Doloroso Pasado

Desperté por un olor muy agradable que venía de alguna parte. Olía como varias flores, como el bosque después de una ligera lluvia, era un aroma que me fascinaba. Pero algo me estaba haciendo cosquillas en la nariz.

Abrí los ojos poco a poco y lo único que vi fue cabello de color castaño. En ese instante recordé que había estado cuidando a Alexa anoche y que empecé a sentir mucho sueño.

-Después de todo lo que paso ayer quedé tan cansado que dormí aquí, pero… ¿Por qué no me puedo mover? – pensé tratando de moverme.

Levanté un poco la cabeza para ver qué pasaba. No sé cómo, pero estaba abrazando a Alexa y ella a mí, de hecho ella tenía su cabeza sobre mi pecho y dormía profundamente. Vi hacia la entrada de la tienda, que aún estaba cerrada, lo cual me alivio un poco pero tenía que salir para que los demás no malinterpretaran las cosas.

Trate de moverme un poco, pero solo logré despertarla. Cuando vi que empezaba a despertar me puse muy nervioso, no sé qué pensaría si lo primero que viera al despertar fuera a mí, seguro que pensaría que me estaba aprovechando de la situación. Cuando abrió los ojos levanto un poco su cabeza y su rostro quedo un poco cerca del mío, luego me quedo viendo fijamente por un segundo.

-Hola… Buenos días – dijo eso en un tono dulce y volvió a acomodar su cabeza en mi pecho.

-¿Qué…que fue eso? Creí que al verme simplemente me golpearía o que por lo menos se pondría a gritar ¿Qué está pasando aquí? – pensé confundido.

En ese momento se puso tensa y se retiró un poco. Estaba muy sorprendida y sonrojada, creo que casi igual que yo. Nos estábamos viendo fijamente, sin decir nada por la sorpresa y la vergüenza de estar así. No podía apartar mi vista de sus profundos ojos azules, simplemente no podía.

A pesar de estar así aun estábamos muy cerca el uno del otro.

Unos segundos después escuchamos que alguien estaba abriendo la tienda pero aun así no dejamos de vernos.

-Oye Alexa ¿estás despierta? Escuche ruido así que vine ¿Cómo te sien…tes…? – Miriam entro casi por completo en la tienda pero se quedó congelada en el momento en que nos vio. Ambos la volteamos a ver, aun con nuestros rostros sonrojados y medio abrazados - ¡Lo siento! ¡Lamento interrumpir!

-¡Oye, espera! ¡No es lo que pien…! – trate de decirle algo pero fue muy tarde.

No me escucho porque salió corriendo de la tienda. Cuando le hable intenté de levantarme, trate de apoyarme en algo sin ver siquiera donde colocaba mi mano. Un error fatal. Sentí algo blando y suave en mi mano.

-¿Hee? ¿Qué es esto? Espera… estaba acostado a lado de Alexa… trate de levantarme, levante mi mano y la apoye sobre algo… por lo que… - Pensé temiendo lo peor.

-¡Oigan, no vayan a entrar a la tienda, Alexa y…Alexa tiene algo que hacer, así que no entren! – Miriam estaba hablando con los demás mientras yo estaba en serios problemas porque mi mente llego a una conclusión rápida, comencé a sentir pánico y terror.

-…Estoy muerto – pensé al escucharla.

Sentí un golpe terriblemente fuerte en mi rostro, rodé hasta el otro lado de la tienda, que no era tan pequeña.

-¡¿Qué crees estás haciendo idiota?! ¡El hecho de que nos hayamos puesto tan sentimentales ayer no significas que tengas derecho a hacer esto! – dijo Alexa enojada.

Por suerte no estaba gritando, sino susurrando.

Estaba completamente sonrojada y furiosa, pero aun así se veía hermosa. Estaba claro que tenía que arreglar las cosas antes de que me matara a golpes. Fui lo más rápido que pude hasta donde estaba ella, me arrodille y baje la cabeza hasta el suelo.

-¡Perdón! ¡No era mi inten…! – dije tratando de disculparme.

-¡Maldito idiota! – dijo ella.

Trate de disculparme pero me volvió a golpear, pero ahora en la cabeza, haciendo que me golpeara contra el suelo. Pero trate de disculparme de nuevo.

-¡En serio, perdón! ¡Solo trate de levantarme para poder alcanzar a Miriam! No pensé que mi mano terminaría en… bueno… en tu… - En ese punto apenas podía hablar por la vergüenza. Ella solo levantó la mano y me abofeteo.

-¡Ya no sigas hablando tonto! ¡Los demás te van a escuchar y…y…! Solo… finjamos que esto… no pasó ¿está bien? – dijo ella aun susurrando.

-Está bien. ¡Perdón! – dije disculpándome una última vez.

-Si alguna vez se te ocurre hacerlo de nuevo… te mataré ¿Quedo claro? – dijo ella enojada.

-Si – dije sin pensarlo dos veces.

Con esa amenaza en mente me levante con cautela y salí de la tienda procurando que nadie me viera. Camine un poco por el bosque hasta llegar al rio.

-Rayos, ahora sí que por poco no salgo vivo de ahí. He enfrentado a muchos monstruos, incluso a un demonio y a un dios, pero ninguno de ellos me dio tanto miedo como ver a Alexa furiosa, pero aun así…se veía muy linda – pensé mientras tomaba un poco del agua con las manos.

Me lavé la cara y volví al campamento.

Al primero que vi al llegar fue a Robert.

-¿Qué te paso? Ayer no estabas tan golpeado – dijo el al verme.

-Bueno… había unos monstruos cerca cuando me levante y por el cansancio no pude pelear bien. Solo eso – Le dije esa mentira y me dirigí hacia el pequeño refugio donde dormía. Pero no logre llegar porque Karen me alcanzó.

-Fui a ver como se encontraba Alexa, pero no quiso hablarme – dijo ella un poco preocupada.

-Debe ser porque aún se siente un poco mal – dije inventando otro cosa.

-No es eso, solo me dijo que te buscara y te dijera que quería hablar contigo – respondió ella.

-Esta… bien, ahora voy. No te preocupes, ella va a estar bien – le dije de inmediato.

Ella se veía muy triste y preocupada, así que acaricie su cabeza cuando le hable.

-¡Oye, ya no soy una niña para que me hagas eso! – dijo ella enojada pero sin tratar de empujar mi mano.

-Lo siento, pero al menos ahora ya no te ves tan triste – le respondí.

Me vio un poco extraño y luego se fue.

-Espera ¿Qué acabo de hacer? ¿Acaso trate de consolarla y luego la acaricie? ¡¿Qué rayos me está pasando?! – pensé aún más confundido que antes.

Me dirigí aun confundido hasta donde estaba Alexa. La encontré sentada sobre su bolsa de dormir, pero en cuanto me vio se puso de pie.

-Perdón por… lo de hace rato. Sé que tú me salvaste, pero… - dijo ella apenas me vio entrar.

-No, tú perdóname, todo fue mi culpa. En primer lugar no debí haber dormido aquí – dije sin acercarme más.

-Pero te quedaste dormido porque estabas cuidando de mí, así que… gracias por eso – dijo eso mientras se acercaba un poco.

-Era lo menos que podía hacer, recuerda que yo fui quien te dejó así – dije contándole de nuevo la verdad.

Solo bajo la mirada, tal vez se sentía un poco culpable. Así que puse mi mano en su hombro.

-Mira, al final todo salió bien ayer, así que ya no hay de qué preocuparse. Para la próxima solo hay que trabajar todos juntos y todo saldrá bien – dije tratando de animarla.

Ella levanto su rostro y me sonrió.

-¡Sabía que en verdad era alguien tierno y muy bueno! – dijo ella de pronto.

Quedé de piedra ante eso.

-¡Qué rayos! ¡¿Esta chica está jugando conmigo o qué?! – pensé al escucharla.

-Al parecer detrás de ese exterior tan frio y rudo esta alguien que no es nada más que un chico normal y tierno. Yo lo sabía, en verdad que si… - continúo ella, pero ese momento su estómago la volvió a traicionar.

Recordé que ella no había comido nada desde ayer y a juzgar por el tremendo ruido que hizo su estómago tenía mucha hambre.

-Lo siento, no he… - dijo ella avergonzada.

En ese instante el mío rugió el doble de fuerte. Recordé que también no había comido nada desde ayer a pesar que fui de cacería.

-Yo tampoco he comido nada. Mejor vayamos a comer antes de que los demás se asusten por el ruido de nuestros estómagos – dije saliendo de la tienda.

-Está bien, vamos – dijo ella detrás de mí.

Ambos salimos de la tienda y nos dirigimos hasta donde los demás estaban asando la carne del ciervo que había cazado ayer. Al vernos todos se acercaron a Alexa, yo aproveché para tomar unos cuantos trozos de carne.

-¿Cómo te sientes? ¿Aun te duele algo?- le preguntó Miriam.

-No, estoy mucho mejor. Enserio, ya no deben de preocuparse tanto – dijo Alexa tratando de calmarlos un poco.

-Lo que dice es verdad. Se siente tan bien que me dio una paliza – pensé mientras tomaba algo de carne.

En ese momento Alexa pareció recordar algo y se acercó rápido a mí, mientras tanto yo trataba de comer un trozo de carne.

-Ahora recuerdo que ayer tenías un corte muy profundo es tu mano, déjame verlo – dijo ella al llegar.

Ni siquiera recordaba eso, incluso metí la mano vendada en el agua para poder lavarme la cara. Alexa me quito las vendas mojadas de la mano y la revisó.

-Es increíble, no tienes nada, solo una cicatriz – dijo ella al ver mi mano.

-Siempre he sanado rápido, además esa es una zona en donde las heridas sanan rápido porque la piel se vuelve a unir muy fácil. Lo que me preocupa son las demás que tengo en el cuerpo, ni siquiera las he revisado. Lo hare más tarde – dije mientras tomaba otro pedazo de carne.

-¿De verdad te preocupan tan poco tus heridas? – preguntó ella un poco incrédula.

-Ahora lo que más importa es el hambre que siento. Si no te das prisa me terminare todo y tendrás que esperar a que lo demás este cocinado – dije mordiendo otro pedazo de carne.

-¡Eso no es justo, déjame algo que yo estoy igual de hambrienta que tú! – dije ella de inmediato.

Los dos empezamos a comer tan rápido como pudimos, en cuestión de minutos ya habíamos acabado con toda la carne que tenían cocinada y aun seguíamos con hambre.

-¿Cómo es posible que aun tengan hambre después de comer tanto? – preguntó Carl sorprendido.

-¡Cállense! ¡No comimos nada desde ayer! – Los dos les gritamos al mismo tiempo.

-¡Además yo cacé al ciervo así que puedo comer todo lo que quiera! – les dije por ultimo.

Después de eso todo transcurrió de manera normal, a excepción de que no entrenamos, solo descansamos de esa batalla. Yo me aleje un rato para ir a un lugar que había descubierto hace poco, un risco de aproximadamente 20 metros de altura desde donde se podía ver todo el paisaje.

-De acuerdo, hora de intentarlo – dije en voz alta.

Ayer use ese poder contra Euronymous, el mismo que había usado contra Apollyon. Trataba de recordar las emociones que sentí cuando lo use. Lo intente un rato hasta que lo sentí, esa llama cálida que se extendió poco a poco por todo mi cuerpo, llenándolo por completo de energía.

Todo parecía normal, no había cambiado nada en mí como pasaba cuando me salía de control.

-Genial, pero como que falta algo. Tal vez tengo que intentar llegar más lejos - pensé casi de inmediato.

Intenté sacar aún más poder del que ya tenía, pero a juzgar por el aire a mí alrededor no había una gran diferencia.

Por más que me esforzaba no conseguí mucho y sentía que estaba llegando a mi límite, así que decidí regresar.

Al llegar todos me estaban esperando, estaban sentados alrededor de una fogata.

-¿Ahora qué pasa? – pregunté confundido.

-Necesitamos hablar sobre lo que dijo Euronymous – respondió Alexa

-Eso es algo que… ya deje en el pasado – dije tratando de terminar con el tema.

-Si no quieres decirnos está bien, pero al menos escucha lo que tenemos que decir – dijo ella insistiendo.

-Está bien – dije sin mucho ánimo.

Tome asiento y después Alexa se sentó a mi lado.

-Alexa y yo somos amigas desde hace muchos años, en realidad no recuerdo desde hace cuánto – Miriam empezó a hablar – cuando la conocí ella parecía ser un poco tímida, pero nos hicimos buenas amigas. Bueno, tal vez deba de saltarme un poco para no hacerlo tan largo. Hace casi un mes algo nos atacó en la escuela, era una cosa horrible, parecía como una foca con cara de perro.

-Tratamos de escapar, pero esa cosa siempre nos seguía. Al final decidí ir por la espada que me había regalado mi maestra de esgrima para poder protegernos y en un momento que esa cosa se distrajo pude matarla, pero cada día aparecía otra, fue cuando supimos que no nos dejarían en paz y ambas huimos – dijo Alexa continuando con la historia.

-Si, después nos encontramos con los demás – dijo por ultimo Miriam.

Alexa y Miriam contaron como es que se habían encontrado con los demás.

-Carl y Karen estaban en una fiesta cerca de mi casa cuando llegaron gritando que habían visto un monstruo, claro que les dije que eso era imposible, hasta que ese mismo monstruo ataco mi casa cuando los tres estábamos hablando – Ahora Lizbeth estaba empezando a contar su historia – no sabíamos que hacer, le contamos a todos pero nadie nos creyó y lo peor fue que esa cosa nos atacaba una y otra vez, incluso cuando huimos de nuestras casas nos perseguía, hasta que Alexa acabo con él.

-Alfred y yo estábamos en una excursión de nuestra escuela cuando nos separamos del grupo- ahora Robert empezaba a hablar.

-Pero la culpa fue tuya por estar molestando a los demás y pensaron que yo también lo hacía, por eso nos mandaron hasta el último y por estar quejándote y tener paso de una tortuga los perdimos de vista- Alfred trato de defenderse al contar lo que en verdad había pasado.

-Pero la verdad es que nos perdimos y luego tuvimos que escapar de varios monstruos hasta que encontramos una cueva en donde había varias armas, me pareció extraño pero tomamos unas cuantas y tratamos de defendernos – dijo Robert.

-Pero casi nos matan, por suerte llego Alexa y nos salvó. Así fue como nos unimos a ellos y conseguimos nuestras armas, después estuvimos vagando varios días hasta que te encontramos – dijo por ultimo Alfred.

Después de escucharlos a todos entendí porque apenas si podían pelear. Entonces Alexa hablo.

-¿Puedes contarnos que te paso a ti? – dijo ella en un tono dulce.

Todos parecían querer saberlo, así que decidí que se los contaría.

-Si tanto quieren saberlo está bien, se los contare. Aunque no es una historia tan feliz como las suyas – dije preparándome.

Comencé a contárselo todo, desde el momento en que vi la casa del señor Takeshi en llamas, como pude rescatarlo y fui lo más rápido que pude a la mía. Después como trate de lidiar contra todos los monstruos y contra Apollyon, como me golpearon casi hasta matarme, como desperté ese poder por primera vez, como derroto casi a todos y también la parte en donde asesinaron a mis padres.

-Después de eso, de sentir todo ese odio y desesperación, perdí por completo el control, lo ataque con ese poder horrible y destruí casi por completo mi casa. Después desperté en este bosque y seguí peleando todos los días, sintiendo crecer este odio.

 Todos estaban sorprendido y horrorizados al escuchar mi historia. En ese momento Alexa se giró hacia mí y me abrazo.

-Todo lo que pasó…todo lo que te hicieron y aun así sigues peleando – dijo ella con voz entrecortada.

Empecé a sentir que unas gotas caían sobre mi cuello.

-A pesar de haber perdido tanto nos protegiste y ofreciste ayudarnos. Estoy segura de que sentiste muy solo todo este tiempo, te dejaste llevar por todo ese odio y aun así seguiste adelante – dijo ella aun llorando

El abrazo se sentía algo extraño, era cálido, tan cálido que me hizo olvidar la ira y el odio que sentía hasta ese momento.

-Sigamos juntos… quiero estar contigo para ser tan fuerte como tú, para que no te sientas solo… quiero estar contigo… - siguió diciendo ella.

Algo húmedo estaba recorriendo mis mejillas, sin darme cuenta las lágrimas habían empezado a salir lentamente. No había llorado desde hace mucho tiempo, tanto que pensé que no podía hacerlo. Abrace más a Alexa para sentir su calidez, para sentir su compañía, para poder desahogarme. Cuando me di cuenta todos los demás ya se había ido y estábamos solo nosotros dos.

-¿Ya te sientes mejor? – preguntó ella.

-Sí, muchas gracias – le respondí un poco más calmado.

-Es lo menos que puedo hacer por alguien que me ha salvado la vida tantas veces. Hasta mañana – dijo ella antes de levantarse.

La vi irse hacia su tienda mientras la luz de la luna iluminaba todo el paisaje.

-Yo también quiero estar contigo de ahora en adelante – dije en un susurro.