Energía maligna

En una habitación oscura, se podía distinguir la figura de un joven tumbado en una cama, sus ojos estaban cerrados en un plácido sueño en el cual fue interrumpido, una serie de espasmos llegaron a su cuerpo, haciendo que este mismo empezara a temblar y convulsionar por unos segundos hasta que de un momento para el otro, se detuvieron, aquel joven se despertó alarmado, su cuerpo estaba recubierto por sudor, pero algo extraño le pasaba, la pupila junto a su iris había sido cambiado de un color azul marino a un azul blanquecino, y su córnea había pasado de blanco a negro, tan negro como la mismísima noche, pero aquel joven no lo noto, y de un suspiro volvió acostarse y rápidamente entro en el mundo de los sueños, aunque no tardaría en volver al mundo real.

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Cambio de perspectiva a primera persona.

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Bip, Bip, Bip. el sonido de un despertador sonó por la habitación, haciendo que circulara por mis oídos, de un golpe rapido, lo mande a estrellar contra la pared, haciendo que este mismo se destruyera en pedazos, pero siguiera sonando.

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-¡Maldita sea!. De una rápida sucesión de sellos. Elemento rayo, flecha eléctrica. Una pequeña descarga de rayos salió de mi palma dirigiéndose hacia los restos de aquel maldito despertador, al aterrizar encima suyo, lo pulverizo, haciendo que aquel dichoso sonido cesara. Le tendré que decir a mama que no me compre mas ese aparato del demonio, ya llevo más de 15 en este mes.

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Con algo de frustración, me levanté y me puse mi ropa, consistía en una camiseta larga blanca con una chaqueta negra y rosa, las dos estaban remangadas por encima de las muñecas y al hombro respectivamente, encima de esta misma había una capa de cuello alto, de color negro, y por dentro de esta misma era de color rosa fuerte, junto a unos pantalones negros y unas sandalias shinobi de color negro.

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Al bajar al piso de abajo, en la mesa del comedor estaba mi querida hermana comiendo una tostada con mermelada y algo de zumo, en la cocina podía escuchar a mi madre, al parecer, ordenando los platos y vasos de ayer por la noche.

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Himawari al escuchar mis pasos, dirigió su mirada hacia mí, y con una sonrisa me saludo.

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-¡Hola hermanitoo!. Su voz estaba llena de ternura, haciendo que mi corazón se debilite, agarrando mi pecho y haciendo una pose dramática, mire a himawari con una pequeña sonrisa.

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-Eres la cosa más bonita de este mundo. En el rostro de himawari apareció una sonrisa aún mayor a la anterior, lo cual hizo que mi corazón se conmocionara aún más, ¿será que voy a tener un ataque al corazón por exceso de amor?.

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Dejando las estupideces de lado, agarre una tostada y le di un sorbo a mí baso repleto de zumo de naranja, estaba bastante bueno, y al terminarlo mire a himawari y a mi madre que justo había salido de la cocina.

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-El gran Boruto se va, espero que no me echéis de menos durante el rato que no este. Una gota de sudor apareció en la parte de atrás de la cabeza de mi madre y himawari, pero aun así con una sonrisa se despidieron de mí.

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-Suerte en tu primer día hermanito. Dijo himawari con una sonrisa.

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-Suerte hijo, y no enamores a todas, deja para los demás. Dijo también mi madre, que al escucharla, también una gota de sudor apareció en la parte posterior de mi cabeza.

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al salir por la puerta, la cerré con cuidado, y en un estallido de velocidad, aparecí en el tejado de una casa comenzando a saltar de uno en uno o de dos en dos, al cabo de unos segundos, en mi visión apareció la silueta de denki, iba caminando como alma en pena, pero lo más extraño era que un aura morada lo estaba rodeando, y que al parecer solamente yo podía notarlo, la confusión se apoderó de mí durante unos segundos hasta que logre entender, una sonrisa que cubría todo mi rostro apareció.