las piedras mágicas. Al ser pequeña no me estorba a la hora de moverse a través de la mazmorra o luchar contra los monstruos, lo cual es de gran ayuda.