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Pisotear los Cielos

Actualizaciones todos los sábados, en caso de haber alguna modificación puntual en el horario avisaré antes. ----------- Esta es una historia sobre yo reencarnando en un universo de Harry Potter, sin embargo ¿hasta dónde llegan las similitudes con la historia original? ------------- Estoy escribiendo la misma historia en Wattpad, así que si la estáis leyendo allí, no la estoy robando xD

ParagonDaoOfBS · 書籍·文学
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81 Chs

Capítulo 28

Dos puños chocaron provocando que la tierra temblara y fuertes corrientes de aire arrancaran algunos árboles desafortunados. Ambos ataques se mantuvieron inmóviles hasta que uno de ellos empezó a empujar con más fuerza y pronto dominó al otro.

Liam fue enviado volando, sin embargo se recompuso en medio del aire y dio una voltereta para caer de pie.

-Sigo sin poder atraparte... -comentó con un tono plano -. Parece que hasta que alcance la Separación del Espíritu no podré luchar contra ti en condiciones.

Ji Ming se rio alegremente de su amigo.

-Vamos, vamos, has mejorado bastante durante estos meses y, si no fuera porque yo mismo mejoro a la vez que tú, ya me habrías atrapado -intentó animarlo, cosa que funcionó.

-De todos modos, ya va siendo hora de que vuelva a Inglaterra, debo prepararme con un poco de antelación para empezar el curso, además tengo que hablar con mi maestro sobre mi mejoría -al decir estas palabras, Liam pensó en si habría cambiado algo en Hogwarts durante el año que había estado fuera.

Ji Ming lo miró, triste, a lo que Liam le dio unas palmaditas en la espalda.

-Me gustaría que tú también vinieras a Inglaterra durante este año -reveló -. En mi colegio se celebrará algo conocido como el Torneo de los Tres Magos, que reúne a estudiantes de tres colegios mágicos europeos y estos deben superar unas pruebas específicas, compitiendo entre ellos. Al parecer se permite que personas no relacionadas asistan, así que podrías venir a verlo.

El joven chino se animó visiblemente ante esto y lanzó un puño al aire.

-¿Un torneo entre magos? ¡Será interesante! -exclamó alegremente -. ¡Es una pena que no pueda participar yo mismo!

A Liam le cayó una gota de sudor al pensar en alguno de ellos dos participando en el torneo, ni siquiera sería justo para los demás participantes o para los pobres dragones.

-Por cierto, acabo de acordarme que antes de irme quería hacer algo -le dijo Liam a Ji Ming.

Lo miró curioso con la cabeza inclinada.

-Conozco un tipo de criatura mágica que vive aquí, en China -empezó -. Me gustaría conseguir a uno para hacerlo mi familiar.

-Oh? ¿Qué animal podría interesarte? -preguntó interrogante.

Sin embargo, Liam solo sonrió e hizo que no con un dedo.

-No voy a decírtelo, vas a tener que esperar para verlo tú mismo -se rio ante el puchero en la cara de Ji Ming.

Ambos se habían hecho bastante amigos después de pasar varios meses entrenando juntos y Liam podía decir con seguridad que Ji Ming era su mejor amigo en este mundo. Al pensar en su mundo natal, se entristeció.

Se había dicho a sí mismo varias veces que los había superado, sin embargo de vez en cuando seguía pensando en sus familiares y amigos, con los que había convivido durante muchos años. Creyó que, si los olvidaba por completo, les estaría fallando de alguna forma.

Ji Ming lo despertó de sus pensamientos poniéndole una mano en el hombro.

-No sé qué es lo que te preocupa, pero te recomiendo que dejes de pensar tanto en ello, puede que te ayude a llevarlo mejor -le aconsejó -. De todas formas, la búsqueda de un familiar es algo muy personal y deberías ir tú solo.

Liam le agradeció que intentara animarlo y decidieron que en cinco días se encontrarían en Zhaoxang, el pueblo en el que Liam había pasado sus primeros días en China.

Se despidieron rápidamente y cada uno se fue por su lado.

Sabiendo que debería empezar a buscar por sitios en los que no viviera mucha gente, Liam se dirigió a la cordillera del Himalaya, donde poca gente se acercaba, especialmente en ese momento, en el futuro bastantes personas intentaban escalar tanto el Everest como las demás montañas adyacentes que, si bien no eran tan altas, había algunas que eran incluso más peligrosas.

Llegar hasta allá no tomó más de una hora y media, en este punto cruzar un país era una tarea sencilla para Liam. Entendió solo encontraría a uno si era su destino hacerlo, similiar a los fénix.

El frío podría haber sido un problema, pero no lo iba a ser. Después de todo, por muy frío que hiciera él simplemente necesitaba recubrir su cuerpo con magia y calentarla ligeramente, así de sencillo.

Al llegar, subió rápidamente una de las montañas y se sentó con las piernas cruzadas. Luego, estiró su magia poco a poco, creando una cúpula de muchos quilómetros a su alrededor. Una criatura lo suficientemente sensible a la magia lo notaría al instante y, entonces, habría dos posibles resultados.

El animal que lo sintiera podría escapar, debido al miedo que le tendrían a Liam, o también podrían intentar acercarse para ver qué ser tenía tal cantidad de poder.

Y eso fue lo que sucedió, durante tres días enteros Liam estuvo inmóvil, sintiendo con su En como una gran cantidad de animales lo sentían, algunos se acercaban y algunos se alejaban, pero ninguno de ellos era lo que quería.

Fue al inicio del cuarto día que sintió una firma extraña. Reaccionó a la suya propia como si fuera una parte de él mismo. Se alejaba, sin embargo Liam sintió que le estaba pidiendo que lo siguiera.

Caminó durante diez minutos antes de detenerse. Abrió mucho los ojos al ver la zona extraña en medio de las montañas nevadas. Una morera magnífica se elevaba desde el suelo blanco, sus hojas completamente rojas. No obstante, lo que le importaba a Liam era el ave que descansaba en una de las ramas del árbol.

Era negro como el carbón, de hecho era de un negro casi antinatural, parecía absorber la luz misma. Sus ojos miraban al joven cultivador con sabiduría y un poco de curiosidad, Liam lo miró profundamente. Algunos podrían creer que este era un cuervo normal y corriente, por supuesto esto sería hasta que vieran que poseía no dos, sino tres patas.

Este era un yatagarasu, un cuervo mitológico de tres patas considerado por la cultura japonesa como un signo de intervención divina y buena fortuna. Desde su antigua vida, Liam había considerado al yatagarasu como su animal mitológico favorito.

La criatura soltó un graznido que, por alguna razón, hizo que la magia de Liam se removiera. Se acercó lentamente y estiró una mano para intentar acariciarlo, calmando su magia para transmitirle seguridad.

El cuervo se dejó acariciar y Liam notó que estaba increíblemente caliente, podría haberse quemado de no ser por su rango de cultivo. Luego, el cuervo levantó sus alas y empezó a volar. De alguna forma, el Ravenclaw entendió que quería que lo siguiera. Se movieron por un par de montañas antes de que se encontraran delante de una gran cueva.

Liam miró interrogante al animal, que hizó un gesto con su cabeza para decirle que entrara. Era sorprendente ver a una criatura tan inteligente, pero ya estaba acostumbrado debido a Fawkes, así que solo siguió sus instrucciones.

Por supuesto, Liam no había bajado la guardia, se mantuvo preparado en todo momento por si necesitaba pelear, pero lo que encontró fue solo una pared rocosa con una tablilla de madera con caracteres escritos en ella.

Se acercó para leer y cuanto más avanzaba, más abiertos estaban sus ojos.

-Esto-esto es... -murmuró.

La tablilla contenía un mensaje. Decía lo siguiente:

Dejo esto para aquel que el destino decida, es mi deseo que obtengas los resultados de la investigación que me ha llevado un siglo completo descubrir. Si no erro en mis conclusiones, no es el final del camino el entendimiento de uno mismo. La recolección, la creación, la separación y la comprensión, se ha considerado desde tiempos ancestrales estos valores como el camino a seguir para alcanzar el ser perfecto y absoluto. He cultivado mi alma durante casi doscientos años y, por un tiempo, creí haber logrado una comprensión absoluta de la magia. Veo ahora que el Dao es infinito y, por lo tanto, la magia también lo es. No hace más de dos días que noté un cambio en mi ser, pienso que estoy cerca de un gran avance y no estoy seguro de en qué tipo de existencia me convertiré. Es por esta razón que dejo este mensaje antes de intentar abrirme paso. Es probable que alcance devenga algo superior y los cielos seguramente no estarán contentos de que eso suceda. Por lo que sea que pueda pasar, no dejaré solo este mensaje, sino también uno de mis tesoros para aquel que se convierta en mi sucesor. Inserta tu magia en esta tablilla, poco más puedo hacer ahora que confiar tanto en mi destino como en el de la persona que encuentre esto.

-¿Otro Reino? Parece que esta persona hablaba sobre algo más allá de la Corroboración del Camino -pensó Liam atónito -. Me pregunto cuántos años de antiguedad tendrá este mensaje...

La persona que lo había escrito por lo menos tenía doscientos, era una cantidad absurda de años. Si bien con la base de cultivo actual de Liam ya era capaz de vivir tanto tiempo, para él que siempre había vivido creyendo que con suerte viviría noventa o cien años, una persona con más del doble de años que eso debía de ser increíblemente sabia.

Tocando ligeramente con las puntas de sus dedos la tablilla, Liam canalizó una pequeña parte de su magia. Hubo un pequeño temblor en la pared y se abrió, revelando un cofre pequeño. Al abrirlo, vio una nota y lo que parecía una cadena que salía de una pequeña bolsa. Recogió primero la nota para ver el mensaje.

Esta es la Cadena de Mil Ri o Banri no Kusari (El ri es una medida de longitud japonesa, para que os hagáis una idea un ri equivale a unos 4000 metros). Es una tesoro muy poderoso pues la cadena es indestructible, además de que siempre que la bolsa de la que sale la cadena no sea vista por el adversario, crecerá hasta el infinito.

Liam sonrió ante su suerte. En su estilo de combate ya solía incluir cadenas, sin embargo las tenía que conjurar con magia y, cuanto más largas eran, más magia agotaban. No solo eso, el factor de irrompibilidad también le otorgaba una gran ventaja respecto.

Así pues, Liam salió de la cueva con una gran sonrisa y muchas cosas en las que pensar. Vio al yatagarasu, que lo estaba esperando, y se acercó. Le acarició el pico con agradecimiento y el cuervo mitológico pareció apreciar el gesto.

-¿Qué te parecería venir conmigo? -preguntó alegremente el joven cultivador.

Ni siquiera se lo pensó antes de asentir, acto extraño para un cuervo. Al asentir, un fino hilo de magia salió del pecho de tanto animal como humano, uniéndose.

-¿Tienes nombre? -le preguntó Liam a su nuevo familiar, a lo que negó con la cabeza -. Ya veo, entonces... ¿qué te parecería Kuromaru? Kuro significa negro en japonés y Maru quiere decir círculo, aunque se usa como sufijo para nombres masculinos.

Kuromaru se encogió de hombros... ¿o de alas? Quién sabe, pareció gustarle, así que Liam quedó contento con cómo habían resultado las cosas.

Fin del capítulo.