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Confianza

Desperté un poco temprano, como lo hacía todas las mañanas. Por suerte no había llovido durante la noche o la hubiéramos pasado mal ya que no teníamos donde cubrirnos, solo teníamos las copas de los arboles sobre nuestras cabezas, mientras las chicas disponían de mi casa de campaña.

Recordé que tenía que ver las trampas que había dejado el día anterior para reponer la comida que había perdido a causa de los "invitados".

-¿Cómo es posible que se hayan terminado mi comida en una sola tarde? Creo que tendré que hacer algo o nos moriremos de hambre – pensé un poco molesto.

Intenté salir del campamento sin hacer algún ruido pero, como era costumbre, cierto espíritu del agua salió a mi encuentro.

-¿A dónde vas? ¿Los vas a abandonar después de un solo día? – preguntó ella.

-Sería mejor que lo hiciera, no saben casi nada. Me sorprende que hayan durado 2 semanas solos – dije aun un poco molesto.

-¿Entonces qué harás? – volvió a preguntar, esta vez parecía más curiosa que de costumbre.

-Primero enseñarles a no morir de hambre y que no me arrastren con ellos – dije mientras caminaba.

-¿No deberías enseñarles otra cosa antes? – pregunto ella detrás de mí.

-De nada les servirá saber luchar contra los monstruos si se mueren de hambre y dudo que quieran o puedan comer alguno de los monstruos – dije un poco sarcástico.

-Pero deberías... – dijo ella insistiendo.

-Ya se lo que debo hacer, no sigas fastidiando. Todavía está en pie lo que te dije ayer – dije ya fastidiado.

Ella se puso realmente pálida, se dio la vuelta y camino en silenció.

-Un problema menos por hoy. Aunque cuando regrese van a haber muchos más – pensé mientras la veía alejarse.

Recorrí el bosque revisando todas las trampas, no había mucho de que alegrarse pero por lo menos tendríamos que comer todo el día de hoy, o eso esperaba.

Cuando estaba cerca del campamento escuché ruidos, como si alguien estuviera peleando, pero no quise acelerar el paso, sería como una prueba para ellos.

Cuando finalmente pude ver de qué se trataba me decepcione un poco. La única que estaba entrenando era Alexa, los demás, al parecer, estaban dormidos.

-Ya sé que es lo primero que tengo que hacer con esos buenos para nada – pensé mientras la veía entrenar sola.

Me sorprendió un poco la forma en que Alexa entrenaba. Tenía una espada delgada, de color plateado con detalles azules. Era impresionante la velocidad con la que la usaba. Lanzaba tajos y estocadas a increíble velocidad, a simple vista se podía notar que alguien la había entrenado.

-Por lo menos hay alguien que puede valerse solo. Debe de haber tomado clases de esgrima, ese estilo es muy bueno – pensé mientras la seguía viendo.

Al verme Alexa se detuvo. Parecía que no le gustaba que la vieran entrenando.

-Ese estilo es muy bueno ¿Quién te enseño a usar la espada así? – pregunté mientras me acercaba.

-Tuve clases particulares de esgrima. Mi maestra ganó varios torneos y quería que yo hiciera lo mismo. Pero hubo un día en que la superé y dijo que ya no podía enseñarme más – respondió ella guardando su espada.

-Te entiendo, a mí me pasó lo mismo. Solo que a mí enseñaron muchas otras cosas que solo manejar una espada – dije recordando las clases con el señor Takeshi.

La conversación se estaba volviendo un poco interesante, así que me senté sobre el un tronco de un árbol cercano y Alexa se sentó a mi lado.

-Por cierto... Durante la pelea de ayer estabas usando 2 espadas al mismo tiempo ¿Siempre peleas de esa forma? – preguntó ella.

-Pues... No es algo que haga... – trate de responder, pero ella de nuevo se estaba acercando demasiado. Perecía muy entusiasmada de escuchar mi respuesta – no, no lo hago muy seguido, solo cuando hay algo interesante o quiero terminar la pelea rápido.

-¡¿Enserio!? ¡Enséñame! ¡Enséñame a usar 2 espadas! – dijo ella mientras se levantaba, parecía estar muy emocionada.

-Eso no es algo que puedas aprender en poco tiempo. Necesitas concentración, mantenerte calmado y tener una buena coordinación. Y aun teniendo eso sería difícil aprender – dije tratando de calmarla.

-¡Pero tú puedes hacerlo! ¿Porque yo no podría? – pregunto ella insistiéndome.

-Porque es mucho entrenamiento, no es algo que puedas dominar en meses. Tengo que preguntar ¿Desde cuándo empezaste a practicar esgrima? – pregunté tratando de saber más sobre su entrenamiento.

-Hace como 4 años ¿Cuántos años llevas entrenando tú? – pregunto ella un poco a la defensiva.

-Desde hace 8 – dije sin mucho ánimo.

-¡¿Que!? ¡¿Tanto tiempo, como es posible!? ¡Eras solo un niño! – dijo ella sorprendida.

-Ni yo recuerdo la razón, pero sí sé algo, a pesar de que los entrenamientos eran difíciles estoy muy agradecido con el señor Takeshi – dije recordando un poco todo lo que me había enseñado.

-¿Él era tu maestro? – pregunto ella sentándose de nuevo.

-Sí o por lo menos lo era, hace como 2 meses, el 6 de febrero lo atacaron de gravedad, no sé si está vivo – dije recordando como lo había visto por última vez.

-Eso es mentira – dijo ella de pronto.

-¿Qué? – pregunté confundido.

-Que eso es mentira. Si lo atacaron hace 2 meses entonces estamos hablando del 6 de abril, no el 6 de febrero. Hoy estamos a 8 de junio ¿Acaso no lo sabias? – dijo ella riéndose un poco.

Me quedé en shock al escuchar esas palabras.

-Yo desperté hace 2 meses en el bosque y si ella dice que estamos a 8 de junio… eso quiere decir que… hay dos meses de diferencia. Acaso… ¡¿Acaso estuve inconsciente 2 meses?! – pensé casi entrando en pánico.

Estaba tratando de encontrar una explicación, voltee a ver a Alexa pero parecía estar incomoda, así que se levantó y se alejó un poco.

-Cre… creo que tengo que despertar a los demás o dormirán hasta medio día – dijo ella un poco confundida.

Reaccione y trate de dejar de pensar en eso, aún tenía que mantener mi palabra de entrenarlos.

-Déjamelo a mí. Está será su primer lección – dije mientras me levantaba también.

-Es... Está bien – dijo ella mientras pasaba a un lado.

Me acerqué a donde estaban los chicos durmiendo y moví a uno con el pie.

-Oye, levántense – dije hablando un poco fuerte.

-Vete... Déjanos dormir... Idiota – dijo él aun medio dormido.

-Con que así lo quieren – pensé al momento de escucharlo.

Esta vez le di un golpe fuerte a cada uno, cuando quisieron levantarse o defenderse ya tenía mis 2 espadas frente a ellos.

Casi al momento las chicas salieron de la casa de campaña asustadas.

-¡¿Que…?! ¿¡Que es lo que te pasa?! ¡¿Estás loco o qué?! – preguntó una de ellas.

-¡Lección 1! ¡Siempre estar alertas! ¡Si yo fuera un monstruo ustedes ya estarían muertos! – grité mientras me acercaba con ambas espadas en alto.

-¡Si estás loco! – dijo uno de los chicos.

-También porque si quieren conseguir comida tienen que salir temprano, tienen más posibilidades de encontrar algo en la mañana que a medio día – dije mientras guardaba mis espadas.

-¡¿De qué estás hablando idiota?! – dijo otro, todavía no había entendido nada.

-Les dije que les enseñaría a pelear, pero tratándose de usted tendremos que empezar con lo básico para sobrevivir ¡Ahora a correr! – dije tratando de hacer que entendieran.

-¡Pero ni siquiera estamos listos! – dijo una de las chicas que no tenía zapatos.

-¡Ese es su problema! ¡Ahora corran hasta que yo les diga! ¡Tú también vienes Alexa! – dije un poco molesto por sus quejas.

-¿Pero… porque también yo? – preguntó ella un poco confundida.

-Tú dijiste que querías que te enseñara ¿no? Pues primero quiero ver que tan buena es su condición ¿o es que tienen miedo de esta simple prueba? – dije tratando de animarla.

-Claro que no, pero no pueden salir así – dijo ella un poco desanimada.

-Eso es Alexa, trata de convencerlo para que… - dijo uno de los chicos.

-Al menos deja que lleven algo para defenderse – dijo ella mientras tomaba su espada.

-Por lo menos solo está pidiendo que lleven un equipo básico para defenderse – pensé de inmediato.

-Está bien. Tienen 5 minutos para alistarse, después de eso, estén listos o no los hare correr – dije dándoles una oportunidad.

Después de eso vi a todos buscar sus cosas de manera desesperada, tal vez la manera en que los había despertado les dio una idea de lo que haría si no estaban listo en 5 minutos.

-Estos chicos en verdad son un desastre. Pero ya les dije que les ayudaría y no puedo retractarme ahora. Además no todos son un completo desastre – dije mientras los veía.

-¿No crees que eres un poco duro con los demás? – preguntó Alexa mientras se acercaba a mí.

-Claro que no. Lo primero que les enseñare es un poco de disciplina – respondí un poco molesto.

Alexa me miraba un poco confundida, hasta que se dio cuenta de lo que dije.

-Ya entiendo. No puedes aprender algo si no eres disciplinado ¿verdad? Eso siempre me lo decía mi maestra. Y es algo que les falta a ellos – dijo ella viéndolos.

-Si es algo que les falta a ellos ¿Por qué te vez avergonzada? – pensé a verla.

-Sí, y si no quieren hacer las cosas tendré que enseñarles a la manera difícil – dije mientras me ponía de pie.

-Algo me dice que no será nada bueno – dijo ella un poco asustada.

-Claro que no lo será, pero no te preocupes, no les pasara nada grave. O eso espero – dije tratando de medir el tiempo que había pasado.

Alexa salió corriendo en dirección a los demás, les dijo algo y después comenzaron a alistar sus cosas ahora más desesperados.

Cuando me acerque a ellos estaban muy nerviosos, incluso Alexa estaba así.

-De acuerdo, ustedes van a seguirme a través de este bosque. Asegúrense de no separarse o se perderán – les dije tratando de sonar serio.

-¡Entendido! – dijeron todos al mismo tiempo.

-Eso es lo que quería escuchar. Alexa hizo bien en asustarlos – pensé al escuchar su respuesta.

Comenzamos a correr en ese momento.

Después de 30 minutos corriendo me di la vuelta para ver cómo estaban, pero no los vi por ningún lado. Tuve que regresar un poco para poder encontrarlos.

-¿Qué fue lo que paso? – pregunté un poco confundido.

-¡No podemos seguir tu ritmo en un lugar como este! – dijo uno de los chicos.

-Es demasiado difícil seguirte entre tantos árboles, te perdimos de vista – dijo Alexa.

-Entonces iremos a un claro que pase hace poco. Aunque si no pudieron seguirme corriendo dudo que puedan con una pelea frente a frente. Pero veremos que pueden hacer – dije cambiando un poco el plan.

-Está bien, pero creo que nos estas subestimando un poco – dijo otro de los chicos mientras llegábamos al claro.

-Sí, somos 3 contra 1. No vas a tener oportunidad contra nosotros – dijo otro de ellos.

-Recuerden que él fue quien nos salvó ayer, incluso se encargó muy fácil de esa cosa que me estaba dando muchos problemas. Puedo apostar que los noqueará a los tres en menos de un minuto – dijo Alexa interrumpiéndolos, parecía que por lo de ayer tenía más o menos una idea de lo que yo podía hacer.

-Eso no es verdad. Si quieres apostar entonces está bien. Si ganamos entonces tendrás que tratarnos como reyes, a los tres – dijo el último de ellos.

-Y si los tres pierden tendrán que hacer todo lo que yo les diga sin decir una sola palabra ¿están de acuerdo? – dijo Alexa encarándolos a los tres.

-No me metan es esa tonta apuesta por favor – pensé al escucharlos.

Al parecer estos chicos tenían muchos problemas.

-Está bien, pero luego no te vayas a arrepentir – los tres hablaron al mismo tiempo, como si estuvieran muy seguros que iban a ganarme. Trio de idiotas.

-De acuerdo. ¡Ustedes tres ataquen con todo lo que tengan! ¡Pueden usar cualquier arma y truco que tengan! – dije molesto.

-¿Estás seguro? Si lo hacemos resultaras herido – dijo uno de ellos

-No se preocupen. Solo tienen que atacar con todo para durar por lo menos un minuto – dije mientras me daba la vuelta.

-Infeliz, solo estas diciendo tonterías ¡le demostraremos a Alexa que somos más fuertes que tú! – dijo otro.

Los tres sacaron una espada cada uno de algún lugar y se lanzaron contra mí en ese mismo momento, entonces…

-Por lo emocionados que estaban esos tres pensé que me atacarían enserio. Es una lástima que solo resistieran un golpe – dije mientras los veía.

Los tres estaban inconscientes en el suelo aun con sus espadas en las manos. Apenas se lanzaron pude darme cuenta que eran menos que principiantes, en menos de 30 segundos ya estaban en el suelo por el primer golpe que les di.

-Enserio no puedo creer que hayan durado dos semanas solos, ni siquiera tuve que usar mucha fuerza. No puedo ni imaginarme que hubiera pasado si los atacaba de manera seria. Creo que Alexa se encargaba de todo el trabajo cuando estaban solos, aunque falta ver lo que pueden hacer las otras chicas – pensé al ver lo fácil que habían caído.

-Oye ¿Qué fue lo que paso? ¿Enserio acabaste con los tres solo con un golpe? – pregunto Alexa algo confundida.

-Aunque cueste admitirlo…si – respondí algo incómodo.

-¡De verdad eres increíble! – dijo Alexa emocionada.

-¡Esos tres se lo merecen! – dijo una de las demás chicas.

-¡Siempre hablan de más y nos dejan todo el trabajo a nosotras! – dijo otra de ellas.

-En lugar de estar hablando mal de ellos deberían ir a ver como están. Los golpes que les di no fueron tan fuertes, así que despertaran pronto. Mientras tanto iré a buscar algo – dije regañándolas un poco.

-Está bien. Cuiden a esos tres, yo iré con él y ayudare en lo que pueda – dijo Alexa.

Una de las chicas fue hasta donde estaba Alexa y le susurro algo al oído. Solo me di la vuelta y empecé a caminar. Tenía que hacer algún tipo de espadas de madera para que todos pudieran entrenar o terminarían muertos si usábamos armas reales.

Llegue hasta un árbol grande con muchas ramas que podía usar para hacer las espadas. Estaba a punto de empezar a cortar cuando recordé que en algunos árboles había espíritus que vivían dentro de ellos ¿o los arboles eran parte de ellos? No lo recordaba bien.

-Creo que estaría mal si empiezo a cortar solo así – pensé mientras me agachaba frente al árbol.

Toque varias veces el árbol como si lo hiciera con una puerta.

-¿Qué es lo que quieres? – dijo alguien.

Era la voz de una chica que venía detrás de mí. Al darme la vuelta supe que era un espíritu por el tono de piel que tenía, era un poco verdoso. Me puse de pie para poder hablar con ella.

-Oye, necesito unas cuantas ramas de tu árbol. Te prometo que no tomare más de las necesarias y… - dije tratando de hablar.

-Cállate. Ustedes los humanos siempre toman lo que quieren cuando se les da la gana y no les importa lo que les pase a los demás. Cada vez hay menos espíritus como nosotros ¡y todo es su culpa! – grito ella enojada.

En un segundo todas las ramas del árbol se dirigieron hacia mí. Pude esquivarlas de un salto pero estaba seguro que este espíritu no se daría por vencido tan fácil.

-Creí que podría arreglar esto por las buenas, pero creo que tendré que darle una lección a este espíritu idiota. Si quiere usar la fuerza bruta que así sea – pensé al ver su reacción.

No sabía que un espíritu podría controlar a voluntad un árbol completo ni que podían pelear tan bien. Trataba de esquivar todo como fuera posible, saltando de rama en rama. 

-Eres una molestia. Quédate quieto para que esto termine rápido – dijo ella mientras movía sus manos sobre su árbol.

-¡¿Enserio crees que haría eso?! ¡Qué estúpida! – dije mientras seguía esquivando.

No aguanté más y me lance al ataque. Esquive todo lo mejor que pude y desenvaine mis espadas. En un segundo tenía una espada cerca de su cuello y otra a la altura de su estómago.

-¿Pero…como…? – preguntó ella asustada.

-Si quisiera matarte ya lo habría hecho. Solo quise ser considerado y preguntar antes de tomar algo, he estado cometiendo muchos errores últimamente y pensé en cambiar un poco – dije tratando de calmarme.

-¿Entonces qué esperas? ¡Mátame! ¡Al final todos los humanos son iguales! – grito ella.

-Debería hacerlo, después de todo un espíritu tan peligroso como tú no debería estar suelto – dije mientras presionaba mis espadas contra ella.

-Ni siquiera puedo ir lejos de este árbol, no solo es mi hogar, es mi fuente de vida…una parte de mí – dijo ella.

Al parecer era verdad lo que recordaba. 

-Entiendo. No te hare daño, me iré de aquí y te dejare en paz. No puedes ser una amenaza si no puedes alejarte de aquí, solo si alguien te ataca, pero sería en defensa propia así que está bien – dije mientras guardaba mis espadas.

Guarde mis espadas y me aleje de ella, estaba a punto de empezar a bajar cuando me habló.

-¿Estás seguro? Podría matarte mientras intentas bajar – dijo ella.

-Estoy seguro de que no harás eso, no te gustaría tener tu árbol manchado de sangre – respondí sin darme la vuelta.

-¡Esa no es la razón! ¡Simplemente no puedo matar a alguien que me perdonó la vida! – dijo ella molesta.

Solo me puse a reír por la reacción del espíritu, no era como la náyade que conocía, este espíritu era fácil de enojar y demostraba más emociones.

-¡¿De qué tanto te ríes?! – dijo ella molesta, me sujetó de la camisa y comenzó a moverme de un lado a otro.

-¡Lo siento, lo siento! Es que recordé una broma que les hice a mis amigos hace algún tiempo, uno de ellos puso la misma cara que pusiste tú – dije recordando la reacción de Jorge.

Recordar esos tiempo que parecían tan lejanos…pasé de divertirme a estar deprimido en un instante, creo que el espíritu se dio cuenta.

-Está bien, no pasa nada. Porque me perdonaste te voy a dar lo que querías ¿para que las ibas a usar? – preguntó ella mientras me soltaba.

-Son para entrenar a unas personas que conozco, les dije que lo haría y no puedo faltar a mi palabra. La verdad ellos no saben luchar, ni siquiera como sobrevivir y solo una persona se encarga de todo, por eso quiero ayudarlos. Además pienso que si hago como eso puedo enmendar todo lo malo que he hecho – respondí de inmediato.

-Ya veo. Al parecer no eres como las demás personas, entonces te daré algo mejor que unas cuantas ramas – dijo ella.

Estiro su mano derecha y de la rama que teníamos debajo de nuestros pies comenzaron a crecer ocho ramas largas y sin hojas, todas de color rojo oscuro, parecía que serían muy fáciles de retirar por lo que pensé que serían frágiles.

-¿Cómo sabes que somos ocho? – pregunté un poco confundido

-Bueno… las dríadas también tenemos nuestros trucos – dijo eso guiñándome un ojo y sonriéndome

-Dríada…así que eso es. Supongo que también es un espíritu inofensivo. Me pregunto si en cada árbol de este bosque hay una dríada. Solo espero que las demás no cambien de humor tan rápido como ella – pensé después de escucharla

-No debes preocuparte porque las ramas sean frágiles, están hechas de la parte más resistente del árbol – dijo ella, tal vez había notado mi indecisión al tratar de tomarlas.

Tome las ocho ramas. Cada vez que arrancaba una la dríada hacia una ligera mueca de dolor, cuando tuviera las ocho tenía que agradecerle como era debido.

-Muchas gracias, esto nos va a ayudar mucho. Si hay algo que pueda hacer por ti… - dije tratando de agradecerle.

-Está bien. Pudiste matarme y no lo hiciste, esta es mi forma de darte las gracias – dijo ella.

-De todos modos muchas gracias. Espero que algún día nos volvamos a ver – dije por ultimo. 

Comencé a bajar del árbol saltando de rama en rama para ahorrar tiempo, todavía tenía que llegar con los demás y entrenarlos.

-Ojala existieran más humanos como tú – escuché unas últimas palabras de su parte.

Me di la vuelta tras escuchar mejor esas palabras, pero no había nadie.

-Si hubiera más personas como yo el mundo ya estuviera destruido. No soy alguien a quien puedan llamar ejemplar, ni siquiera una buena persona – pensé mientras bajaba del árbol.

Estaba tan distraído que no me cuenta de que Alexa ya me esperaba en el suelo.

-Parece que estabas teniendo una buena conversación allá arriba – dijo ella mientras me veía aterrizar después de saltar de la última rama.

-Claro que no, solo estaba poniendo las cosas claras allá. Eso es todo – dije tratando de acomodar de nuevo las ramas que la dríada me había dado.

-Claro… ¿y qué es eso que tienes ahí? – preguntó ella al verme.

-Es algo con lo que podemos entrenar sin preocupaciones. Si entrenamos con espadas normales lo más probable es que los demás terminen muertos – dije tratando de no asustarla.

-Tienes razón. Entonces debemos irnos ya, deben de estar preocupados porque no llegamos – dijo ella mientras empezaba a caminar.

-De seguro deben de estar más preocupados de que un monstruo los encuentre a que nos haya pasado algo a nosotros – pensé mientras empezaba a seguirla.

Caminamos unos cuantos minutos en silencio hasta que Alexa habló.

-Vi todo lo que pasó ¿En verdad hubieras matado a esa dríada? – preguntó ella.

-Si ella me hubiera atacado primero no lo hubiera dudado, pero yo tuve la culpa, así que no podía hacerle daño – dije recordando un poco.

-Ya veo…entonces no hay de qué preocuparnos - Dijo eso mientras sonreía y miraba el cielo.

-¿Qué quieres decir con eso? – pregunté algo confundido por su reacción.

-Bueno… antes de que no separáramos de los demás Miriam hablo conmigo. Dijo que estaba muy preocupada porque no sabía si debíamos confiar en ti. Dijo que era muy extraño que te encontráramos aquí y que pudieras acabar con todos los monstruos tan fácil. Pensaba que tal vez solo era una trampa para matarnos o que nos usarías como carnada para los monstruos – dijo ella contándome todo.

-¿De verdad? No puedo culparla – dije tratando de sonar serio.

-La verdad si pensaba usarlos como carnada, tal vez así él aparecería más rápido y podía terminar con todo esto. Pero… - pensé recordando mis verdaderos planes.

-Aunque después de ver lo que paso no me quedan dudas. Sé que podemos confiar completamente en ti. Si fueras alguien que nos traicionaría no te hubiera importado matar a una dríada, ni siquiera te hubieras detenido a hablar con ella y mucho menos darle las gracias después de que intentara matarte – dijo ella.

-Eso no es ser buena persona, es ser estúpido – pensé tratando de corregirla.

-No sé qué te haya pasado para que te comportes así de frio y molesto por todo, solo se, que por la cara que pusiste, fue algo de verdad muy triste. Si algún día quieres decírmelo lo escucharé con gusto, porque somos compañeros ahora – dijo ella y seguía sonriendo dulcemente mientras hablaba, al parecer sabía más de mí de lo que aparentaba, lo cual me ponía un poco nervioso.

-Si…tal vez algún día. Pero ahora debemos darnos prisa para que podamos entrenar el mayor tiempo posible antes de comer – dije tratando de dejar el tema a un lado.

-Sí, vamos a darnos prisa – dijo ella mientras empezaba a correr delante de mí con su cabello castaño hondeando en el viento.

-Supongo que tener compañeros no es tan malo. Solo espero que ellos aprendan rápido o estaremos perdidos – pensé antes de empezar a correr también.

Hola!

La semana pasado no hubo capítulo ¡Pero fue por causas de fuerzas superiores mi! ¡No es que haya asisitido a una convencion el fin de semana y haya olvidado mi computadora! ¡Ni porque haya tenido un bloqueo creativo en los ultimos dias!

Bueno, solo espero espero que disfruten el capítulo.

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Jeff_Najeracreators' thoughts