webnovel

Compañeros En Este Cruel Mundo

Sentí el frio viento que golpeaba mi cuerpo. Podía saber que estaba acostado en algún lugar, pero no podía abrir mis ojos.

-¿Qué fue lo que pasó? ¿Logré llegar a mi casa? – pensaba confundido, no podía recordar muy bien lo que había pasado.

Comencé a tener sensibilidad en mi cuerpo, sentía algo suave debajo de mí, era pasto y hojas secas. Ya esperaba que fuera así, pero una parte de mí no quería creerlo.

Abrí mis ojos lentamente, con la ilusión que vería algún rostro conocido frente a mí. Lo único que vi fue la copa de los arboles iluminadas por los rayos del sol, eran tan altas que parecía que fueran las nubes. Logre sentarme con mucho esfuerzo y ver alrededor, no había rastro de mi casa, ni siquiera el camino estaba ahí.

-Creo que fue mala idea manejar por el bosque – dije en voz alta aun confundido.

Me reí un poco, pensando que había tenido algún accidente mientras iba a toda velocidad a mi casa, pero ¿en dónde estaba la motocicleta? Y más importante ¿Por qué no sentía que mi cuerpo estaba golpeado?

A la velocidad que iba me hubiera roto varios huesos y estaría muy lastimado ¿Qué fue lo que pasó? – pensé al recordar un poco

Estaba concentrado tratando de pensar en lo que había pasado, recordé el medallón que me había dado el señor Takeshi y ahí estaba. Al tocarlo brilló por un momento, cuando paso el brillo tenía dos espadas en mis manos, estaba de verdad sorprendido. Pero de pronto todo regreso a mí, todos los recuerdos, todo lo que había pasado… la pelea con los monstruos… la pelea con Apollyon… mis padres…

-No pude proteger a nadie… ¿Por qué estoy vivo? ¿No dijo esa voz que moriría? ¡Maldición! – grité mientras arrojaba las espadas lejos de mí.

La ira se estaba apoderando de mi otra vez. El pasto se volvió negro en un instante, mis manos se estaban volviendo extrañas… se estaban pareciendo a garras.

En ese momento me di cuenta de algo muy extraño que me hizo reaccionar. Mis manos eran más delgadas que antes. No es que antes fuera musculoso, pero tampoco era tan delgado. En ese instante mis manos volvieron a la normalidad por la sorpresa.

Revise mis brazos y en efecto, estaban más delgado. Algo me estorbaba para ver, algo colgaba de mi cabeza, trate de tirar de él, pero era mi cabello.

-¿Pero qué está pasando? ¿Porque estoy tan delgado y mi cabello está de este tamaño? – pensé aún más confundido.

También me di cuenta de que mi ropa era muy distinta a la que usaba antes. Tenía unos pantalones negros, un poco ajustados para mi gusto, unas botas negras que me llegaban un poco más arriba de los tobillos, una camisa gris obscuro y unos guantes negros sin dedos. Era un conjunto un poco raro, pero muy cómodo.

Todo lo que estaba pasando era demasiado extraño, la cabeza empezó a dolerme por tanto pensar en alguna explicación. ¿Los monstruos me habían traído aquí? Claro que no, primero me hubieran matado o tal vez comido ¿Fue Apollyon? No, recuerdo que antes de desmayarme lo ataque con esa explosión, debió haber muerto con eso. Pero en caso que sobreviviera me hubiera matado.

-¿Pero porque estoy vivo en primer lugar? ¿Por qué no tengo ni una sola herida? Recuerda Lucas, debe haber algo más que los monstruos. Un momento. Si los monstruos son de leyendas… ¿Entonces todas son reales? – pensaba tratando de encontrar una respuesta, me levanté y comencé a caminar un poco.

En verdad estaba entrando en pánico. Había leído muchos libros sobre leyendas y los recordaba muy bien. Si era verdad lo que pensé…

Ya no podía aguantarlo más. Mis padres habían muerto… tal vez mi hermana también… mi casa fue destruida igual que mi vida normal… los monstruos y tal vez todas las leyendas eran verdad…

Estaba totalmente desesperado en ese punto. Las lágrimas salían sin control y ni siquiera podía gritar. Comencé a golpear el tronco de un árbol cercano por impulso, tal vez con eso me calmaría un poco. De pronto algo grande cayó sobre mi cabeza y me dejo tirado en el suelo.

Lo que me había caído encima era de verdad pesado, me levante de un salto pensando que podría ser algún monstruo. Pero en realidad era mochila de excursión, una de verdad grande. Era de verdad extraño y más porque tenía una nota pegada a ella. La tome con miedo, pensando en quien podía haber escrito esa carta y para quien iba dirigida. La abrí y comencé a leer.

Hijo

Si estás leyendo esto es porque algo de verdad muy malo pasó. Probablemente ya estaré muerto. Por donde debería empezar… te oculte algo muy peligroso. Tú eres muy diferente de los demás, pero creo que ya te habrás dado cuenta de eso. Es algo difícil de explicar pero lo haré lo mejor que pueda. Como ya sabrás, muchas de las historias y leyendas que has leído en verdad son reales, incluyendo dioses, demonios y monstruos, al igual que personas que proceden de los dioses. En nuestra familia existe una historia, uno de nuestros antepasados era una de ellas, pero no se sabe hace cuánto tiempo fue ni como era, es una historia que ninguno de tus abuelos te podría contar fácilmente. El punto es que, de algún modo, tú eres igual a él. Lo descubrimos cuando tenías 10 años, fue algo aterrador. De alguna manera te encontraste con un monstruo mientras ibas con tu "mejor amiga" hacia su casa, tú trataste de protegerla, pero un solo golpe fue suficiente para ti. Tratamos de llegar lo más rápido que podíamos hacia ti, pero te levantaste envuelto en una bruma extraña y golpeaste a ese monstruo. Hubo una explosión y te encontramos en el suelo, casi muerto.

¿Entonces de eso hablaba mi padre cuando dijo que me lastimaría igual que antes? Pero esa vez solo era un niño. Además ¿Por qué no recuerdo nada de eso? ¿Y qué se refería con eso de "mejor amiga"? estoy seguro que recordaría a alguien tan importante – pensé al leer la carta, así que decidí seguir leyendo.

Fue mucho el tiempo que pasaste en coma a causa de eso, pero despertaste mucho antes de lo que los médicos tenían pronosticado, fue una verdadera sorpresa. Después de eso nuestros planes de mudanza se esfumaron y nos mudamos de inmediato para no poner en riesgo a nadie. La verdad es que apenas tuviste tiempo de despedirte de tu "mejor amiga" por el miedo que teníamos de que algo similar fuera a pasar. Cuando nos mudamos te costó mucho adaptarte, pero conociste al señor Takeshi y te hiciste muy amigo de él. Pronto supo que eras diferente a los demás y nos pidió que dejáramos que te entrenara. Estábamos de verdad sorprendidos, pero nos contó que ya había visto eso antes y nos convenció de dejarte entrenar con él para que "eso" no volviera a pasar.

¿Entonces fue por eso que nos mudamos? ¿Porque solo puedo recordar lo que paso desde hace 6 años? ¿Qué fue lo que paso después? – mientras más leía más preguntas surgían en mi cabeza

Pero tú seguías pensando en esa niña, siempre decías "¿Por qué no vamos a visitar a su familia?" o buscabas alguna excusa para que fuéramos a donde vivíamos antes. Es por eso que el señor hizo algo para que olvidaras todo eso, aun no sé qué fue lo que hizo, pero olvidaste todo lo relacionado con esa niña, puede que haya sido magia, aun no comprendo que fue lo que hizo.

Siempre estuvimos rezando para que no pasara algo malo, para que no tuvieras la necesidad de pelear o de arriesgarte a algo. Siempre temíamos que algo te pasara y no estuviéramos ahí para hacer ayudar o que muriéramos, pero supongo que eso ya pasó. Solo puedo decirte que no importa si no estamos ahí, siempre vamos a tratar de cuidarte. Por eso escribí esta carta y prepare la mochila, hay muchas que podrían servirte, porque, conociéndote, alguno de tus tíos trataría de hacerse cargo de ustedes y escaparías de ellos, porque siempre prefieres estar solo cuando te sientes triste. Sé que eres muy fuerte y que sin importar lo que pase siempre seguirás adelante, pero es malo que estés solo, tiendes a dejar que la soledad sea tu consejera y pasan cosas malas si lo haces. Por eso espero que escuches bien mis palabras… nunca pierdas la esperanza, sé que podrás salir de cualquier problema porque eres fuerte e inteligente, te esfuerzas al máximo y tratas de proteger a los demás. Conserva todo eso siempre.

Tal vez ya no estemos contigo, pero siempre te cuidaremos, siempre estaremos velando por ti. Solo debes de cerrar los ojos y recordarnos, así podrás sentir que estamos a tu lado. Cuídate mucho hijo y nunca dejes de luchar.

No podía creer que mi padre en verdad hubiera previsto esto, que me contaría todo esto. No me había dado cuenta de en qué momento había comenzado a llorar otra vez, solo que ahora estaba más tranquilo al leer la carta, sentí como si mi padre me la hubiera leído y despedido. Sentía un gran vacío dentro de mí, solo pude abrazar esa mochila y seguir llorando en silencio un rato más.

Me calme y abrí la mochila, de verdad estaba llena de cosas muy útiles. Tenía un cuchillo de caza, varias cuerdas, incluso una casa de campaña a un lado. Del otro lado había un pequeño paquete, lo abrí y había un abrigo largo, de color negro con algunos adornos en color plata, me lo probé y me quedo bien, aunque la verdad era un abrigo algo extraño, porque parecía que fuera una combinación de abrigo y gabardina, me llegaba casi hasta los tobillos. No sabía porque, pero me gustaba mucho. Sabía que esto no era ropa normal, más bien parecía ropa que verías en alguna historia o cuento, pero ahora no me sorprendía tanto.

Sabía que debía de caminar y buscar a alguien, aunque estaba en medio de la nada y no había garantía de que encontrara a alguien. Pero debía de avanzar para no sentirme desesperado.

Estuve caminando por muchos días, tal vez más de 2 semanas. Cada vez me sentía peor, sentía cada vez más enojo e impotencia. Unos días atrás tuve una crisis de ira, jure que encontraría a Apollyon y lo mataría, que destrozaría a cada monstruo que tuviera enfrente. Tal vez fueron mis palabras, pero un gran número de monstruos apareció frente a mí, no recuerdo mucho, pero deje que la ira fluyera y descargue todo contra ellos. Cuando recupere la conciencia vi una gran parte del bosque destruido, algunos árboles tenían llamas negras y parecía como si en lugar de quemarse se estuvieran deshaciendo. Tenía ensangrentadas las manos y un sabor amargo en la boca.

Desde ese momento podía sentir una inmensa soledad y rencor. Sabía que me estaba hundiendo lentamente, pero no había manera de parar, no tenía a nadie, nada por que seguir adelante. Las palabras de mi padre solo me consolaron un poco, pero la realidad era así. Solo podía seguir para vengarme. ¿Tal vez encontrar a la chica que mencionaba mi padre me ayudaría? Qué tontería… ni siquiera sabía quién era. Tenía un vago recuerdo de haber escuchado algo similar antes, pero no me importaba

Ya casi había perdido la cuenta de cuantos días llevaba caminando solo ¿Tal vez 2 meses? No contaba los días, porque solo me limitaba a esperar a que los monstruos me atacaran y acabar con ellos. Esperaba que Apollyon apareciera pronto para también terminar con él. Estaba tan seguro de que Apollyon tenía las mismas ganas de matarme que yo a él, que desde hace varios días, no me había movido a ningún lugar.

Había encontrado un buen lugar, resguardado del viento y con un rio cercano, aun así trate de cubrir más mi casa de campaña, no era para protegerme de los animales, sino para evitar la molestia de tener que asustarlos en medio de la noche, además no sabía ni en qué lugar me encontraba, solo que había muchas montañas. No tenía que preocuparme por la comida porque ponía algunas trampas, incluso pude armar un arco para cazar pero solo había tenido éxito unos días atrás en cazar un ciervo.

Estaba tratando de asar algo de carne cuando escuché un ruido y alguien hablando.

-¿Estás seguro que quieres estar solo todo el tiempo? Yo puedo hacerte compañía si quieres – dijo la voz de una mujer.

Gire en dirección de esa voz conocida. Ahí estaba esa chica con piel ligeramente azul de nuevo. Cuando llegue a este lugar la "salvé" de un grupo de monstruos. Era una náyade, un espíritu que vivía en el rio que estaba cerca, según me había dicho.

-Ya te dije que no – respondí de inmediato.

-Pero tú me salvaste, es lo mínimo que puedo hacer mientras te encuentras cerca de mi hogar. Sé que te iras pronto de aquí y por eso quiero hacer algo por ti – dijo ella insistiendo.

-No creo que me vaya tan rápido. Estoy seguro de que él vendrá por mí y por fin podré hacerlo pagar por todo lo que me hizo. Solo así estaré en paz – dije viendo la carne que tenía enfrente.

-Oye, sé que no te va a gustar lo que diré, pero dejarte guiar por una absurda venganza es una estupidez – dijo ella.

-¡Tú que vas a saber de esto! ¡Tú no sabes lo que hizo! ¡No sabes todo lo que destrozo de mí, todo lo que me quitó! ¡La única razón porque sigues viva es porque te consideré inofensiva, de otra forma te hubiera matado sin pensarlo 2 veces! – grité al momento de escuchar sus palabras.

-Pero... Aunque digas eso... – dijo ella asustada.

-¡Si es verdad que quieres hacer algo por mi déjame solo de una buena vez! – dije tratando de calmarme.

La náyade solo agacho la cabeza y camino hacia mí. Yo ya estaba más que molesto por sus palabras, sabía que todo lo que decía era verdad, pero no había otra cosa que pudiera hacer.

-Al parecer todas las personas son así... pensé que eras alguien mejor, pensé que me habías salvado porque eras alguien bueno, pero solo lo hiciste para acabar con todos los monstruos sin piedad... ¡eres un verdadero imbécil! ¡Apuesto que en verdad te abandonaron y solo estas aquí porque...! – dijo ella a punto de llorar.

Ya me había hartado este espíritu, ya estaba harto de esta estupidez. En un segundo tenía mi espada justo en su cuello. Estaba sorprendida y por alguna razón lloraba.

-Esta es tu última oportunidad. Vete ahora o te mataré – dije mientras detenía el impulso de dejar a mi espada seguir su camino.

Debió ver que estaba hablando enserio. Se dio la vuelta y empezó a caminar, pero de repente se detuvo.

-Solo quiero decirte una última cosa. Un grupo de personas pasó muy cerca de aquí, iban perseguidas por muchos monstruos... – dijo ella con voz apagada.

-Eso no me importa. Solo estoy esperando a alguien que es demasiado fuerte para cualquier monstruo, mi único objetivo es acabar con él – dije mientras me sentaba y dejaba mi espada a un lado.

-Ya veo... pero entre los monstruos hay alguien más fuerte que el resto... – dijo ella mas lejos esta vez.

Al escuchar eso mi instinto se activó automáticamente y salí corriendo sin pensarlo ni saber por dónde era. Tomé mi espada y la guarde mi espada para que no me estorbara mientras corría, de alguna manera sabía por dónde estaban los monstruos.

Pasó solo unos minutos hasta que llegue a un claro y vi a varios monstruos y parecía que había algunas personas como había dicho la náyade. Sin pensarlo dos veces me lancé al ataque.

Al acercarme más vi que habían 3 chicos y 3 chicas luchando con todo lo que tenían, pero no eran muy buenos, no pude prestar atención a ellos, pero ellos a mí sí. Se quedaron asombrados cuando empecé a acabar con cada monstruo que tenía enfrente.

-¿pero quién es este...? – pregunto uno de ellos.

-¡Háganse un lado o también los matare! – grité mientras le cortaba la cabeza a un monstruo.

Después de eso todos se hicieron a un lado, excepto alguien que no había visto, otra chica. Parecía que ella tenía más experiencia contra los monstruos, pero seguía teniendo problemas. Deje que siguiera tratando con los monstruos en lo que acababa con los demás, lo cual no fue muy difícil hasta que ella cometió un error. Clave mis espadas a los dos monstruos que quedaban y me lance contra el que estaba luchando la chica, lo golpe y los dos rodamos por el suelo.

No había notado que tenía alas, intento volar pero me aferre a él para poder golpearlo y caímos al suelo. Reconocí a ese monstruo por una leyenda, era una furia. Sabía que para que apareciera aquí alguien la había sacado del inframundo, tenía una idea muy clara de quien había sido.

La tome del cuello y la levante un poco.

-Se quién te mando aquí. Dile a Apollyon que lo encontrare y esta vez no habrá nada que impida acabar con él. ¡Largo de aquí! - Hable un poco bajo para que no pudieran oírme y arrojé a la furia lejos de mí.

Salió volando hacia algún lugar y se perdió de vista. Era una pérdida de tiempo venir hasta acá y no encontrar a Apollyon, pero por lo menos le había mandado un mensaje muy claro.

Escuche que alguien se acercaba y me di la vuelta. Era la misma chica que estaba luchando con la furia antes. Ahora que la podía ver bien... era alta, solo un poco más baja que yo, su cabello era castaño un poco obscuro, ojos azules... era muy linda.

-Gra... gracias por ayudarnos – dijo ella, parecía estar muy cansada.

-No fue nada. Después de todo es mi deber acabar con esos monstruos por completo – dije tratando de sonar serio.

-En verdad eres muy bueno luchando... nosotros no hubiéramos podido contra tantos – dijo ella un poco más calmada.

-Entonces no deberían estar solos por aquí, serán una presa fácil – dije mientras recogía mis espadas del suelo.

-¡Oye! ¡Dije que no podríamos contra tantos, no que no pudiéramos defendernos! – gritó ella, parecía molesta.

-Da igual, un grupo grande llama mucho la atención. Si siguen así los matarán a todos tarde o temprano – dije mientras les daba la espalda y empezaba a caminar.

-¡Pero qué dices estúpido! ¡Llevamos más de 2 semanas viajando así y no nos ha pasado nada! – dijo ella mientras corría detrás de mí.

-Solo han tenido suerte hasta ahora. Yo llevo más de 2 meses viajando solo, llamar tanto la atención es una estupidez. Si quieres viajar así más te vale ser fuerte y estar preparado para perder cosas importantes, porque perderás muchas cosas, te lo puedo asegurar – dije mientras me daba la vuelta y la veía.

Parecía que al principio estaba enojada, pero después de escuchar los que dije se calmó de pronto. Yo no podía cambiar la actitud fría que tenía desde hace mucho tiempo, tal vez fue por eso.

-Lo siento, no debí decirte esas cosas, después de todo tu nos salvaste, debes saber mucho más que nosotros. ¡Casi lo olvido! Soy Alexa Palmer, un gusto conocerte – dije ella tratando de presentarse.

No pude contestar. A juzgar por su cambio de actitud sabía que me iba a pedir algo que me traería problemas.

-Sé que nos acabamos de conocer, pero quisiera pedirte que... – trató de decir ella, pero no le di tiempo de terminar.

-No – fue lo único que dije antes de comenzar a caminar para alejarme rápido de ahí. Pero ella me siguió

-¡Pero ni siquiera me dejaste terminar de hablar! ¡Al menos deja que termine! – dijo ella detrás de mí.

-Ibas a pedirme que les enseñara a pelear igual que yo lo hago ¿O me equivoco? – dije deteniéndome y dándome la vuelta.

Por la expresión que puso había dado en el blanco.

-¡Por favor enséñanos! ¡Te pagaremos! ¡Te daremos todas las cosas que tenemos, incluyendo la comida! – dijo ella tratando de insistir.

-¡No puedes hacer eso Alexa! ¡Sabes que ya no nos queda...! – dijo uno de los chicos, pero al instante ella le tapo la boca.

-¡Cállate! ¡Tenemos comida de sobra! ¡Siempre tenemos más de lo...! – dijo ella tratando de hacer que olvidara lo que había dicho.

En ese momento su estómago la traiciono. Por el rugido sabía que era una mentira gigantesca. Alexa se sonrojo por completo por la vergüenza y todos los demás también. Solo suspiré resignado, sabía que iba a tomar una decisión de la que me iba a arrepentir.

-Síganme, aquí serán una blanco fácil para cualquier monstruo y más si están débiles por no comer – dije mientras volvía a caminar.

-Es... está bien – dijo Alexa.

Todos me siguieron sin decir una palabra. Al perecer el camino de regreso era más largo, tal vez porque esta vez tenía que ir caminando para que los otros no me perdieran de vista. Al llegar a mi campamento les dije que se sentaran y esperaran un poco. Fui a buscar la comida que tenía guardada para dárselas.

-Tengan, necesitan comer y descansar un poco antes de que empiece a entrenarlos – dije entregándoles un poco de carne ahumada.

-¡¿Enserio?! ¡¿De verdad vas a enseñarnos!? – dijo Alexa emocionada., parecía demasiado entusiasmada, puso su rostro muy cerca del mío, lo que me hizo poner incómodo.

-Cre... creo que eso está más que claro – dije tratando de alejarme.

-¡Gracias, gracias, gracias! – dijo ella y me abrazo con mucha fuerza, más de la que debería tener cualquier chica.

-Veo que al final decidiste ayudarlos - Esa voz era de la molesta náyade que no me dejaba en paz.

Alexa me soltó y se puso a la defensiva contra ella, igual que todos.

-Por mi está bien si acaban con ella, es solo un espíritu del agua inofensivo, pero muy molesto – dije alejándome de Alexa.

Hola... Si notan algo raro es que subi este capítulo con mi teléfono jajaja

Deje mi computadora en otro lado y no puedo usarla.

¿Le gusta leerlo? Agréguelo en favoritos

Jeff_Najeracreators' thoughts