Aunque Subaru no estaba tratando de justificar su reacción tardía, la razón por la que le tomó tanto tiempo conectar a Rachins con Reinhard podría haber sido el corto intervalo entre sus retornos por muerte.
Una muerte seguida de otra muerte, locura seguida de más locura, todo en el lapso de unos míseros quince minutos.
En ese estado, ser capaz de identificar la crisis y explorar las contramedidas con calma para elegir la mejor opción era prácticamente imposible. Si alguien tratara de menospreciarlo, a Subaru le gustaría responder con una penetrante queja sobre el retorno por muerte.
Subaru no quería activar otro retorno por muerte.
Si las circunstancias lo permitieran, preferiría pasar una tranquila y pacífica vida junto a Emilia, Rem y Beatrice.
Sin embargo, este mundo nunca le permitiría a Subaru gozar de una vida tan feliz. Estaba destinado a vivir diariamente en una lucha desesperada.
Así que, en este momento, Subaru estaba iniciando una discusión desesperadamente.
_Subaru: ¡Por fin te encuentro! ¡No te dejaré ir tan fácilmente! ¡Por favor, llámame a Reinhard ahora mismo! ¡Es una emergencia!
_Rachins: ¡Cállate la boca! ¿Por qué debería arriesgarme a ser sermoneado por ese bastardo pelirrojo? ¡Tiene que ser una puta broma!
Una multitud se había reunido alrededor de los dos, que se gritaban furiosamente el uno al otro.
A la multitud parecía agradarle esa atmósfera tensa, esperando ansiosamente que comenzara una pelea en cualquier momento.
Después de regresar de la muerte, Subaru tuvo una epifanía y empezó a actuar enseguida.
Como la última vez, dejó a Beatrice como guardaespaldas de Emilia, y usó el recado como excusa para irse del parque. Al llegar a la plaza, buscó desesperadamente a Rachins. Ahora, finalmente había entrado en una negociación con él.
La búsqueda de Rachins le había consumido mucho tiempo; así que, al verlo, Subaru lo agarró por el hombro, lo que los llevó a su pelea actual.
Rachins sólo había agitado más a Subaru zarandeándolo como represalia.
En cualquier caso, la discusión ya era inevitable. Subaru habló rápida y ansiosamente ante la mirada severa de Rachins.
_Subaru: ¿Puedes escucharme? Cálmate y escúchame. No estoy bromeando. Si no quieres morir, apúrate y llama a Reinhard ahora mismo.
_Rachins: ¿Eh? Mocoso apestoso, ¿me estás subestimando? ¿De verdad crees que puedes matarme? Olvida al bastardo de Reinhard; yo mismo te mataré a hostias, basura.
_Subaru: Ah, ¡no me refería a eso…!
Rachins tomó las palabras de Subaru como una provocación, y su furia empezó a descontrolarse.
Después de todo, Subaru y Rachins nunca se habían llevado bien. Además, parecía que Rachins tenía una mala impresión de Reinhard, quien debería ser su camarada. Alguien que no le caía bien le pidió llamar a alguien a quien él se negaba a llamar, así que se rehusó rotundamente a la petición de Subaru.
_Subaru: ¡Qué terco eres, idiota desconsiderado!
Subaru rechinó los dientes ante Rachins y lo agarró por la cabeza.
Obviamente también fue culpa de Subaru, por su incapacidad de hablar con claridad y calma. Sin embargo, al ver cómo sus negociaciones eran rechazadas, no pudo evitar las ganas de quejarse.
Desde el punto de vista de Rachins, Subaru debía parecer un loco incontenible. Pero las manos de Subaru estaban atadas por su incapacidad de revelar cualquier detalle de lo que sabía.
Sin embargo, dada la situación, Subaru no tuvo otra opción.
Subaru se llevó la mano al pecho, tratando de suprimir su miedo.
_Subaru: Rachins. Hablo muy en serio. La razón por la que quiero que llames a Reinhard es porque hay un enemigo fuerte del que no puedo deshacerme.
_Rachins: ¿Alguien del que no puedes deshacerte? No te lo tengas tan creído.
Rachins resopló por la nariz burlonamente.
Al ver su expresión, Subaru bajó la mirada, respiró profundamente, y abrió la boca.
«No vengas, no vengas», suplicaba Subaru mientras decía lo siguiente:
_Subaru: —El Culto de la Bruja aparecerá aquí.
_Rachins: ¡—!
Subaru abrió los ojos. Ante sus perturbadoras palabras, el rostro de Rachins se paralizó.
Al terminar, Subaru se miró el pecho, pero el dolor que esperaba —el castigo por decir información que pudiera revelar su retorno por muerte—nunca llegó.
Primero que nada, estaba aliviado por esto.
Aunque Subaru llevaba ya un año sin activar el retorno por muerte, los castigos asociados a él aún estaban presentes.
En particular, cuando intentó contárselo todo a Beatrice, Subaru fue golpeado por el dolor que asociaba con la bruja.
Era como si esa bruja de mano negra hubiera olvidado el encomiable regalo que le dio Subaru en la fiesta de té en el Santuario. Qué grosera.
Por lo tanto, Beatrice no era diferente de los demás, y Subaru era incapaz de discutir sus preguntas o preocupaciones con ella.
Obviamente eso mató su esperanza de compartir sus conocimientos con su compañera —Beatrice— sin tener que enfrentarse al castigo.
Pero esa era una larga historia que no tenía tiempo de considerar ahora mismo.
De todos modos, lo que importaba en ese momento era que Subaru había logrado decirle a Rachins la auténtica razón por la que necesitaba a Reinhard, sin ser castigado por esas manos negras.
De hecho, al escuchar el nombre «Culto de la Bruja», Rachins pareció reconsiderar su posición, bajando la mirada y entrecerrando los ojos.
_Rachins: Oye, mocoso.
_Subaru: Tengo un nombre, Natsuki Subaru. Deja de llamarme mocoso, Rachins.
_Rachins: Señor Rachins para ti. Bastardo Subaru. ¿Cuánta credibilidad tiene esa afirmación? Usar al Culto de la Bruja para llamar la atención no se puede hacer a la ligera, ¿sabes?
Rachins habló muy bajo, dirigiéndole una mirada hostil a Subaru.
En este mundo, el nombre de la Bruja de la Envidia, y el Culto de la Bruja tenían mucho peso, sin importar dónde se mencionasen. Esto se debía a la noción de que la Bruja era la encarnación del Mal Absoluto, que estaba profundamente arraigada en la historia del mundo.
Incluso Rachins tenía una expresión seria, que nunca revelaría en condiciones normales. Finalmente, se lo estaba tomando en serio, así que ahora Subaru debía responderle con el mismo cuidado.
_Subaru: No estoy bromeando, y mucho menos mintiendo. El Culto de la Bruja vendrá aquí. Muchas personas estarán en peligro.
_Rachins: ¿Dónde escuchaste eso…? Ah, joder. Es cierto. Tu facción acabó con Pereza, del Culto de la Bruja. Mierda, así que lo que dices realmente tiene credibilidad…
Antes de que Subaru pudiera responder, Rachins hizo su propia conclusión. Aunque era mera especulación, ese mérito parecía haber influido en que Rachins le creyera.
_Rachins: ¿Su objetivo es la ciudad? ¿O esta plaza en específico?
_Subaru: ¿Eso significa que me crees?
_Rachins: Fuiste tú quien dijo que nos lo tomáramos en serio, ¿no? Escucha, bastardo Subaru. Aunque no quiero terminar siendo sermoneado por ese bastardo de Reinhard, tampoco quiero verme envuelto en un problema que pueda matarme. Lo que pase de ahora en adelante dependerá de mi estado de ánimo, así que más te vale tener cuidado con lo que dices.
Aunque Rachins aún tenía algunas dudas, quería oír los detalles.
Sorprendido ante ese juicio tan razonable, Subaru decidió continuar con la conversación.
_Subaru: Comprendo, lo lamento. Ira, del Culto de la Bruja, planea atacar esta plaza. Aparecerá en esa torre del reloj, y su objetivo son todas las personas en esa plaza, no un individuo en específico.
_Rachins: Eso concuerda con el estilo del Culto de la Bruja. Mierda, ¿cuánto tiempo nos queda?
_Subaru: Probablemente faltan cinco minutos. Así que, en serio, llámalo ya.
_Rachins: ¡¿En cinco minutos?! ¡No me jodas! ¡¿Por qué no lo dijiste antes?!
_Subaru: ¡Es lo que trataba de decirte hace cinco minutos!
Aunque Rachins estaba furioso por la falta de tiempo, Subaru había gastado diez largos minutos sólo en encontrarlo y convencerlo. Si era posible, Subaru no quería caminar en este tipo de cuerda floja.
Correr por la ciudad y llamar a Reinhard habría sido más fiable que hablar con Rachins. Sin embargo, el tiempo restante no le permitía a Subaru hacerlo.
_Subaru: En cualquier caso, por favor, ¿podríamos dejar de discutir para que vayas a llamarlo? Según la conversación de ustedes ayer, lo llamas mediante unas cosas parecidas a los fuegos artificiales, ¿verdad?
_Rachins: ¿Fuegos artificiales? ¿Qué es eso? …Sólo disparo magia hacia el cielo, y el bastardo de Reinhard puede verlo y reconocerlo como señal.
_Subaru: …Eso es bastante simple, lo cual es bueno, pero, ¿qué pasaría si otra persona lanzase magia al aire por alguna razón?
_Rachins: No te preocupes por eso. Parece que el bastardo pelirrojo puede reconocer de quién es cada magia.
Ese era un detalle extraño, y Subaru lo guardó en su mente para otro momento. Parecía que, en el transcurso del último año, Rachins se había puesto la meta de aprender a usar magia básica.
A juzgar por el primer encuentro de Subaru con él, era difícil imaginar que fuera capaz de utilizar magia hace un año.